FELIX POV
Era una tarde de verano en la que el viento soplaba una cálida brisa que movía a los arboles al son de su tonada. Nunca olvidare ese día puesto fue el día en que mi vida casi perfecta se fue por la borda.
A pesar de estar en noveno grado nunca eh ido a la escuela como las personas suelen hacerlo normalmente. Toda mi vida estudie en casa con tutores y aunque parece un poco solitario me gusta ese estilo de vida.
No soy alguien muy conversador o que disfrute tanto la compañía de las personas ya que prefiero sumergirme en los miles de maravillosos mundos en los que te hechizan los libros.
Aunque, admito que a pesar de que me gustan u odio ciertas cosas, solo soy una marioneta de mi padre que hace todo lo que el me pida, sin dudas ni preguntas.
Aveces me gustaría mandar todo a un lado y alguna vez en la vida ser yo, pero ¿quien soy yo exactamente?.
Claramente ser tan obediente me trajo aquí, a la secundaria. La hija del alcalde fue mi compañera de juegos en la infancia. En ese entonces mi madre estaba conmigo y decía que todas las personas merecen tener una oportunidad, es por eso que jugaba con ella.
Naturalmente en la infancia sólo me veía como su compañero de juegos pero, cuando crecí, sus intenciones cambiaron.
Ella no se conformaba con las miles de visitas que me hacía al día, así que convenció a su padre para que hablara con el mio y ahora me veo obligado a asistir a la secundaria.
Es un lugar como me lo imaginé, ruidoso y molesto. Con cientos de personas pasando, conversando y riendo, me causa repugnancia sólo ver esa escena que no va con mi estilo de vida pero como mi padre me mando aquí simplemente seguiré adelante.
El salón de clases es como lo describe los libros que leo. Lleno de muchas personas, algunas de ellas reunidas en grupos y divididas social mente.
Para mi alivio almenos no estoy en la misma clase que la niñita de papi, pero sigo teniendo el deseo de irme de aquí lo más rápido posible.
Sacandome de mis pensamientos y sin entender muy bien que sucede exactamente, muchas chicas comenzaron a acercarse y a hablarme en tonos extraños.
Como mi paciencia es muy corta y no me interesa socializar alce mi voz y las calle.
-Largo de aquí, no me interesa hacer amistad con nadie.
-Que pesado, pensé que eras más amable.- dijo una de ellas.
-No se ni por qué me fije en ti, vamonos de aquí.-dijo otra.
Sus amistades falsas no me interesan y prefiero quedarme así antes que fingir ser el niño engreído.
Las clases no tardaron en comenzar y tal como creí estoy a un nivel superior a el de mis compañeros a lo que el estudio respecta. Respondí todas las preguntas de los profesores y ni siquiera me guíe en los libros puesto todo ya lo había leído antes.
No tardó mucho en acabar las clases y me dispuse a salir, con mi bolso en mi hombro y un libro en mi mano camine por los pasillos leyendo.
Normalmente iba distraído. Consentrarme en lo que sucede a mi alrededor no es algo que me consierne, pero gracias a ello termine por chocar con alguien, y juntos caimos al suelo.
-Tchh me duele el pie.- dijo una chica tocando su tobillo.
Yo no dije nada y comencé a recoger mis cosas.
-Perdóname iba distraída, déjame ayudarte.- insistió en seguir hablando ella.
Aun sin decir nada seguí juntando todo y ella también, la mire un poco y se podía observar a una muy alegre joven de mi edad, con unos ojos azules cielo muy intensos, podria decirse que penetrantes y un cabello negro azabache recogido en dos coletas.
Al parecer a ella no le incómodo que no le hablará y con su insistente sonrisa seguía tomando cosas de el suelo.
En un momento nuestras manos se tocaron par accidente y rápido ella las quitó.
-A la próxima mira por donde caminas niña distraída.-dije molesto esperando a que borrará su sonrisa de la cara y se fuera como las chicas que espante en el salón.
