Aden se cruzó de brazos como muestra de sus pocas ganas de colaborar. Sentía que estar allí era estúpido y una completa pérdida de tiempo. Podría estar jugando soccer con Hansel y Tom o podría estar sentado en el patio mirando a Lindsey, la chica de octavo grado con los ojos azules y la sonrisa bonita que lo traía loco desde que había comenzado el año escolar.
Se sonrojó pensando en ella y en como la última vez le había sonreído a él. O bueno, eso creía. Había sonreído cuando había pasado junto a él. Eso significaba algo ¿no?
Hansel le decía que debía hablarle. Pero Aden sabía que no tenía oportunidad con una chica tan guapa con ella. Además no sabía que demonios se le decía a las chicas.
-¿Aden?-El señor Harper, un hombre calvo y con unas gafas cuadradas lo miraba expectante.
Aden supuso que le había hecho una pregunta.
-¿Mmm?
-Te pregunté que como has estado esta semana.
El chico se encogió de hombros.
-Bien, supongo.
-¿Supones?
Otro encogimiento de hombros.
El hombre lo miró divertido.
-La última vez que estuviste aquí hiciste este dibujo-Le dijo colocando el dibujo frente a Aden.
En el dibujo se veía como una chica con pintura negra en los ojos luchaba contra tres chicos con una espada.
-¿Quiénes son?
Aden miró el dibujo con media sonrisa.
La chica era la comandante de los doce clanes. Era fuerte, valiente y le estaba pateando el trasero a los chicos de penúltimo año que llevaban todo el año escolar metiéndose con él.
-Personas-Respondió escuetamente encogiéndose de hombros una vez más.
-Claramente. ¿Pero tienen nombre?
Aden se acercó señalando:
-Heda, Imbécil uno, Imbécil dos e Imbécil tres-Le respondió para luego cruzarse de brazos otra vez.
-¿Son estos los chicos con los que te peleaste?
-Ellos empezaron.
-Si. Pero no es lo que te pregunté-Aden asintió-¿Y ella es...?
-Es simplemente un personaje de un comic, no tiene mayor importancia.
-Bueno, yo creo que sí la tiene. Digo, la dibujaste cuando te pedí que dibujaras como te sentías- Sonrió a medias-Y eso me da entender que te sientes bastante molesto-Aden apartó la vista-Háblame sobre tu hermana...
-¿Mi hermana?
-Vives con ella ¿no?
-Sí.
-¿Cómo se llama?
-Lexa.
-Muy bien. Cuéntame como es Lexa, ¿te gusta vivir con tu hermana?
El chico lo miró con suspicacia.
-Oiga, si esto tiene que ver con los servicios sociales...
El señor Harper levantó la mano enseguida.
-No, no. Solo... quiero saber si te sientes bien con ella.
-Lexa es la única que me ha cuidado desde que soy pequeño. Así que... sí. Me gusta vivir con ella.
-¿Extrañas a tus padres?
Aden lo miró furibundo.
-Mis padres nunca estuvieron para mí. Y sinceramente no extraño ni un poco a mi padre.
-Ya veo-Contestó anotando un par de cosas-¿Qué sientes cuando piensas en tu padre?
Aden apretó mucho la mandíbula.
-Rabia.
-¿Rabia? ¿Por qué?
-¿No se entera de nada? Todo el mundo sabe que soy el chico al que su padre le pegaba y que ahora está en la cárcel.
-Muy bien. ¿Pero por qué sientes rabia? ¿Por los golpes o porque ya no está?
Aden apartó la vista.
En realidad no lo sabía.
Había vivido toda su infancia con miedo. Y había sentido mucho alivio al saber que su padre ya no iba a estar en su vida.
Pero seguía sintiendo que le faltaba algo. Seguía sintiendo un resentimiento que apenas podía explicar.
-No lo sé.
Respondió simplemente.
***
Lexa no podía dejar de mirar fijamente a los padres de Clarke. Muy bien vestidos y con una actitud bastante estirada, justo y como los había imaginado. Eso hizo que tuviera que esconder el rostro para sonreír por lo bajo. Aunque la verdad era que no estaba disfrutando nada la situación. Cuando le había dicho a Clarke que no quería tener una relación formal, eso incluía el no conocer a sus padres... y sin embargo allí estaban, mirándola con una mueca evaluativa y si podía leer bien sus expresiones... con decepción.
