-¡Felicidades!
Abro los ojos y me encuentro con el rostro de Mia a dos palmos del mío, cosa que provoca que pegue un salto en mi cama.
-¡Ah!- grito, asustada.
-¡JA!¡Te lo dije, ella esperaba ver otro pelirrojo esta mañana!- canturrea Mark, apareciendo por la puerta de mi habitación-. ¡Felicidades Alex!
-Gracias, chicos, gracias.- intento sonreír lo más agradablemente posible teniendo en cuenta que son las ocho de la mañana y que me acabo de despertar.
-¡Hermanita!.- chilla Dave, que corre a abrazarme en cuanto me ve fuera de la cama-. ¡Ya tenemos diecinueve! A unos nos sienta esta edad mejor que a otros, pero bueno...
-¡Calla, anda!- le digo yo, plantándole un beso en la mejilla-. ¡Felicidades!
-Ui, ¿Qué tienes aquí?.- pregunta mi hermano, mirando preocupado un punto en mi mejilla. Levando mi mano y palpo mi cara, buscando algo.
-¿Qué?¿Que tengo?.- Dave me mira cada vez más serio y preocupado, y eso me comienza a asustar. Al ver el miedo en mis ojos, su boca forma una sonrisa.
-¡Ya sé lo que es!¡Una arruga!¡Como las abuelitas!¡Tienes una arruga más!¡La abuela Alex!.- se burla mi hermano, y mi fosas nasales se dilatan.
-Pues perdona que te diga, pero tu también envejeces un año hoy.
-Ya, pero yo me conservo mejor.
-Debe ser la crema de baba de caracol que hay en el baño.- comenta Chris, que también se ha acercado a mi habitación-. Pensaba que era de Alex, pero no me extrañaria que fuera tuya.
-No, que es mia.- salta la pelirroja, defendiendo a mi hermano.
-Nadie dice que las parejas no compartan cremas.- se excusa el rubio, levantando sus manos en señal de rendición.
-Bueno, damos los regalos, ¿No?
-Hombre, yo creo que nos deberíamos esperar a esta tarde. Que es cuando vienen nuestros padres y... -comienzo, pero me veo interrumpida por un grito claramente femenino:
-¡FELICIDADES, MIS NIÑOS!
Todos en el piso de arriba nos quedamos congelados al oír la voz de mamá. Miro a Dave indignada.
-¿Qué hace ella aquí?.- gesticulo, haciendo gestos muy marcados para que mi hermano me entienda bien.
Él se limita a encogerse de hombros, y señala su muñeca, como diciendo que ha venido muy pronto.
-Chicos, ¿Desde cuando vuestra madre tiene llaves de casa y yo no?.- susurra Mia en voz baja, claramente enfadada.
-¿Alex?¿Dave?¿Estáis ahí?.- oímos preguntar a mi mamá desde el piso de abajo.
-¡Sí, estamos aquí arriba!.- grito, y salgo corriendo para recibirlos.
Mis padres y yo nos fundimos en un abrazo, y ambos me besan la frente, felicitándome por mi cumpleaños.
-¡Qué alta estás, hija mía!.- chilla mi madre, emocionada mientras me mira de arriba a bajo. Su atención hacia mí dura menos de dos segundos, pues por detrás mío aparece mi hermano, y entonces ella se tira a sus brazos-. ¡Dave!¡Que grande estás tu también! No tanto como Alexia, que aun sigue siendo más alta que tu... Eso es algo que no entiendo, alguna cosilla en vuestros genes se intercambió.
-Totalmente cierto. Dave tendría que haber sido mujer.- me burlo yo, provocando una mirada de odio por parte de mi hermano-. ¿Que pasa? Encima que reconozco que deberías haber sido un ser más inteligente...
-Chicos, no os peleéis que es el día de vuestro cumpleaños. Además, hemos traído una tarta deliciosa, de chocolate.- anuncia mi madre, y todos sonreímos, pues las tartas de papá son deliciosas.
-Sí, Isabelle la estuvo preparando toda la tarde de ayer.- da a conocer mi padre, y todas las sonrisas se borran de nuestros rostros.
