Frank: ¡Alex! ¡Cariñooooo!
Frank: Aleeeeeeex :c
Frank: Alex, amor, al menos un visto estaría correcto ;-;
Frank: ¿Alex? :c
Frank: Alex, ¿sucede algo? ¿Dónde estás?
Frank: Alejandro, cuando veas esto responde por favor.
"Bebé <3"
Última conexión: 19/06/16
Frank: Voy para tu casa.
Frank rápidamente salió de su casa, dejando todo preparado para la pequeña cita que había hecho para su pequeño, yendo hacía la casa de este.
Ninguno de sus mensajes había sido contestado, o siquiera visto, por lo que le preocupó, ya que Alex siempre veía los mensajes.
Al llegar, se encaminó a la puerta y tocó el timbre muchas veces, hasta que salió la madre de su novio.
- Frank... ¿Qué sucede cariño, que haces aquí? – Preguntó la señora nerviosa, había algo que no quería decirle, se le notaba.
- ¿Dónde está Alex? No responde ninguno de mis mensajes. – Ignoró la pregunta de la mujer, estirando un poco su cuello para ver hacia atrás, pero no había nada.
- Frank, estoy yendo al hospital, si vienes conmigo te responderé la pregunta en el camino.
El muchacho se preguntó por qué la mamá de Alejandro tendría que ir al hospital, pero ignoró eso, él solo quería saber dónde estaba su pequeño niño.
Los dos se subieron al auto de la mujer, y mientras esta manejaba, se le escaparon algunas lágrimas.
- ¿Qué sucede? – Preguntó Frank preocupado, tanto por su novio como por la madre de este.
- Frank. Alex hoy a la mañana fue a comprarte un regalo por su aniversario.
- ¿Y que tiene eso de malo? – Interrumpió, para que después la mujer vuelva a hablar, soltando un sollozo.
- Alex fue a comprarte un collar, a una joyería. Esta mañana atracaron la joyería, y dispararon a Alex. Ahora estamos yendo a esperar a que salga de emergencias.
Frank no lo podía creer. ¿Su novio ahora estaba en el hospital por un estúpido regalo para él?
Si tan solo le hubiera hablado antes de que el pequeño fuera...
- Frank. – Interrumpió sus pensamientos la mujer, a la cual le seguían cayendo lágrimas de sus ojos. – Esto no es tu culpa. Simplemente Alex fue en un mal momento, y el destino quiso que él recibiera el disparo.
El muchacho no respondió nada. Tampoco habló en todo el camino. Simplemente mantenía su mente en comentarios positivos, como que si él sobrevivió a un choque, su pequeño iba a sobrevivir a un disparo.
Llegaron al hospital y entraron rápido a este, donde preguntaron por Alex.
- Está en la sala de emergencias, en el quinto piso.
Al subir, sentados en los bancos del pequeño pasillo, estaban Rubén, Eva, Mangel, Luzu, Guillermo, Samuel y Lana. Todos con la misma cara de preocupados que tenían Frank y la madre de Alex.
- ¿Aún no salió? – Preguntó la mujer, al borde de las lágrimas nuevamente. Todos negaron.
- Aún no salió. – Respondió Eva. – Pero estoy segura de que lo hará, y vivo.
Las horas pasaban y aún no se sabía nada del el pequeño chico, y a cada segundo que pasaba, sus amigos, su novio y su madre se ponían más nerviosos.
Entonces, un doctor, joven y de cabello castaño, sale de la sala de emergencias.
- ¿Familiares del señor Bravo? – Preguntó, y todos los presentes en la sala se pararon.
- ¿Cómo está mi hijo, doctor? ¿Está bien? – Se acercó, al borde de las lágrimas la madre de Alex, suplicando por la vida de su hijo.
El doctor simplemente la miró con tristeza, bajó levemente su mirada, y negó con la cabeza.
Frank no lo podía creer, Alex, su Alex, su pequeño niño había muerto. Y solo por comprar un estúpido collar.
- Perdió mucha sangre en el camino, no pudimos hacer nada. – Se excusó el doctor. Todos los presentes estaban en una especie shock, no podían creer nada de lo que pasaba.
- Pero, usted es el doctor, tendría que haber hecho algo, tendría que haberle donado sangre, ¡no quedarse quieto, como un maldito estúpido! – Gritó Rubén alterado, las lágrimas no dejaban de bajar por sus mejillas, y en cuanto quiso golpear al hombre, dos brazos lo rodearon por la espalda. Mangel. - ¡Déjame, déjame matar a ese maldito estúpido! ¡Lo odio!