¿Les molestaría que su hija tuviera una... amiga de una clase social baja? ¿O era simplemente la situación en la que las habían encontrado?
Aferró con fuerza la bolsa en la que traían el "juguetito" en su espalda y carraspeó incomoda. Vio a Clarke morderse el labio y señalarles a sus padres que se sentaran mientras todos estaban de pie en el salón.
-Vaya... esto, es una sorpresa-Dijo la rubia.
-Ya que nuestra única hija se rehúsa a visitarnos...-Contestó Abby mirándola en forma de reprimenda, pero sus ojos brillaban divertidos.
-No es eso, es que he tenido un semestre algo... ajetreado-Respondió Clarke mirando sin querer a Lexa de reojo.
Sus padres no pasaron el gesto por alto y miraron a la chica una vez más, evaluándola.
-Sobre eso...-Siguió diciendo Abby-He hablado con Kane, y me ha dicho que has bajado considerablemente tus notas este semestre.
Mierda. Ese era el problema cuando tu madre era amiga del decano de la facultad de medicina de Stanford.
-Mamá, no tenemos que hablar de eso ahora-Le contestó Clarke entre dientes sonrojándose por estar siendo sermoneada por su madre a los veinte años, delante de Lexa.
-No, de hecho hay muchas otras cosas de las que tenemos que hablar-Intervino Jake dándole una mirada de complicidad a su esposa quien asintió.
-Bien... eh... traeré algo de tomar...-Clarke recordó entonces que no les había presentado a Lexa-Oh... papá, mamá, ella es Lexa... mi...eh... amiga y... eh... mecánica personal-Lo último lo dijo en un tono que casi hace reír a Lexa.
-Un placer-Dijo la chica con un asentimiento de cabeza.
-¿Me acompañas a la cocina?-Clarke la cogió del brazo y se fueron juntas. Cuando estuvieron en la cocina, la rubia llevo a la otra chica fuera de la vista de sus padres-Lo siento mucho, no sabía que estarían aquí, te lo juro...-Le susurró muy sonrojada-Dios quiero que me trague la tierra-Se colocó ambas manos en el rostro y Lexa la miró divertida.
-Está bien. Por suerte no habíamos sacado esto-Dijo alzando la bolsa haciendo que Clarke se sonrojara aún más-Lo malo es que me quedaré con las ganas...-Murmuró muy cerca de su boca haciendo que Clarke dejara de respirar-Y de verdad quería jugar al doctor-Su cuerpo acorraló a Clarke contra la encimera-¿Soy tu mecánica personal?-Sonrió a medias.
-¿No lo eres?
-Bueno, realmente soy muchas cosas...-Su mano acarició suavemente el cuello de la rubia-Soy la que te regala orgasmos estupendos, cariño-Contestó besando su mentón excitando mucho a Clarke.
-También eres la persona más seria que conozco.
-Bueno...-Rio por lo bajo-Ahora mismo no me siento muy seria...
-Eres mi chica-Clarke la cogió por la cintura y Lexa la miró sorprendida por lo que acababa de decir-Quiero decir... o sea, no mi chica, chica... a ver, no es que esté diciendo que...-La morena le puso un dedo en los labios.
-¿Estás bien?-Le preguntó genuinamente preocupada. Clarke parecía nerviosa y alterada.
-La verdad es que...no esperaba nada que vinieran y ahora mismo...-Suspiró-La cosa es que mis padres no saben que soy bisexual-Dijo finalmente y Lexa la miró con interés-Es... complicado y nunca se los he dicho.
Lexa casi sintió pena por la princesa y su vida perfecta. Supuso que sus padres perfectos no deseaban una hija que no fuera perfecta. Tuvo ganas de coger a Clarke de la mano y decirle a esos estirados que tenían una hija maravillosa, guapa y que además era una persona que se interesaba por otros y que tenía miles de cosas buenas.
Ese pensamiento la asustó de repente.
¿Desde cuándo se sentía así con respecto a Clarke?
Para, Lexa.
No podía sentirse así.
-¿Dónde quieres que guarde esto?-Preguntó entonces enseñando la bolsa-Clarke miró sus pantalones de forma picara haciendo reír a Lexa-Tus padres están esperando, princesa-Le susurró.
