No se cuanto tiempo a pasado desde que estamos acostados entrelazados en este sillón, pero la verdad, no me importa. Podría vivir de esta forma, sintiendo su calor y su corazón latir en mi pecho, en realidad esto es el mismísimo paraíso.
Dibujo la niña sosteniendo un globo que tienen tatuada en el brazo mientras que el no deja de jugar con mi cabello. Hace un rato a dejado de cantar y no quiero pedirle que vuelva a hacerlo para no perder la conexión que se a creado.
-¿Quieres que vuelva a cantar?- me pregunta con esa capacidad que tiene de leer mi mente.
Asiento sin decir nada, absorbiendo ese momento.
Comienza a tararear el intro de "Blame" del grande Calvin Harris y luego la canta con su estilo.
Tiene la voz de un ángel, sin duda alguna.
Alguien golpea la puerta cuando la canción está a punto de terminar y Justin no se inmuta así que yo tampoco, al cabo de un rato se abre y alguien entra.
-¿Biebs?- llama la voz de Maejor.
Justin sonríe y levanta el brazo que estaba encima de mi para que lo vea.
-Dime que estas vestido- bromea Maejor al verlo.
-Si- murmura Justin feliz, se nota en su voz y eso es una bocana de aire fresco a mi vida.
Maejor se acerca y al vernos sonríe con toda la alegría del mundo.
Parece que hoy todos están felices.
-Existen motivos- pienso internamente.
-No tienen la puta idea de cuanto espere para verlos así- comenta.
Justin nos levanta con cuidado y me deja en el sillón de la misma forma para levantarse y abrazar a su amigo.
Vaya, que acto tan emotivo.
-Felicidades- susurra Maejor aún en el abrazo- a ti también- dice mirándome y yo también me levanto para unirme a ellos.
Que felicidad, que tranquilidad siento en mi alma desde que todo a quedado aclarado y si me siento de esta forma cuando sólo han pasado algunas horas, puedo decir que el futuro se viene lleno de sonrisas.
Justin se sienta de nuevo y me llama para que yo lo haga a su lado, comienza a contarle todo lo sucedido a Maejor mientras acaricia mis dedos con delicadeza. En ese momento echo mucho de menos a Kendall, me encantaría que estuviera aqui compartiendo mi felicidad como Justin lo hace con su mejor amigo.
-Iré a hacer algo de comer- le digo a Justin sintiendo el hambre presente.
-Podemos pedir algo- responde poniendo sus precioso ojos en mi.
-Puedo hacerlo- me quejo y para no darle más tiempo a reclamar camino a explorar en el departamento y así poder encontrar la cocina.
Con suerte encuentro la Mac de Justin en la encimera de la cocina, la enciendo y al ingresar me pide la clave, tecleo la que era hasta la última vez que estuvimos juntos y me sorprende comprobar que no la a cambiado.
Si, compartió su clave conmigo y aún así no me di cuenta de lo que sentía. Soy una completa idiota.
Tiene de fondo de pantalla las mismas figuras que están plasmadas en el cuadro que me regaló, eso me confirma que tiene algo en especial y guardo en mi agenda mental preguntarle.
Abro mi cuenta de Skype y llamo a Kendall que responde al segundo tono.
-No estés enfadada- le pido cuando su rostro aparece en la pantalla.
-¿Esa es la cocina de Bieber?- pregunta.
Sonrió asistiendo.
-Dime que todo está bien y no estaré enfadada- ruega.
-Todo está como debía de estar siempre- admito complemente feliz, radiante.
Preparó huevos revueltos con tocino y tostadas, todo un desayuno norteamericano a pesar de que el reloj da la una de la tarde mientras le cuento todo lo sucedido a Kendall.
-Huele de maravilla- dice Maejor entrando a la cocina con Justin detrás.
-Estará listo en dos minutos- le digo sacando el tocino del sartén.
-¿Has hablado ya con Kendall?- me pregunta Justin.
Dejo el tocino en los platos, limpio mis manos y giro la Mac para que lo vea con sus propios ojos.
