Saga > Libro I: >

By DulceCLpez

487K 27K 1.4K

¡¡¡ÚLTIMAS HORAS PARA RESERVAR ACOSADA... More

Saga <<La Era De Los Vampiros>> Libro I: <<Dulce Cautiverio>>
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO UNO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPÍTULO OCHO
CAPÍTULO DIEZ
CAPÍTULO ONCE
CAPÍTULO DOCE (sin corregir)
CAPÍTULO TRECE (sin corregir)
CAPÍTULO CATORCE
CAPÍTULO QUINCE
CAPÍTULO DIECISEIS
CAPÍTULO DIECISIETE
CAPÍTULO DIECIOCHO
CAPÍTULO DIECINUEVE
CAPÍTULO VEINTE
EPÍLOGO
Informo:
¡¡¡ÚLTIMAS HORAS PARA RESERVAR ACOSADA...

CAPÍTULO NUEVE

20.3K 1.4K 132
By DulceCLpez

Pasé el resto de la tarde encerrada en mi habitación, intentando comprender porqué Eric se portaba así conmigo. Era muy diferente al resto de vampiros que había conocido hasta ahora... Quizás demasiado. ¡Si incluso había cumplido su promesa y ni una sola vez me había maltratado o doblegado a su antojo! Y eso que ellos, por naturaleza,  suelen ser rudos, insensibles, <<inhumanos>> como la propia palabra en sí ya dice. Trataban a los humanos como si fueran ganado, sin tenerles consideración. Lo que había visto en la hora del almuerzo, corroboraba todo lo que opinaba sobre ellos.

   Estaba pensando en eso, cuando las persianas empezaron a elevarse lentamente, anunciando la llegada de la noche.

   No mucho después, mientras estaba recostada sobre la cama, pensando en todo lo que había descubierto desde que desperté del coma, Eric hizo acto de presencia en el dormitorio. Me puse en pie y noté que, su sola presencia, hacía que me temblaran las piernas. No lograba entender qué era lo que tenía él, que causaba ése efecto en mí. Se acercó y sólo cuando lo tuve enfrente mía, comenzó ha hablar:

   —¿Dónde has estado ésta mañana? —sin darme tiempo si quiera a responder, continuó—: No deberías salir de aquí sola, sin compañía.

   —¿Por qué no?, ¿temes que me fugue acaso? —no sabía porqué, pero me sentí ofendida por su comentario, pues no estaba acostumbrada a que me dijeran lo que tenía que hacer y cómo hacerlo—. ¿Que huya de esta locura que vosotros, los vampiros, habéis creado? —no podía detenerme, una vez que había empezado a desahogarme, no había nada en el mundo que pudiera echarme el freno—. No os importamos nada, ni lo más mínimo y, encima, abusáis de nosotros —mi voz, inconscientemente, subía cada vez más de tono—. ¡Sois cómo unos animales salvajes! —grité fuera de mí.

   No estaba siendo consciente de que mis piernas recorrían nerviosamente, un trecho del suelo. Iba de un lado a otro sin control, fuera de mí. Llevaba mucho tiempo guardándome todo el estrés y la tensión y al final, había explotado.

   Unas fuertes manos me detuvieron, sujetándome por los hombros y girándome. Quedé de nuevo de cara a él.

   —¡Carla!, ¡detente! —me ordenó a la vez que soltaba uno de sus agarres y me sostenía el mentón, alzándomelo para que mi mirada quedará a la altura de la suya—. Escúchame, reconozco que no puedo negar tus palabras. Sé que tienes razón, yo mismo me avergüenzo de mi raza. Pero no puedo hacer nada para cambiar las cosas tal como están. Y por eso mismo pretendía advertirte, avisarte del peligro que puedes correr si andas sola por estas tierras, pues no todos los vampiros se comportan de forma civilizada.

   —Pero, llevo un brazalete… —dije incrédula, pero un poco más calmada.

   —Cierto, y en teoría, eso debería ser más que suficiente, pero no es así, por eso, procura ir con cuidado y no confíes en desconcidos —asentí con la cabeza, para que supiera que le había comprendido— Existen vampiros a los que llamamos <<Renegados>>, que no se conforman con lo que han conseguido en estos últimos meses y que quieren tener absoluto dominio del planeta lo que vosotros llamáis <<libre albedrío>>, creando así, un caos total. Si ellos consiguen salirse con la suya, entonces será la perdición para los humanos.

