El grupo de chicas encabezado por Tai; Dharma y Potter la cubrían, estaban paradas una al lado de la otra detrás de Tai, como flanqueando cada uno de los lados de Tai.
Las tres con una sonrisa malévola en sus rostros.
Erick las miraba altivo, pero en su mirada también se veía algo más… ¿Temor?
Sentía que debía protegerse de alguna forma de esas tres mujeres, pero no sabía como ni por qué, ni siquiera las conocía.
«¡¿Qué coño me pasa? ¿Ahora soy un marica que tiene miedo de que tres mujeres lo aruñen?!»
Rio en voz alta
«¡Oh, mierda! Me estoy volviendo loco…»
Las chicas ahora lo miraban con una expresión entre extrañadas, burlonas, maliciosas y cariñosas.
Tai habló entonces.
-Así que tú eres Erick, ¿el que beso a nuestra amiga en el club? –Tai tenía su mejor cara de póquer –Ahora debes explicarnos unas cuantas cositas…
-¡Pero bueno! ¿Cuántos defensores más tiene la endemoniada hada detrás de ella? ¿Es que acaso no se puede defender ella solita? –Soltó Erick.
-Oh, claro que puede, pero estoy más que segura que nadie quiere eso… ¿No creen, chicas? –Dijo Dharma con una sonrisa.
Tai y Potter asentían mientras lo miraban.
-Pero no entiendo, ¿por qué sonríen de esa forma? Si han venido a defenderla, ¿por qué no tienen cara de querer matar a alguien?
-Muy buena pregunta, querido Erick. –Potter sonrió ampliamente –Es porque solo hemos venido a ayudarte a que te pongas los pantalones y seas hombrecito de una vez por todas.
Todos la miraban con sorpresa, nadie podía creer que la dulce Potts dijera eso.
-¿Estás insinuando que no soy hombre?
-No, estoy diciendo que es hora de que lo seas –Potts le miró desafiante.
Tai y Dharma tenían la boca abierta, se habían quedado de piedra, por lo general Potts siempre era más observadora, nunca la habían visto así, era casi intimidante.
-No puedo creer que hayan venido a mi trabajo tres mujeres que no conozco a poner en entredicho mi hombría, ¿tengo que demostrárselo a las tres al mismo tiempo o a una por una? -Dijo Erick molesto
-Nada de eso, puedes guardarte tu actuación de macho herido –Dijo Tai –Explícanos mejor que sientes tu por Irish.
-Hada demoníaca, un día de estos me va a pagar todas las noches de desvelo y las importunas apariciones de gente defendiéndola en mi vida. Deberían estar defendiéndome a mi de ella, no al contrario…
-¿De qué está hablando él? ¿Todos los artistas son así de locos? Dioses de los hombres confusos, ayúdenme a entender a este ser… –Dharma hablaba a sus amigas, pero quien respondió fue Erick
-Hablo de tu amiga, es un hada demoníaca, me va a volver loco, su indiferencia me confunde, su mirada de desprecio duele y sus respuestas a mi me cautivan y estoy hecho un lio por culpa de su amiga, a quien bauticé mi hada, porque parece una, solo que ella no es buena, es mala y me tiene loco.
Las tres chicas rompieron en carcajadas.
El rubio hombre parado frente a ellas las miraba atónito, no entendía nada.
-Erick, no nos mires con esa cara de loco, hemos venido aquí a ayudarte, pero primero debemos saber qué tan imbécil puedes llegar a ser, porque como te portes mal, te las verás con nosotras y eso no te conviene. –Tai le miraba los ojos mientras decía esto.
-¿Ayudarme? Pe… pero, ¿Cómo? –Erick lucía contrariado, abrumado, temeroso y hasta desvalido.
Era extraño, es un hombre de un metro ochenta y tres centímetros, con toda la pinta de motero rockero, de barba rubia y ojos de un raro azul cobalto, además de mucho músculo... Todo en el resulta intimidante y sin embargo en ese momento se veía tan vulnerable.
-¡Fácil! –Saltó Dharma –Tú nos dices exactamente lo que sientes por ella y lo que serías capaz de hacer y nosotras te decimos qué podría surtir efecto con nuestra amiga –Terminó su pequeño discurso con una sonrisa
-Pero no te diremos qué hacer, solo te podemos aconsejar. –Añadió Potter, no quería que Erick la tuviese demasiado fácil.
Hasta ahora, parecía que Erick había deseado estar con alguien por demasiado tiempo sin hacer nada por conseguirlo; como quien que se quiere ganar la lotería, pero no compra el ticket nunca.
En ese momento llegó un mensaje al teléfono de Tai, quien automáticamente frunció el ceño
«¿Cenamos? No me daré por vencido hasta que me digas que si. Dave»
Tai tecleó una respuesta rápida
«Si, pasa por mi a las 8. No lo arruines»
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Saliendo de la disquera y dejando a un sonriente y pensativo Erick dentro, se dirigían cada una a lugares distintos.
Potter se fue al departamento a cambiarse, tenía guardia esa noche.