-Ah, pues...- mi cabeza comienza a girar, intentando encontrar una excusa-. ¡Es una lástima!¡Sí!¡Una gran lástima, porque... Mark, Mark encargó una tarta en la mejor pastelería de la zona!¿Verdad?- le dedico al pelirrojo una mirada de circumstancias, y al final termina captando la idea y asiente enérgicamente con la cabeza.
-¡Sí! Resulta que el otro día estuve preguntando por la universidad, y varios compañeros me dijeron que había una pastelería muy buena por aquí, y... así, para darle a Alex y Dave una sorpresa, encargué un gran pastel de chocolate negro, que sé que les gusta mucho.
A pesar de que mi padre hace ya tiempo que ha visto que esto era una mentira, permanece callado, pues entiende perfectamente nuestra situación. Mi madre, por desgracia, no se da por vencida tan fácilmente.
-¿No puedes cancelar el pedido?.- pregunta, anonadada-. Así podreis probar el pastel... ¡Tiene muy buena pinta!
-Lo imaginamos, señora Martin, pero ya pagué la tarta, y como es tan famosa por aquí, si no recoges tu pedido el mismo día, lo venden a otro cliente, por falta de espacio. Es que tienen muchos pedidos.- concluye Mark, con una sonrisa de disculpa.
-Y oye Mark...- comenta mi madre, de vuelta a la carga-. Si era una sorpresa... ¿Porqué ella lo sabía?
Mierda, hay que ver lo retorcida que es.
-Porque ayer llamaron para confirmar el pedido.- salta Dave-. Y claro, respondió ella al teléfono, y luego me lo contó a mí.
-Vaya... De todas formas, te acompañaré a comprar el pastel, que tenemos que tener la típica chara suegra-yerno, que al fin y al cabo estás saliendo con mi hija.- Will carraspea, y termina tosiendo con ese comentario-. ¿Te pasa algo, Will?
-No, tranquila, solamente estoy un poco resfriado.
¡Será mentiroso!
-Isabelle, acerca de lo de ir con el chico.- comenta mi padre, mirando a Mark severamente-. creo que será mejor que hable yo con él. Tu quédate aquí con las chicas, que así preparan las decoraciones, y todo eso que tanto te gusta.
Cada día doy gracias por tener un padre tan genial que te salva de situaciones incómodas con tu madre. Le dedico a mi padre una mirada de agradecimiento, y al entender mi señal, da un corto asentimiento de cabeza y me sonríe.
-De nada.- gesticula.
Mark y papá se marchan poco después, dejándonos al resto en casa a manos de mi madre, que tenia hechos como unos cinco o seis croquis de la decoración de la casa.
-Sí, este es el estilo número uno...- comienza, examinando una de sus hojas-. Entonces por allí iría el cartel de felicidades, aquí pondríamos unos globos, sí, esos de allí de colores oscuros, y los otros de un tono naranja...
-¿Tu crees que mamá se dará cuenta en algun momento de que no le hacemos caso?.- me pregunta mi hermano en el oído. Yo solamente niego con la cabeza a modo de respuesta.
-Oye, creo que deberíamos ir a mirar como se las apañanan el resto en la cocina.- propongo. Mia, Chris, Leah, Mike y Courtney se habían empeñado en que, como hoy era nuestro cumpleaños, teníamos prohibido pisar la cocina, y han decidido que no cocinaríamos.
-Sí, porque como quemen una de las sartenes...- dice mi hermano, que está claramente enfadado, pues él es quién está acostumbrado a cocinar cada día.
-Venga, dales un voto de confianza.- comento, mientras entramos en la cocina-.¿Cómo vais, chicos?
-Bien.- me contesta Mia, que está removiendo algo en una olla que es más grande que ella-. Estoy haciendo arroz.
-Mia, cariño, ¿Cuánta gente crees que va a venir?.- le pregunta Dave, hechando un vistazo a la enorme cantidad de arroz con marisco que hay en la olla.
-No lo sé. Chris también me dijo que era demasiado, pero mejor que sobre que no que falte. Y no me discutas más.- dice la pelirroja, levantando un dedo amenazante delante de la nariz de mi hermano.
