Zayn suspiró más que nervioso. Se había dormido (otra vez) y, por ende, había llegado tarde al instituto. Se mordió el labio inferior y acercó su mano a la puerta; estaba indeciso, no sabía si golpear o no.
Frustrado, se pasó las manos por el cabello. Si bien no era la primera vez que llegaba tarde a clases, ésta era la clase del director Payne y, el hombre era todo menos agradable y comprensivo con los alumnos que llegaban tarde.
Cerró los ojos e hizo una mueca, se dio vuelta dispuesto a marcharse pero escucha la puerta abrirse.
—¿No piensa entrar a clases, Malik? —el mencionado se tensa al escuchar al director y despacio gira su cuerpo.
Arruga la nariz cuando levanta la vista hacia el director, que lo miraba con una ceja alzada, sus brazos cruzados y recostado en el marco de la puerta.
Maldice internamente, el director Payne casi llegaba a los cuarenta y era malditamente caliente. Cada vez que lo veía tenía que pensar en cosas que lo distrajeran de imaginar al sexy director follándolo en la oficina.
El carraspeo lo sacó de sus pensamientos y Zayn se encogió de hombros.
—Iba a... —su voz sonó insegura, por lo que carraspeo para acomodarla y tener la voz firme. —Justo iba a golpear la... eh... la puerta.
El castaño frente a él sonrió burlón y negó con la cabeza. —Como diga, Malik. Ahora pase al salón y trate de no interrumpir mi clase. —el señor Payne se gira y se adentra en el aula. Zayn lo sigue y toma asiento cerca de la puerta.
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Zayn mira atento el reloj colgado arriba de la pizarra. Faltan cinco minutos para que toque el timbre que indica el receso y él anhela salir de aquella clase. Tamborilea los dedos sobre su banco y entrecierra los ojos. Suspira y se acomoda el cabello.
Cuando por fin suena el timbre y está por correr a la cafetería, la voz del director nuevamente lo detiene. —¿A dónde cree que va, Malik? —habla con voz dominante mientras cierra la puerta del salón.
—Uh... ¿A la cafetería? —dice estúpidamente e incluso su voz tiembla. Internamente se reprende por eso.
—Señor Malik, lleva varios años en este instituto. Supongo que a estas alturas le debe haber quedado muy claro que detesto que mis alumnos lleguen tarde. ¿O me equivoco? —mientras pronunciaba cada palabra no le dirigió la mirada, sino que se dedicó a guardar los papeles y ordenar el escritorio.
—N-no, director Payne. —bajó la vista y jugueteaba con sus dedos. Estaba terriblemente nervioso.
—Entonces... —el castaño se colocó el maletín en el hombro y se acercó al menor. —Ya sabe que al final de la jornada debe ir a mi oficina por su castigo.
—P-pero, señor Payne. E-es la primera vez que llego tar... —el director alza uno de sus largos dedos y los coloca sobre los labios de Zayn.
—Sin peros, señor Malik. En mi oficina al final de la jornada. -—el mayor acaricia el labio inferior con su dedo y le da una radiante sonrisa. Retira su dedo del rostro del menor y se va del salón, dejando a un Zayn sorprendido.
¿En serio el sexy director Payne acababa de acariciar su labio?
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La secretaria del director, la señorita Ferrer, le dio una mirada apenada mientras le decía que pase a la oficina del director.
Soltando un gruñido de frustración, completamente resignado entra a la oficina del director Payne. Éste alza la mirada cuando lo escucha entrar y sonríe.
—Entra y cierra la puerta, Zayn. —el aludido se sorprendió al escuchar que el director lo tuteaba, no creía que con tantos alumnos en la institución pudiera recordar su nombre. Con las manos algo temblorosas, obedeció al mayor y cerró la puerta.
El director mete los papeles que tenía en mano dentro de una carpeta y se quita los anteojos que, cabe agregar, a Zayn le encantaba como le lucían. Alza una ceja en dirección al menor y se recuesta en el cómodo sillón.
—Siéntate, Zayn. No muerdo... —entrecerró los ojos y Zayn siente sus piernas aflojarse cuando el director pasa su filosa lengua por sus labios. —A menos que tú quieras. —agrega sonriendo con altanería.
El moreno traga saliva nerviosamente, vuelve a obedecer al señor Payne y se sienta en la silla delante del escritorio. En simultáneo, el castaño se pone de pie y junta las carpetas que están sobre el escritorio. Las pone, ordenadamente, sobre otro mueble.