-Discúlpame es que vine corriendo por algo importa te que tenia que hacer.- salto de repente.- ¡Es cierto! lo lamento pero tengo algo urgente que hacer.-término por decir ella aún con su sonrisa despampanante y salio corriendo.
-Está loca.-hable casi para mi mismo.
Al terminar de recoger mis cosas me puse en pie y salí del edificio.
Camine un rato para despejarme y termine por llegar a un lugar al parecer calmado y desierto de personas.
Me senté en una banca y me dispuse a leer mi libro el cual estaba por terminar.
A los minutos de leer, un fuerte estruendo me saco de mis pensamientos, solté mi libro y camine cerca de donde se escuchó el sonido.
A pesar de buscar a mi alrededor no encontré nada mas que una pequeña cajita bien colocada sobre el suelo. De un color negro con unos bordes dorados, tan pequeña como una cajita de anillos de compromiso y muy ligera.
Abrí la cajita y lo único que encontré fue un anillo plateado sin inscripción o con indicios de que le pertenezca a nadie.
Fue un tanto curioso pero el anillo se ve como si fuera del tamaño de mi dedo. Se que soy serio pero también soy muy curioso, así que no tarde en colocarme el anillo hasta que algo extraño sucedió.
Comenzó a salir una luz extraña y la tierra comenzó a moverse, intente quitármelo de inmediato pero lo mas extraño de todo es que el anillo no salía de mi dedo.
Cuando todo volvió a la normalidad intente safarme el anillo con más calma pero seguía atorado. Ya más alterado seguí tratando de quitármelo a la fuerza pero seguía sin salir y estaba comenzando a enojarme más y más.
En mi frustrado momento apareció una criatura muy rara. De color negra, con lo que al parecer es una forma de gato y es bastante pequeña y fácilmente podría capturarlo con mis manos.
La criatura se puso en frente de mi y me miró, yo solo me quede quieto con un poco de impresión.
Por todos los cielos, el bicho raro que ya es extraño que flote en el aire, comenzó a hablar.
-Me presento niño, mi nombre es Plagg y ahora estas bajo el hechizo de el anillo.- hablo la criatura.
Opte por creer que estaba alucinando debido al calor o el estrés y comencé a caminar en dirección a otro lado, talvez debo tener hambre o estoy cansado por la secundaria.
Intentando ignorar al pequeño sujeto que se hace llamar Plagg, continúe caminando.
-Niño, ¿no vas a oírme?, en verdad tienes que saber sobre el encantamiento de el anillo y sobre muchas cosas más.- siguió hablando el minino.
-Creo que iré por comida- dije intentado fingir que el gato no estaba ahí.
-No finjas ignorarme se que me escuchas, y además yo soy real, no estas soñando ni alucinando.
-Creo que por la derecha había una dulceria.... .
-De verdad tienes que oírme -hablo más exaltado- el anillo tiene un gran poder de el que debes saber, pero también todo aquel que sea portador de el estará destinado a tener mal presagio.- termino por decir el gato aún molestandome.
-Mira, no se que eres, ni de donde vienes, ni el por que estas aquí, pero si algo estoy seguro es que no eres real, debe ser una broma de alguien o un producto creado por mi imagin....- no termine de decir mi pequeño discurso por que un carro paso cerca de donde estaba caminando y me baño al pasar rápido sobre un charco .- Ah que mal ahora estoy empapado.
-Te lo dije, ya esta comenzando, la mala suerte te seguirá.
Esta vez creo que estoy enloquesiendo pero el gato tuvo razón.... no no, fue una coincidencia, digo, ¿a quien no lo a mojado un charco de agua?.
Continúe caminando hasta llegar a la tienda de dulces donde creo que por fin me desice de el pequeño gato. Todo se veía muy delicioso y me hubiese gustado comprar toda la tienda pero al final me decidí por unos chocolates.
Justo en el momento cuando iba a pagar saque el dinero de mi bolsillo que estaba algo mojado y se rompió en dos.
