¿Algo nuevo? La calefacción de su habitación se había roto.
¿Algo viejo? Las idioteces que Harry estaba diciendo en ese momento.
—Mira, Harry. Yo no te elegí como mi compañero de habitación. ¿De acuerdo? ¿Podrías cerrar tu maldita boca? —le exclamó Louis ya fuera de sus casillas—. Sólo estás ahí, haciendo nada, ¿ahora entiendes por qué te ignoro? Sólo estás ahí diciendo no soportarme pero sigues ahí. Molestando y aturdiendo mis oídos.
—Cierra la boca, Louis —le dice Harry la cual estaba echándole un ojo a la calefacción—. Sí tienes algo útil qué decir, puedes abrir la boca, y sino es así... sólo ciérrala porque no tengo muchas ganas de escucharte.
Louis cruzó sus brazos y alzó las cejas.
—Con el tiempo que has perdido en arreglar tu jodido cabello todos los malditos y jodidos días, hubieras aprendido arreglar un calefactor —dice Louis.
Harry volteó y lo miró sumamente enojado.
—Oh, lo siento. No fui yo quién estaba aquí cuando esto pasó, ¿sabes? Estabas tú y vaya saber qué cosas has hecho.
—¡Estaba mirando una jodida película! ¡Y sólo se ha parado!
—¡Cierra la boca, Tomlinson!
—¡Joder! ¡No te soporto! —le exclamó el ojiazul, y luego respiró hondo—. Esto no va a cagar mi día. No vas a cagarla, estoy comenzando a tener frío y tú no sabes hacer nada.
Harry se bajó del banquito y caminó hasta Louis.
—¿Por qué no le echas un vistazo tú a ésta maquina? —le dice Harry con una sonrisa sarcástica—. ¿Ah? Quizá porque ni con un banquito llegas a la calefacción, inútil.
Louis frunció el ceño por completo y trató de golpear a Harry y éste le detuvo tomando su muñeca.
—Pues sigue participando, Louis.
—¡Déjame en paz! ¿Qué te molesta mi altura? ¿Acaso tú no has tenido novias bajas, tonto?
—La verdad es que no te escucho —dice Harry pasando su cabello por detrás de su oreja y sentándose en la cama. Se colocó sus audífonos haciendo molestar a Louis aún más.
Louis tomó el mando de la televisión, e hizo zapping con ella.
Estaba tan molesto con Harry y era completamente normal. Ha estado con él por sólo 7 meses y la verdad era lo más molesto que existía.
En el segundo mes comenzaron a tener tantas diferencias. Louis quería pintar la habitación de un color y Harry de otro color. Y así fue cuando comenzaron lentamente a "odiarse".
Escuchó la carcajada de Harry y volteó a mirarlo. El rizado estaba con su teléfono y reía ruidosamente.
—Vaya a quién estará leyendo —musitó Louis para sí mismo—. Inútil.
—¡Qué buena qué está! —exclamó Harry emocionado.
Louis giró a mirarlo nuevamente e imitó infantilmente:
—Qué buena qué está. Pero qué clase de idiota tenemos aquí.
—Te oigo —dijo Harry aún mirando la pantalla de su teléfono móvil—. Y me molestas.
—Te oigo todos los preciados días de mi vida y me molestas y no me quejo tanto para ser sincero, Harry —dice Louis en un tono sarcástico.
Harry lo miró completamente molesto y se levantó de su cama.
—¿Sabes, idiota? Mejor me iré porque tu voz completamente chillona está perforando mis oídos y para ser sincero no soporto escucharte —dijo comenzando a caminar hasta la puerta.
—¡Y a mi qué importa lo qué te suceda escuchando mi voz, Harry! —le exclamó. El rizado azotó la puerta.—. ¡Eres un...! Por Dios, ¡no te soporto!
Respiró hondo tratando de calmarse. Realmente lo alteraba tanto.
Luego de dar las 02:05 AM, se acostó y se tapó con sabanas y acolchados porque tenía tanto frío que no lograba soportarlo.
Harry todavía no llegaba pero tampoco le importaba así que volteó para dormirse.