   —Pero eso no ocurrirá, ¿verdad? —pregunté toda preocupada y alarmada ante tal posibilidad—. Por favor Eric, dime que no permitiréis que ellos tomen el control…

   —Eso es justamente lo que estamos evitando. Procuramos que haya un exahustivo control, que todas las normas se cumplen a raja tabla y si nos topamos con un Renegado, directamente lo ejecutamos —esas palabras suyas, lograron tranquilizarme un poco—. Pero es una tarea complicada, difícil de llevar a cabo sin que haya algún que otro atercado, por eso, no es del todo seguro salir al exterior, aunque se lleve un brazalete encima.

   —¿Es muy grande el grupo de Renegados ése que comentas?

   —Lamentablemente, sí, así es. Son muchos los Sheriffs que se pasan de bando y acaban apoyando a este puñado de vampiros sin conciencia —hizo un gesto negativo con la cabeza, antes de añadir—: Y sigue en amunto... De alguna manera, los Renegados logran convencerles... Por eso, no quiero que salgas de esta habitación, sin protección alguna.

   —¿Y que tiene que ver eso conmigo? —inquirí.

  —Todo —me agarró de la cintura y me atrajo hacia él. Y después de un largo e intenso beso, continuó con su explicación—: ¿No lo entiendes?, ellos saben que tú eres muy especial para mí, que no te considero una <<simple humana>> y si pueden utilizar eso en mi contra... Si te raptaran, ¡haría cualquier cosa por recuperarte!

   ¿Es eso una declaración de amor? tiene toda la pinta de serlo... Pero, ¿me está diciendo la verdad o se está inventado toda esta historia, para que yo acepte tener un guardaespaldas y así no poder huir de aquí, cuando encontrase la oportunidad? Pero aunque esto último fuera cierto, ¿por qué tanto interés en mí y tomarse tantas molestias? ¡Si apenas me conocía!

   —Carla, prométeme que no saldrás sin compañía de esta habitación —asentí, pues mintiera o no, me preocupaba mi seguridad y no perdía nada si podía contar con ella—. Tenemos que buscarte un compañero que cuide de ti mientras yo no pueda.

   —¿Que tal Lisa? —sugerí con decisión—. Es con la única con la que he intimado —confesé—. Me gustaría que fuera ella la que me acompañara…

   Él se quedó mirándome dubitativamente, no muy seguro de que mi opción fuera la correcta. Yo aproveché el poder que ejercía sobre él para salirme con la mía: pasé mis brazos por su cintura, abrazándole, mientras seguía mirándole fijamente.

   Eric no pudo resistirse, la necesidad que sentía por complacerme, le superaba…

   —Había considerado que la compañía fuese masculina, para mayor seguridad, pero pensándolo mejor, no parece tan mala idea —admitió, mientras respondía a mi abrazo, abrazándome él también —. Si es eso lo que quieres, así se hará.

   Le dediqué una sonrisa victoriosa y luego, le besé, dando rienda suelta a mis deseos de besarlo una vez más. Él respondió al beso con bastante interés. Luego, cuando le pusimos fin, dejó de abrazarme para coger su teléfono móvil y darle uso; llamó al patrón de Lisa, para informarle del cambio de obligaciones de su protegida. A partir de ahora, sería mi dama de compañía.

Aprovechó que tenía el teléfono en la mano, para encargar algo para que yo cenara.

   —Ya ha anochecido y tengo que sali r—anunció nada más colgar—. Me esperan para una importante reunión… —me miró de nuevo fijamente con sus intensos y adorables ojos dorados, antes de añadir—: Recuerda lo que te he dicho, ¿vale?

   —Sí Eric, no te preocupes. Estoy demasiado cansada para salir esta noche, así que, probablemente, no tarde en irme a la cama.

   Se acercó de nuevo a mí y se despidió con otro ardiente beso devorador, antes de salí por la puerta.

   Poco después, me trajeron la cena. Me la comí toda, y tras ver un rato la televisión, me dispuse a domir;  Eric regresó cuando ya estaba apunto de amanecer.

                                                            ***

   Los días pasaron sin novedades. Pasaba el día paseando acompañada de Lisa, leyendo un rato o viendo el televisor. Cada vez que llegaba la hora del <<almuerzo>>, Eric repetía la misma operación que la primera vez que asistí a uno de esos: se controlaba y solamente saciaba una de sus necesidades. Yo, por mi parte, aprendí a ignorar lo que los otros vampiros, hacían a nuestras espaldas.

