Epílogo II
—JiMin, ahora necesitamos que estés muy tranquilo y consiente de lo que va a ocurrir, ¿Bien? —Preguntó el médico tomando unas enormes tijeras para luego voltearse hacia Jimin.
—Ajám —Asintió JiMin mientras apretaba los labios en una fina línea.
Ya era hora.
Este era el momento que llevaba 38 horas esperando desde que entré a este maldito hospital. JiMin estaba sentado bien erguido sobre la blanca camilla tapando sus piernas con una sábana blanca, presionándola entre sus dedos, asustado. Una bata de hospital cubría su cuerpo y tenía una venda de gaza blanca que rodeaba su cabeza varias veces impidiéndole ver.
Si es que puede hacerlo.
Apreté los puños de mi poleron fuertemente entre mis dedos conteniéndome de ir a consolarlo, rodearlo con mis brazos y protegerlo de todo. JungKook había creído que era mejor no decirle que yo estaba aquí hasta más tarde, ya que si lo sabía, se iba a poner más nervioso y se iba a desesperar. Y nosotros no queríamos que eso pasara.
—Bien, ahora quédate muy quieto, esto no va dolerte nada —El médico procedió a poner las tijeras bajo la gaza y luego cortarla lentamente, sin dejar que cayera de los ojos de Jimin1 Enfermera —Llamó el hombre seriamente a una muchacha delgada y menuda que lo había estado asistiendo en todo momento.
La chica asintió entendiendo al acto y comenzó a desenvolver la cabeza de Jimin con mucho cuidado y mucha paciencia, hasta el punto en el que la gaza cayó, y solo quedaron sobre los ojos de Jimin dos parches que le impedían ver más allá de ellos.
—Las ventanas —Indicó el doctor con un movimiento vago de sus manos a la muchacha que corrió a cerrar las cortinas para que así la poca luz solar no entrara por ellas, y de paso, apagó dos de las tres luces encendidas en la habitación.
Las manos me sudaban de una manera impresionante y quería largarme a llorar. La tensión del ambiente podría haberse cortado con un cuchillo para mantequilla, todos conteníamos el aliento.
Jimin se veía tan inocente allí sentado, a la espera de que lo que tuviera que pasar... pasara, su cabello revuelto delataba que acababa de despertar hace pocos minutos, tenía las mejillas sonrojadas dándole un aire infantil y jugueteaba con sus dedos nerviosamente.
Es tan difícil verte de esa manera, cariño.
La enfermera preparó una pequeña bandeja metálica y el médico le hizo una seña con la mano indicándole que el momento de saber el resultado había llegado.
JungKook apretaba fuertemente mi mano a uno de mis lados y la de TaeHyung del otro mientras lloraba en silencio. TaeHyung por su lado permanecía con la vista fija en JiMin prácticamente sin pestañear, apretando entre sus dedos también la mano de su novio.
La enfermera movió sus pequeñas manos revoloteando alrededor de los ojos de JiMin y le puso una especie de líquido como vaselina sobre el pegamento de los parches para luego proceder a empezar a quitarlos lentamente.
—Necesito que mantengas los ojos cerrados hasta que te quitemos los parches, ¿Está bien, JiMin? —JiMin asintió a las palabras del médico y soltó un pequeño quejido cuando la chica comenzó a retirar suavemente los parches de sus ojos.
Una vez liberado de ellos, sus párpados quedaron expuestos al exterior, dejando ver unas hermosas pestañas cortas y sus ojos enrojecidos.
—Ahora, JiMin, a la cuenta de tres abrirás los ojos y nos dirás que es lo que ocurre, ¿Está bien?
—S-sí —Ese pequeño susurro hizo que mi corazón parase por completo.
En el tiempo que habíamos estado en el hospital, solo habíamos estado junto a JiMin mientras este dormía, y cuando volvimos para ver el resultado de la operación, él se había limitado a asentir con la cabeza y a no decir nada.
Extrañé tanto tu voz, cariño.
—Bien —El médico nos echó una suave mirada de reojo y suspiró— Uno —Las pestañas de Jimin comenzaron a revolotear poco a poco, ansiosas por separase y dejar sus ojos libres— Dos —Contuve la respiración de manera inconsciente, sentía que cada segundo se estaba haciendo eterno, casi como horas, y que incluso el latir de mi corazón era una melodía tortuosa en ese momento— Tres.
Los ojos de JiMin se abrieron y sus párpados se abrieron y cerraron varias veces mientras el chico se acostumbraba a poder abrirlos otra vez. Cuando su vista por fin se enfocó, JiMin simplemente vio al frente, dejando la vista perdida en un punto entre JungKook y yo.
Tapé mi boca con mi mano libre y comencé a sollozar audiblemente.
No.
JiMin aún se veía impactado y aturdido, pero cuando volvió en sí, su única reacción fue cerrar los ojos y atraer sus rodillas a su pecho, sumido en espasmos por el llanto descontrolado que comenzó a caer a cascadas por sus ojos.
No.
— ¿Jimin? —Preguntó el medico suavemente.
