Ese chico casi me violaba con la mirada, me asusté un poco y no pude evitar abrazar a Frank, él me sacó de ahí y me llevó a su casa, dejando solo a ese chico. Una vez llegamos Frank se me acercó preocupado.
-¿No te hizo nada? -Preguntó tomando mi rostro entre sus manos.
-No, nada -Le respondí, con la voz algo temblorosa.
-¿Seguro?
-Sí, tranquilo, gracias por sacarme de ahí.
-Si te hace algo, lo más mínimo que sea, avísame y yo inmediatamente iré a partirle la cara -Dijo algo alterado.
-Bien... -Murmuró, agachando la cabeza- ¿Quién es?
-Su nombre es Jairo, es mi primo -Respondió con el ceño fruncido.
-¿Primo? No lo parece.
-Lo sé, siempre ha intentado obtener todo lo que yo tengo, y ahora te quiere a ti.
-¿Qué? -Sentí miedo de pronto- No, Frank, no dejes que me haga daño.
Frank suspiró con una pequeña sonrisa compasiva y me rodeó con sus brazos, yo me refugié en su pecho- Tranquilo mi niño, no dejaré que se te acerque -Besó mi cabeza.
Alcé mi mirada hacia sus ojos y comenzamos a acercarnos lentamente hasta acabar unidos en un dulce beso.