Y no podía, de alguna u otra forma le inquietaba lo tarde que podía llegar Harry. Luego, si le pasara algo, él tenía que responder las preguntas a la policía y perdería el tiempo.
Pocos minutos después el rizado llegó, y Louis entre abrió su ojo izquierdo mirando como el rizado entraba al baño y se daba una ducha. Y cuando salió se colocó la camisa lentamente.
Cerró los ojos porque no le interesaba en los más mínimo mirar el torso de Harry.
Su curiosidad lo mató, y entre abrió el ojo izquierdo otra vez.
De repente Harry caminó hasta Louis y se hincó frente a él, acercándose tanto que Louis cerró los ojos completamente.
—Me espías —musitó—. Qué bonito.
Abrió sus ojos y frunció el ceño.
—¿Quieres hacerme el favor de irte de vuelta?
—¿Por qué me espías? ¿Siempre lo haces? —preguntó en un tono divertido y aún cerca del rostro de Louis—. Amaría saberlo.
—¿Quieres alejarte de mi querido rostro?
Se acercó aún más.
—¿Y ahora?
Louis hizo ademán de escupir, y Harry no se alejó.
—¿Alguien te ha dicho sobre el grano en tu frente?
El castaño se tocó automaticamente la frente. Y no tenía nada.
—¿Alguien te ha dicho de tu cabello asqueroso? ¿Eh? Creo que tus chicas no suelen comentar eso de tan cegadas que están.
—Por eso se acuestan conmigo —dice y se alejó de Louis.
—Qué asco —dijo Louis—. ¿Qué cosa te ven? Pedazo de materia fecal.
—Ven mi belleza, ¿y a ti qué te ven? —dice mientras se acostaba—. Dime qué te ven.
—Lo real, por lo menos —volteó dándole la espalda al rizado—. Idiota.
—Claro por eso Jimmy te ha dejado —dice Harry y suspiró dramáticamente—. Pobre.
—¿Quieres cerrar la boca? —le dijo seriamente—. No está siendo divertido.
—Jamás es divertido contigo.
—Entonces púdrete, Harry —dijo.
Y de repente tembló.
Sintió tanto frío que comenzó a temblar de pronto. Enredó por si mismo sus piernas.
—Qué frió —musitó para sí mismo.
—¿Qué has dicho?
—Contigo no estoy hablando —le dice a Harry, completamente molesto sin razón alguna.
Sus temblores se calmaron pero luego queriendo dormirse profundamente, comenzó a temblar otra vez. Y abrió sus ojos.
Se levantó rápidamente, y colocó otra colcha en su cama. Pero no funcionó porque realmente tenía frío. ¿Y cómo es qué Harry no tenía tanto frío cómo él?
Intentó ignorar sus temblores pero era imposible.
Estaba sintiendo más frío de lo normal. Y ya no quedaban sabanas, ni siquiera algo y él estaba bastante abrigado.
Con todos los movimientos que Louis hizo, pudo llamar la atención de Harry.
—¿Qué te sucede?
—Me sucede que me estoy muriendo de frío —dice mirando el techo tratando de no pensar en el frío que estaba sintiendo—. Y es tan insoportable como tú.
Harry lo miró curioso y pudo notar que estaba temblando.
—Estás temblando.
—Claro que no. Estoy bailando, ¡¿tú qué crees?! —volteó a mirarlo—. Claro que estoy temblando, Styles.
—Se te pasará —dice Harry y volteó dándole la espalda—. Ahora duerme, y se te pasará exagerado.
Louis lo miró por quinta vez en el día enojado, y trató de dormir pero no paraba de temblar ésta vez y la llegada de las 03:05 AM se había hecho muy friolenta y llevó su rostro hasta su almohada maldiciendo de tanto frío que tenía.
—¿Louis? —llamó Harry.
—¿Qué?
—¿Realmente tienes mucho frío?
Éste lo miró.
—¿Y a ti qué te parece? —habló como pudo en realidad porque los temblores no dejaban de cesar.