-Más te vale no cagarla, Bieber- le suelta Kendall haciéndonos reír.
-Si sigo recibiendo amenazas de tus amigos tendré que contratar otro guardaespaldas- me dice acercándose y envolviendome en sus brazos.
-¿Amenazas?
-Kendall, Jordan, acabo de recibir un mensaje de Robert y también de este idiota- termina señalando a Maejor que le lanza una manzana pero Justin la esquiva con precisión.
-¿Vamos a cenar hoy?- comenta Kendall a través de la pantalla. Había olvidado que seguía ahí.
-¿Cómo en los viejos tiempos?- pregunta Justin besando mi frente.
-Me dan diabetes- escupe Kendall poniendo cara de asco.
-¡A mi también!- la apoya Maejor.
-Ya es hora de que ambos se busquen una pareja- nos defiende Justin.
-Kendall ya la tiene- agrego y veo en la cara de Kendall que acabo de meter la pata.
-¿¡Qué!?- grita Justin soltandome y acercándose a la pantalla.
-Gracias Hailey.
-!Lo siento!- grito poniendo los platos en la mesa para comer de una vez.
-Ven a comer, bro- llama Maejor- por la noche le sacas toda la información que yo también quiero escuchar.
-Gracias Maejor- vuelve a decir Kendall- en serio- lanza esa indirecta para mi.
Sonrió, si se hubiera enfadado en serio no estaría de ese humor, aparte nunca me dijo que seria un secreto para sus amigos y no es mi culpa que no haya confiado en Justin.
♡
-¿Vas a ir con esas pintas a cenar?- le pregunta Maejor cuando salimos de la habitación.
Para mi está precioso. Pero es verdad que para mi siempre está precioso.
-Voy a cenar no a mi boda, ni a los Grammys- suelta Justin.
Maejor levanta los brazos por la respuesta de su amigo y los tres reimos.
-Iremos a casa de Hailey, ¿vienes o nos vemos más tarde?- le pregunta.
-Los veo más tarde- responde y besa mi cabeza en despedida después de chocar puños con Justin.
Bajamos en el ascensor hacia el parking subterráneo agarrados de las manos con la suerte de que los fotógrafos ni nadie tiene acceso a ese lugar y que los cristales del furgón son tintados.
Mike nos espera con mi coche fuera.
Subimos al auto y hablamos de muchas cosas, de la vida en general y poder conocer un poco más la vida atraves de los ojos de Justin es totalmente maginifico, esta claro que es todo un artista puesto que no opina de las cosas como lo hace cualquier persona, él siempre ve algo más haya de lo normal. También hablamos de todo lo que hizo en el período de tiempo que no estuvimos juntos y escuchar las aventuras que tuvo se hace más fácil cuando siento su mano acariciar la mía con infinito cariño, también hablamos de Jordan y de lo magnífica persona que es para mi. Lo raro es que él esta de acuerdo conmigo, aunque no es tan raro ahora, gracias a él llegamos a esto.
Gracias Jordan.
Cuando llegamos a casa deje a Justin en la sala por petición de Robert con la escusa de que tenían que hablar de un tema "importante" cuando claramente hablarían de mi. Aproveché ese tiempo para ponerme linda para Justin.
Al bajar sólo veo a Robert en la sala.
-¿Y Justin?
-Te está esperando fuera
-¿Qué le dijiste?- pregunto asustada.
-Nada, acaba de salir, tenía que responder una llamada- responde.
-Más te vale- lo amenazo con una sonrisa.
-Me gusta tanto verte así- murmura acariciando mi rostro.
-Soy muy feliz.
-Lo se- confirma- ahora ve con tu felicidad.
-No sólo lo es él, tu eres una parte demasiado importante para que yo sea feliz- le recuerdo.
Nos damos en emotivo abrazo del que me separo rápido para no echarme a llorar y salgo en busca de mi chico.
Esta sentado en el coche con las piernas elevadas en el asiento de delante y con el teléfono en las manos.