Samuel, quien también era muy unido a Alex, simplemente golpeó la pared con fuerza, logrando que se rompa un poco. Guillermo se apuró a consolarlo. Mientras Lana y Luzu se abrazaban, Eva consolaba, también sollozando a la madre de su novio.
¿Y Frank?
Frank simplemente veía aquella pequeña caja negra, con un anillo de oro dentro, que había permanecido en su bolsillo desde el día de hoy. Iba a pedirle casamiento hoy, y la persona a quien más amó estaba muerta. Ya no lo volvería a ver, no podría volver a abrazarlo, o besarlo, ni siquiera tener esas noches en las que tenía ganas de decirle cuanto lo amaba, y todas las cosas que le gustaban de él. Ya no podría ver aquellos ojos tan hermosos que la primera vez que los vio lo habían vuelto loco.
Alex estaba muerto. Muerto. Muerto. Muerto. Y no podría recuperarlo.
Sus piernas flaquearon y cayó al suelo, aun mirando aquel anillo, que tanta ilusión le habría hecho verlo en el dedo de su amado. Lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, y sin quererlo, más de un sollozo se le escapó.
Ya nada sería igual.
{...}
El día era lluvioso y nublado, igual que las emociones del joven muchacho vestido de negro, frente al ataúd que mantenía el cuerpo de lo que alguna vez fue el chico a quien más amó.
Se acercó al cerrado ataúd. Las lágrimas empezaron a bajar nuevamente.
- Te amo bebé. No lo olvides. – Susurró, y arriba de la caja puso aquella cajita negra, la cual aún mantenía el hermoso anillo de oro, y junto a esta, una nota.
"¡Hola muñeca! Gracias por darme tu número, ¿salimos? ;)"
"Hey, Alex, ¿quieres casarte conmigo?"
{...}
La niña de cabellos rubios y ojos verdes corría por la casa, hasta llegar a la puerta de entrada, donde tocaban el timbre incesablemente.
- ¡Ya va! – Gritó la niña cansada de escuchar los timbrazos.
- ¡Ruby, pregunta quien es! – Gritó su padre acercándose también hacia donde la niña estaba.
- Si papi – Respondió la niña inocente. - ¿Quién es?
- Soy el tío Frank, abre pequeña.
Ruby sonrío con mucha felicidad. Quería mucho al tío Frank, siempre le traía regalos y jugaba mucho con ella, era como su tercer papá.
Abrió la puerta rápidamente y alzó su mirada, para ver a su "tío" con un regalo en mano, como siempre que venía, y se lo extendió.
La niña lo agarró en sus pequeñas manitas, para después abrazar a Frank y correr hacia el comedor para abrir el nuevo regalo.
Rubén se acercó sonriendo hacia Frank, haciéndose a un lado para que pase.
- ¡Frank, compañero! ¿Qué tal?
- Pues aquí, he venido a visitaros.
Mangel bajó las escaleras en calzones y con cara de recién levantado, y en cuanto vio a Frank, subió rápidamente las escaleras para cambiarse.
- ¡Buen día, Frank! – Gritó desde arriba, ganándose algunas risas de parte del noruego y del muchacho.
- ¿Noche loca?
- ¿Con una hija? No, gracias.
Ruby se acercó corriendo una vez más hacia los adultos, luciendo su nuevo sombrero de vaquera que su "tío" le había regalado.
- ¡Gracias, tío!
- Te queda hermoso, pequeña. – Alagó con una sonrisa el chico de pelo negro, acomodándole el sombrero a Ruby.
- ¡Tío Frank, tío Frank! ¿Puedes contarme de nuevo la historia de los mensajes? – Pidió suplicante la niña, jalándole de la mano.
Rubén miró con un toque de tristeza a Frank, que este simplemente sonrío, aunque en sus ojos se podía ver la soledad, y lo mal que se sentía sin su pareja.
- Claro, bonita, ven, vamos a sentarnos y te la contaré.
The End.
-------------------------------
Holaaa c:
Algunos (Dark) me preguntaron si iba a seguir escribiendo :v
Estoy en proceso de una fic sobre Brollie, pero si les gusta o algo como escribo van a tener que esperar, porque tardo bastante porque bien pinche lenta se nace no se hace ;-;
Espero que no me maten por el final alternativo xd
Vai *¬*
~ Retrasada Mental ~ :3