Capitulo 7
-Así es como llegue a esto – terminé finalmente mi relato que había parecido eterno
-Woow, no se que decirte – habló el chico de pelo castaño a mi lado
-Solo no me juzgues Liam, por favor – le pedí con un nudo en la garganta mientras los miraba de forma suplicante.
-No lo haría ______, tranquila – paso un brazo por mis hombros, reconfortándome – Creó que en una situación como la tuya hubiera hecho lo mismo, estás luchando por tu familia.
-Tengo que hacerlo Liam, no los puedo dejar abandonados – suspiré limpiándome una lágrima rebelde que se me había escapado – Los costos de Simón cada vez suben más y ahora mi madre con psicólogo, todo cuesta el doble… mi papá esta destruido.
-Todo va a estar bien, tranquila – depósito un casto beso en mi cabeza mientras me abrazaba con fuerza.
Agradecía que fuera Liam el que me había encontrado y no otra persona. Cuando me gire y lo vi ahí mirándome estupefacto simplemente no sabía que hacer, empecé a balbucear como una tonta intentando explicar todo, pero ninguna idea coherente salía de mi boca. Hasta que Liam me tomo e hizo que me sentara a la vez que me daba un trago de su botella de agua, cuando ya por fin me tranquilice le conté todo, desde lo complicada que era la enfermedad de mi hermano, hasta mi “querido” trabajo como sexóloga vía teléfono.
-Liam tiene que prometerme que guardarás el secreto, nadie lo sabe – apreté su mano entre las mías – No es algo de lo que me sienta orgullosa.
-Lo guardaré ________, no es mi deber contárselo a nadie – me sonrío – Pero deberías sentirte orgullosa..
-¿Enserio Liam? – le pregunte de forma irónica - ¿Te gustaría encontrar a Danielle haciendo lo que estaba haciendo yo?
-Claro que no – aseguró – A lo que me refiero es que debes sentirte orgullosa de ti misma por estar luchando por tu familia, y por sacarla adelante…muchas chicas a tu edad simplemente no lo tomarían en cuenta y seguirían su vida. Y todo esto simplemente me hace reafirmar que eres una chica genial, y que te mereces el corazón del duende.
-Gracias, espero que si alguna vez Niall se entera lo tome igual que tu –
Que Liam se haya enterado de mi oscuro secreto creo que fue para mejor, ya que me ha estado ayudando para poder escabullirme y que nadie se de cuenta de las llamadas que recibo. Varias veces me ha dicho que todavía es algo perturbador todo esto, pero que cuento con él y que me ayudara en todo lo que necesite.
-Hola mamá – conteste el celular cuando vi la llamada entrante
-Hola hijita…- contestó con la voz acongojada desde el otro lado
-Ma, ¿Esta todo bien? – pregunte extrañado, llamando la atención de Harry y Niall que se encontraban jugando un partido de Fifa.
-Simón ha tenido una recaída hijita, los doctores han dicho que su enfermedad ha avanzado – soltó en un sollozo mi madre
Al segundo de escuchar eso un nudo se apodero de mi garganta. Apoye mi cabeza en mi mano luego de haberla pasado por mi cabello y desordenarlo. Cada llamada de esta forma de mi madre era para decirme que Simón estaba empeorando, desde que había entrado en esa puta enfermedad jamás habíamos escuchado un “Está venciendo la enfermedad, va a salir adelante” siempre son las mismas noticias “Esta estable” “Su enfermedad ha avanzado” “Todavía no podemos saber que es lo que tiene” ¿Por qué cosas así le pasan a gente buena? Mi hermano siempre había sido un ángel, iluminaba la vida de cualquier persona. Hasta ese día que despertó gritando en su cama por que sus piernas estaban acalambradas a más no poder. Jamás podría olvidar esa mañana, porque desde ese día mi vida cambio para siempre.
-Tienes que estar tranquila ¿Si? – le pedí esforzándome por no ponerme a llorar como una cría – Siempre es lo mismo, pero Simón no se dará por vencido…tu sabes que esta luchando, por todos nosotros.
-Ese es el problema…Simón no quiere seguir haciendo sus tratamientos – habló más tranquila mi madre – Ha perdido la esperanza, dice que será un enfermo toda la vida...que prefiere morir.
Eso simplemente me destruyo, una lágrima corrió por mi mejilla rápidamente. El lo había prometido, me dijo que no se dejaría vencer por su enfermedad. No podía dejarlo solo en este momento, tenía que viajar a Londres.