-Parecéis una pareja de viejos.- se burla Mike, y Courntney suelta una risita.
-Y vosotros dos una pareja de tímidos incapaz de mirarse al frente.
Ambos dejan de reír de repente, y se ponen más rojos que un tomate.
-De hecho, lo son.- deja caer Chris, lo que provoca que la pobre pareja se ponga más roja todavía.
-Venga, vamos a dejar el tema. ¿Me acompañas a poner la mesa, Dave?
-¡NO!- salta Mia de repente-. ¡Hoy no podéis hacer nada!
-Mia, por favor, que sino me aburro.- protesto, y mi hermano se une a mis súplicas.
-Que no.- sigue repitiendo ella, mientras nos hecha de la cocina. A la que nos giramos, nos cierra la puerta en las narices.
-¿Y ahora que hacemos?
Yo me encojo de hombros, sin saber que hacer.
-¿Qué tal si me ayudáis?- propone mi madre, y a Dave y a mí no nos queda más remedio que aceptar.
...........
El tiempo que tarda Mia en terminar de cocer su arroz es el tiempo que dedicamos mi hermano, mamá y yo a decorar el salón con un combinado del croquis tres y cinco, a pesar de que desconozco todavía cual es cual.
-¡Allí!.- me chilla mi madre, y obedezco-. ¡No!¡Un poco más a la derecha!¡no!¡Lo sigues haciendo mal!Parece mentira que seas mi hija, lo tendrías que llevar en los genes esto de organizar!
-Bueno, pues que pruebe Dave a ver si ha heredado el don secreto de la familia y tiene más maña que yo.- suspiro, bajando de la silla en la que estaba subida. Le tiendo la punta de la serpentina a mi hermano con una sonrisa-. Toma. Toda tuya.
Al final resulta que Dave logra colocar la serpentina en el punto exacto en que quería mamá, y con eso terminamos de decorar el salón.
-Ha quedado bien, ¿No?.- nos pregunta mi madre, admirando su obra.
-A mi me gusta.- comento.
-A mí me da igual.- suelta mi hermano, y yo le doy un codazo en las costillas-. Quiero decir... que queda igual de bonito que... las decoraciones de nuestra calle en Navidad.
Cielos, que mala improvisación.
-¡Chicos, ya está la comida!- grita Mia desde dentro de la cocina.
En ese instante, suena el timbre de la puerta, y me acerco para abrir.
-¡Hola!¡Felicidades, guapa!.- chilla Bethany, entrando en mi casa con un vestidito que deja entrever más de lo que cualquier chica -que no fuera ella misma- permitiría. Me planta dos besos, y no para de repetir lo guapa que estoy.
A saber lo que se ha tomado esta mañana.
Detrás suyo aparecen Will y Julian. Mi entrenador me sonríe y me da un abrazo amistoso, prometiéndome que tiene un gran regalo para mí. Will, en cambio, se muestra más... distante, y me dice un simple "felicidades".
-¿Estamos todos ya?.- pregunta Courtney, entrando en el salón. Asiento con la cabeza, y ella señala a la mesa-. ¡Pues a comer se ha dicho!
Cada uno ocupa sus puestos. Yo me dispongo a dar un paso adelante, cuando una mano fuerte envuelve mi brazo. Me giro, y me encuentro con los serios y grises ojos de Will. Pone mi mano en mi espalda, y muy discretamente deposita algo en ella, una cajita, creo.
-Guárdala, y ábrela esta noche. Feliz cumpleaños, Alex.- susurra en mi oído.
¡Hola chicas!
Posiblemente me querrán matar por no decir aun que contiene ese papelito que nos tiene a todos en vilo!
En el próximo capítulo, la segunda parte, aun no llegará... pero en la siguiente ¡Si!¡Prometido!
Por cierto. como siempre, gracias por los votos y los comentarios, siempre los agradezco un montón. Este capi va dedicado a @Alelice , pues fue su cumple ayer, y es una lectora que me ha apoyado mucho. ¡Felicidades, y Gracias!
¡Las veo en el próximo capítulo, chicas!
¡Ciao!