Me miro en el espejo un poco asustada, la chica que regresa a mirarme se parece mucho a mi pero no la reconozco, sus ojos están ahumados en un negro profundo y sus grandes labios rojos me llaman mucho la atención, lleva un collar grueso negro alrededor de su cuello dándole un tono más malvado, lo único tierno de ella es la corona que está encima de su cabello dorado.
-Me encanta- susurro mirando cada detalle del maquillaje.
-Ese era el punto- responde Martha feliz de su trabajo.
-¿Dónde está mi princesa malvada favorita?- pregunta Maejor entrando a la habitación.
Regreso a mirarlo y me levanto de la silla en la que estaba para que me de el visto bueno.
-Woouu- musita al darme un repaso- si no hubieras tenido algo con...- comienza a decir y lo detengo.
-No vayas por ahí- susurro incómoda.
-Te ves realmente bien- agrega después.
Sonrió en agradecimiento y salimos a la sala después de agradecerle otra vez a Martha.
-¿Vas sola?- me pregunta al ver que agarro las llaves de mi auto.
Asiento volviendo a mirarme en el espejo.
-Voy a recoger a Jordan.
-¿No se supone que es al revés?
-Las mujeres también podemos recoger a nuestra cita sin ningún problema- defiendo mi teoría rápidamente.
-Tranquila- dice levantando los brazos al escuchar mi tono de voz y eso me hace reír.
-No olvides mi favor- le recuerdo.
-Lo se, tengo que llevar a Martha- me confirma.
-Exacto- murmuro acercandome y beso su rostro con cuidado de no mancharlo- hasta luego.
-Llámame si necesitas algo- dice antes de que salga y esas palabras me trasmiten algo más, como si supiera algo que yo no.
Ignoro mis falsas teorías creyendo poco a poco que me estoy volviendo loca y entro al coche donde me envuelvo en música de Bruno Mars para ir a recoger a Jordan.
♡
A las ocho y media llegamos al lugar donde se va a llevar a cabo la fiesta, estaciono donde un guardia me indica muy molesta.
-¿Estas enfadada?- me pregunta Jordan con gracia enojandome aún más.
Regreso a mirarlo con el peor rostro que tengo pero no dura mucho tiempo, la máscara de batman ridícula que lleva me hace reír.
-Claro que si- respondo recuperando mi rostro serio- se suponía que tu serías mi príncipe malvado- le recuerdo molesta de que no haya cumplido el trato.
Suelta una carcajada que duplica mi enfado.
-Vete a la mierda- suelto y bajo del auto.
-¡Rhode!- grita siguiendome- no seas niña.
-¿¡Niña!?- suelto.
Últimamente cada cosa que me dice un hombre me molesta.
Me doy la vuelta para enfrentarlo y cuando lo veo me quedo sin palabras.
Se a quitado la máscara y puedo ver sus ojos ahumados de negro logrando que ese efecto los haga verse mucho más claros de lo que son, su cabello rubio está alborotado y está vestido de negro, exactamente lo que quería, a él no le hace falta una corona, de por si tiene apariencia de principe sacado de una historia de Barbie.
-Un Ken- susurra mi subconciente burlándose de los recuerdos pero lo ignoro.
-¡Oh Jordan!- grito emocionada y me lanzo a sus brazos.
-Jamás te decepcionaria- susurra cerca de mi cuello herizandome por completo.
Maldición, ¿qué he echo yo de bueno para tenerlo en mi vida?
Entrelaza mi mano a la suya y tira de mi para entrar al lugar, donde poco a poco la luz opaca del decorado nos rodea.
Nos encontramos con varios compañeros de la agencia, algunos amigos que también han sido invitados pero por desgracia nadie muy cercano.
-Estoy enamorada de sus disfraces- nos dice una linda chica de ojos verdes que mira por más tiempo del necesario a Jordan.
-No los podría llamar disfraces- respondo con una sonrisa- es sólo maquillaje.
-Exactamente- me apoya Jordan y cuando regreso a mirarlo comprendo a la chica.
Es arrebatador.
-Señorita Baldwin- me llama un señor con una cámara- una foto, por favor.
Me apartó de las personas y poso para la foto.
Cuando el señor se retira veo a Jordan mirarme de forma extraña, amor mezclado con añoranza.
-¿Qué ocurre?- le pregunto cuando regreso.
Sigue mirándome sin decir nada hasta que parece reaccionar a mis palabras y se desprende de sus pensamientos agitando la cabeza.
-Nada- susurra- vamos a bailar.
Ok, aquí pasa algo raro.
Bailamos más de dos rondas de música y cuando miro el reloj están a punto de dar las diez.
-Muero de hambre- le grito a Jordan por encima de la música.
-Vamos a comer entonces- responde sonriente pero con la misma expresión de antes.
-Dime que ocurre- vuelvo a pedirle mientras caminamos apoyada en su hombro izquierdo.
-Mira que eres necia- responde sonriendo- no ocurre nada- agrega y termina besando la punta de mi nariz, haciendo de ese acto el más puro y amoroso de todos.
Pero a mi nadie me quita que dentro de su mente ocurre algo.
Llegamos a una mesa que está llena de In-N-Out, uno de mis restaurantes favoritos.
Pongo en un plato una hamburguesa y dos bolsas de papitas.
-No se donde almacenas toda la comida- murmura Jordan en broma mirando mi plato.