-Mama, ¿Deja de llorar si? Me estás destruyendo – le suplique mientras escuchaba sus sollozos desde el otro lado. En ese momento Niall y Harry se me acercaron poniéndose a mi lado con miradas preocupadas – Viajare a Londres ¿Ok? Pediré unos días e iré…
Seguí hablando unos minutos más con mi madre por teléfono, pero simplemente me estaba destruyendo ella no hacía mas que llorar. Hasta que finalmente mi padre le arrebato el celular y se puso el ha conversar conmigo, aunque aún así seguía sintiendo los sollozos ahogados de mi madre en el fondo.
-¿Qué ha ocurrido? – preguntó Harry en cuanto corte el teléfono
-Mi hermano ha tenido una recaída – suspiré, volviendo a pasar mi mano por mi pelo – Y mi madre esta destrozada, y mi padre colapsado…tengo que ir a estar con ellos.
-Vamos hablar con Paul – habló Niall a mi lado – Para que viajes cuanto antes a Londres…
-Pero chicos, no es tan fácil…no puedo irme y dejarlos así a la deriva, tengo que conseguir a alguien que baile por mí, o sino alguno de ustedes quedara solo, y, y – y me empecé a desesperar hasta que Harry me tomo por los hombros.
-Hey, para – me pidió – Nosotros somos tus jefes, y yo mismo te estoy enviando a Londres. Tienes que estar con tu familia en estos momentos, ya veremos como nos la arreglamos nosotros…
-Es verdad lo que dice Harry, mi amor – entrelazo su mano con la mía Niall – No hay tiempo que perder.
Al día siguiente me encontraba en el aeropuerto en compañía de Niall y Paul que me habían venido a dejar. Yo simplemente estaba hecha una mata de nervios, sentía que cada segundo que pasaba me separaba más aún de mi hermano, y a la vez este cada vez se separaba más de su vida.
-Es hora ________, tu avión esta por despegar – me indico Paul
-Ya voy, gracias nuevamente – lo abrace a modo de despedida
-No hay de que _______, vuelve cuando este todo bien – me devolvió el abrazo. Me separe rápidamente de él y fui hacia dónde Niall que me esperaba con una tímida sonrisa.
-Todo va a estar bien ¿Si? – Murmuró cuando me encerró entre sus brazos – Ya verás que en pocos días todo vuelve a la normalidad…solo se fuerte.
-Lo sé – me separe un poco para besar sus labios – Te amo
-Y yo a ti cariño, ahora ve, un avión te espera – me dio una palmada en el trasero y yo solo pude reír y volver a robarle un corto beso para luego ir en dirección hacia el avión que me esperaba.
En cuanto llegue a Londres lo primero que hice fue llegar a mi casa e intentar tranquilizar a mi madre. Estuvimos largo rato conversando dónde ella me explicó todo lo que estaba pasando, y yo intentaba encerrar toda la información en mi mente pero simplemente no me calzaba. Luego de haber descansado un poco, al otro día me levante temprano y fui a la clínica de mi hermano.
-Hola Clare – saludé a la enfermera de mi hermano
-Hola ______ ¿Cómo has estado? Que sorpresa verte por aquí – me sonrío de forma amble.
-Me he enterado de lo que paso con mi hermano – suspiré - ¿Crees que pueda verlo?
-Claro que sí, justo en estos momentos acaba de terminar su sesión de ejercicios, aunque en verdad no quiso hacerla – me contó con una mueca en su rostro
-Ya me encargare yo de eso, ¿Puedo pasar? – señale hacia el pasillo que me llevaría a la habitación de mi hermano.
-Pasa, estás en tu casa –
Me despedí rápidamente de ella y camine hacia la habitación de mi hermano. Realmente no se lo que sentía por un lado tenía miedo de que Simón no reaccionara, y por otro tenía rabia de que el se haya vencido, siendo que me había prometido que no lo haría.
-Hola Simón – entré en la habitación decidida
-Hola ________ - me saludó desganado. Se encontraba en la camilla como siempre, pero su energía vital ya no estaba, se había esfumado.
-¿Me puedes explicar que ha pasado? – le pregunté de la forma más tranquila - ¿Por qué has dejado de hacer tus ejercicios y tratamientos?
-________, si vienes a molestar…mejor vete ¿Si? – sus ojos pardos se clavaron de forma seria en mi.
-No me voy a ir a ningún lado hasta que me des una explicación ¿Escuchaste? – dije de forma seria – Clare me ha dicho que no has querido hacer nada.
