N/A: Leer esto con House of Cards lo hace aún más porno, yo creo. Jajaja. XD
Él me tenía agarrada la muñeca y cada vez que intentaba hacer que me soltara, me agarraba más fuerte.
—Me haces daño... Jin. Suéltame —dije y él me soltó.
Me miró sin ninguna emoción. Se me acercó y iba a tocarme, pero enseguida me aparté y me alejé de él hasta que choqué con el escritorio. Él fue acercándose más hasta quedarme sentada en la mesa.
No me gusta cómo me mira. No es el mismo Jin. Sus ojos se veían oscuros y sin vida. Se notaba que no estaba contento y hay una mezcla de deseo en su mirada. Me eché más hacia atrás y agarró rápidamente mis piernas acercándome a él.
Se me había subido el vestido. Me abrió de piernas y empezó a acariciarme en la pierna. Apartaba mis piernas, pero cada vez que lo hacía lo agarraba más fuerte y me pegaba más a él.
—Jin... por favor... me haces daño...
De repente me agarró en la cara con una mano.
—Lo que no me gusta que es que mi chica esté coqueteando con otro mientras no estoy mirando. ¿Me estás entendiendo Soo Eun? —dijo él molesto y apretando más su agarré.
—Jin... ¡Ahh! No te entiendo —dije y me agarró por el pelo. Me miró como si quisiera hacerme daño. Sacudí la cabeza porque no me salía la voz.
—¿Te haces la inocente?
—¡Y Jung Kook! ¿Coqueteabas con él? ¿Te gusta por eso coqueteabas con él? ¿No tienes suficiente conmigo? ¿Qué? ¿Te metió él dedo mientras yo no estaba? ¿Te gustó más el largo de sus dedos? Te-
No pude más y le pegué una cachetada y las lagrimas cayeron de mis ojos.
—¡Ni una vez me han llamado coqueta! ¡Porque ni una vez me han tocado, solo tú! ¡Tú eres él único que me ha tocado Jin!
—No metas a Jung Kook porque no ha hecho nada malo. ¡Mientras no estabas él solo me hablaba para no quedarme excluida de tus amigos! ¡Jin, ya no quiero más! ¡Estoy sufriendo! ¡Ya no soporto lo que me haces! La deuda de mi padre te lo pagaré--
Él me besó violentamente en los labios. Como no respondía sus besos, me mordió en el labio y me empujó acostandome en la mesa y se puso encima de mi. Empecé a pegarle pero no le hacía nada.
Sin darme cuenta ya me había bajado el vestido porque me apretó en el pecho haciéndome gritar de dolor.
Parece que perdí las fuerzas de llorar que Jin tampoco escucha. También perdí las fuerzas de pegarle. Solo quería llorar por lo que está haciendo.
Después sentí que lamía mi sexo mientras que me apretaba en los senos. Ya no luché más porque tampoco podía hacer nada. Parece que estoy siendo sumisa, no parece, seguro que soy sumisa.
Traté de levantarme para ver que hacía Jin. Estaba sentado en su silla giratoria y lamiendo entre mis piernas. Él ya no llevaba nada al igual que yo.
De repente introdujó su lengua y enseguida lo hizo girar dentro. Me tumbé por la sensación repentina que me produjo. Esto me va a volver loca aunque no me guste. O me gusta pero no quiero que sea tan doloroso.
—¿Qué Soo Eun? ¿Esto te gusta? ¿Extrañas esto? —decía pero yo no contestaba porque me mordía el labio para no soltar ningún gemido. No quiero que piense que me gusta.
—¿No te gusta? —preguntó en un susurro. Luego salía y entraba rápido. Me mordió en el clitoris y tiré de mis pelos por el dolor. Sentía que me iba a venir.
Creía que ya no iría más rápido pero me equivoqué. Cuando llegó hasta lo más profundo, me vine. Solté una pesada respiración.
—¿Ves? ¿Extrañas venirte para mí, verdad? —susurró en mi oreja y lo mordió.
Cerré los ojos por el cansancio y sigo diciendome a mí misma que no me gusta lo que está pasando.
Agarró mis dos manos y me jaló levantándome. Me dio la vuelta y hizó que me agachara en la mesa.
Me acarició desde la nuca bajando hasta mi trasero. Él lo apretó y se me escapó un gemido.
Frotó mi sexo y introdujó su dedo del medio. Movió su dedo tocándome los paredes por dentro. No sabía qué hacer. Él subió la mano hacia mi pecho mientras que añadía otro dedo. Ahora tenía tres dedos dentro de mí y no podía evitar gemir.
—¡Venga Soo Eun! ¡Correte para mi! —gritaba Jin mientras que metía y sacaba más rápido sus dedos. Después sentí un líquido caliente salirme. Respiré aliviada por el cansancio y por todas las sensaciones que sentí.
De repente me pegó en el trasero por lo que grité. Me había pegado muy fuerte y encima aún no había sacado su dedo y seguía moviéndolo
—La próxima vez... —dijo pegándome de nuevo en el trasero. Grité e introdujó su dedo más adentro.
—¡No quiero verte coqueteando con otro! —gritó. Me pegó como la primera vez y sacó su dedo de repente.