—Estás temblando demasiado, y te hará mal y no quiero a tu mami llorando en mi habitación —dice Harry—. ¿Qué piensas hacer?
—Sólo cállate —dice y volteó dándole la espalda nuevamente—. Intento no temblar porque esto está haciéndose horrible y me estás molestando.
—Yo no tengo tanto frío —dice Harry—. ¿Por qué tú sí?
—¿Y yo cómo iba a saber, Harry?
Pasaron unos minutos más y Louis, lamentablemente seguía con frío y seguía temblando, dando las 03:30 AM. Escuchó que Harry se había levantando.
—Voy a arrepentirme de esto —escuchó decir.
Luego, sintió un peso a su lado.
Volteó con rapidez chocando su rostro con la de Harry.
—Sal de mi maldita cama, Harry —dice tembloroso—. Te dig-
—Cállate —le dijo—. Me molestan tus temblores y te pasaré calor así como en esas películas horribles que miras tú.
—¿Por qué haces esto? Vete. Te odio, sal de aquí —dice Louis sin fuerzas y ánimos.
El rizado no le hizo caso y llevó un brazo por debajo de su cuello y el otro brazo por su espalda hasta chocar el pecho de Louis con el de Harry.
Lo tuvo tan cerca que Louis sintió la calidez.
Louis tenía su rostro escondido en el cuello del ojiverde.
—Aún así me molestas.
—Lo hago por tu mamá, sólo porque le agrado.
Louis seguía temblando un poco pero con la calidez de Harry pudo sentirse sinceramente mucho mejor.
—Ahora dime, ¿he podido cambiar algo?
El castaño tardó unos segundos en responder, pero al final admitió:
—Tengo que decir que me siento algo... mejor —dice.
Harry apretó a Louis más cerca de él para pasarle su calor. Y luego, enredó sus piernas con la Louis.
—Quisiera mañana olvidar esto. Estar cerca de ti me hace tener nauseas —dice Harry.
—Entonces aléjate. Prefiero morirme de frío.
—No porque... yo también me siento mejor, así que cierra la boca —dice Harry—. Y tus piernas estaban temblando demasiados.
Louis seguía teniendo su rostro en el pecho de Harry, y seguía sintiendo frío aunque no más que hace 5 minutos atrás.
—Puedes ir a dormir, Styles —le musitó—. Yo puedo controlar esto solo.
Harry la cuál pasó su mentón a la cabellera de Louis, dijo:
—Claro porque estás así hace una hora, y media. No puedes hacerlo solo. Estas muriendote de frío —le dijo—. Sólo intenta dormir.
—No puedo.
—¿Cómo que no puedes?
—Se puede decir que no tengo sueño, ¿no te ha pasado?
—Pero qué inútil eres.
—Aprendí del mejor —dijo Louis—. De ti.
Pasaron unos minutos en silencio, y para sorpresa del rizado... Louis llevó sus brazos hacia la cintura de Harry acercándolo lo más que pudo hacia él, haciendo que Harry negara con la cabeza y una sonrisa divertida se formara en sus labios.
—Veo que sigues teniendo frío.
—Desearía que te callaras —le dijo Louis, y luego en un susurro muy bajito, añadió:—. Y desearías que me abrazaras porque tengo mucho frío.
—¿Qué dijiste?
—Qué me abraces —elevó la voz—. Estás completamente cálido, haz algo bien.
Harry suspiró pesadamente pasó sus dos brazos por la espalda de Louis colocando su cabeza en el hueco del cuello del ojiazul.
—Es raro —dice Louis—. Demasiado.
—¿Qué cosa?
—Aparte de esto... de que hayas venido a las dos de la mañana cuando no llegas hasta el amanecer —le dijo—. Siempre sales aunque es algo común pero... no lo sé, ahora has llegado temprano.
—¿Y con quién crees qué estaría?
—Con tus mujeres, obviamente —dice, y comenzó a acariciar muy suavemente con su dedo índice la espalda de Harry—. Siempre estás en las nubes.
—¿Qué te hace pensar qué soy esa clase de chico?