-No, no quiero hacerlo ¿Importa si los hago o no? Seguiré enfermando cada vez más y finalmente moriré… creó que es lo mejor, así dejo de ser un gasto para todos ustedes – sus palabras habían sido como ácido para mi corazón.
-No eres un gasto para ninguno de nosotros, todo lo que hacemos, lo hacemos por que te amamos y tenemos fe en que saldrás de aquí, pero no estás poniendo de tu parte – dije entre dientes, evitando que el nudo que tenía en mi garganta explotara.
-Claro, lo dices tu que puedes moverte, que viajas, que eres feliz… no como yo que estoy encerrado no se cuanto tiempo en esta clínica sin saber nada de nadie, todos mis amigos me abandonaron, y lo único que tengo es dolor – una lágrima se escapó de sus ojos y se la limpió de forma torpe.
-¿Crees que para mi es fácil todo esto? Sabes cuantas veces he deseado que estuvieras conmigo durante mis presentaciones, que me acompañaras durante mis viajes o simplemente pudieras jugar un partido con papa y Niall… le he soñado millones de veces – me limpie las lágrimas que se me habían escapado – Pero a diferencia tuya yo sigo soñando por que eso se haga realidad, sigo rezando para que te mejores… ¡Tu prometiste que lucharías hasta el final! ¡Me lo prometiste a mi, Simón!
-¡Y tu prometiste que estarías conmigo! – Me gritó de vuelta espantándome – Y con suerte te veo una vez al mes ¿Dónde están las promesas hermanita?
-Sabes que vengo lo que más puedo, pero tengo que seguir trabajando – me acerque más a él y tome su mano entre las mías.
-Solo me gustaría que vinieras por más tiempo, no solo por unas horas…me siento solo _______ - cerró sus ojos y dos grande lágrimas corrieron por sus mejillas las cuales yo limpie rápidamente a la vez que me sentaba junto a él en la camilla.
-Creo que ya se de dónde va todo – le medio sonreí – Lo siento ¿si? Solo que me he concentrado mucho en el trabajo… pero te prometo que vendré más seguido, y te ayudare con tus terapias, pero tu me tienes que prometer que tu seguirás luchando…
-Esta bien, lo siento yo también…no quería hacerte llorar – limpio esta vez el con cuidado y lentitud las lágrimas que estaban en mis mejillas.
Luego de esa conversación todo había mejorado, me había quedado por una semana en Londres acompañando a Simón en todas sus terapias y en muchas ayudándolo hacer sus ejercicios, en verdad había extrañado esos momentos con mi hermano. A pesar que había estado en casa, sentía que no había descansado nada, estando casi la mayoría del día con mi hermano y en las noches desvelándome por hacer las sesiones, todo me estaba pasando algo la cuenta.
-Vienes llegando, y tienes una cara de cansada – se río Sarita cuando me vio llegar a la arena dónde se encontraban todos ensayando
-Digamos que no he descansado mucho – bostece – Perdón por no avisar mi llegada, mi celular se ha quedado sin batería.
-Tranquila, vamos a ensayar – me tiró del brazo Charlotte
En cuanto entre a la arena me encontré con una escena que no me agrado para nada. Sobre el escenario estaba Niall junto a Jessica que se encontraba en su espalda mientras le pasaba un plumón por la cara ¿Así que me había extrañado?
-Desde que te fuiste no ha dejado tranquilo a Niall – me comento Sarita
-Hace rato ya que anda persiguiéndolo la muy zorra – gruñí – Pero que juegue sola, que conmigo, ni mi novio, lo hará.
Tiré mi bolso a un lado y subí rápidamente al escenario a la vez que le hacía un gesto al sonidista que pusiera las pistas de las canciones.
-¿Estamos aquí para jugar o ensayar? – pregunte de forma seria haciendo que Niall y Jessica me miraran sorprendidos.
-Estamos en descanso – se quejó Jessica
-Tu sola estarás en descanso, nosotros tenemos un show que hacer y las chicas una coreografía que montar – dijo Zayn detrás de mí a la vez que todos los chicos se unían a mí al igual que Sarita y Charlotte. Mientras que los otros dos nos miraban boquiabiertos.
-¡Ensayo se ha dicho! – gritó Louis, todos rápidamente se pusieron en sus posiciones a la vez que Niall se me acercaba.
-__________ … - llegó a mi lado
-No digas nada Niall – me separé de él