Me agarré a la mesa porque parece que me iba a desmayar.
—¡Eres mía, Soo Eun! —dijo al mismo tiempo que me pegaba en el trasero. Lloré por el dolor que siento.
Sentí que pasaba su hombría por mi entrada. Cerré los cuando me penetró. Me agarré fuerte la a mesa cuando empezó a aumentar la velocidad de sus embestidas. Cada vez sus embestidas se hacían más profundas y con cada embestida me apreta el pecho.
—¡Jin! Por favor... ¡Duele! —gritaba pero no me hacía caso. Después de unas cuantas embestidas sentí un líquido bajar por mis piernas.
Creía que había acabado. Creía era eso... pero no.
—Tu culo es muy sexy, Soo Eun —dijo en una voz seductor y me hizo levantar.
Se sentó en la silla mientras que me tenía agarrada en la cintura. Me hizo sentar en su regazo y sentí su hombría. Pasó en mi entrada pero ya no sentía nada. No tenía fuerzas como para moverme.
Él me alzó y me bajó, introduciéndose dentro de mi. No se movió, lo que hizo es metérmelo más profundo. De repente me alzó y se deslizó dentro de mí de nuevo.
Mis lagrimas seguían cayéndose. Él me agarro bien por la cintura subiendome y bajandome porque no tenía fuerza para moverme. Jin tenía control total de mi cuerpo. Se escuchaba sus gemidos mezclados con los míos.
—Jin... —dije llorando.
Unos cuantos subidas y bajadas mas y sentí un líquido salir de mi. Caí sobre sobre su pecho y alcanzando la respiración. Sentí su mano en mi trasero.
Me quejé cuando me acarició en el trasero y lloré por el dolor.
Sentí que se levantó mientras que estaba abrazado a su cuello y me tenía agarrada por la cintura.
Me acostó en sofá cerca de la mesa. Seguía abrazada a su cuello con la respiración agitada.Sentí su hombría en mi entrada de nuevo. Se deslizó dentro de mí lentamente sin hacerme sentir dolor. Bajé mis manos sobre su pecho y traté de abrir mis ojos aunque aún tenía lágrimas.
—Jin...
Con cuidado envolvió sus dos manos en mi cintura y empezó a embestirme. Era moderado, no es como antes que lo hacía rápido. No sentí dolor en el cuerpo.
—Soo Eun... —gemía. Decía mi nombre mientras se movía y me embestía con cuidado. Era la primera vez que escuchaba su voz mientras que me hacía algo.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello.
Él me acarició en la cara y me limpió las lágrimas. Me besó en la frente y suavemente en los labios. Era cálido, y sentí como que me ama. Su beso me pareció decir que me ama, que me va a cuidar. Poco a poco nos movíamos más rápido. Mis paredes se apretaba alrededor de él y unos movientos más y me vení. Sentí nuestros líquidos mezclarse por dentro.
Repiré aliviada después. Jin apartó los pelos que estaban en mi cara y me miró a los ojos.
—Lo siento, Soo Eun —dijo y me dio beso en los labios.
Estaba tan cansada que me quedé dormida.
~
Me desperté por el frío. Me envolví más con la sabana al creer que no llevaba nada, pero si llevaba ropa. Llevaba puesta la camiseta de Jin. Aun así tenía frío. Me levanté y me dolía el cuerpo.
Iba a caminar pero me mareé y mi vista se ocureció.
Sentí que alguien me acariciaba por el pelo y escuchaba voces. Abrí los ojos y este paró de acariciarme el pelo. Era Jin hablando con un médico.
—Soo Eun... ¿te encuentras bien? —preguntó preocupado Jin.
—Ah... me duele todo el cuerpo y la cabeza... —contesté y traté de levantarme pero el médico se acercó de repente.
—Señorita, no debe moverse aún. Tiene la fiebre muy alta y su presión también. Seguro que ha estado estresada estos pasados días. Así debe descansar.
Asentí y me tumbé de nuevo. Jin puso bien la sabana y agradeció al medico. Lo acompañó hasta la puerta.
—¿Qué... qué me ha pasado? —pregunté y me toqué la cabeza porque me mareé de repente.
—Te desmayaste y estabas ardiendo de fiebre. Llamé un médico enseguida para que te chequeen —contestó y se sentó en el sillón lejos de la cama.
Solo le miré y me acordé de lo que pasó anoche. Haciéndome daño y luego piediendome disculpas.
De repente se levantó y se dirigió a la puerta.
—La ajumma te cuidará. Cuando estés bien y ya no estás enferma, puedes volver con tu padre
Miré enseguida hacia el cuando lo dijo, pero ya estaba de espaldas y salió enseguida por la puerta.
Quería ir detrás de él. Quería llorar por lo que dijo. No sé ni para qué voy a llorar. ¿De felicidad? ¿Estoy feliz de que me deje volver a mi casa? ¿O quiero llorar porque la verdad es que no quiero dejarle?
Sin darme cuenta mis lagrimas empezaron a caerse.
He tanteado... que lloro porque no quiero dejar a Jin. No quiero separarme de él aunque me hace daño.
Creo que ya le amo.