—Eres esa clase de chico, Harry. O en este caso, es el que me dejaste ver. ¿Qué quieres qué piense? ¿Qué eres esa clase de chico que le trae bombones a su novia, o que le dice buenos días cada vez que se despierta? Por favor.
—Puedo cambiar —musitó—. Puedo ser diferente, tonto.
—Debe haber un milagro, entonces.
—¿Y qué me dices de ti, eh? Sólo estás aquí esperando al hombre de tu vida.
—Quizá porque... —carraspeó—, porque soy el gran idiota de esta universidad que tiene de compañero a Harry folla medio mundo Styles que odia a su patético e inútil compañero que le gusta las películas románticas y necesita estar en su habitación la mayor parte del día. Quizá por eso las personas me ven como un idiota y horripilante chico —dijo en un tono completamente molesto.
Harry lo tomó por los hombros y lo alejó a una distancia media para mirarle el rostro. Lo miró a los ojos, y Louis tenía sus cejas fruncidas ligeramente y tenía sus ojos un poco... cristalizados.
—¿Quieres llorar?
—No —le dijo en un tono firme—. Quiero que te vayas a tu cama, duermas así mañana estás con todas las energías para que puedas follar a una ilusa. ¿Podrías hacer eso por mí?
El rizado negó con la cabeza.
—¿Qué tienes?
—¿Que qué tengo? —elevó la voz—. Qué parece que hace siete meses te he cagado la vida, y no pienses que tú la mía no. Definitivamente.
—¿Y qué más, eh? —le dijo acercándose más hacia su rostro—. ¿Por qué estás tan molesto conmigo?
—¡Porque sólo me molestas, y tu vida se basa en follar! —lo empujó para que se alejara de él.
Louis se abrazó a sí mismo sintiendo frío nuevamente, ya que había empujado al rizado y éste estaba mirándolo sin expresión alguna.
—Porque cuando quise tener una amistad contigo, no te importó —le dijo en un tono bajo y triste—. Y porque no me tomas en serio cuando te hablo seriamente. Y porque sólo... no te importa nada, Harry.
Cuando levantó su rostro Harry estaba más cerca de lo que había imaginado alguna vez que podían estar.
Podría haberse imaginado tantas cosas que hubiese pasado esa noche.
Se hubiese imaginado que quizá esa noche iban a pelear, cuando Harry llegara completamente sobrio —ya que no le gustaba el alcohol— diciendo idioteces como siempre.
Se hubiese imaginado dormir totalmente solo, y sintiéndose un poco mal como siempre se sentía porque no podía evitarlo.
Se hubiese imaginado muchísimas cosas, como él en su cama y Harry en la suya riendo con su teléfono móvil en sus manos mientras escuchaba música, y Louis quejándose que su risa era muy ruidosa y fea.
Todo lo hubiese imaginado.
Pero nunca, jamás en la vida se imaginó que Harry lo tomara de la cintura para acercarlo a él, y llevar sus labios entre los de Louis comenzandolo a besar lentamente dulce.
Comenzaron tan torpemente pero luego, los dos comenzaron a besarse como si los labios de cada uno fueran mágicos, y que sólo ese momento podría pasar sólo una vez en la vida.
Y se besaron como si realmente quisieran aprovechar ese momento.
Louis jamás había sentido tan bien algo porque Harry besaba tan bien que podría hacerlo cada mañana, cada tarde, cada noche.
Y Harry pensó que Louis tenía los labios finos y que encajaba tan bien entre los suyos y podría hacer aquello toda la maldita vida.
El castaño colocó su pierna entre las de Harry para sentir su calor otra vez.
Se separaron en busca de aire, y Louis escondió su rostro en el pecho de Harry porque otro mejor lugar no había para esconderse del mundo.
—¿Qué acabamos de hacer? Estoy apunto de morirme —musitó Louis—. Mejor dicho, ¿qué estás haciéndome?
—¿Te ha gustado?
—No seas descortés.
—Louis —lo tomó del mentón para que lo mirase—. ¿Te ha gustado? ¿Te ha gustado besarme?
Louis miró sus ojos por millonésima vez hace siete meses, y miró sus labios queriendo realmente besarle otra vez, pero corrió su mirada hacia el pecho de Harry.