   Lisa estuvo conmigo cada vez que salía del dormitorio sin Eric, que al cabo del día, eran muchas veces. Aunque pasabamos mucho horas juntas, apenas tuvimos tiempo de hablar de la <<Resistencia>>, ya que no podíamos estar todo el día encerradas en los aseos.

   También hablé un par de veces por teléfono con mis padres, a lo largo de la semana. Y esta misma noche, Eric y yo íbamos a ir a verles.

    También había quedado con Lisa para ir al día siguiente a la base central. Ella quería que la acompañara, para que pudiera ver en qué estaban trabajando.

   No pude contactar con mi prima Jane y eso me tenía preocupada. Seguro como la mierda, que Nick le había prohibido hablarse conmigo… ese vampiro chupa sangres… tenía que hacer algo para acabar con esto…¿pero el que? Mañana viernes volvería a intentarlo, pues mi primo Robert cumplía años -los dieciocho- y quería felicitarle.

   Hoy Jueves, Eric no pudo asistir a la hora del <<almuerzo>>. Esa misma madrugada, una hora antes del amanecer, habíamos recibido una importante visita. Cómo ya era la hora de descansar, aún no habían tenido ocasión de hablar. Así que, pasaron toda la tarde encerrados en el despacho de Eric y no salieron hasta que anocheció.

   A esa misma hora, nos pusimos en marcha en dirección a Los periquitos, a la casa de mis padres.

   Pude ver que metían en el maletero una de mis maletas y otra diferente y más pequeña. Nos acompañaban dos vampiros más, deduje que eran guardaespaldas... Lógicamente, iban armados.

                                                             ***

   Durante el trayecto en coche, aproveché la ocasión para preguntarle a Eric sobre varias cosas de las que tenía curiosidad.

   —Tengo unas cuantas dudas... —miré a Eric, que estaba sentado junto a mí—. ¿Porqué no se encontraba en nuestro armario, mis ropas? Sólo tengo túnicas y más túnicas —dije señalando a la que llevaba puesta en ese momento— ¿Para que me llevé el equipaje entonces?

   Él me sonrió antes de contestar.

   —Dentro de la mansión no se permite otro tipo de vestimenta que no sea la que llevas puesta... lo del equipaje es para cuando pases alguna instancia fuera de allí.

   Ok, duda resuelta, continué con el interrogatorio.

   —Entendido, sólo túnicas y nada de calzado dentro de la mansión... —hice una pausa mientras pensaba como realizar la otra pregunta— Tengo todavía un par de preguntas... ¿Cómo hacías antes para alimentarte sin ser descubierto?

   —Sin duda alguna esa es una buena pregunta... —me volvió a sonreír—.  Pues la mayoría de las veces compraba la sangre en los bancos de donación de sangre y otras veces, la adquiría de humanas, a las que seducía. Ya te comenté sobre nuestro <<don>> y sin que ellas se enteraran, me alimentaba de ellas y cómo no les dejaba señal, nunca sospecharon. Siempre llevé mucho cuidado de que no me vieran los colmillos...— me guiñó un ojo.

   —¿Mantenías relaciones sexuales con ellas también? —dije sin pensármelo—. Perdona, no es de mi incumbencia, no tienes porqué responderme a eso... —aparté mi mirada de la suya.

   —No te preocupes, no me importa contestarte... —oí cómo suspiraba justo antes de continuar—. He de confesarte que la mayoría de veces sí, lo hice. Ya te dije que los de mi especie nos excitamos con el acto de la alimentación... pero eso ya se ha acabado... —me obligó a mirarle de nuevo—. Ahora te tengo a ti.

   —Pero conmigo no tienes sexo —repliqué yo.

   —Cierto, lo tendré cuándo lo desees.

   Sus palabras lograron sonrojarme. Era evidente que él deseaba unirse a mí completamente y qué eso dependía de mi. Disponía de un poco de poder dentro de mi cautiverio... En cierto modo, era afortunada.

   —Bueno...yo... —se me trababa la lengua—. Tengo otra pregunta personal... ¿qué edad tienes?

   Su mirada demostraba diversión, sin duda le hacían gracia mis preguntas.

   —¿Te refieres a la edad que aparento, o a la que tengo realmente?

   —Ambas.

   —De acuerdo, veamos, aparento unos treinta años y realmente tengo trescientos.