Clarke lo cogió y lo guardó en uno de los cajones de la cocina.
-Listo-Sentenció y Lexa sonrió a medias.
-Debo irme.
-Está bien.
-No te olvides de llevarle las bebidas a tus padres.
-Oh mierda-Clarke buscó rápidamente algún zumo en el refrigerador.
Lexa le dio una palmada en el trasero sobresaltándola antes de guiñarle el ojo y caminar hasta el salón.
Clarke escuchó como se despedía de sus padres y no pudo evitar sonreír por lo surrealista de la situación.
Finn había conocido a sus padres cuando ya tenían un año de relación. Y ahora estaban conociendo a su nuevo rollo, que encima era una chica.
Finalmente se sentó con ellos ofreciéndole un poco de zumo de naranja procesado. Sus padres miraron el jugo con suspicacia. Estaban acostumbrados a tomarlo fresco y natural. Clarke al principio había tenido problemas para tomar cosas procesadas como esa. Pero ya estaba acostumbrada y siendo sincera con la vida ajetreada que tenía entre clases no le daba tiempo de preparar nada natural.
-Pensé que este lugar era más grande-Comentó Jake de forma relajada.
-Está bien-Se encogió Clarke-Creo que Octavia y yo tenemos el espacio que necesitamos.
-¿Octavia?-Preguntó Abby.
-Sí, os dije que se había mudado conmigo hace un año. Estaba cansada de vivir sola-Les explicó. No es que tuviera que explicarles demasiado a sus padres a sus veinte años, pero a fin de cuentas el lugar lo había pagado con el dinero de ellos así que... -Me ayuda con las compras y esas cosas-Siguió diciendo-Y es una chica genial. Os gustará cuando la conozcan.
Abby colocó el vaso sobre la mesita.
-Clarke... -Comenzó a decir y la rubia cogió aire sabiendo que se acercaba un nuevo sermón sobre lo desastrosa que era su vida desde que se había ido de casa-Ya que no quisiste visitarnos en acción de gracias...
-No pude-La corrigió.
-Tu padre y yo hemos aprovechado que él debía reunirse con unos clientes en San Francisco y que yo tenía un seminario en San Diego para venir hasta aquí.
-Tenemos algo importante que contarte hija, y no queríamos hacerlo por teléfono.
Clarke frunció el ceño.
-¿Alguno de los dos está enfermo?-Preguntó con suspicacia y Abby negó.
-No, no. Estamos bien-Miró a Jake y luego a su hija nuevamente-Verás, estos años sin ti en casa... han sido...
-Diferentes-Puntualizó Jake.
-Vale...-Les dijo Clarke sin entender hacia donde iba aquello.
-Clarke, tu padre y yo hemos decidido que vamos a divorciarnos.
Clarke se quedó procesando esa información durante varios segundos hasta que dijo:
-¿Qué?
-Lo hemos discuto durante todo este mes y creemos que es lo mejor. Seremos amigos, por supuesto. Pero las cosas...
-Esperad, esperad-Clarke levantó ambas manos ladeando la cabeza-¿Simplemente os vais a divorciar sin más? ¿No habéis probado ir a un consejero o algo? Hay formas... ¿Desde hace cuánto...?
-Clarke...-Comenzó a decir Abby.
-No. Desde que tengo memoria me habéis hecho creer que... que vuestro matrimonio es perfecto y que estabais enamorados y que...-Se dio cuenta de que estaba apretando con fuerza sus rodillas.
-Estas cosas suceden, cariño-Le explicó Jake- Además, a tu madre le han ofrecido un trabajo en San Diego, la tendrás cerca...
Clarke miró a Abby.
-¿Cuándo pensabais decirme todo esto?
-En la cena de acción de gracias-Le respondió Abby-Incluso Wells vino a visitarnos.
Clarke apretó la mandíbula.
Era típico de su madre sacar a colación a su mejor amigo.
Clarke adoraba a Wells, pero era difícil no odiarle un poquito cuando tus padres te comparan todo el tiempo con él y con lo bien que hace las cosas.
Sin embargo, aún le costaba procesar lo que acababa de escuchar.
Sus padres... las personas más perfectas que conocían se iban a divorciar.
