Nunca he querido enamorarme de nadie, es más, siempre he pensado que el amor es una pérdida de tiempo ya que de una u otra forma termina, pero ahora, ahora estoy enamorada de dos hombres que creen ser mis dueños y mi corazón no sabe cómo reaccionar. Estoy en un confuso triángulo. Una relación tabú, una relación que me ha hecho descubrir lo que es el poliamor y replantear todos mis principios e ideas.
***
—No puedo creerlo. Tú sabías. ¡Lo sabías! —la miro con mi mejor mirada de cachorro, esa que uso cuando solo cuando quiero dar lástima de la manera más dramática posible. —Sabías que este era mi último fin de semana libre antes de entrar a la universidad y ahora me dices que quieres que lo desperdicie siendo la cuidadora de Tony –hago puchero y mamá me ignora completamente mientras ordena sus cosas de viaje.
—Kendall, lo sé y ya te dije que lo siento—se detiene y acaricia mi mejilla. –Pero como la futura universitaria que eres, debes madurar y entender que tu papá y yo no tenemos opción, tenemos que asistir a esa reunión en Trenton. Sabes que el trabajo es importante para todos en esta casa y que no confiamos en nadie más que en ti para cuidar a tu hermano —me mira con su mejor mirada de buena y sacrificada madre y suspiro al ver que ella y yo intentamos usar los mismos trucos.
—Dios... —bufo cabreada. —¿Quien dijo que soy una buena niñera? La última vez Tony cayó sobre su trasero 10 peldaños de la escalera y estaba bajo mi supervisión —río recordando la caída y mi mamá rueda los ojos. —¿No puedes contratar a una niñera certificada o algo? ¿Ir a dejar a Tony a casa de la abuela? —le ruego, pero mi madre no quiere entrar en razón.
—Lo siento cariño, sabes que tu abuela ya no está en condiciones de cuidar a nadie. Menos a tu hermano —hace una mueca. —Tú serás la niñera de Tony este fin de semana y no tengo otra opción, por favor entiéndelo y no te comportes como una adolescente caprichosa porque ya no lo eres –me sonríe de lado y luego continúa empacando sus cosas.
—Voy a hacer como que no dijiste eso —entrecierro los ojos ofendida y me cruzo de brazos.
—En caso que necesites ayuda, llama a tu tía Leila, está en la segunda hoja —me entrega una pequeña libreta de contactos telefónicos y yo frunzo el ceño.
—Vintage —bromeo viendo los contactos escritos a mano.
—Cualquier emergencia que surja, llámala –ella ignora mi broma y asiento sin ganas de hacerla enfadar más. Guardo la pequeña libreta en mi bolsillo y mamá continua con las instrucciones. —No olvides darle desayuno diario a tu hermano, preparar el almuerzo para ambos y obligarlo a ducharse antes de ir a la cama —me entrega un listado de tareas por hacer y suspiro al tomar la hoja que luego meto en la libreta anterior. —No me veas así, te lo anoté todo por si olvidas algo. Te conozco.
—Mamá... está bien, puedes creer que me comporto como una adolescente, pero no olvides que tengo 18 años, casi 19, me iré a vivir sola y no es la primera vez que cuido a Tony.
—¿Ves? Por eso eres la mejor —me guiña un ojo y me hace reír. —Aquí tienes para comida, —me entrega un poco de dinero. —Y esto para pagarle al profesor de Tony.
Inmediatamente enarco una ceja y la miro confundida.
—¿Cómo dices?
—¿No te había dicho? —rasca su cabeza y me mira culpable. Yo la sigo viendo confundida. —Bueno, mañana es la primera clase de reforzamiento de Tony... y contratamos a un profesor que vendrá a ayudarlo algunos fines de semana y otros días.
—Ok... ¿Debo hacer algo al respecto? —frunzo el ceño intrigada. No me agrada sumar más responsabilidades al cuidado de mi hermano. Menos cuando tenía planes completamente distintos para este fin de semana y ahora han sido cambiados de manera radical.
—Bueno, solo quiero que recibas a Erick y estés pendiente en caso de que él o tu hermano necesiten algo. Erick vendrá a eso de las cuatro y estará hasta las seis—sonríe y termina al fin de empacar sus cosas en la gran maleta roja.
Justo antes de poder preguntarle más sobre su viaje express a Trenton, mi papá llega a la habitación y nos interrumpe.
—Todo listo. ¿Ya nos vamos? —dice sonriente.
—Si, cariño. Vamos —dice mi mamá.
Mi papá me da un beso en la frente, toma su maleta y nos deja solas en la habitación de nuevo. Él es más parecido a mí, no como la sobreprotectora y adicta al trabajo de mi madre. Río pensando en eso.
—Prométeme que estarán bien —me mira preocupada.
—Lo prometo —suspiro resignada.
—No sé que haríamos sin ti —me abraza fuerte en forma de despedida. —Ahora que irás a la universidad tendrás mil oportunidades para festejar y alocarte... de manera responsable —intenta arreglar rápidamente sus dichos y me hace reír. —Disculpa por arruinar tus planes de este fin de semana.