Tai encendio su amado New Beetle azul y se dirigió a una tienda a comprarse algo para su cena de esa noche. Quería verse bien, aunque no se paró a reflexionar el por qué.
Dharma recibió una llamada, era de trabajo. Debía salir esa noche a una ciudad vecina a cubrir un partido de béisbol, montó su mini cooper y se fue a la sede del canal.
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Irish iba llegando al departamento, Potter iba saliendo a su guardia. Se quitó la chaqueta de cuero y la tiró al suelo mientras iba desvistiéndose por toda la casa. Había puesto música, sonaba Underneath at all, de No Doubt. Iba bailando al ritmo de la lenta música por todo el departamento, con una botella de agua en la mano como micrófono.
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Como lo habían planeado, Tai se encontraba con Erick en un café al final de la tarde. Erick la siguió hasta su departamento para poder dejar notas por toda la habitación de Irish pidiéndole que le perdonara el atrevimiento del beso y dejarle a elección que lo llamara y así poder hablar. Iba a ser una sorpresa.
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Tai no podía abrir la puerta del departamento, le pasó la llave a Erick para que abriera…
Al abrir se escuchó música; era extraño, se suponía que no había nadie…
Lo primero que vio Erick al abrir completamente fue una figura femenina, unas curvas bien formadas y aquel cabello rubio rojizo que lo perseguía hasta en sueños, el hada cantaba y su voz lo envolvió dejándolo como en una especie de ensoñación, no podía dejar de mirar, tenía los ojos abiertos como platos.
Aquella piel dorada, solo cubierta por un brassiere blanco de encaje y braguitas a juego. No daba crédito a lo que veía.
-Estoy muerto y fui directo al infierno, maldita sea. –Musitó Erick embobado.
Un grito le confirmó que no había muerto, miró la mujer que hace un momento cantaba.
Ella lo miraba con la cara y el pecho rojos de la vergüenza y una mirada asesina en sus ojos de caramelo.
-¿Qué coño haces aquí Roberts? ¿No te bastó con el episodio del club? ¿Me estás acosando? ¿Quieres que te asesine? –Irish caminaba hacia él con la botella de agua en su mano.
Se olvidó por completo de que estaba desnuda.
«Lo asesinaré».
-Acabo de morir en cuanto abrí esa puerta –Balbuceó Erick –No se puede matar un muerto.
-No estás muerto, por lo que veo. –Irish le lanzó la botella de agua directo a su cabeza, aún no había visto a Tai porque estaba parada detrás de Erick.
La botella impactó directamente en la frente de Erick, quien dio un paso atrás para evitar el golpe, sin embargo solo logró pisar a Tai, que inmediatamente se quejó.
Erick parecía no haber sentido el golpe. Tai salió de su escondite detrás de Erick.
-Puchu, no te quieres vestir antes de matarlo, cariño –Le recordó cariñosamente Tai a su amiga, que aún no se percataba que seguía en el medio de su sala en ropa interior.
Irish miró hacia abajo y vio que en efecto estaba en ropa interior, dio media vuelta y se encaminó hacia su habitación con toda la dignidad que poseía. Incluso parecía contonearse un poco.
Tai le indicó a Erick que se sentará y luego siguió a Irish hasta su habitación.
-Puchu, necesito que te calmes y que lo escuches, recuerda el pacto que hicimos de darle una oportunidad a la felicidad. Yo acepté tener una cita con tu amigo Dave, tu debes hablar con Erick, por lo menos escuchar lo que tiene que decirte y luego decides. Estamos juntas en esto todas. ¿Me prometes que por lo menos lo escucharás? –Dicho esto, Tai suspiró.
-¿Queeeee? ¿Tendrás una cita con Dave? –Los ojos de Irish brillaron y una sonrisa se expandió por toda su cara -¡Es perfecto! Maravilloso...
-Si yo lo hago, tu lo haces. ¿Te parece?
-Me parece. ¿Cuándo es tu cita? –Preguntó Irish?
-En hora y media
-Ve a arreglarte yo iré a la sala a decirle a Erick que espere mientras te ayudo a arreglarte
-No, ve a hablar con el.
-No, voy a ayudarte y luego él y yo hablaremos, en privado. Y no cambiaré de opinión. Si realmente quiere hablar esperará.
-Está bien.
Tai fue a su cuarto a bañarse mientras Irish le indicaba a Erick que debía esperar a que Tai se arreglara para su cita, ambos estaban de acuerdo en cuanto a querer hablar en privado.
Dave llegó puntual a las ocho de la noche.
«Tai se ve radiante, hermosa» Pensó.
Tai lo miraba sonriente.
«Este hombre es criminalmente guapo, siento que en cualquier momento moriré morida muertica» Pensaba Tai a su vez.
En cuanto quedaron solos, Irish y Erick se miraron largamente, midiéndose, sabiendo que la batalla estaba a punto de comenzar.
Disculpen el retraso, no les daré excusas, solo les diré que espero ponerme al día con uds esta misma semana, por lo que intentaré subir tres capítulos más, aparte de este. Espero sus comentarios y si les gusta el capítulo, también sus votos. Gracias por sus,lecturas ;)
Em.