Nada de lo que creía que era real lo era de verdad.
Estaba confundida.
-Vale... no sé... no sé qué decirles-Apartó la vista-Si ya lo habéis decidido...
-¿Estás bien?-Preguntó Jake preocupado.
-Supongo que tengo que hacerme a la idea.
Ambos asintieron.
-Con respecto a tus notas...
-Mamá.
-No, escúchame. Sabes perfectamente que las notas son muy importantes para tu carrera.
-Solo fueron un par de notas, por dios.
-Tienes que dejar las distracciones y enfocarte en tus estudios.
-Eso hago.
-¿Ah sí?-Abby la miró con suspicacia-¿Quién era esa chica?
-Una amiga-Dijo ella simplemente-Y la que arregla mi auto.
-¿Y por qué eres amiga de la chica que arregla tu auto? ¿Es que no tienes más amigos en la universidad?, Clarke... debes rodearte de gente que te aporte cosas, no que te reste. Y esa chica claramente no...
-¿Qué? ¿No tiene dinero?, pues no, no lo tiene. Pero me da bastante igual.
Abby la miró enfadada por la forma en la que había contestado.
-Clarke-Le dijo Jake en forma de advertencia, también sorprendido por su contestación.
-Clarke, voy a preguntar esto una sola vez... ¿ella y tu...?
Jake rio entre dientes.
-Abby, por dios-Comentó mirando a su todavía esposa-Sabes muy bien que Clarke ha tenido novio... ese chico... Finn-Miró a su hija-A mí me caía bien. Era un buen partido. Hijo de un colega... -Clarke sintió que dejaba de respirar. Su madre aún tenía la vista fija en ella-A Clarke no le gustan las chicas. ¿Verdad cariño?
Silencio.
-¿Clarke?-Insistió su madre.
-¿Y si me gustaran que?-Respondió la aludida de repente captando la atención de sus padres-¿Dejaría de ser vuestra niña perfecta? Porque... ¿sabéis que?, no lo soy. No soy perfecta. No puedo sacar diez en todas las clases y no puedo vivir la vida que vosotros queréis que viva porque soy una persona real que siente y piensa-Sus padres parecían estáticos. Era la primera vez que Clarke les hablaba de esa forma.
-Sabía que dejarla vivir aquí por su cuenta era una mala idea-Le dijo Abby a Jake-Nunca debimos...
-¿Dejarme salir de casa?, pues lo hicisteis-Se puso de pie-Esta soy yo. Vuestra hija. Vuestra imperfecta hija que está cansada de que me exijáis.
-¿De dónde viene todo esto?-Preguntó su padre confundido-Tú no eres así.
-Al contrario papá, esta es juntamente quien soy ahora.
-Estoy seguro que es simplemente una fase-Jake también se puso de pie.
-No, no lo es, papá. Es algo que sé desde hace mucho tiempo. Soy bisexual.
-No, no lo eres-Abby también se puso de pie mirándola de forma desafiante.
-Si lo soy.
Se quedaron en silencio durante varios segundos que casi rasgaron la piel de Clarke.
Todo lo que había querido durante su vida era la aprobación de sus padres. Su reconocimiento. Y ahora estaban allí mirándola decepcionados. Como si su sexualidad la limitara en algo o fuese algo malo.
-Creo que es hora de irnos, Jake-Dijo Abby mirando su reloj y luego a Clarke-Hablaremos de esto mañana en la cena-Comenzó a caminar hacia la puerta.
Típico de su madre dejar las conversaciones importantes para después...
Jake miró a su hija.
-Bueno supongo que todos teníamos cosas que decir ¿eh?-Le tocó la nariz-Nos vemos mañana, Clarke.
Clarke cerró la puerta y se apoyó en esta deslizándose hacia el suelo, sintiendo como las lágrimas se agolpaban de repente.
***
Yo: Todo bien? No he sabido de ti en días.
Lexa miró a uno tíos que tenían días rondando el taller y que estaban en la acera de enfrente y los detalló. Debía comentárselo a Gustus. Quizás querían robar o algo peor.