-Lo lamento, pero no aceptamos billetes rotos.- dijo el señor de la tienda.
Algo molesto me fui en dirección a mi casa, y ahí volvió a aparecer la molesta criatura.
-Lo ves, ahora fue el billete. Antes fue el charco y dentro de poco sucederá algo peor.- enumero el gato.
-Son solo coincidencias, yo no creo en la suerte.-dije.
Llegue a mi casa y me di un largo baño relajante, pensado en cuando teminaria mi absurda alucinación, el problema es que justo cuando iba salir el grifo no quiso cerrarse, provocando que todo el baño se inundará hasta que uno de los empleados llegó a repararla.
-Ok muy bien, se que estas aquí, sal de una buena vez, te oiré.- dije en mi habitación ya cuando no había nadie.
-¿Ahora si quieres oírme eh?.- dijo el gato con una pequeña sonrisa de maldad en la cara.
-Ya dime todo lo que sabes, no bromees.
-Lo haría pero tengo mucha hambre y con hambre, no creo que pueda ayudarte. -Fanfarroneo el gato intentando ganar algo.
-Ya, ya, ¿que es lo que quieres?.
-Queso- respondió mientras miraba sus patitas.
-¿Queso?.
-Si ya sabes, esa cosita amarilla y olorosa con sabor a manjar de Dioses.
Ya molesto mandé a la señora de servicio a que trajera el queso.
Cuando lo trajeron la pequeña alimaña no tardó en devorarlo todo y con una expresión de que estaba satisfecho me volvió a ver.
-Bien, déjame contarte. Ese anillo que andas puesto es el anillo de la mala suerte, un poderoso objeto que da fuerza, estrategia, habilidad y magia a quien lo posee, pero a cambio de eso llevaras muchas desgracias. Cuando te transformes el anillo absorberá mi esencia dándote las cualidades que te mencione y una identidad secreta, claro, ademas del mal presagio.
-Pero yo no quiero eso, ¿como hago para quitarme el anillo entonces?, no me interesa ser nada de eso.
-Bueno... la única forma de quitarte el anillo es solo si la suerte misma te libera.
-¿A que te refieres con eso?.
-No sólo tú tienes un amuleto mágico, existe otro, unos pendientes, son los pendientes de la suerte y el o la portadora tiene el poder de liberarte.
-¿Cómo encuentro yo a quien los lleve?.- pregunte como si la pregunta fuera obvia.
-Bueno ya que tu obtuviste el anillo eso quiere decir que ya alguien mas consigo los pendientes, es solo cuestión de tiempo para que encuentres quien los tienes, pero tendrás que esperar a que se transforme y tu también tendrás que hacerlo para encontrar a esa persona.
-¡Que molesto es todo esto!.
-Ah rubio- prosiguió el gato dirigiéndose directamente a mi rostro.- Lo último, cada vez que ayudes la suerte te sonreirá.
-¿Que rayos significa eso?.
-Significa, que tendrás que averiguarlo.
Tchh que molestia, ahora no sólo tendré que buscar a alguien que no conozco si no también estoy condenado a tener desgracia en mi vida, creo que estoy enloquesiendo.
Y en ese justo momento, esa tarde tan fresca dejo de ser tranquila, un gran estruendo sonó proviniente de lejos.
Rápido salí afuera para ver que sucedía, y una enorme criatura de forma extraña, comenzó a escandalizar a todo París.
El pequeño gato apresurado me dijo que dijera unas palabras.
-Rápido di, transformame.
-Eh, ¿para que?.
-Para que asumas tu otra identidad claro.
-Ah esto es tonto... Plagg transformame.
El raro brillo volvió, mi cuerpo comenzó a sentir un extraño cosquilleo y mis ropas fueron cambiadas.
Ya no tenia esa forma peinada en mi pelo, ahora estaba revuelto.
