gone; camren

By laurensillage

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¿Cómo se sentiría ser libre? Secuela: https://www.wattpad.com/story/75704519-here-camren More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Girls Do It Better
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo Final

Capítulo 20

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By laurensillage

LAUREN

Abrí los ojos lentamente y pestañeé varias veces, tratando de acostumbrarme a la molesta y brillante luz blanca que estaba sobre mí. Sentía como mis oídos punzaban y cómo mi cabeza parecía que iba a explotar, tenía la garganta seca y estaba desorientada.

Sabía que estaba en un hospital, probablemente en emergencias por la cantidad de voces y sonidos que había, pero no sabía exactamente que me había pasado ni que hacía aquí.

— Estás despierta— dijo Dinah, entrando al cubículo con una bandeja en su mano y muy sonriente.

— Eso parece.

— Te desmayaste hace unas dos horas y te dieron algunos calmantes porque cuando despertaste estabas bastante alterada. Supongo que eso te hizo dormir y por eso te sientes mal— explicó, antes de que yo tuviese tiempo para preguntarle. Sonreí en modo de agradecimiento.

Nos quedamos en un silencio que con el paso de los segundos comenzaba a volverse incómodo. No podía ni siquiera mirar a Dinah, por la vergüenza que sentía de mí misma, de esta extraña en la que me había convertido.

— ¿Sabes cómo me rompí realmente la nariz la navidad pasada? — Pregunté al azar, tratando de terminar con el silencio incómodo. Dinah levantó la mirada y negó suavemente.

— Dijiste que te caíste esquiando.

— Nunca me he caído esquiando... Fue Camila quien me la rompió.

— Seguramente lo tenías bien merecido— respondió sonriendo, como una mamá orgullosa.

— En mi defensa no le hice nada. — Levanté los brazos como diciendo 'yo no lo hice'.

— Fuiste una idiota con ella por meses, ¿eso no cuenta?

— Pero ella también lo fue conmigo.

— Touché— respondió ella.

— Entonces, como te decía, me rompí la nariz y les dijimos a todos que Camila y yo habíamos salido a esquiar en la noche y yo me había caído en la nieve. Pero en realidad nos habíamos escapado de la fiesta para tener...

— ¡Suficiente! — Me interrumpió—. Ya me arrepentí una vez de tocar este tema contigo.

— ¿Pero no quieres saber? — Pregunté con un puchero.

— Ugh, está bien.

— Dejamos la fiesta para tener nuestra primera vez, fue todo muy lindo... hasta que le dije a Camila que la quería aquí. — Señalé mi cara.

— Esto ya se volvió más que incómodo.

— Lo sé— sonreí—. Pero me gusta ver la cara que pones.

— Eres insoportable.

— En fin, a Camila le dio cosquillas mi lengua y me golpeó en la nariz con su rodilla. No podíamos decirles a nuestros padres lo que había pasado realmente porque ellos estaban a favor de nuestra relación, que digo a favor, si nuestra relación existe es por ellos. Aun así, no era bueno para su salud mental que les dijésemos "Camila rompió mi nariz mientras estaba sentada en mi cara".

— ¿Y cómo explicaron el hecho de que estaban desnudas?

— Ahí estaba el problema, no teníamos ningún tipo de ropa de esquiar y si salíamos con nuestros vestidos en la nieve nos íbamos a congelar. Teníamos que pensar rápido antes de que ellos se dieran cuenta de que no estábamos y comenzaran a buscarnos, a eso agrégale que de mi nariz salían chorros de sangre y que Camila estaba asustada y nerviosa por toda la sangre que veía, y se sentía culpable por haberme hecho eso.

— ¿Por qué yo nunca supe de esto? — Ella reía, más bien se burlaba de mí, y después de que el dolor en mi nariz pasara hasta yo le había encontrado el humor a aquella situación.

