He sido un tonto, pero las fresas y los cigarrillos siempre saben a ti.
—Strawberries & Cigarettes. –Troye Sivan
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Harry había accedido a ir con mi madre. A conocerla, no le tuve que rogar a decir verdad, simplemente me dijo que quería ir conmigo a ver a mi madre un fin de semana. Este era el fin de semana. Honestamente yo estaba más nervioso que él, tenía más nervios que los que él puede tener. Harry voltea a verme, con sus ojos emocionados.
—Ya quiero conocer a tu madre. —me dice, volteo a verlo de nueva cuenta, su cabello moviéndose con el aire, pegando apenas en su cara, tiene una sonrisa pequeña que me permito devolver, aceptando la calidez de Harry.
—Te amará. —afirmo. Él me toma de la mano.
Harry me permitió más que cualquiera en apenas tres meses de conocernos. Debido a que su paga era fantástica, me había dado la oportunidad de comenzar a pagar una hipoteca para la casa de mi madre. Ya que yo no pagaba comida, servicios o algo como estancia, mi dinero iba completamente limpio a mis bolsillos. Así que hace unos días Harry me ayudó a conseguir una buena casa a un buen precio.
Harry me ofreció su ayuda, pero no la acepté, que me ayudara a conseguir una buena casa a buen precio era suficiente.
—Te hice un regalo. —me dice sacándome de mis pensamientos, volteo a verlo con atención y el ceño levemente fruncido.
—¿Regalo? —asiente.
—Sí. —murmura. —Pero está en la casa de tu madre, pobre de ti si piensas un segundo en devolverlo. —levanto las cejas, con un poco de gracia.
—¿Por qué haría eso? —él me mira, poniendo su mano sobre mi hombro.
—Porque te conozco. —susurra.
Llegamos luego de unos minutos más, Harry le pidió al chófer que se retirara a la mansión de nuevo. Ambos esperamos fuera de la nueva casa, a que mi madre y mis hermanas llegaran para poder darles las llaves. Suspiro mientras miro a todos lados, nervioso porque Harry se encuentra a mi lado. Yo no estaba en el closet. Pero Harry sí y era algo que me ponía nervioso. Siento su mano en mis hombros.
—Ven, te he dicho que no me importa. —cierro mis ojos, pensando en ¿Cómo lo hace? ¿Cómo puede saber las cosas que pienso sin siquiera preguntarlo? Y aunque Harry no las supiera, él hace lo que le viene en gana, sólo que con la prensa es un tanto diferente. Estoy seguro que alguien está por ahí tomando una fotografía que venderá a dos dólares en alguna revista y si logran una buena toma, quizá en cinco.
—No quisiera... arruinarlo. —él me mira, regalándome un beso en la cabeza.
—Nunca. —murmura —Lo mejoras. — dice cuando volteo a ver a uno de los extremos de la calle, veo bajar a mi madre del taxi y luego a mis tres hermanas jugando entre ellas, de alguna manera, logro quitar los brazos de Harry y correr a los de mi madre, respirando su aroma tan único que la hace ella.
—Hola, mi amor. —murmura devolviéndome el abrazo.
—Hola, mamá. —murmuro, ella se aparta de mí, volteando a ver al lugar.
—¿Para qué nos trajiste aquí?— pregunta, yo bajo a saludar a las gemelas y por último a Felicite.
—Porque te quiero dar algo. —digo, mientras busco el juego de llaves de la casa, le pido la mano y coloco el juego en ella, mientras me mira expectante, queriendo que diga algo más. .
—¿Para qué es esto? —murmura, viendo las llaves. Sonrío apenas, llevándola hasta la entrada de la casa, mientras ella con el ceño apenas fruncido me mira, para luego, soltar un sollozo.
—Bienvenida a casa, mamá. —ella me mira.
—Oh, por dios, Louis. —murmura llorando mientras me toma de la cintura para abrazarme. —Gracias, amor, gracias. —volteo a mirarla.