En vez de volver a sentarse, como Zayn esperaba, camina hacia la puerta y cierra ésta con llave. El nerviosismo del menor aumenta cuando ve la gran e inusual sonrisa del director Payne plasmada en su bello rostro.
—Eres un alumno especial, Zayn. La mayoría de los profesores te lo hemos dicho, ¿No? —camina relajado mientras habla, poniendo cada vez más nervioso al moreno, quien, incapaz de hablar, se limita a asentir con la cabeza, de modo que el castaño prosigue. —Entonces, para ti tengo pensado un castigo especial.
Zayn abrió sus ojos sorprendido, su cuerpo tembló con la forma en que el director había pronunciado la palabra castigo.
—¿A q-que se refiere, di-director Payne? —el mencionado cerró sus ojos y, mordiendo su labio inferior, se llevó las manos a los bolsillos del pantalón. Ante la reacción, Zayn frunce el ceño, bastante confundido.
—Siempre me ha encantado de sobremanera la forma en la que mi título sale de tu dulce boca, Zayn. —éste último se atragantó con la poca saliva de su boca al escuchar al castaño. Cruzó las piernas ante la ola de excitación que recorrió su cuerpo.
Zayn sabía que el director se llamaba Liam, pero jamás había escuchado que alguien lo llamase así, no quiso arriesgarse a que el ambiente entre ellos cambiase.
Mientras el mayor se acercaba a él, habló en voz baja. —¿D-director Payne? N-no estoy entendien... —repitió. Se calló inmediatamente cuando sintió las manos del director sobre su cuello.
—Shh... —el mayor lo calló mientras paseaba sus calientes manos sobre su cuello. —Estás muy tenso, Zayn. ¿Por qué no te relajas? —estiró una mano hacia delante y tomó la mochila del menor, para arrojarla en un remoto rincón de la oficina.
Zayn volvió a tragar saliva mientras sentía una de las manos de Liam posarse en su mejilla, luego dirigirse a su boca y acariciar levemente sus labios. Su cuerpo tembló ante el leve contacto. Las manos del director bajaron de su rostro y cuello y pasaron a acariciar su torso. Zayn mordió con fuerza su labio y respiró hondo.
Las manos en su torso se retiraron y a los pocos instantes el director Payne estaba frente a él deshaciendo el nudo de su corbata. Instintivamente Zayn estiró una mano y terminó por hacerlo él. El mayor sonrió satisfecho y se desprendió los botones en las mangas de la camisa, para poder doblarlas.
Con su rodilla separó las piernas de Zayn y se colocó en cuclillas entre ellas. Posó sus manos en las rodillas del menor y acercó su rostro al contrario.
—Te ves tan bien así, Zayn. —su aliento chocó contra la boca contraria. —Hace rato estaba queriendo tenerte así, para mí. —murmuró. Subió una de sus manos hasta la nuca de Zayn y tomó algo del sedoso y largo cabello de Zayn en su puño, para después tirarla hacia atrás.
Dejó un casto beso en el esternón y paseó su lengua hasta la mandíbula. Un jadeo proveniente del menor se hizo presente en la habitación y Liam sintió como ese sonido iba directamente hacia su erección.
Soltó el pelo de Zayn y tomó bruscamente sus mejillas y aplastó sus labios en los del menor, tomándolos en un profundo y exigente beso.
Se separaron segundos más tardes, y Liam dirigió su boca hacia el cuello del menor, mordiéndole el lóbulo de la oreja.
Zayn gimió, y Liam supo que a partir de ese momento, ese sonido pasaría a ser su favorito.
Liam se apartó y se puso de pie, sujetó las manos del menor y lo llevó con él. Sus manos viajaron a su espalda baja y lo acercó a su cuerpo. Fijó su vista nublada en los labios y volvió a tomarlos bruscamente. Sus manos descendieron ahora al culo del menor mientras lo besaba y los giró, lo alzó un poco a y lo sentó sobre su escritorio.
Zayn gimió en medio del beso y llevó sus manos a la camisa del director, torpemente desprendió los botones y se la quitó. Cruzó sus piernas por detrás y lo acercó todavía más, mientras pasaba sus manos por el duro pecho del más alto.
Liam se rompió el beso y se alejó de manera lenta, Zayn alzó la vista y posó sus ojos vidriosos en los del castaño. —Estás a tiempo de salir corriendo de esta oficina, Zayn. Puedes irte y buscar que un niño idiota te complazca, pero también puedes quedarte aquí, conmigo, y prometo follarte tan bien que jamás querrás a otro hombre en ti. —Liam lo dijo con su perfecta voz ronca.