Mi ropa fue cambiada mágicamente por un traje negro que cubría mi cuerpo desde el cuello hasta los pies con una divertida colita que puedo mover a mi merced.
En mi rostro hay un antifaz además de un cascabel en mi cuello que al parecer no hace ruido.
Y el último cambio fue una sorpresa aún mayor, unas orejas de gato salieron en mi cabeza, al parecer oigo todo mejor, ¿será por ellas?.
Miré mi cuerpo y no puedo creer que sea yo, talvez es por que me veo diferente, no, me siento diferente, me siento más libre, más capaz, ¿Acaso me habré encontrado a mi mismo?.
Con esta identidad secreta nadie sabe quien soy así que creo que lo único bueno de todo esto es que al fin podré ser lo que quise.
Dejando lado mis emociones me dispuse a correr a el lugar del alboroto dándome cuenta de que en verdad soy más ágil y rápido. Probando algo nuevo salté por los techos y se convirtió en una experiencia excitante.
Con estas nuevas agilidades de verdad me siento vivo y aunque no se en donde se metió esa pequeña sabandija, seguí con el plan acordado.
El monstruo no tardó en atacarme y lo esquive fácilmente.
Tratando de buscar algo con que defenderme encontré, que pegado cerca de la cola hay un bastón.
Lo saqué para ver en que me puede servir y de un momento a otro se hizo más largo.
El monstruo mando a volar el bastón pero al parecer este no se destruyó , dándome a entender que es de un material indestructible o cuando menos difícil de romper.
Corrí detrás de él bastón ya que me puede ser muy útil pero lo que no vi es que el monstruo casi me golpea si no fuera por... ¿un yo-yo ?.
BRIDGETTE POV.
Era un hermoso día en París, el día estaba nublado y y las personas reían, nunca olvidare ese día, ya que fue el día en el que mi vida cambiaría drásticamente de triste y aburrida a una llena de suerte.
No soy del tipo de persona que suele triunfar en la vida, todo siempre me sale mal y cuando existe una pequeña oportunidad de que pueda ganar en algo me es arrebatada junto con una patada en el trasero.
¡Gracias destino!
Me dirijo a el colegio en donde nadie me espera, ni un amigo, ni un conocido.
Por alguna razón en la vida no suelo agradarle a las personas y aunque mi vida sea sola y triste siempre sonrio para que no estén conmigo por lástima.
Antes solía tener mas amigos,como dos, hasta que un día hace tres años, Barbara, la hija de el alcalde, se convirtió en mi compañera de clases, me hizo la vida imposible y uno tras uno se fueron separando las personas de mi.
En realidad ahora no me molesta la soledad, pero si me molesta la catastrófica vida llena de infortunio que tengo, aveces hasta llego a pensar que fue parte de alguna maldición de mala suerte sobre mi.
Es el primer día y ya mis compañeros me excluyeron de nuevo. Siempre me utilizan como blanco de burlas y bromas.
Solo que esta vez se exedieron un poco más.
Estaba muy tranquila en clase y miraba hacia la ventana muy aburrida, la profesora no se encontraba y el salón estaba hecho una feria con tantos gritos.
Una chica la cual no conocía se sobresalto diciendo que alguien había robado su collar caro.
Yo fui a la primera a la que observó a pesar de que yo ni me moví de el asiento y comenzó a culparme. La chica era mucho más alta y también más fuerte que yo. A pesar de que le dije que no tenia nada y que revisará mi bolso no me escucho y comenzó a golpearme sin razon haciendo revuelo en todo el salón mientras los demás la apoyaban.
Inevitable las lágrimas salieron de mi rostro y cada vez me dolía más.
Interrumpiendo la escena llegó la profesora quien inmediatamente me mando a la enfermería y luego tendría que ir a dirección.
Perdí casi todas las clases por estar en la enfermería y me sentí muy mal, tenia moretes que por suerte no son en sonas visibles, así que decidí dormir un rato.