—Pasa, anda. —murmuro con una pequeña sonrisa en mis labios, ella toma la llave y la mete a la cerradura, abriendo la puerta. Volteo a ver a Harry, completamente impactado. Era de verdad, la persona más increíble del mundo. —Harry. —murmuro volteando a verlo con una sonrisa, él me la devuelve, mientras corro para abrazarlo. —Gracias, gracias, gracias. —susurro, él me toma de la cintura. — ¿Por qué?
—Te mereces más que unas paredes. —murmura dejando un beso en mi frente. —mucho más.
—Pero Harry... —comienzo, él me interrumpe.
—No me interesa. No dejaré que lo pagues. —sonrío, apenas puedo contener las ganas de llorar, pero simplemente lo beso, con una felicidad increíble.
—Gracias. —él sonríe.
Acabamos por entrar a la casa, él me toma de la cintura en nuestro camino. Mi madre sale de la cocina, caminando con aquellas botas de veinte dólares que se había comprado hace seis años.
—Oh, dios, hijo, no puedo creer que hicieras esto por nosotras. —sonrío.
—En realidad, Harry ayudó demasiado. —mi madre levanta las cejas.
—¿Tú eres Harry? —dice, mientras mira a Harry, examinándolo con la mirada, dejo soltar una risa cuando veo a Harry.
—Sí, señora.
—Harry...
—Styles. —dice de vuelta, mi madre lo mira aún más exigente.
—Harry Styles. —repite ella, para luego dejar escapar una sonrisa. —¿Por qué no me habías hablado de tu relación con este joven?
—¿Eh? —pregunto. —¿Qué te hace pensar eso?
—Porque te conozco, amor. —voltea a ver a Harry. —Señor Styles, se supone que tiene esposa ¿no es así? —él asiente, incómodo por el tema. Apenas me lo había dicho a mí como para volverlo a explicar a mi madre. —Amor...
—Te juro que no es lo que parece, mamá. —digo. —Te juro que no. —susurro, ella me mira.
—Es una historia un poco extraña. —murmura Harry. —Eh... Taylor y yo sólo somos amigos, la niña es sólo su hija pero, necesitaba ayuda y... No puede dejarla sola, por eso estamos casados.
—¿Por qué no sólo darle dinero? —Harry suspira.
—Es más fácil que tengas un compromiso así que dar todo tu dinero. —murmura. —Si nos divorciamos, ella recibiría parte de mi dinero, sólo por casarse conmigo. Porque la niña no es mía.
—Entiendo. —murmura ella. —Sólo le pido que no le rompa el corazón a mi hijo. —dice, yo río apenas, avergonzado. —Voy a estrenar la cocina.
Cuando dejo de poder verla, volteo a ver a Harry, quien me mira y comienza a reír.
—Entonces, señor Styles ¿me romperá el corazón? —él sonríe, me toma de la cintura mientras me deja mirar sus ojos.
—Tal vez señor Tomlinson. —murmura apenas, manteniendo su sonrisa. —Pero para ese entonces estaré muerto.
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Volteo a ver a Zayn con atención, vistiendo el traje negro que debía usar para la oficina y que por cierto, yo le escogí. Él está escribiendo en su móvil, completamente inerte de que lo estoy observando, de repente deja de teclear y se lleva el celular al oído. Luego de unas palabras, decide hablar.
—No puedo ir hoy. —dice tomando su cabello con la mano libre. —Lo sé, lo sé Jonh pero... —suspira, escuchando con atención, yo sólo lo observo. —¿Estás seguro?... Yo sé Jonh que mi madre no pudo... —asiente. —Trataré de viajar lo más pronto posible. —dice luego de dejar escapar aire, como si apenas pudiese respirar. - Cuida de mi familia un día más, por favor, sólo un día. —cerró los ojos. - Dios, sí, la amo, sólo... no me la creo, mi madre siempre estuvo ahí, pero... —suspira mientras juega con su corbata. —Sí, sé que me abandonó al enterarse pero sigue siendo mi madre, no te miento, me duele no haber estado ahí, pero es mi madre. —mira al suelo. —Te veo dentro de dos días. —dice por último y cuelga. Volteo a verlo una vez más, disimulando que no estuve quince minutos mirándolo hablar por teléfono.