Entró en la oficina de Anya y miró preocupada el móvil. Tenía días sin saber sobre Clarke desde el incidente con sus padres. Había decidido dejar que fuese la princesa quien la contactara para verse otra vez, sobre todo porque las últimas veces había sido ella quien había propuesto las quedadas y la verdad es que se sentía patética y desesperada.
¿Desde cuándo ella iba detrás de sus rollos?
Nunca.
Nunca lo había hecho.
Pero sentía la necesidad de saber si Clarke estaba bien.
Y sobre todo si había pasado algo y ya no quería seguir con lo que fuese que tenían.
-Vas a arrugarte pronto si sigues frunciendo así el ceño-Le advirtió Anya desde el escritorio en la pequeña oficina del taller-¿Pasa algo?
-No-Respondió Lexa recostando la espalda en la pared sin dejar de mirar el móvil.
-Vale...
-Si alguien parece pasarla bien contigo pero de pronto deja de hablarte... ¿Qué significa?
Anya levantó la vista lentamente.
-¿Quién ha dejado de hablarte?
-Alguien...
-Es la rubia del mercedes ¿verdad?-Lexa puso una mueca y acabó asintiendo.
-Pero solo... es... es solo sexo.
-No lo había preguntado-Rio Anya mirando divertida a Lexa. Hacía mucho que no la veía preocupada por si alguien le respondía o no. Más bien todo lo contrario, era ella quien solía huir de las chicas cuando se ponían demasiado pegajosas y necesitadas.
Lexa era una rompecorazones desde hacía unos años.
Y era de lo más divertido verla así. Con los papeles intercambiados.
-Sé que no lo has preguntado pero te lo aclaro de todas formas.
-Probablemente está ocupada. No te preocupes. Aún sigues teniendo tu magia-Bromeó moviendo el dedo índice y anular de forma grotesca.
Lexa le mostró el dedo medio.
-¿No se puede hablar seriamente contigo?
Anya carcajeó.
-A ver. ¿Ha pasado algo para que te deje de hablar?
-No que yo sepa.
Aunque quizás sus padres le prohibieran algo...
-¿Entonces por qué te preocupas?
Lexa frunció una vez más el ceño.
Anya tenía razón.
Probablemente Clarke le escribiría pronto... y si no ¿Qué más daba?
Pero el pensamiento de no verla otra vez no le gustaba nada.
-Quizás está con alguien más-Dijo de pronto Anya encogiéndose de hombros-¿No erais exclusivas ni nada no?
La chica apretó los puños.
No quería ni podía imaginarse a Clarke con nadie más.
Mía.
-No, supongo que no lo somos.
Anya la miró con interés.
-Hacía mucho que no te veía tan mortificada por una chica.
-No lo estoy. Solo... -Suspiró-No me había pasado antes.
Anya rio.
-Eres de lo más egocéntrica.
-No. Soy jodidamente buena en la cama-Respondió Lexa de forma práctica.
Aden entró interrumpiendo la conversación.
-Hola Anya-Saludó de forma casual y miró a Lexa estirándole un papel-El consejero quiere hablar contigo.
-¿Qué hiciste ahora?
-¡Nada!-Se defendió-He ido a hablar con él y al acabar me ha dicho que te diera esto.
Lexa miró la hoja y luego le alborotó el pelo a su hermano menor.
-Ve a ducharte y empieza con los deberes. Anya me ha dicho que te ayudará con física.
El chico miró a Anya y esta asintió.
-Aun necesito un tutor para biología...
-Ya pensaremos en algo. Venga, ve arriba.
-Oye, Lex, Tom me ha invitado a patinar mañana por la tarde ¿puedo ir verdad?
Lexa puso una mueca pensativa.
-Si Anya me dice que te has aprendido todo, vale.
Aden se fue sin decir más y Lexa miró a su amiga.
-Gracias por hacer esto.
-No tienes ni que decirlo-Le dijo con cariño-Ya sabes que en lo que pueda ayudarte...
Lexa sintió su móvil vibrar en su mano y al ver de quien era el mensaje su corazón latió muy rápido.
No. Para. Detente. No corras como un perrito detrás de su dueño.
Pero ya era muy tarde.
-Creo que hay algo con lo que puedes ayudarme...-Dijo finalmente mirando a Anya.
***
Clarke había pasado unos días fatales en los que su único apoyo habían sido sus amigos, sobretodo Wells que ya había regresado de la capital y había ido a verla. Wells siempre la hacía reír.
