(...) estaba aburrida, así que decidió entrar al salón de música, sencillamente porque le encantaría tocar algún instrumento, y esperaba que ahí hubiera alguno.
En especial un violín.
Cuando abrió la puerta, miró a su alrededor, estaba solo, tal y como ella quería. Y para su suerte sobre un mueble de madera, había un precioso violín, no le importo si era de alguien, de hecho, esa idea no paso por su cabeza, en ningún momento.
Solo se dirigió a el, con la mirada perdida, solo quería tocarlo.
Y eso hizo.
Tomó el instrumento, sin antes pasar sus dedos, por cada detalle de este, era precioso.
Y comenzó a tocarlo, apasionadamente. Las melodías, se unían para crear una perfecta armonía clásica, y dulce, lograba transmitirte muchos sentimientos, y era placentero, como las notas creaban una especie de sueño, un hermoso sueño. Quería tocar para siempre.
Sin embargo, despertó de su pequeña fantasía, cuando una mano tomó su brazo.
Aterrada, estaba a punto de gritar, cuando otra mano le tapó la boca.
"Qué ruidosa"
Escuchó como ese alguien hablaba. Al parecer era un chico, tenía la voz ronca y hablaba como si le diera pereza hacerlo.
La chica se dio la vuelta encontrándose con Shu Sakamaki.
Uno de los chicos mas populares y guapos del colegio
-Yo... no sabía que estabas aquí -dijo.
-Solo deja mi violín, no te lo he prestado -dijo con los ojos cerrados.
(...) sorprendida miro el instrumento en sus manos... vaya... así que era de el, pensó.
Era extraño que estuviera ahí, solo, claro, era un violín hermoso, era obvio que debía tener dueño.
-Yo, lo lamento... no sabía que era tuyo... supongo que me iré... y te dejaré dormir... -la chica tomó su mochila, y dejo el violín en su lugar.
Estaba a punto de irse cuando Shu, tomó su pierna haciendo que se detuviera.
-Duerme conmigo...