Paso el tiempo Roxana y Cindy se llevaban muy bien, tan bien que Roxana ya había olvidado lo que Sara le había echo.
Por otra parte Sara que veía como Roxana había echo una amiga, esta se empezó a arrepentir de lo sucedido y comenzó a visitar a Roxana por las tardes como solía hacerlo.
Los días de clase terminaron y las vacaciones habían llegado...
Roxana contenta se dirigía a visitar a su madre, allí fue su gran sorpresa cuando comenzó a conocer a sus otros primos, tíos y vecinos, todos se llevaban muy bien y allí nadie juzgaba a nadie, a Roxana le gustaba mucho pasar los días con ellos, ya que podía ser tal cual como era ella sin miedo a que la desprecien ni se burlen.