   —¡Guau! —exclamé con la boca abierta del asombro—. Y así que... ¿Tenías esa edad cuando fuiste convertido?

   —¿Convertido? —ahora se hecho a reír—. Ves demasiadas películas cariño —negó con la cabeza a la vez que continuaba—. Nosotros no hemos sido nunca humanos, nacimos así, con ésta genética en nuestro ADN. Nuestra raza envejece un año por cada diez años de vida humana. Yo acabo de cumplir edad, dentro de diez años, aparentaré treinta y uno.

   —¡Vaya!, entonces... ¿Existen los niños vampiros? —estaba recibiendo más información de lo que esperaba.

   —Sí, así es. Entre vampiros no podemos tener hijos, pero con humanos si es posible —su mirada seguía perdida en la piscina de mis ojos—. El embarazo de una mujer, sea humana o vampiresa, dura nueves meses también. Pero el crecimiento del bebé es diferente, como ya te dije, hasta los diez años no aparentará la edad de uno.

  —Eso suena tan...raro...realmente difícil de asimilar —en ese momento, se me ocurrió otra pregunta—. Y... ¿De qué se alimentan los bebes vampiros?

   —De sangre, lógicamente, se lo aporta su pariente humano. En el caso de que la madre sea la humana, ésta se encargará de alimentar a su hijo y a su pareja —me miraba con ojos divertidos—. ¿Quieres un hijo conmigo Carla?

   Desvié la mirada, no quise contestarle porque sabía que me hablaba en broma... Pero no sabía porqué, una parte de mi me decía que realmente él deseaba eso. ¿Y yo?, no sabía cierto lo que quería, cada vez estaba más cómoda con él.

   —¿Alguna pregunta más?, ya sabes que no me incomodan. No te guardes nada Carla, pregúntame lo que quieras...

   —Entonces... ¿Durante cuánto tiempo vivís?

   —Una media de mil años aproximadamente. Y nuestra pareja humana también puede alargar su vida el mismo tiempo o más. Sólo existe un modo —ahora lo miré más atentamente.

   —Él o ella, deben de alimentarse de sus compañeros vampiros. Mientras se alimenten de ellos, envejecerán un ritmo más lento.

    —¿Te refieres...? —no pude terminar la frase.

    —Sí, tomando nuestra sangre. Es curativa y regenera las células del envejecimiento, disminuyendo el progreso de degeneración. Sólo es necesario tomarlo una vez al mes o así, con eso es suficiente.

    —¡Caramba!, ¡Quién lo diría! Y... ¿Porqué no he visto ningún niño en la mansión? —seguí insistiendo para saber más y más...

   —Ahora que nos hemos dado a conocer, ellos están en un complejo oculto, cerca de la mansión, junto a sus parientes humanos. Allí la seguridad es aún mayor que aquí, si cabe —sonrió—. Y sólo se permite el acceso de los padres o madres vampiros. Hasta que no cumplan los quince años, o sea, los ciento cincuenta años, no se les permiten salir.

   —¡Que horror!, pobre madres y padres humanos, encerrados allí tanto tiempo.

   —En el complejo tienen de todo, sala de juegos, bibliotecas, sala de entrenamiento, colegio, parque, cine, gimnasio, piscina... ¿sigo?

   —Visto así, no suena tan mal, ¿pero por que hacerlo de este modo?

   —Por su seguridad y por la de los demás. Me explico, los niños vampiros son muy inestables y hay que educarlos y controlarles. Aparte, son más vulnerables y peligran si caen en manos humanas.

   —Entiendo —aseguré—. Bueno, creo que eso era todo —hice una pequeña pausa para mirarle directamente a los ojos y decirle—: Gracias Eric.

   —No hay por que darlas, ha sido un placer —cogió mi mano derecha y me besó en el dorso de ésta—. Cuando se te ocurra otra pregunta, no dudes en hacérmela.

   Asentí con la cabeza y miré por la ventanilla, descubrí que habíamos llegado.

Nota: ¡Recuerden comentar, por favor! Ya saben que una escritora se nutre de comentarios >.<

Continue Reading

You'll Also Like

375K 24K 37
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
3.5M 195K 58
LIBRO 1. SAGA «COX» Dani es la típica chica que nunca puede decir que no. Ryan es el goodboy que tiene un interés amoroso bastante fuerte hacia la c...
1.1M 191K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
80.6K 4.2K 18
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...