Clarke le había contado sobre lo ocurrido esas semanas con Lexa y como sentía que se estaba enamorado de ella.
-Bueno, eso es un problema si ella no siente lo mismo.
-Lo sé. Pero no puedo evitarlo. Es... Lexa es especial, Wells. Si la conocieras...
-Supongo que tus padres no...
-Mis padres odian todo lo que se salga de su ideal de vida-La mano de su amigo había cogido la suya.
-Siento mucho que hayan reaccionado así.
-Papá me ha dicho que necesitan tiempo. ¿Pero cómo puedes necesitar tiempo para aceptar a tu propia hija?
-No creo que se trate de eso.
-¿De qué lado estas?
Wells había sonreído dándole un sorbo a su cerveza.
-Del tuyo, ya lo sabes.
-Además, tú eres perfecto a los ojos de tu familia.
-Ja. Mi padre podría debatir eso contigo.
-¿Ha pasado algo?
-Lo de siempre. No te preocupes, ya tienes suficiente con tus problemas-Pasó el brazo por encima de su cuello-Mejor cuéntame más sobre Lexa...
Y Clarke había sonreído tontamente.
Y allí estaba, frente a ella, mientras ambas estaban recostadas en la cama de la rubia. Luego de que ella le dijera que fuese a su casa esa noche.
Clarke acarició el rostro de Lexa en la semioscuridad.
-Siento no haberte escrito, necesitaba desconectar.
-Lo entiendo. Pero me alegra que me escribieras.
-Deseaba hacerlo antes pero...
-¿Qué?
Clarke suspiró.
-Sé que viniste para... pero estos días no me he sentido bien...
La otra chica se acercó más a ella, mientras ambas estaban recostadas frente a frente.
-No pasa nada-Le dijo abrazándola, sorprendiendo a Clarke y haciendo que su corazón latiera muy fuerte.
No, Lexa. No hagas estas cosas por favor...
Su olor agridulce la inundó y no pudo evitar cerrar los ojos, sintiendo el calor del pecho de la otra chica.
Se sentía tan bien...
-¿Quieres hablarlo, princesa?
Clarke se aferró a la camiseta de Lexa y sintió que las lágrimas amenazaban con salir atropelladamente.
-Lo siento tanto...-Dijo con la voz entrecortada-Sé que no viniste a esto.
-Shhh-Sus brazos la abrazaron con más fuerza-Está bien. No me importa.
-Es solo... la forma en la que me miraron, Lexa. Estaban tan decepcionados.
Los brazos de Lexa se sentían cálidos y protectores.
-Lo más importante no es lo que ellos piensen, Clarke. Es lo que tú pienses sobre ti y sobre lo que eres. ¿Estás decepcionada de ser quién eres?
-No, no lo estoy. Por fin en mucho tiempo me siento... me siento realmente yo-Suspiró sorbiendo las lágrimas-Sin embargo dijeron cosas que... ¿Cómo pueden ser así?
-¿Qué cosas?
-Sobre ti...
-¿Sobre mí?-Lexa parecía divertida-¿Por qué soy solo una chica que arregla autos?-Clarke no le respondió. No se atrevía. Adoraba demasiado a Lexa como para repetir lo que habían dicho sus padres-Estoy acostumbrada a estas cosas, princesa. No te preocupes por mi...-Acarició la espalda de Clarke con una dulzura que sorprendió a la rubia-Sin embargo, tienen razón.
Clarke se separó un poco para mirarla a la cara asombrada.
-No, no la tienen.
-Clarke...-Le respondió limpiándole suavemente las lágrimas.
-No. Eres mucho más de lo que piensas que eres.
-¿Crees...?
-¿Qué?
-Tu y yo no tenemos sentido en el mundo real. Dos chicas... de diferentes mundos. No tendría nada para ofrecerte, incluso aunque quisiera.
-¿Crees que a mí me importan esas cosas triviales, Lexa?
-Sé que no-La besó en la nariz-Pero te importa mucho lo que digan tus padres.
Clarke apartó la vista.
-Sé que es patético...
-No, no lo es. Solo es difícil. Sobre todo cuando haces cosas que no quieres para complacerles.