-Bridgette, pronto tu suerte cambiará, solo debes confiar y creer en ti misma. Pronto algunas cosas en tu vida cambiaran para bien pero debes de ayudar a la desgracia. Solo así lograrán derrotar el mal y finalmente serás feliz.
¿Qué fue ese sueño extraño? ¿Ayudar a la desgracia? Ah cielos no se que pasa por mi cabeza en estos días.
Miré de reojo el reloj y eran las ¿3:00 pm? Oh por todos los cielos, dormí de mas, tengo que correr antes de que el director se vaya.
Tomé todas mis cosas y corrí lo más que pude hasta que sin querer choque con alguien y tuvimos una caida inevitable.
-Tchh me duele el pie.-hable frotando mi pie.
Me golpee el tobillo izquierdo de forma muy brusca, esperaba no haberme roto algo, no sabria como explicarle a mi madre los moretes si los descubre por cuidar de mi por alguna quebradura. Simplemente evitare a mamá estos dias, o me pondré ropa con mangas.
Regresando a mi antiguo problema, la persona con la que choque es un chico. Bastante lindo por cierto aunque algo serio.
Al verlo recoger sus cosas no dudé en disculparme, después de todo, la caida fue mi culpa por correr sin ver donde iba.
-Perdóname iba distraída, déjame ayudarte.
Comencé a recoger las cosas del suelo junto con el y pude observar mejor. Es un muchacho que parece de mi edad, es rubio y de ojos verdes, un verde que hipnotiza a las personas si me lo preguntan. A pesar de que esta agachado se nota que es mucho más alto que yo, y a pesar de que se muestra serio es muy educado y agraciado.
En un momento sin querer nuestras manos se tocaron y mi cuerpo sintio un pequeño y extraño chispeo desde mi cabeza, hasta la punta de los pies.
-A la próxima mira por donde caminas niña distraída.- dijo el con un aspecto que mostraba un poco de molestia.
Yo solo hice lo que hice en todo el rato, sonreír. Da un poco de risa ver la actitud tan a la defensiva cuando por dentro debe ser frágil o un niño mimado.
-Discúlpame es que vine corriendo por algo importante que tenia que hacer.- salte de repente recordando la visita que tenia con el director.- ¡Es cierto!, lo lamento pero tengo algo urgente que hacer.- una vez dicho eso salí corriendo aun mas rápido de lo que venia.
Me puse frente a la puerta y toque varias veces con golpes pequeños, pero, como supuse, ya no estaba.
Salí del colegio algo triste por dentro pero con mi sonrisa por fuera. Siguiendo el plan de no lástima.
Camine un rato lejos sin rumbo, buscando un lugar sereno y sin personas. Encontré un parque cerca, con asientos vacios y con ningun rastro de humanidad.
Me senté en una banca y un raro ruido como estruendoso se hizo resoplar muy cerca de mi. Camine un poco hacia el lugar, pero las cosas se iban poniendo cada vez mas raras.
El suelo se movía cada vez que me acercaba más y enfrente de el brillo dejo de resplandecer. Una pequeña cajita se encontraba en el suelo y la mire muy curiosa.
La abrí y habían un par de aretes muy lindos de color rojo.
Con mucha intriga busque por todos lados a ver si decía nombre de dueño o algo que identificará que le pertenecía a alguien.
Bueno supongo que como cayó del cielo no le pertenece a nadie y me los puedo dejar con felicidad.
Me quite los que andaba y me puse los que acaba de encontrar, son muy lindos.
De nuevo, la luz volvió a aparecer en cuanto me puse el segundo arete.
Un pequeño bichito color rojo apareció frente a mi, con ojos azules y un trébol negro pintado en su frente.
-Hola, mucho gusto soy Tikki.-hablo la criatura.
E..esperen, la cosita esa esta hablando y flotando?.
Mi cara puso una expresión de incredulidad y comencé a parpadear. Incluso frote mis manos en mis ojos y la cosita seguía ahí, viéndome, esperando a que respondiera.