Jimin negó con la cabeza repetidas veces sumido en llanto con la respiración agitada.
No.no.no.no.no.no.no.no.
Solté la mano de JungKook y me adelanté un paso, queriendo correr a abrazar al chico que estaba allí en esa camilla. Quise correr, tomarlo entre mis brazos, protegerlo de todo y de todos y llevármelo lejos, donde pudiéramos estar solo nosotros, donde solo yo pudiera gozar de su compañía. Pero como siempre, algo me detuvo. TaeHyung me agarro firmemente por el brazo sin dejarme avanzar más y yo no puse demasiada resistencia en seguir avanzando. No tenía fuerzas para luchar contra nada ni nadie, y si las tenía, solo las usé para una cosa.
—Ji-JiMinnie —Susurré en un sollozo desatando mi llanto.
JiMin alzo la mirada de manera instantánea, buscándome con los ojos hasta que su mirada confundida se topó conmigo, dejándome aún más aturdido.
¿Cómo es que...?
—Jimin, dinos por favor, ¿Puedes ver? —El médico volvió a insistir de manera suave.
Jimin se quedó en silencio unos minutos, volteando su vista a todos lados, topándola con todo.
O tal vez con nada.
—Sí.
Y esa sola palabra, hizo que mi felicidad comenzara de nuevo.
.
.
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—JiMin —Solté sorprendido saliendo del shock.
—Puedo ver —Murmuró, como si se intentara convencer a sí mismo— Puedo ver —Repitió, incrédulo— ¡Puedo ver!
—Oh dios mío —Escuché la exclamación ahogada de JungKook a mis espaldas.
Mis ojos seguían clavados en los de JiMin, y su vista volvió a mí justo en el momento en el que aparté el brazo de TaeHyung bruscamente y me lancé sobre el rodeándolo con mis brazos.
—JiMin —Sollocé contra su cuello.
Y ya nada existía, ya nada más valía o importaba. Las voces del médico, la enfermera, JungKook y TaeHyung se volvieron un insignificante murmullo a medida que dejaban la habitación cerrando la puerta a sus espaldas, ya no sentía la presión en mi pecho que había sido mi compañera todas estas horas, ni la angustia asfixiante que no me dejaba pensar con claridad.
Los brazos temblorosos de JiMin rodearon mi cuerpo, llenándome de manera inexplicable de la felicidad más grande que había sentido nunca. El latido de su corazón era rápido, más su respiración se volvió poco a poco acompasada, al momento en el que enterró su rostro entre mi cabello.
—Estaba tan asustado de que algo pudiera pasarte, JiMin —Exclamé contra su cuerpo— Si algo te hubiera pasado yo-yo... No sé qué hubiera hecho si te hubiera ocurrido algo —Confesé apretando aún más mi agarre— Tenía tanto miedo —Terminé apretando los labios mientras las lágrimas salían a borbotones de mi ojos.
—YoonGi —Murmuró con la voz rota.
Esa sola palabra, ese solo nombre saliendo se sus labios fue la gota que derramó el vaso, el punto de quiebre entre todo lo cuerdo que había intentado ser durante toda mi vida y toda la locura que Jimin había insertado en ella al momento en el que me envío un simple mensaje.
Me separé de él solo lo suficiente para poder admirar su rostro medio segundo, el tiempo preciso para tomar una fotografía mental de lo que sería el momento más hermoso de mi vida, y luego, sin permiso ni meditaciones, uní mis labios con los suyos.
El toque era suave, nuestros labios temblaban de manera constante, y nuestras lágrimas se fusionaban al encontrarse. Moví mis labios de manera delicada, acariciando los labios de JiMin, de mi pequeño pelirrojo, de mi Mocoso.
Y JiMin correspondió mi beso moviendo también sus labios tiernamente de manera torpe y lenta, provocando una pequeña sonrisa en mí contra sus esponjosos labios. Mis manos casi por inercia rodearon su cuello, atrayéndolo más a mí, guiándolo, sin embargo sin querer ir más allá del toque suave que tenían nuestros labios, sin romper el contacto tierno en el que estábamos sumidos demostrándonos sin palabras lo mucho que sentíamos el uno por el otro, mientras, las pequeñas manitas de JiMin que habían quedado encerradas entre nuestros cuerpos, se aferraron a mi camiseta con fuerza formando dos puños firmes, acercándome poco a poco, más a él.
Cuando nuestros labios se separaron por falta de oxígeno, lo primero que pude ver fueron sus ojos, sus hermosos ojos marrones ahora cristalizados y enrojecidos por las lágrimas, pero aun así, hermosos.
—YoonGi, pensé... —Un sollozo traicionero escapó de sus labios dificultando su hablar— Pensé que había sido un sueño, pensé que no vendrías pensé... pensé que... oh dios —Y soltó a llorar de nuevo reposando su cabeza sobre mi hombro mientras yo acariciaba su cabello rojizo deleitándome con su suavidad y con el sentimiento hermoso que me creaba el poder estar por fin con él.