-Se van a divorciar. Eso es lo que han venido a decirme-Comentó Clarke de repente.
-Bueno, parece que fue una tarde de confesiones-Clarke rio por ese comentario y Lexa sonrió feliz de haberla hecho sonreír.
-Dejé de dibujar por ellos ¿sabes? Es algo que adoraba y lo dejé...
-¿Mmm?
-Pero... desde que te conocí he comenzado a dibujar otra vez.
-¿Ah sí? En realidad no sabía que dibujabas.
-Eso es porque no sabes muchas cosas-Rio mirando el techo-Creo que es la primera vez que hemos hablado por más de cinco minutos.
-Ya sabes que yo prefiero otras actividades.
Ambas rieron y Clarke miró de nuevo a la morena.
-¿Cuándo supiste que te gustaban las chicas?
-Desde siempre. Desde que tengo memoria las chicas me han parecido hermosas. Y me encantan...-Su mano acarició la pierna desnuda de Clarke cubierta solo por unos pantaloncillos.
-¿Y que dijeron tus padres?
-A ellos les daba bastante igual si yo estudiaba o me alimentaba. Así que mi sexualidad les era aún mas irrelevante.
-Lo siento...
-No lo sientas. Al menos nunca tuve que vivir para complacer a nadie.
Los ojos de Clarke observaron el rostro de Lexa con profunda admiración.
Levantó la mano y acarició sus facciones.
-Eres tan hermosa...-Susurró y acercó su rostro al de la morena besándola con fuerza.
Su lengua buscó enseguida la lengua de la otra chica, haciéndola gemir. Clarke adoraba la forma en la que se sentían los labios de Lexa y la forma en la que su lengua bailaba al compás de la suya.
-Pensé que no tenías ganas...
-He cambiado de opinión-Susurró sonriendo sobre sus labios.
Lexa la recibió con ansias y dejó que las manos de Clarke la desnudaran.
Sintió los labios de la rubia en su cuello y cerró los ojos. La lengua de Clarke lamió con erotismo su piel y sus manos se deslizaron por su vientre y su cintura, metiéndose dentro de sus vaqueros, haciéndola gemir cuando sus dedos tocaron su zona más íntima y sensible.
-Tengo tantas ganas de ti ahora mismo-Dijo la rubia con su voz sexy rasposa.
-No más que yo de ti-Respondió Lexa metiendo las manos debajo de la camiseta de Clarke, agradeciendo que no estuviera usando sujetador. Cogió sus pechos masajeándolos y adorándolos, adorando la forma en la que se sentían en sus manos.
Se devoraron con desesperación mientras las manos de Lexa seguían masajeando sus pechos y los dedos de Clarke hacían suspirar a la morena.
Pronto la poca ropa que aún usaban comenzó a sobrar y se desnudaron con la misma desesperación con la que se unían sus bocas.
Clarke gimió al sentir su cuerpo desnudo friccionar con la suave piel de Lexa. Sus piernas enredándose con las suyas y sus pechos rozando los de la otra chica.
Se separó mirándola y se perdió por completo en sus ojos.
Deseaba esto por el resto de su vida.
Había intentado alejarse esos días de ella, tomándose un tiempo para procesar lo ocurrido con sus padres. Pero no podía, necesitaba a Lexa y necesitaba sus besos y la forma en la que la tocaba.
Lexa cogió su rostro besándola profundamente, acariciando su espalda con caricias que hicieron que Clarke se retorciera sobre su cuerpo.
La morena metió en su boca uno de los pechos de la rubia, lamiendo con su lengua el duro pezón. Clarke metió a su vez los dedos en su pelo y cerró los ojos arqueando su cuerpo mientras sus manos se paseaban por las largas piernas de la chica.
La rubia se detuvo y Lexa la miró con la respiración exaltada mientras esta buscaba algo en la mesilla de noche junto a la cama.
Cuando se dio cuenta de lo que era no pudo evitar sonreír.
Era el juguete que habían comprado días atrás.
-Octavia lo ha conseguido esta mañana-Dijo Clarke de repente haciendo carcajear a Lexa-No he pasado más vergüenza en mi vida-La morena apoyó la espalda en la cabecera de la cama mordiéndose el labio.
-Ven aquí-Le ordenó abriendo las piernas.