El cuerpo de Zayn tembló ante semejante promesa. Se encontraba tan excitado como jamás lo estuvo.
Podía ser algo idiota a veces, lo sabía y no lo negaba. Pero esta vez no sería idiota y no dejaría pasar la oportunidad de que el director Payne le hiciera gemir de puro placer.
—Estaría demente si me negara a tal propuesta, director Payne. —habló bajo, sin romper el contacto visual.
Liam sonrió con satisfacción y movió la cabeza de arriba hacia abajo varias veces. Zayn plantó sus manos en las clavículas del más alto y las fue arrastrando por el torso hasta llegar a la cremallera del pantalón.
Decidido a disfrutar al máximo la situación, con sus manos alejó al director y se bajó del escritorio. Tomó su propia camiseta de los bordes y se la sacó, arrojándola a algún lugar de la oficina.
El más alto suspiró con satisfacción y fijó su vista en el torso completamente tatuado del menor.
Zayn despeinó su cabello rebelde y, sin más, se arrodillo frente al castaño. Abrió la cremallera de los pantalones negros de vestir y casi se corre, pues, el director Payne no llevaba ropa interior alguna y, su lindo pene golpeó su rostro enseguida. Liam lo tomó por los cabellos y acercó su rostro a su erección, Zayn alzó la vista y le sonrió con algo de inocencia antes de cubrirla con su húmeda boca.
Liam gimió y cerró los ojos cuando sintió el calor que emanaba la boca su alumno, y cómo su suave y esponjosa lengua lo acariciaba. El calor lo abandonó por unos segundos, y pronto sintió la lengua de Zayn por toda la extensión y volvió a gemir. Abrió los ojos en el justo momento en que Zayn envolvía el glande con su boca y chupaba gustoso. Bajó una de sus manos y la posó en su boca, para obligarlo a abrirla más y poder embestirla.
Zayn entendió, separó lo más que pudo sus labios y relajó la mandíbula. Cerró los ojos y bajó su mano para liberar su propia erección y acariciarla al mismo ritmo constante que Liam embestía su boca. Gimió con el pene de Liam en su boca, alzó la vista y ésta chocó con la del más alto.
Liam quitó su erección de la dulce de boca de Zayn y lo tomó del mentón, obligándolo a que se pusiera de pie. Tomó la boca del chico en un dominante beso, al mismo tiempo que sus manos quitaban el jean y el bóxer del más bajo apurado.
Se separó y de manera rápida lo dio vuelta, apoyó su torso contra la fría madera de su escritorio y dejó su culo libre. Se acarició mientras examinaba al chico doblado en su escritorio. Zayn era malditamente caliente y él, al fin, lo iba a follar de tal modo que el chico siempre volviera por más. Y él estaría más que dispuesto y encantado a complacerlo.
Se descalzó y se terminó de quitar el molesto pantalón, se arrimó a Zayn y por encima de él tomó un preservativo y el pequeño bote de lubricante del cajón de su escritorio. En esa posición, su pene quedaba a la altura de la entrada del menor, quien al sentirlo comenzó a frotarse contra él, soltando bajos gemidos.
Dejó el pequeño paquete a un lado y vertió una considerada cantidad de lubricante en sus dedos. Los llevó hacia la pequeña y apretada entrada de su alumno e introdujo uno de sus largos y finos dedos. Zayn se movió contra él y jadeó fuerte. Sacudió su cabeza para despejarla ante los celos que lo atravesaron, al mismo tiempo que introducía otro dedo más en el abrasador calor del interior de Zayn.
Zayn sabía que luego quedaría un gran moretón en su brazo por mordérselo, y es que trataba de contener un poco los gemidos y no quedar como un adolescente inexperto delante del asombroso hombre. Aunque no evitó contener el alto gemido que se le escapó cuando Liam introdujo otro de sus largos dedos dentro de él. Meció sus caderas hacia atrás buscando llevar más profundo los dedos de Liam y gritó agudo cuando los dedos dentro suyo se curvaron y tocaron su punto sensible.
—Li-Liam... Por favor... —habló bajo, pero no tanto como para que el mayor no lo escuchase.
Gimió con frustración cuando Liam quitó sus dedos. Se sobresaltó y mordió con fuerza su labio inferior al sentir las palmas de las manos de Liam impactar sobre las mejillas de su culo, dejando una placentera picazón en ellas.