Sentí mi camiseta humedecerse e inconscientemente reforcé el agarre de mis brazos contra su pequeño cuerpo, de manera que sintiera toda la protección que anhelaba brindarle.
—Nunca, Mocoso... —JiMin se estremeció entre mis brazos al ser llamado así—...Nunca más pienses que no estaré allí para ti. Te lo dije, ¿no? Fue nuestro deseo de las 11:11 ¿Lo recuerdas? —Murmuré suavemente sobre su cabello para luego presionar mis labios contra sus sienes de manera tierna— No voy a dejarte solo nunca, pequeño, te lo prometo.
—No lo hagas Hyung —Susurró como un pequeño niño asustado, sosteniendo mi camiseta con sus puños mientras apretaba los ojos— Por favor, no me dejes. No sé qué haría sin ti. Por favor.
Sentí mi alma partirse junto a mi corazón en miles y miles de pedacitos y la única respuesta coherente que pude dar fue un mísero "Lo prometo" mientras que mi cuerpo temblaba y sollozaba de dolor de ver a mi pequeño niño tan débil y asustado.
Voy a recoger tus pedazos, cariño, lo prometo.
Una pequeña melodía escapó de mis labios casi sin mi permiso mientras tarareaba una pequeña y estúpida cancioncilla de cuna completamente desafinada y desentonada, acariciando los cabellos de Jimin, intentando demostrarle que era fuerte, que yo lo sostendría, que podía hacerlo, y fallando horriblemente en el intento.
Jimin alzó su mirada de mi hombro de manera hermosamente tierna haciéndome sentir como un quinceañero enamorado— YoonGi Hyung —Susurró bajito poniéndose a mi altura— Lo siento mucho, Hyung —Susurró apretando los labios en una fina línea al igual que los puños, hasta ponerlos blancos.
—Hey, cariño, vas a hacerte daño —Susurré tomando sus manos entre las mías para entrelazar nuestros dedos— No tienes que disculparte por nada...
—Sí tengo que, Hyung —Sollozó audiblemente— Yo... Hyung siempre fue bueno conmigo y yo le mentí, le oculte cosas y no le dije la verdad sobre todo, a pesar de que siempre fuiste sincero conmigo —Susurró mirándome avergonzado— Lo siento, Hyung.
—No importa, JiMinnie, nada de eso importa ahora, cariño— Murmuré viéndolo directamente a los ojos conteniendo las lágrimas y sonriéndole débilmente— Ahora sólo importa el futuro...
JiMin bajó la mirada ante la mención de esa palabra, dejándome en claro cuál era la pregunta que rondaba su cabeza "¿Y qué pasará en el futuro?"
—JiMin —Comencé dándome valor a mí mismo por lo que me tocaba hacer ahora. JiMin no alzó la mirada— Mírame, pequeño —Pedí alzando su mentón levemente dejando su mirada a la altura de la mía— Sé que es muy rápido, y que aún no llevamos mucho de conocernos, pero...
Vamos YoonGi, no seas un cobarde ahora.
—Pero lo único que tengo claro en este momento es que... Te amo, Mocoso.
Y lo último que supe fue que sus labios volvieron a estamparse fuerte y torpemente contra los míos mientras las lágrimas corrían otra vez por nuestros rostros, y mi pequeño mocoso susurraba un suave "Te amo también, YoonGi"
¿A este punto de felicidad estábamos destinados a llegar cuando me enviaste ese pequeño "¡Buenos días, YoonGi Hyung!"?
.
Quiero ver el mundo arder;-;
¿Pensaron que dejarían de sufrir en esta segunda parte? ¡Pues no damas y caballeros! ¡Faltaba lo mejor!
Por favor alguien digame que no mate a nadie de un paro de algo o algo así.
Estoy... estoy muy conmocionada, enserio, llore escribiendo este capitulo, llore sabiendo que por fin dos de mis personajes mas queridos en todas mis novelas serian felices, y que se cerraba un hermoso ciclo que ha sido ¡BDYH!, pero al mismo tiempo, no quiero dejarlos ir aun, siento que es muy pronto, no me quiero desprender de ellos, quiero que estén siempre conmigo, que nos se vallan.
No quiero que esto acabe.
Pero como alguien dijo una vez, condenando a los infelices, "Todo lo bueno tiene que terminar" y esta para mi, fue de las experiencias mas bellas que he tenido en mi vida, y que voy a tener probablemente.
Estoy guardandome con todas mis fuerzas las palabras que no quiero decirles hasta el Agradecimientos, intentando no llorar tanto y no decir de mas, para así guardarme todo esto que siento hasta que llegue el momento en el que ya no les cuente una historia de fantasía, si no que les hable a ustedes, que me han acompañado durante todo este hermoso proyecto.
Las amo muchísimo, no se imaginan lo importante que son para mi.
Supongo que este es el fin, aquí nos despedimos de YoonGi y de Jimin.
Voy a tenerlos en mi mente toda mi vida.
Los amo a todos.
¡Besos in the ass!
-Nico-Chan
#CajitadeLeche.