—¿Qué pasa? —pregunto con amabilidad, él me mira y niega, mientras se levanta a servir un poco de alcohol.
—Cosas personales. —río.
—Oh por dios, no me vengas con eso, hace cinco minutos intentaste meterte conmigo y ahora me dices que son cosas personales. —al parecer, lo que dije le causó gracia, y lo sé cuando deja escapar una risa, mientras toma asiento frente a mí, con el vaso en mano.
—Mi madre murió. —dice apenas manteniendo el tono de voz, asiento con la cabeza, mirando sus manos temblar.
—Lo siento. —le digo, él niega.
—No es como si pudiera hacer algo al respecto. —murmura. —iré mañana al entierro. —suspira.
—Puedes irte hoy. —le digo, él vuelve a negar, bebiendo un trago del vaso.
—Tengo que asimilar que la veré en un ataud. —suspira. —Por lo menos... Sé que mi última imagen de ella fue que estaba feliz. —sonríe. —Ella siempre estaba feliz. —muerdo mi labio inferior en busca de algo que decirle ¿Cómo empiezo y cómo termino?
— ¿Qué le pasó?
—Ella... Dejó de hacer muchas cosas, cayó en depresión. —frunzo el ceño.
—¿Depresión?
—Sí, eh, larga historia. —sonríe al verme. —Pero no quiero amargarme, estoy siendo positivo por primera vez en la vida, deberías aprovecharlo rubio bonito. —río, girando los ojos los ojos con una sonrisa en la cara al escuchar mi apodo.
—¿Cuándo aprenderás que mi nombre es Niall?
—Será luego, por ahora serás rubio bonito. —río, asintiendo.
—Bien.
—Oh, por cierto, tienes un buen trasero. —dice, guiñando un ojo en mi dirección y saliendo de la oficina, suspiro pensando en todas las cosas que están pasando con él.
Este chico piensa volverme loco.
(...)
Después de unas horas, Harry, Louis y Zayn habían entrado riendo a la sala, en realidad ni parecían unos malditos empeñados a su trabajo, sino todo lo contrario, parecían un trío de chicos desastrosos.
—Creí que hoy iba a haber una operación de testículo. —le dice Zayn a Louis. —Lástima que te salvaste.
—Jamás mentiría con eso. —dice Louis, Zayn lo mira con una ceja levantada. —Bueno, fue sólo una vez. —suspira. —Él molestaba demasiado.
—Bueno, pero esta no es una de esas veces ¿cierto? —Louis mira mal a Zayn, tomando la mano de Harry.
—No jugaría con eso con Harry. —dice, mientras veo a Harry pasar sus manos por la cintura de Louis.
—Trío de idiotas. —murmuro. —¿Qué te hice diosito para merecer estar con éstas basuras? —Zayn voltea a verme ofendido.
—Oye rubio, tranquilo, no te estamos atacando. —Harry voltea a verme en cuanto escucha que Zayn me habla, yo quiero meterme a la tierra el resto de la existencia.
—¿De cuándo a acá dejas que te digan rubio? —yo bufo, mientras vuelvo a tomar un poco del café.
—Él lo hace por molestarme, sabe perfectamente que no me gusta. —Zayn sonríe.
Sí, él sabía que no me gustaba porque me sonrojaba y una explicación única había para eso.
Me gustaba. Pero no podía decirle.
—Ay Niall.
Lo sé, Harry lo sé.
Sé en el lío sentimental que me estoy metiendo. Lo sé.
Editado: 08/SEP/2018