¡Ding Dong! ¡Ding Dong! Sonó el timbre.
Mamá se aproxima a abrir la puerta pero a través del vidrio se ve una sombra de un cuerpo masculino que había visto antes, un cuerpo tipo sacado de Internet pero nada familiar tras la puerta de mi casa, aunque ya han pasado varios días desde su llegada a esta calle y me imaginaba a la perfección quien podría ser.
-Tranquila mamá yo abro la puerta. Le dije rápidamente antes que fuera ella.
Abrir la puerta en mi casa significa abrir una rendija que está en medio de la puerta y ver quién es y que se le ofrece.
Y hacer pasar a alguien a la casa que por lo general es papá o mamá es quitar un par de seguros con llaves más dos pequeñas cadenas que forman parte de la seguridad de nuestra casa. Porque aun y cuando fueran vecinos Nadie podía pasar a nuestra casa. ¡¡NADIE!! Desde que tengo uso de razón mis padres tienen una manera muy sobre protectora de cuidarnos o ver la vida.
-Está bien hija ya sabes que hacer. Dice mi madre mientras se dirige a las escaleras.
Mi intensión de abrir la puerta no era exactamente para verlo sino para tratarlo con la misma seriedad y desinterés que él me había tratado el día anterior. Es que apenas estaba llegando al vecindario y de seguro como me pillo viéndolo por la ventana ya pensaba que estaba loca o babeada por el y se creía con el derecho de verme como un bicho raro al que nunca le podría parar pues no, que equivocado estaba.
Después de quitar todos los seguros por fin abro la puerta con cara de desinteresada
-Hola, por aquí habla Rousse. ¿Por allá quién?. Oh que madura acabo de ser.
-Hola niña, ¿están tus padres?. Lo dijo sin ningún tipo de expresión, tan diferente a como la primera vez que lo vi con esa hermosa sonrisa.
-Si están. Y no soy una niña.
-¡¿Quién es y que se le ofrece señor mayor?!
Lo dije con una voz más adulta y algo de burla.
-Bueno solo pasaba a dejar esta tarjeta de invitación de una reunión que se realizara mañana en nuestra casa para conocer a todos nuestros vecinos.
-Está bien gracias! Y de inmediato cerré la puerta para que le cayera mal la atención que le había dado.
Mamá y papá rechazaron la invitación como todas las de cualquier evento. Pero al día siguiente en la noche se me ocurre salir al balcón de la casa veo algo del estudio donde estaba la reunión que se ve bastante animada y me pregunto. ¿Por qué también la familia Habach no puede relacionarse así con los demás? ¿Por qué siempre tenemos que ser mamá, papá , Lucia y yo? porque simplemente no podemos relacionarnos con los demás y si nos provoca una tarde invitar amigos a casa o hacer una super cena donde papa y mama inviten a sus amigos, pero no, aquí no se puede.
De pronto se me ocurre la idea de irme al armario. Colocarme un vestido bastante sencillo y un par de zapatos y escaparme por el balcón a la reunión que parecía mas bien una fiesta en la casa de los nuevos vecinos.
Salte al jardín de al lado, y es que a pesar de que mi mamá durante toda la vida nos ha mantenido alejadas de la vida social. Cosas como saltar o romper alguna regla me toco aprenderlo y mas en el colegio en esos días que me escapaba y salia. El único lugar donde comparto con diferentes tipos de personas..
Nadie me ha visto mientras bajaba, me acomodo el vestido y el cabello mientras me fijo en mi destino. Llego a la sala del evento y veo a una gran cantidad de personas algunas caras familiares pero otras no tanto. Mis ojos logran divisar a Kevin junto a un gran ventanal con un traje bastante formal, que brillaba con la luz y un peinado algo trabajado. En su mano tenía una copa de vino, ya no se veía como un chico normal sino con un toque de mas madurez. En ese momento conversaba con otros chicos y tenia la misma sonrisa que cuando lo vi desde un principio. Supongo que hablaban de fútbol o cosas así por los gestos que hacían.
De pronto Kevin levanta su mano saludando en dirección a mi casa.
En primer momento pensé "Que gentil, saluda a mi casa" ¡¡Quee!! ¡¡Esta saludando a mi casa!!
Mientras los observaba el chico que estaba de frente hacia mí. Murmura algo que lo hace voltear hacia donde yo estaba.
Fue un momento bastante incomodo porque no solo el sino los demás voltearon a verme y que podían pensar. Quizás dijo "¿Quien es esa chica tan elegante y bella que ha llegado a la fiesta?" o tal vez "¿Conoces a esa chica mal peinada y fea que está allí?"
No supe más que voltear a otro lado pero sin dejar de ver todo lo que podía con el rabito del ojo y en baja definición notaba como Kevin se acercaba a mí.
-Hola Riiii, Riii. Lo dice mientra pone unos de sus dedos en su barbilla como pensando que decir.
-Rousse!!.
-Hola Rousse. ¿Y tus padres? pensé que no vendrías que no te dejarian y más si juraría que te acabo de ver en el balcón de tu casa, pero como que seria, te salude y todo...