—No te preocupes, –digo con una pequeña sonrisa melancólica y la abrazo con más fuerza. —Cuídense y llama cuando lleguen.
Mamá y papá son arquitectos, pero en su empresa siempre los mandan a otras ciudades para completar y firmar nuevos proyectos de construcción.
Ellos no ganan mucho como para que seamos millonarios, pero si nos alcanza para todo lo necesario y un poco más. El precio de eso, es que casi siempre están lejos de casa y yo tengo que cuidar a mi pequeño e hipertinético hermano menor.
—Lo haré. Te quiero —besa mi mejilla. –Dios, no puedo creer que te mudes este lunes... mi bebita se va de casa —hace un puchero y ruedo los ojos.
—Ya vete, o papá te dejará aquí—bromeo y ella al fin se va.
La sigo escaleras abajo hasta la sala, veo como se despiden de mi hermano menor y luego se van en el auto de papá.
Mi último fin de semana en casa y seré niñera. El próximo Lunes me mudaré a mi nuevo departamento en el centro de Manhattan, justo al lado de la facultad de Arquitectura de mi nueva universidad. Comenzaré a estudiar la misma profesión de mamá y papá, siguiendo el mismo rubro familiar para algún día asociarnos.
Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, pero al mismo tiempo, he esperado esto desde que terminé la escuela y ya no puedo esperar más por empezar esta nueva etapa. Siento que mi vida dará un giro y me emociona todo lo nuevo.
Subo rápidamente las escaleras de vuelta a mi habitación y termino de ver como mis padres se van, desde mi ventana.
Cuando al fin las cosas se quedan en calma y hay un agradable silencio en casa, me relajo un poco y me tiro boca abajo en mi cama.
Si bien comprendo las responsabilidades de mis papás, no puedo evitar sentirme frustrada y decepcionada. Por estas cosas odio ser la hermana mayor, y no es que odie a mi hermano pequeño o que me lleve mal con él, pero Anthony -o Tony, como lo llamamos- tiene problemas de hiperactividad. ¡Es un completo demonio, un huracán, un desastre! Pero a pesar de eso, es mi hermano menor de 8 años y lo amo con toda mi alma.
—¡¡Kendall!!
Hablando del rey de Roma.
—¿¡Qué quieres!? —pregunto gritando, aún sin despegar mi cara de la almohada. El silencio que antes invadía mi casa ahora ha sido perturbado por completo.
—¡Mamá dijo que tú vas a cuidarme! —grita emocionado desde el primer piso. –¿¡De verdad serás mi niñera!?
—¡Siiii! —digo fastidiada.
—¿¡Podemos cenar pizza hoy!? –grita y luego el silencio vuelve a invadir la habitación.
—¡Solo si dejas de gritar como loco!
Me quedo unos segundos en la misma posición hasta que el teléfono fijo de mi casa comienza a sonar.
Me levanto a regañadientes y camino hasta el pasillo afuera de mi habitación. Tomo el teléfono que mi mamá se ha negado a actualizar y contesto con mi mejor voz.
—¿Si?
—¿Hola? —dice una voz masculina.
—Hola —respondo algo tonta.
—¿Es la casa de los Steele? —pregunta el hombre, algo dudoso.
—Así es —respondo de inmediato. —¿Con quién hablo? —levanto una ceja expectante.
—Soy Erick Bomer... el profesor de Anthony.
Oh.
Ok, esa voz no es la del viejo regordete que imagine en mi cabeza cuando mi mamá habló sobre el nuevo profesor de reforzamiento de mi hermano hace un rato.
—Erick —sonrío sin saber por qué. –Hola, si... yo soy su hermana mayor, Kendall.
Hay una pausa hasta que "Erick" vuelve a hablar.
—Hola, señorita Kendall. Es un gusto.
Bien, no quiero exagerar, pero su voz tiene un raro efecto en mi imaginación, casi puedo ver un guapo modelo, o un locutor. Y es que suena muy bien. Demasiado bien. Casi... ¿Sexy?
—Llamaba para confirmar la clase de mañana a las cuatro —dice él, interrumpiendo mis pensamientos.
—Claro... aquí estaremos esperándolo –digo sonriente. —Gracias por llamar.
—Genial –dice amable y casi puedo creer que lo escucho sonreír. —Amm. ¿Puedo hablar con Rita?
—Mi mamá salió... —digo sin pensarlo, pero de inmediato me siento torpe.
¿En serio dije eso? Ahora va a pensar que tengo diez años.
—¿Podré hablar con ella si llamo más tarde?
—No será posible. Ella tuvo que salir en un viaje de negocios. Pero yo estaré mañana con Anthony, soy su hermana/niñera este fin de semana así que está a cargo mío. ¿Hay algo que necesite?
—Oh, entiendo. Y no realmente. Puedo hablar con Rita luego —hace una pausa y ninguno dice nada más . —Bueno. Hasta mañana entonces, señorita Kendall.
