000. “¿Louis Tomlinson?”
→ Prólogo
— Harry — Escuché la alegre voz de mi ex-mujer, Cara, a otro lado de la línea. Sonreí por su alegría característica.
Cara y yo salíamos en el instituto, y luego en la universidad. En esa época, ambos eramos los reyes de la Uni ya que solíamos organizar las mejores fiestas de todo el lugar.
Un día, cuando acabamos todos los exámenes, organizamos un viaje con algunos amigos a las Vegas, y estuvimos todo el fin de semana bebiendo hasta casi entrar en un coma etílico.
Fue jodidamente épico.
Todo era risas, hasta que Cara y yo nos despertamos el lunes en un Motel con un anillo en nuestra mano, respectivamente.
Desde ese día y en adelante, descubrí que odiaba el compromiso. Y que los matrimonios en las Vegas eran igual de válidos que en cualquier otro estado, a diferencia de lo que pensaba. Y también que el divorcio no es tan complicado si no hay dinero ni niños de por medio.
Y que era más bisexual que Jesucristo.
— Hey Carita — Sonreí —. ¿Que tal?
— Genial, Harry — Pude sentir su sonrisa a través de teléfono — Tengo novio — Informó después de soltar suspiro.
Sabía lo que significaba eso; me iba a pedir un favor.
— ¿Que quieres que haga, Cara? — Pregunté rodando los ojos.
— Como me conoces — Rió la chica —. Me gustaría quedar contigo esta semana para que lo conozcas.
— ¿Quieres que te diga que tan buen partido es, como lo hice con Lauren? — Pregunté con sorna, riendo por mi propia broma.
— Dios, ni me lo recuerdes, por favor — Soltó un gran suspiro y yo volví a reír — En serio Harry, eres mi mejor amigo, necesito que me digas que te parece.
— Esta bien, Carita, lo que tú quieras — Dije, y escuché su gritito de emoción.
— Eres el mejor — La escuché decir, y no pude evitar sonreír.
— Bueno, ¿quién es el afortunado? ¿Es chico, o chica? — Volví a preguntar irónico, aún sabiendo la respuesta.
— Es un chico.
— Genial, estamos entrando en un tema que me gusta mucho — Reí.
— ¡Dios, Harry! — Se sorprendió por mi soltura.
Rodé mis ojos — Como si no me conocieras...
Después de un rato, en el que esperé a que dejara de reír, volví a hablar.
— ¿Cómo se llama? — Pregunté con una sonrisa.
— Louis Tomlinson.
Ambos tomamos un suspiro casi a la vez. Ahora llegaba nuestro conocido interrogatorio.
— ¿Edad? — Pregunté, sintiendo curiosidad extrema.
— Venticinco años — Respondió ella rápida. Había estado practicando para esto, lo sabía.
— ¿Altura?
— Es algo bajito. Supongo que te llegará a la nariz o menos.
— ¿Que clase de medida es esa? — Reí y a continuación me miré en el espejo que tenía en mi salón. Comprobé como sería, y no pude evitar reír.
— Una para que la entiendas.
— No sabía que te gustaran los enanos — Reí.
— No lo es — Le defendió.
— Seguro que ni alcanza el cereal.
— No lo hace, pero está muy bueno. Es jodidamente caliente; sus tatuajes me hacen querer pedirle que me ponga contra una pared y me folle sin descanso y luego-
— Sí, ya entendí. Está bueno — Rodé mis ojos — Mañana voy a cenar a tu casa y me lo presentas.
— Genial, Harry. Te quiero, hasta mañana — Colgó con algo de prisa y no me dió tiempo a responder.
— Louis Tomlinson — Susurré, entrecerrando los ojos, muerto de la curiosidad.