-Ese es mi secreto- respondo con seriedad que se pierde cuando sonrio.
-Vamos- me llama cuando ya tenemos lo necesario y vamos a un apartado donde hay varias mesas y pocas personas.
-Con que aquí estan- dice una voz a nuestras espaldas, ambos regresamos a ver para encontrarnos con un chico disfrazado de Superman, Camil, el mejor amigo de Jordan.
-¡Bro!- dice Jordan emocionado al verlo dejando su plato sobre la mesa para abrazarlo.
Una chica mira la escena conmovida detrás de Camil, disfrazada de trigresa.
-Ya conoces a Hailey- dice Jordan cuando se separan mirándome.
Camil sonríe y se lanza a mis brazos.
-Hola- susurro aún junto a él.
-Y tu ya conoces a Tayra- dice Camil mirando a su chica.
-Pero nosotras no nos conocemos- murmura ella mirando a su novio.
-Hailey- me presento extendiendo mi mano y ella la agarra de forma cariñosa.
-Vayan a por comida y los esperamos aquí- les dice Jordan sentándose y yo hago lo mismo.
-¿Hace cuanto no lo veías?- le pregunto por su emoción cuando nuestros amigos se alejan.
-Poco más de tres semanas- responde feliz-pero siempre es emocionante.
Me encanta su forma de ser.
Al terminar de comer seguimos solos y yo busco a los alrededores a Camil.
-Debe de haberse encontrado con alguien- me dice Jordan bebiendo de su refresco.
-Iré a por otro- le digo agitando mi vaso vacío.
-No hace falta- responde poniendo su popete sobre mi boca.
Sonrió absorbiendo de su bebida.
-Que bonita foto- comenta Camil desde detrás enfocandonos con su teléfono.
-Eso es violar la privacidad- lo acuso sonriendo.
-Cuantas veces no abras echo tu lo mismo- responde.
Es cierto, cuando pasábamos tiempo juntos por mi relación con Jordan siempre le tomaba fotos, es que tiene el perfil muy hermoso.
-Tu ganas- respondo y el sonríe.
-Siempre.
Nos sentamos a hablar mientras ellos comen y no paramos de reír escuchando las historias de cada uno.
Mi teléfono suena dentro de mi bolso y al ver el nombre de Maejor en la pantalla me levanto a responder tras disculparme con mis amigos.
-Hola.
-¿Cómo va todo?- me pregunta.
-Bien- respondo caminando por el lugar donde la música no es tan alta.
-¿Ninguna novedad?-pregunta sospechoso.
-¿Que ocultas, Maejor?.
-Nada, sólo quería saber que estabas bien, Robert estaba preocupado- responde.
-Oh, pues estoy bien- le confirmo.
-Ok, entonces te llamo luego- responde igual de sospechoso.
¿Qué les pasa a los hombres hoy?
Regreso despacio a donde están mis amigos.
-¿Y a ti no te duele?- le pregunta Camil a Jordan pero él no responde al verme llegar.
-¿De que hablan?- pregunto curiosa.
-Del tatuaje de Jordan- responde Camil rápidamente.
-¿Vieron que hay una máquina de fotos instantáneas?- nos pregunta Tayra evandiendo el incómodo momento.
-¿En serio?- respondo emocionada, adoro esas cosas.
Ella asiente y Jordan se levanta.
-Vamos a por unas cuantas fotos- dice agarrando mi brazo y llevandome con él.
Caminamos en la dirección que no a informado Tayra y llegamos a una bonita máquina blanca en la que varias personas están esperando su turno.
-¿Te estas diviertiendo?- me pregunta enredando sus brazos en mi cuerpo.
Yo hago lo mismo, lo abrazo por dentro de su chaqueta y lo acerco más a mi.
Ese acto me produce una sensación extraña, como que fuera una despedida y sentir eso me pone triste.
-¿Tu también lo has sentido?- me atrevo a preguntar por muy idiota que suene.
Él asiente mirándome con ojos tristes.
-Todo va a estar bien- susurra besando mi cabeza- no pienses en eso.
Cuando estoy a punto de decir algo es nuestro turno de entrar a la cabina de fotos.
-Hagamos de esto un recuerdo sensual- murmura Jordan mirándome con picardía.
-Adelante- respondo recuperando mi ánimo y cuando la cuenta regresiva de la máquina comienza pienso en las poses que al final terminan de maravilla.
-Termina la pose final- me pide cuando las fotos terminan.
Lo beso con pasión recuperando el sentimiento de hace unos minutos.
-Eso fue increíble- suspira aún en mis labios.
-Tu eres más increíble- respondo con una sonrisa.
Adoro a este hombre, no puedo negarlo pero no de la misma forma que lo hacía hace algunos años, ya no puedo amarlo, pero es alguien esencial en mi vida, demasiado importante y sería incapaz de hacer algo en su contra.
Jamás en mi vida he encontrado a una persona con un corazón tan puro y tan grande como el de Jordan, no me perdonaría nunca a mi misma si lo dañara de alguna forma.
Salimos de la máquina, por las voces de quejas que se están formando fuera y recogemos nuestras fotos, que han salido totalmente increíbles.
A Jordan le suena el teléfono mientras caminamos felices y cuando mira el número le cambia el rostro automáticamente.
-A llegado tu sorpresa...- susurra acercándose.
¿Sorpresa?