— Nos pusimos un abrigo y un pantalón, sin nada más debajo porque perderíamos más tiempo— continúe con la historia—. Bajamos por la ventana y Camila empezó a gritar por ayuda, hasta que nos dimos cuenta de que algo en nuestro plan había fallado: además de la ropa, no teníamos ningún equipo para esquiar y todo estaba adentro.

— No me digas que se dieron cuenta.

— Por suerte estaban muy asustados con toda la sangre que salía de mi nariz y nadie notó lo raro de la situación.

El silencio volvió a instalarse entre nosotras, y me di cuenta de que Dinah parecía estar muy bien conmigo, pero la última vez que la había visto las cosas no habían salido nada bien y desde ese día no había hablado con ella de nuevo.

— Tus padres vienen en un rato— dijo.

— ¿Tu no me... odias? — Pregunté, cambiando por completo el tema. Pero necesitaba salir de dudas.

— Veo que no recuerdas nada lo que pasó temprano. — Negué, porque mi último recuerdo era el de la rueda de prensa de mi papá—. Estoy enojada contigo y con Camila por habernos mentido sobre su relación, al menos al principio, y más que todo contigo por haber engañado a mi mejor amiga. Estoy enojada, pero no te odio, y antes de hacer algo pensé que lo mejor era dejar que me explicaras lo que pasó.

— ¿Qué quieres saber primero?

— ¿Cómo es eso de que tú y Camila tienen un contrato y es por eso que se van a casar?

— Cuando me mudé de Nueva York, papá conoció a Alejandro, se hicieron amigos y él se ofreció a financiar su carrera política a cambio de que yo me casara con su hija. Éramos menores de edad y nuestros padres tenían potestad sobre nuestras decisiones legales, y al principio lo único en lo que pensaba era en cómo anular ese contrato pero era casi imposible. Tenía tantas cosas entre líneas que ni volviendo a nacer me libraba de casarme con Camila. Como te dije, al principio todo era por un contrato pero con el tiempo comenzamos a enamorarnos y vamos a casarnos porque queremos, porque es decisión nuestra.

— ¿Y por qué no anulan el contrato para terminar con esa presión? — Preguntó confundida.

— Hay muchas cosas del contrato que ni Camila ni yo sabemos, aunque somos las más afectadas. Pero hasta donde sé, si alguna o las dos lo anula, tenemos que pagar no sé cuántos millones a nuestros padres. Y si de todas maneras nos vamos a casar, ¿para qué hacer tanto problema?

— ¿Y para qué es el contrato?

— Camila es hija única, y aunque ni ella ni su familia lo aparentan, son tan millonarios como la reina de Inglaterra. Ella de su propio dinero puede pagarse la matrícula completa en Cambridge, comprarse un pent-house en la Quinta Avenida en Nueva York y una isla privada, y no tener que trabajar por lo que le queda de vida, a eso súmale lo que le quedaría de la herencia de su abuelo, y de sus padres.

— Siempre supe que eran millonarios, porque Alejandro es el mayor accionista de Gaetz Bank pero nunca imaginé que lo fuesen tanto— comentó asombrada.

— Alejandro no quería arriesgarse a que Camila se casara con cualquiera que pudiera aprovecharse de ella, y por eso me escogió a mí.

— Y adivino: todo es con bienes separados y el dinero de Camila es de ella.

— Estás en lo correcto, Dinah Jane. — Acomodé mis almohadas, para estar más cómoda y busqué algún botón para mover la cama, pero no encontré ninguno—. Aunque Camila quería hacerlo todo de bienes compartidos.

— Y eso a Alejandro no le gustó...

— Yo le podré caer muy bien, y papá y el podrán ser muy amigos, pero cuando se trata de dinero y de cosas legales nadie es amigo de nadie. — Cerré los ojos sintiendo como las punzadas en mi cabeza aumentaban—. En fin, ¿tienes más preguntas?

