(Ahora llega la hora de la verdad.
Ahora es cuando te das cuenta de que la lluvia son mis lágrimas derramadas por ti, y mi refugio eras tú. Me quedé sin refugio cuado tú te fuiste y me sentía perdido.
Las vueltas en círculo eran mis días intetando fingir que todo estaba bien, que no pasaba nada, pero al final siempre me volvía a derrumbar y acababa llorando.
Los lugares en lo que me he perdido han sido tus marrones ojos y tu preciosa sonrisa. He estado construyendo estos sitios porque he visto más que unos simples ojos y una sonrisa. He visto la alegría, la emoción, la desconfianza, el miedo, la desesperación, la inseguridad, la esperanza, la nostalgia, la ilusión...Todo esto he visto en ti.
Ahora que has vuelto, el Sol eres tú y tu sonrisa brilla más que nunca. Ahora la aprecio más, porque sé lo que es vivir sin ella y lo mal que lo he pasado.
Y sí, sé que todo lo hice mal, que he cometido errores absurdos y no he sabido perdonármelos. Pero también sé que, a pesar de todo esto, tú ya me has perdonado y no sabes cuánto te agradezco cada vez que me dices que no piense más, que todo está bien, que nada malo volverá a pasar, porque al fin y al cabo nuestros destinos están escritos,
y el nuestro, es, acabar juntos)