—Hasta mañana —respondo divertida y corto la llamada antes de que él lo haga.
¿Qué me acaba de pasar? ¿Fue idea mía o me puse nerviosa al escuchar una simple voz?
Sin darme cuenta, noto que tengo el pulso un tanto acelerado y la respiración agitada. ¿En serio? ¿Por una voz sexy se me acelera todo? De seguro mi periodo está por llegar y por eso tengo las hormonas alborotadas.
***
El resto del día pasa normal. En la tarde le doy la cena a mi hermano pequeño y luego lo obligo a que se bañe para ir a la cama.
Estoy mentalmente agotada, toda la tarde he limpiado el desastre que Tony dejó en la sala.
Me tiro en el sofá y al fin veo los mensajes que han llegado a mi whatsapp.
Hanna: irás al bar esta noche? 5:27pm
Ruedo los ojos y comienzo a escribirle una respuesta a mi mejor amiga.
Yo: No querida, mi mamá me ha dejado de niñera otra vez. 9:30pm
Casi al instante me llega su respuesta.
Hanna: ¿Otra vez? 🥺 9:30
Yo: Sip 😔 Así es la vida de las hermanas mayores responsables. 9:31
Hanna: responsable, claro. Entonces que haremos para despedir las vacaciones? ¿Nada? 9:31pm
Yo: Por ahora yo no haré nada ☹️ Supongo que sacaré a Tony a pasear el domingo... (ese es mi gran panorama) Además él tiene clases de reforzamiento mañana... vendrá un profesor y me tengo que quedar a vigilarlo para que preste atención. 9:31pm
Hanna: 😭 bueno, si quieres voy a hacerte compañía 9:32pm
Yo: Sería genial, y por favor... trae comida chatarra. La necesito 💕9:32pm
Hanna: okey querida amiga, nos vemos mañana 😉 9:33pm
—¡¡Kendall!!
Doy un salto y casi me caigo del sofá.
—¿¡Que!? —grito fastidiada.
¿Acaso mi hermano no puede venir aquí a mi lado y decirme lo que quiere como las personas normales? No. Tiene que gritarme a través de la casa.
-¡Ya me acosté! ¿¡Me lees un cuento!? –grita de nuevo.
Todo el enojo se va lejos y siento una enorme ternura en mi corazón. Me levanto rápido del sofá y voy a la pieza de mi pequeño y odioso hermanito.
***
Abro los ojos lentamente y la luz de mi habitación me enceguece por completo. ¿Qué hora es?
Doy un largo bostezo y me estiro entre las sábanas. Busco en mi mesita de noche mi celular, y cuando veo quedo boquiabierta. ¡Son las 4:30 de la tarde! ¿¡Y yo acabo de despertar!?
Salgo de un salto de mi cama y corro afuera de mi habitación. Voy directo a la pieza de mi hermano y él ya no está en su cama. Es más, su cama está hecha y estirada y su pijama está sobre ella.
—¿¡Anthony!? —grito mientras corro escaleras abajo.
No puede ser.
¿¡Cómo pude dormir tanto!? Mamá va a matarme.
—¿¡Tony!? —digo una vez más y quedo pálida cuando veo a mi hermano pequeño sentado en la mesa principal del comedor junto a un hermoso dios griego de ojos azulados y cabello castaño perfectamente peinado.
Ambos me miran confundidos y solo quiero que me trague la tierra. ¿Qué carajos está pasando aquí?
—¿Señorita Kendall? —dice el guapo hombre que supongo es el profesor de mi hermano y yo lo miro con cara de idiota.
—Ah... ah... ¡Hola! —digo sonriente. —Yo... —busco las palabras en mi cerebro pero este no me quiere ayudar. —Yo me quedé dormida —siento como el rubor sube a mis mejillas rápidamente.
—Ya lo noté... —dice serio, mirándome de pies a cabeza con un gesto de desaprobación.
¡DIOS MIO! ¡¿Estoy en pijama –shorts rosados, camiseta ajustada blanca y sin brasier, pelo desordenado, pies descalzos y cara de sueño- frente a este hombre? Quiero desaparecer ahora mismo.
—Yo abrí la puerta, –dice mi hermano con una sonrisa angelical en el rostro. —Sé que no debo hacerlo, pero pensé que estabas muerta —sonríe malicioso y ahora siento ganas de ahorcarlo.
—Pensé que Anthony estaba bajo su cuidado —dice Erick, quien me mira casi como si estuviera enojado.
Santa madre. Estas son las cosas que suelen pasar en mi vida. Soy la reina de las idioteces.
—Amm lo siento mucho, tuve un día agotador ayer —trato de excusarme. —Iré a cambiarme y vuelvo de inmediato —digo tratando de sonar realmente arrepentida.
Erick se abstiene de decir algo más, pero me mira un tanto amenazante, como si quisiera regañarme o castigarme por mi irresponsable comportamiento.
—Ya vuelvo —digo haciendo una mueca y sin más, me voy corriendo escaleras arriba. Esto no me puede estar pasando.
En serio esto es demasiado.