— Por tu parte ya tengo más o menos claro que todo es real, y espero poder escuchar lo mismo por parte de Camila... Pero, ¿nunca quisiste escapar?

— ¿Escapar de qué? — Pregunté confundida.

— De toda esta situación.

— Realmente no.

— Ahora ves las cosas diferente porque eres más madura, porque estás enamorada de Camila y ella de ti. Pero al principio ustedes dos se llevaban mal... Que digo mal, no se mataron porque no las dejaban solas el tiempo suficiente, y supongo que debía ser frustrante saber que tenías que pasar toda tu vida con ella. ¿Nunca te sentiste atada? ¿Nunca te dieron ganas de huir, de ser libre?

— Cada vez que me desanimaba pensaba en que hacía todo esto por mi papá y que así como él había sacrificado cosas por mí, yo debía hacerlo por el... Yo aún era joven y tenía tiempo de sobra para hacer mi vida y ya encontraría la manera de librarme de ese contrato. Más que nada me sentía enojada, porque había sido vendida como si de un trozo de carne se tratara. Pero no, nunca me sentí atada porque creía firmemente que todo eso era temporal— expliqué, mientras Dinah se comía un sándwich que había comprado en la cafetería.

— ¿Y cómo se sentía Camila?

Me detuve a pensarlo y me di cuenta de que nunca habíamos hablado de eso. Después de que empezamos a llevarnos bien ninguna expresó su descontento con el contrato ni nada parecido.

Nunca supe cómo se sentía ella en cuanto a esto, nunca se lo pregunté porque pensé que esto era lo que ella quería. ¿Y si ella en verdad no quería casarse conmigo? ¿Y si había actuado todo este tiempo? ¿Y si ella no estaba enamorada de mí, como yo de ella? ¿Y si la había asfixiado tanto hasta el punto de que no se sintiera bien a mi lado? Tantos '¿y si...?' que me llevaron a una sola conclusión:

— Camila no va a volver— afirmé, sintiendo como un nudo se formaba en mi garganta y las lágrimas comenzaban a bajar por mis ojos—. Ella quería ser libre y a mi lado nunca iba a serlo.

— Shh, no digas eso— me tranquilizó Dinah, colocándose a mi lado en la camilla y tomando mis manos entre las suyas.

— Ella no va a volver. Ella quería ser libre— repetí.

Escuchamos un toqué en la puerta, y Ally y Normani entraron al pequeño cubículo y de inmediato se acercaron a la camilla para unirse a un abrazo grupal, mientras yo sollozaba y Dinah me sobaba la espalda.

— Lo siento tanto— murmuré varias veces—. Lamento haberles mentido, lamento haber engañado a Camila, lamento no haber sido suficiente, lamento haber hecho que Camila huyera.

Las chicas se separaron de mí, y Ally limpió mis lágrimas con el dorso de su mano. Tomó mis mejillas entre sus manos y sonrió, tratando de reconfortarme.

— No tienes que disculparte por nada.

— Todo esto es mi culpa, si yo no hubiese llegado a la ciudad nada de esto estaría pasando. Camila estaría comprometida con algún chico perfecto que la hiciera sentir en las nubes, con el que se sintiera libre, y no conmigo que todo lo que hago es asfixiarla— dije, sacándome del pecho todo lo que estaba sintiendo en ese momento.

— Camila te ama, y sé que no hay otra persona con la que ella desearía estar. La única a la que quiere es a ti, y si huyó no fue tu culpa, fue por decisión propia y sus motivos son personales— dijo Normani, con un tono firme.

Quería creer todo lo que las chicas me decían, quería creer que nada de esto era mi culpa y que yo no había sido uno de los motivos por los que Camila había huido.

Pero no podía, con cada segundo que pasaba me sentía más culpable, y más cuando recordé que siempre la había visto a ella como una mariposa, majestuosa, hermosa y libre.

Y en ese momento, yo sentía que le había cortado las alas. 

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