Él no me ve pero yo me deleito con su imagen y su sonrisa. Saco mi telefono y tomo una foto de ese bello recuerdo deseando que esa sonrisa se quede en su rostro por siempre.
-Hola- susurro apareciendo por la puerta.
-Pensé que no te gustaba el rosa- comenta mirando mi vestido, embelesado- pero te queda demasiado bien.
-Me gusta un poco.
-Que hermosa eres.
-Lo soy para ti.
-No necesito que te maquilles o te pongas un vestido; que Dios, te quedan de lujo- dice sentándose bien y acercándose- para mi eres la mujer más hermosa sobre el planeta tierra tal y como eres.
Sus palabras me sonrojan, me lanzo a sus brazos donde escondo mi rostro en su cuello y aspiro su aroma que desde que lo conocí es mi favorito.
-¿Qué te pasa?- pregunta cuando no me muevo de mi lugar.
-Me haces sentir vergüenza- susurro.
-¿Qué?- dice con risas.
Se está burlando de mi. Y me encanta.
-Lo que has oído.
-Que niña eres, Baldwin.
Me aparta de sus brazos para mirar mi rostro que por suerte ya no arde.
-¿Qué es lo que te avergüenza?
-Tus palabras.
-Pues debes de acostumbrarte- responde y su rostro cambia tras decir esas palabras.
-¿Qué pasa?- es mi turno de preguntar.
-La canción...- susurra sin mirarme.
¿La canción?
-No se de que hablas, cariño- digo muy bajito de acuerdo a su estado.
Niega intentando recuperar su estado de animo pero yo no voy a dejar eso así, eso es lo que hacíamos antes y lo que nos llevo a todo el desastre emocional en el que nos metimos, se supone que debemos de ser diferentes, hacer las cosas bien.
-Justin- digo muy firme para que entienda mis intenciones.
-La canción que escribí para ti- murmura.
Y con eso entiendo el porque de su cambio, es un recuerdo que claramente nos duele a ambos, pero que debemos superar si queremos que esto funcione.
-Oye- lo llamo acariciando su rostro en el que siento el inicio de una barba- es pasado. ¿Ok?
No me mira y eso me parte el alma.
-Justin- lo vuelvo a intentar- quiero escuchar la canción. ¿Cómo se llama?
-Te fuiste sin escucharla, si te hubieras quedado hasta el estribillo sabrías el nombre- se queja con una pequeña sonrisa.
Eso es, mi chico a vuelto.
-Me fui pero ahora estoy aquí y por más soberbio, necio, arrogante, creído y estúpido que seas... te amo.
-¿Con que soberbio, necio, creído y estúpido no?- se queja.
-Acabo de comprobar que aún que te diga que te amo, si a esa frase añado algo malo, te vas a quedar con lo malo- comentó bromeando por muy cierto que sea- no te lo tomes a mal- continuo cuando no responde- yo soy la versión en mujer de ti así que me toca lo mismo- suspiro- ahora dime el nombre de MI canción- vuelvo a pedir poniendo posesión en el mi.
-Get Used To It- murmura.
Acostumbrate. Con eso todo tiene sentido.
-¿Puedo escucharla?- pregunto sintiendo miles de mariposas en el estómago.
-Ya le quite del álbum- responde partiendo mi corazón pero cuando sonríe se que está bromeando.
-Estúpido- me quejo golpeando su hombro.
-La puedo cantar- murmura con voz seductora acelerando mi corazón y en ese momento se que estoy apunto de enamorarme más.
¿De dónde sale más amor? No lo se, pero lo entenderían si tuvieran a este hombre enfrente cantando con todo el sentimiento del mundo y sosteniendo mi mano que hormiguea con el contacto.
Mariposas en el estómago, pajaritos en la cabeza, hormigas en la piel: el amor es una esquizofrenia socialmente aceptable.
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Lo se, no subí capítulo ayer y lo siento mucho pero no tuve tiempo.
Espero compensar con este increíble capítulo.
Las adoro princesas, gracias por seguir aquí ♡
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