Narra Frank
Llamaron a la puerta, tomé a Alex de la cintura y lo dejé en el sofá, al abrir la puerta pude ver a Jairo con una sonrisa.
-Hola primo -Dijo sin más con la intención de entrar.
-Jairo, sal de aquí -Me puse frente a él, tratando que no llegara a la sala donde estaba Alex.
-¿Qué te pasa Frank? Antes no eras así.
Me hizo a un lado de un empujón y entró a la sala. Alex no estaba, no sabía dónde podría estar ahora y tenía miedo, además con su dolor de cadera... estaba preocupado.
-¿Qué quieres Jairo?
-¿Acaso no puedo visitar a mi primo?
-Te conozco, sé que no viniste sólo a visitarme.
-Bien, me has pillado, en un principio sí venía a visitarte, pero ahora tengo un mejor propósito -Sonrió.
-¿Qué quieres? -Pregunté molestándome, pues sabía hacia dónde iba.
-El chico del parque... lo quiero para mí.
-¡No te permito acercarte a Alex! -Exclamé.
-¿Alex? Lindo nombre, casi tanto como él.
-Él es mío, no te lo daré, me has quitado todo lo que yo he logrado obtener y no te he dicho nada, pero no te dejaré acercarte a Alex.
-¿Y por qué lo quieres tanto? Lo vas a herir como a todos tus novios y novias, yo también te conozco y sé que puede salir mal de todo esto.
-¡Tú no te acercarás a Alex! ¡Él es mío y no cambiarás eso...! -Grité, luego me tomé un segundo para calmarme y hablar más tranquilo- Lo amo y él me ama... no cambiarás eso.
-Frank cálmate, sólo... quiero conocerlo, es muy lindo, se la pasaría genial conmigo ¿No crees?
-Fuera... de mi puta... vista -Dije pausadamente, lleno de ira.
-Volveré por ese chico, es mejor para mí, además el cuerpo que tiene... -Suspiró y se fue, antes de que pudiese arrancarle los ojos.
Respiré profundo para tratar de calmarme, pero sentí un ruido atrás de mí y alcancé a ver unas manos que rápidamente cubrían mis ojos, posteriormente unos labios chocar contra los míos logrando un tierno y corto besito. Aquellas manos me soltaron, me volteé y pude ver a Alex de pie sobre el sofá.
-Te quiero mucho -Dijo compasivo.
-Yo también t... -No me dejó terminar ya que me besó. Lo abracé por la cintura y lo levanté un poco, logrando que ambos sonriéramos en medio del beso.