La respiración de Liam se sintió en su cuello, y prontamente habló al mismo tiempo que su glande acariciaba su necesitada entrada. —Director Payne, Zayn. —pasó su lengua por la nuca del menor, enviando escalofríos al cuerpo de este. —Soy el director de esta institución y te voy a follar tan fuerte que te acordarás de mí cada vez que te sientes. ¿De acuerdo?
Zayn únicamente pudo asentir. Liam se separó de él y con sus dientes abrió el paquete plateado. Se colocó el condón y vertió más lubricante sobre su pene. Lo último que quería era lastimar al niño que se encontraba bajo él, dispuesto a dejarse follar.
Embistió pocas veces con sus dedos nuevamente, los llevó a su boca mientras lentamente se adentraba en el caliente interior de Zayn.
Respiró hondo cuando su glande fue apretado por el tenso interior del menor, posó ambas manos en su culo, extendiendo las mejillas de modo que pudiese ver mejor el momento en que todo su pene era engullido por el interior de Zayn.
Cerró los ojos y de una sola estocada se hundió en Zayn. Liam no sabía si fue la manera en que el interior de Zayn lo alojaba, o el grito cargado de placer que se escapó de Zayn lo que lo llevó a estar a punto de correrse. Se quedó quieto y movió sus manos, una la fijó en el hombro de Zayn y la otra en el escritorio.
No aguantó mucho, enseguida estaba saliendo lentamente del interior de su alumno, y seguido lo embistió fuerte y profundo, ganándose uno de esos sonidos que en poco tiempo, se convirtieron en sus favoritas.
Las primeras embestidas fueron irregulares y, para molestia de Liam, algo torpes. A Zayn no pareció molestarle, porque se había aferrado a su brazo apoyado en el escritorio, recibiendo gustoso cada embestida.
Poco después el mayor fijó un ritmo rápido y constante, había cambiado el ángulo y cada estoada daba justo en su próstata. Tenía a Zayn bajo suyo gimiendo escandalosamente, y eso lo hacía sentir más que satisfecho. Apoyó ambas manos en los hombros de su niñomientras lo penetraba con fuerza.
Sabía, por la forma en la que el cuerpo del más bajo se tensaba, que estaba cerca de correrse, por lo que ralentizó las embestidas. Levantó a Zayn de manera que su espalda quedara pegada a su sudoroso torso. Bajó su mano y acarició su pene al mismo ritmo de sus embestidas.
—Deberías verte, Zayn. Te ves jodidamente hermoso así, tan dispuesto a recibir cada centímetro de mí. —Liam gimió en su oído y lo embistió con fuerza. —No te imaginas lo mucho que me pones, Zayn. —mordió suave su hombro y lo embistió nuevamente, duro y profundo. —Mirar hacia abajo en el momento exacto en que tu estrecho interior me absorbe me tiene en el borde.
—Di-director Payne... —Zayn gimió fuerte, complaciéndolo. Movió sus caderas hacia atrás con fuerza, logrando que Liam volviera a golpear su punto dulce.
Liam sentía su orgasmo formándose en su vientre bajo. No habló más. Agarró con fuerza la cintura de Zayn y lo embistió con fiereza, aumentado la velocidad a medida que llegaba al clímax. Sentir como los músculos internos de Zayn lo apretaban de una manera exquisita, y el gritó agudo que lanzó su alumno cuando se corrió lo puso en el borde. Bastaron pocas embestidas más para que se tensara y se corriera en el condón, con un gruñido cargado de placer.
Cuando su cordura volvió a él, minutos más tardes, salió de Zayn. Se sacó el condón y después de atarlo lo tiró en el basurero debajo de su escritorio. Abrazó a Zayn por detrás y los llevó a ambos hacia su cómodo sillón. Se sentó él primero y luego acomodó al menor sobre sus piernas, suspiró feliz y, con su nariz, le acarició el cuello. Dejó pequeños besos en sus hombros y sentía al chico relajarse.
Si bien había un silencio entre ellos, Liam se sentía muy cómodo, como no recordaba haberse sentido jamás. Luego de un rato de cómodo silencio, Zayn habló con voz baja y tranquila. —¿Director Payne?
—¿Si, señor Malik? —ahora el castaño acariciaba las piernas del menor, de manera tranquila.
—Si ésta es la clase de castigo que voy a recibir siempre que llegue tarde... lo haré seguido, téngalo por hecho. —murmuró divertido, girando su rostro para capturar la boca de Liam en un suave beso.
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