Si realmente quería besarlo, ¿por qué no lo hacía y ya?
—Eres un imbécil —musitó Louis y levantó su rostro. Harry frunció el entre cejo, y parecía bastante confundido—. Claro que me ha gustado sino, ¿por qué crees qué te he vuelto a besar?
Y volvió a acercar sus labios a los de Harry para besarlo.
Pero ésta vez él colocó sus manos en el cuello de Harry haciendo que el rizado tome su cintura y lo acerque nuevamente a él. Y puedan estar tan cerca como desde un principio, pero ésta vez un poco diferente porque esta vez estaban besándose.
Entre el beso Louis, le decía:
—Quiero... quiero... que sepas que te sigo odiando.
Harry se alejó de él y lo miró con una sonrisa divertida.
Como Louis necesitaba más de sus labios, se acercó para besarlo pero Harry retrocedió su rostro.
El ojiazul frunció los labios, y otra vez Harry se acercó a él para tomar su labio inferior entre sus dientes mientras lo miraba a los ojos.
Louis y Harry podrían perderse mientras se miraban uno al otro.
Y luego de eso, llegó el beso sin poder detenerse.
Hasta que el aire les jugó en contra y tuvieron que separarse.
—¿Ya no sientes frío? —preguntó el rizado.
Una sonrisa divertida se colocó en los labios de Louis, y negó con la cabeza.
—¿Entonces podré irme?
—¿Piensas qué me importa si te vas, o te quedas?
—Pienso que sí, que te importa. ¿Hay algún problema?
—Pensé que tu ego lo habías dejado antes de besarme —le dijo y llevó su mano al pecho de Harry para tomar su camisa entre sus puños y acercarlo a él—. ¿O qué te ha pasado?
—Mi ego se irá luego, cuando comience a follarme aquellas chicas —le dijo—. ¿O qué?
A Louis se le esfumó su sonrisa casi divertida y lo soltó.
—No entiendo por qué me besaste entonces, pedazo de mierda. ¿Podrías salir de mi jodida cama? —le dijo en un tono bastante molesto.
—Louis, era broma.
—¿Broma? Lo que dices no es broma porque realmente lo harás, Harry. Te conozco, lo harás —le dijo y se levantó de su cama para colocarse una sudadera.
Harry se levantó con él.
—¿Por qué piensas qué soy así? ¿No te bastó con qué te demostrara que...?
—¿Qué? —volteó a él—. Claro porque tú no te tomas nada de verdad Harry, y entonces porque eres tan consciente de que soy un tonto completamente ilusionado e ingenuo entonces me besas como si fuera un juguete para ti. ¡Como si pudieras jugar conmigo! Como siempre lo hiciste.
—¡¿Por qué te importa tanto?! ¡Pensé que me odiabas!
—¡Ojalá, maldita sea! —le exclamó—. ¡Ojalá pudiera en verdad odiarte! Pero no. Y me odio a mí mismo por haber entrado hace siente meses por esa puerta y mirarte como si fueras lo más bello que existiera en este planeta —dijo con lágrimas en los ojos—. Y pensé que te odiaba y pensé que no te soportaba y te detestaba. Pero me di cuenta que no te odio que... en realidad no te detesto. Detesto no ser lo suficiente para llamarte la atención como ellas hacen.
Harry parecía tan desconcertado y aturdido que sus ojos comenzaron a lagrimear sorprendiéndolo por completo.
Louis abrió sus ojos más de lo normal, y se sintió tan mal que quiso echarse a llorar.
Quiso irse e hizo ademán para largarse pero Harry lo tomó de la muñeca, y le dijo:
—Lo siento.
—Yo... me quiero ir. No quiero estar aquí —dijo con la voz apunto de quebrarse.
—No, Louis. Realmente lo siento —le dijo—. Lo siento. Yo no sé qué me pasa, y a veces pienso que hago bien y no me doy cuenta qué realmente estoy haciendo las cosas mal. Y quisiera... quisiera comenzar de nuevo contigo porque sé lo mucho que me he equivocado. ¿Sabes?