-¡No puede ser!!. -el susto se intensifico. Mis signos vitales estaban a punto del colapso que pensé que moriría. Mejor hubiese sido quedarme en casa...
-¿Te sientes bien?. -me pregunta con atención.
-Sí, no pasa nada tranquilo!
-¿Pero qué te preocupa, por que te pones así?
-Eh eh. No es nada!! Tranquilo. Es solo que tal vez haya sido mi mamá que se dio cuenta que no estoy en mi habitación y me está buscando.
-Si, tal vez haya sido tu mama porque me regreso el saludo... el otro día la conocí y me parecio....
Sin dejar que termine de hablar le digo -Entonces ya es hora de marcharme.
-¿Tan pronto? Eres algo rara, te iba a presentar a unos amigos que son de por aquí pero creo que o te cono...
-Otro día será mejor. -mencione sin apenas terminar de escucharlo.
-Está bien, Chao Rousse, gracias por ve...
-Hasta luego Kevin. ¡¡Buenas noches!!. Dije rápido, nuevamente sin escucharlo bien porque salí rápido de esa casa.
......
-¡Ya llegue del colegio!! ¡mamá!! ¡mamá!! ¡Lucia!! ¡Papá!! ¡Lo que me faltaba! No hay nadie en casa. Observo el reloj y es un poco más de la 1pm. Me dirijo a la cocina en busca de mi delicioso almuerzo. Luego de darme un gusto me metí a la ducha que me dio una paz en mi interior. Me dispuse a tomar una siesta antes de que se hiciera mas tarde porque quiero despertar antes de que caiga la noche.
...
Lucia
Ya son casi las 4:30 de la tarde, veo a mi hermana dormida en su cama y me provoca salir a caminar un rato, tomo una leggins, mis zapatos deportivos, me Tejí el cabello y decido salir al malecón que me queda a unas cuantas cuadras de mi casa. Pasan las horas y ya el sol comienza a caer es casi de noche.
El sol, agonizante y rojizo desaparece lentamente en la inquietud del horizonte, es lo que logro ver desde donde me encuentro sentada a un lado del paseo, esta vista es hermosa no me canso de verla. Por el medio del boulevard logro ver a un chico hermoso con el rostro sudoroso y el andar cansado. Detrás, el camino andado, por delante, el paisaje casi desierto. Con rascacielos, pocos deportistas, autos y agua. Es una ciudad muy bella atravesada por el río.... Por sorpresa mía aquel apuesto chico detiene su trote justo al frente de mí.
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-¿Quieres un jugo? Con dos vasos que contenían una rica bebida. O al menos eso parecía. Enseguida se me vino a la mente cada vez que mama nos recuerda que no debemos entablar conversación con ningún extraño.
-¡Disculpe pero no lo conozco!!. Le dije de la manera mas educada que pude.
Él tenía una sonrisa encantadora. Sus ojos se achinaban y expresaban inocencia al mostrar los dientes blancos como la nieve. Su mirada era bastante tierna y a la vez intimidante y su voz era algo ronca pero desarrollada.
Se sienta justo a mi lado aun con las dos bebidas en sus mano. -Si pero me gustaría brindarte una Bebida. Ya es hora de ir a casa y creo que esto te daría algo de energía luego del entrenamiento, te he visto entrenando.
En ese momento me levante, decidí que era hora de ir a casa, me despedí sin aceptar el jugo ni responder a su comentario y seguí mi camino... De repente lo tenía ahí, justo a mi lado caminando conmigo como si no le importara mi trato o que simplemente no acepte la bebida, era como que si creyera conocerme.
Cada vez me daba más temor porque si una regla hay en casa es que nadie puede entrar a nuestra casa. ¡¡NADIE!! Eso significaba para mí que ni mis compañeros de clases debían saber dónde vivía. Por lo cual detuve el caminar para que este extraño pero bello chico no supiera donde vivía. Él camino un par de pasos más y también se detuvo.
-¡Oye basta! ¿Qué quieres de mí?. Ya esto no me gustaba, estaba comenzando a sentir miedo de esta persona extraña.
Pense que diria cualquer otra cosa menos lo siguiente
Se llevo su mano a la nuca como pensando un poco que decir. -Tu nombre. ¿Cómo te llamas?. Aun tenia la misma miada tierna pero intimidante a la vez.
- ¿Tu quién eres? ¿Porque actúas de esta manera tan extraña?. -no dijo nada solo me seguía mirando como esperando a que respondiera a su pregunta. -¡Rousse! Soy Rousse Habach.
-¡William! Es un placer. ¿Ahora te puedo acompañar hasta tu casa? no lo malinterpretes. -expreso ignorando mis preguntas.
-¡No! No puedes porque si mis padres te ven. ¡¡Ehh olvídalo!! -espeto blanqueando mis ojos
No entiendo cómo puede un extraño aparecer de la nada con dos vasos de jugos y además queriéndome acompañar hasta mi casa.