Di unos pasos atrás muy lentamente y la cosita me siguió.
-Se que es extraño para ti pero debes escucharme, esos pendientes son muy poderosos así que espero que me escuches con atención.-dijo la pequeña.
-Ah?. Y-yo debo estar mal o enferma y seguro estoy imaginando cosas.
-No es así, préstame atención de verdad hay algo que está poniendo en peligro este mundo, y tu, fuiste escogida para defenderlo.
-¿Yo? ¿Escogida para algo? ¿Estas segura que de verdad soy yo? Yo lo único que provocó es desastre.
-Eso ya no mas- Tikki río- con estos pendientes tendrás buena suerte siempre, además claro que eres tú la escogida, o acaso no has soñado algo raro últimamente?.
-S..sueños raros dices?.
-Aja, lo sabia, vez no cabe duda que eres la escogida.
-No entiendo muy bien lo que dices pero quiero que me cuentes más, aunque no aquí, cuéntame en mi casa.
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-Entonces déjame ver, si digo esa palabra me convertiré en una super heroina con identidad secreta?.
-Si.
-Ahora son más ágil y rápida? .
-Aja.
-Y voy a tener un compañero que me ayudará a vencer a el mal?.
-Así es.
-Pero para que quiero yo todo eso?.
-Bridgette déjame explicarte. Si el mal no es derrotado todo París estará en problemas, no sólo tú, también tus seres amados, ¿Entiendes lo grabe del asunto?.
-Ahh, esta bien, lo haré.
-Bridgette, algo más.
-¿Que es?.
-No puedes quitarte los pendientes.
-Si lo se, para proteger París.
-No no, de verdad no puedes quitartelos, los prodigios vienen encantados para que sus amos no se los puedan quitar, así estarán a salvo de que el mal no los obtengan.
-¿Quee? .
y fue cierto, por más que intente quitarme los aretes, el pequeño seguro de atrás en forma de pequeña bolita no salió.
-La única forma en la que puedes quitártelo es si el mal lo toca con su propio prodigio o si la desgracia te libera.
-¿Que significa eso?.
-Significa que tendrás que averiguarlo.
Que puede significar "si la desgracia me libera".
Un fuerte ruido hacia afuera interrumpió mis pensamientos, me asomé por la ventana y un gran monstruo rocoso esta haciendo un caos en París.
-Rápido di las palabras que te dije.
-Pero ¿y si lo estropeó?.
-No tienes que preocuparte por eso, el portador del prodigio lucky esta destinado a tener buena suerte siempre, suerte que también puedes compartir con la desgracia.
-No entiendo muy bien las cosas que dices al final pero de acuerdo, lo haré. Tikki, transformame.
De nuevo mucho brillo comenzó a salir, toda yo estaba dando vueltas y como si de seda se tratara ,mi cuerpo empezó a sentir un cosquilleo.
De un pronto a otro tenía un traje rojo con manchas negras por todos lados, dos largas cintas aún más largas son lo que ahora sostienen mis dos coletas y un antifaz del color del traje apareció en mi rostro.
Observe mi mano y también había un yo-yo. Intente moverlo para ver para que funcionaba y se lanzó muy lejos llevándome junto a él . Al parecer con esto me puedo movilizar mejor y parece que la cuerda es indestructible.
A toda velocidad de edificio en edificio fui lanzando el yo-yo.
Tikki tenía razón, ahora soy más ágil, rápida y me siento más confiada.
Por cierto a ¿donde habrá ido esa pequeña kwami?.
Intentando no pensar en eso llegue rápido cerca de él monstruo en donde el que al parecer es mi compañero esta luchando y al parecer ocupa ayuda.
El corrió detrás de su bastón que el monstruo había tirado y estaba apunto de que lo hieran.
En seguida decidí lanzar mi yo-yo y desviar el ataque, dejando a un muy enojado monstruo frente a nosotros dos.
Primer cap , estoy emocionada; espero lo disfruten.
~Menyper.