Louis se soltó del agarre del rizado.
—Sólo pienso que jugarás conmigo, Harry. Y la verdad soy lo bastante consciente para poder evitar ese dolor.
—No sé qué sucede entre nosotros, sólo sé que... me gustó besarte. Y lo haría toda mi jodida vida porque fue maravilloso poder estar cerca de ti de aquella manera. Y jamás en mi infeliz vida me sentí tan jodidamente bien estando a tu lado —dijo—. Y sé que nuestra rutina es pelearnos y que suelo decirte cosas horribles y que tu me dices cosas horribles aunque me lo merezco. Sé que estamos mal, sé que nos encajamos como solemos decir y pensar. Pero yo pienso, y siento que ahora podríamos encajar. Ahora podríamos hacerlo mejor. Sólo si me dieras la oportunidad... Louis.
Louis no respondió, sólo miró sus manos.
—Sé que piensas que quiero lastimarte y que seguramente lo he hecho varias veces, y que piensas que después de esto saldré y me follaré a media universidad, que... —Las lágrimas salieron por sus ojos inesperadamente—. Y ni siquiera sé por qué estoy llorando, sólo no quiero que pienses así de mí.
El castaño se dirigió hasta la cama, y se sentó allí. Harry lo siguió sentándose a su lado.
—Me odiaría —le susurró—. Me odiaría darte una oportunidad.
Harry maldijo en voz baja, y Louis giró su cabeza para mirarlo.
—Pero... pero creo que me odiaría más si te dejo realmente irte con otra persona, Harry. Y preferir-
El rizado le interrumpió llevando sus labios entre los de Louis sin poder dejarle terminar.
Louis se separó de él con una media sonrisa.
—No me has dejado terminar.
—Lo siento —se relamió los labios—. ¿Qué decías?
—Y preferiría que me abrazaras a mí cada vez que sienta frío —le dijo—. Imbécil.
—¿Y ahora? ¿Sientes frío, Louis? —le sonrió divertido.
Louis asintió.
Así que Louis se volvió a acostar, y el rizado volvió a acostarse junto a él.
Y volvieron a posicionarse como habían estado cuando el rizado se acostó con él desde un principio.
Pero esta vez Louis apoyó su cabeza en el hombro de Harry y éste giró su cabeza para poder besarlo con comodidad.
Quizá no todo sería perfecto entre ellos y quizá pasarían muchísimos obstáculos pero de algo que estaban muy seguros era que; Harry podría cambiar por Louis, quizá no de un día para otro pero lo iba a hacer y en ese momento, mientras estaba besándolo pensó que lo haría.
Cambiaría por él, porque nada más triste que ver a Louis dolido.
Nada más triste saber que quizá Louis sentía algo por él y que, Harry sólo hacía las cosas mal.
Louis no sabía que Harry también había sentido algo la primera vez que lo vio pero quizá Louis estaba tan ocupado en mirar películas y estudiar que eso le molestó plenamente a Harry, e hizo lo que hace cada fin de semana.
Y ahora más que nunca, los dos estaban necesitándose tanto.
—Creo que descomponer la calefacción fue buena idea —dice Harry—. ¿No?
Louis lo miró desconcertado. Y luego, rió queriendo asesinar a Harry.
—Te detesto.
—Mientes.
—De acuerdo, no lo hago pero ahora en este momento te detesto —dice—. Y...
—¿Mhm?
—Harry... tengo mucho frío —le susurró cerca de su mejilla.
Y bastó para que el rizado lo rodeara entre sus brazos.
Para que Louis sintiera el calor del rizado, y sintiera completamente su calidez.
Como siempre había querido sentir.
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¡fin del os! espero que esto les haya gustado, y lo siento por lo errores la verdad es que no me doy cuenta :(. y nada, gracias por leer.
este os se me ocurrió:
porque en argentina hace mucho frío, y yo suelo ser muy friolenta y cuando me acuesto estoy tipo louis, lástima que no tengo un harry para que me abrace, aguante ser infeliz jaja. adiós.
ashi xox.