Clarke la miró con los ojos velados admirando su cuerpo y su intimidad, completamente expuesta para ella.
Sintió su corazón latir muy rápido y una descarga de excitación la invadió, haciendo que se acercara besando a Lexa en los labios.
-Dios, que bien sabes, joder-Susurró acariciando con la mano uno de los pechos de la chica.
-Ponlo, Clarke-Su mano cogió a la rubia el cuello juntando su frente con la de ella-Ahora-Le exigió y Clarke entendió exactamente lo que le estaba pidiendo.
-¿Lo quieres?-Preguntó mordiéndose el labio.
-Ahora-Volvió a exigir y Clarke sonrió.
Introdujo uno de los lados poco a poco, escuchando como Lexa gemía muy cerca de su boca y se quedaba sin aliento.
-¿Así?-Preguntó tentándola con un beso.
-Mmm... si...-Notó como la cadera de la morena se movía de forma involuntaria y se puso a horcajadas sobre ella.
-Te quiero dentro de mí, Lexa-La morena sonrió admirando a Clarke encima de ella.
Le encantaba cuando Clarke se mostraba desinhibida y pedía exactamente lo que quería.
La vio sentarse sobre la parte sobrante del strapon y gemir audiblemente abrazándose luego a su cuello.
-Muévete para mí, princesa-Le susurró mordiéndole el lóbulo de la oreja en el proceso.
Clarke sintió que todo su cuerpo reaccionaba a la voz suave y sexy de Lexa en su oído y comenzó a moverse primero de forma lenta y luego de forma más rápida, casi frenética.
-Oh Lexa... mmm... si, si, si-Se abrazó aún más a la chica y sintió como dejaba besos en medio de sus pechos, y sus manos la cogían por la cadera, acompasándose a sus movimientos.
Sintió los brazos de Lexa, que antes la habían contenido y hecho sentir segura, acercándola más a su cuerpo, haciendo que sus pieles y sus pechos rozaran aún más.
Cogió el rostro de la morena entre sus menos besándola, moviendo su lengua al mismo ritmo que sus caderas.
-Sí, eso es... más rápido, cariño-Gimió Lexa sin dejar de besar sus labios.
Clarke comenzó a moverse aún más rápido y ambas gimieron sin poderlo evitar.
Sintiendo que sus cuerpos se inundaban de un placer indescriptible.
Clarke sintió como el placer se acumulaba en su vientre y cuando Lexa metió la mano entre sus cuerpos, tocando su botón de placer de la forma en la que solo ella sabía, tocando en el punto exacto que la enloquecía, arqueó su cuerpo gimiendo, mordiéndose el labio para no gritar demasiado fuerte pues Octavia estaba esa noche en casa.
Lexa miró a Clarke con media sonrisa y atacó sus pechos, mientras la rubia aún tenía la cabeza hacia atrás. Clarke contratacó, empujándola y besando con desesperación sus labios una vez más, mientras aumentaba nuevamente la velocidad de sus movimientos y metía esta vez ella la mano entre sus cuerpos, tocando suavemente a la morena.
Lexa gemía una y otra vez sobre sus labios... un sonido al que Clarke se había vuelto adicta.
Finalmente, gritó como consecuencia de un orgasmo que la desbastó, haciendo que cerrara los ojos, perdiendo la conciencia por uno o dos segundos.
Se quedaron abrazadas durante unos cuantos segundos, intentando controlar sus respiraciones.
Clarke se hizo a un lado dejándose caer de forma pesada en la cama mientras Lexa se deshacía del juguete.
Sentía que se había quitado diez años de encima.
Los últimos días habían sido una mierda y había necesitado desconectar.
Y vaya manera de hacerlo...
Se recostó cerrando los ojos y sintió los dedos de Lexa recorriendo su brazo.
-¿Puedes quedarte hasta que me duerma?
Lexa se paralizó. Nunca se había quedado demasiado luego de que ambas...
-Tengo que irme, Clarke...
-Por favor... por favor...
Ella no hacia la cucharita. Ella no se quedaba luego del sexo.
No.
No.
Se acercó a ella apretando la mandíbula.
No podía decirle que no al verla tan vulnerable. Sentía unas ganas irracionales de protegerla.
Mía.
-Duerme, princesa. Aquí estaré.