Hex [h.s]

By borntoharry

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❝Para romper la maldición hay que matar al que la echó sobre ti.❞ Libro 1 ✍ © TriciaJeanL → Traducción al es... More

Hex.
Capitulo 01.
Capitulo 02.
Capitulo 03.
Capitulo 04.
Capitulo 05.
Capitulo 06.
Capitulo 07.
Capitulo 08.
Capitulo 09.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 16.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
Capitulo 20.
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 28.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40.
Capitulo 41.
Capitulo 42.
Capitulo 43.
Capitulo 44.
Capitulo 45.
Capitulo 46.

Capitulo 35.

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By borntoharry

Miré como él desaparecía en la noche, en el oscuro bosque. Todo parecía ir en cámara lenta mientras desaparecía, era como si él hiciese el tiempo correr, como si él fuese la batería de mi reloj. Cursi, pero era cierto, y odiaba admitirlo.

Mi brazo fue tomado, y eso me hizo escabullirme de mis pensamientos, logrando que diese la vuelta. Mis ojos se encontraron con la fuerte luz que venía de una farola deslumbrante que apuntaba directamente a mi rostro, haciendo que entrecerrara los mismos.

—¿Eres Lucinda May Mackenzie? —preguntó una voz autoritaria que le pertenecía a un hombre.

—S-Sí, soy yo —tartamudeé con miedo, pues no conocía a éste hombre y él peguntaba si yo era Lucinda. La deslumbrante farola fue de repente sacada de mi rostro, y mis ojos se tomaron el trabajo de volver a ajustarse a las penumbras, gracias a este hombre. Estuve a punto de preguntar quién era, pero mis orbes notaron un rostro familiar. Con o sin vista borrosa, sabía quién era la persona que corría hacia mí. Con su cabello rubio balanceándose en su correr, rápidamente fui envuelta en un abrazo por mi madre.

—¡Lucinda! —exclamó ella mientras me arropaba en sus brazos—. Gracias a Dios estas bien —murmuró en mi oído. Me tomó un momento reparar en lo que estaba pasando. Mi madre, abrazándome, y golpeteando mi hombro. Y seis policías, cada uno con una linterna, buscando tras los árboles o hierbas latas. Probablemente...

Probablemente buscando a Harry.

—¿Ven algo inusual? —preguntó uno de los policías al otro, quién negó en respuesta.

—Negativo, señor, el sujeto probablemente nos oyó y corrió.

—Busquen por la zona un poco más, y díganme sus descubrimientos —ordenó uno, seguramente el líder del escuadrón.

—¡Sí, señor! —respondieron al unisón, y se dispersaron en busca de pistas por el bosque.

Mi madre me separó del abrazo para mirarme de la cabeza a los pies, con lágrimas en sus ojos. —¿Estás bien? ¡Luces exhausta! —dijo frotando mi brazo en un intento de confortarme. Pero no necesitaba su simpatía, o su consentimiento.

No le respondí y ella frunció el ceño, probablemente porque no le contesté de la manera correcta, y no estaba en el modo de darle una.

—Bebé, ¿qué ocurre? ¡Tu padre y yo estábamos muy preocupados por ti...! —Se detuvo en cuanto reí— ¿Qué es tan divertido? —cuestionó, y eso me hizo reír aún más. Debo estar trastornada o algo, riéndome cuando no hay porqué.

—¿Tú? ¿Tú estabas preocupada? —pregunté, riendo un tanto más por su intenso fruncimiento del ceño.

—Lucinda...

—No. —Elevé una mano, silenciándola—. No comiences, mamá. No comiences a actuar como si te importara. ¡Porque no te importo! —siseé, y ella gesticuló una mueca.

—Me importas, Lucinda, eres mi hija. No digas y actúes como si fuera una persona desatenta.

—¿En serio? No actúas como una madre para mí —musité con virulencia, haciendo que ella gimoteara como si hubiera escuchado un chisme sobre ella que podría destruir a la familia.

—Lucy... —se lamentó con angustia, queriendo que le tuviera lástima, para que la perdonara por las mentiras que me ha dicho, pero soy más inteligente que eso.

—No me "Lucy...", mamá —dije, con pesar evidente y dejando salir una lágrima mientras miraba hacia abajo—. Te di una oportunidad para que cambiaras, pero claramente no lo hiciste —murmuré.

—Srta. Mackenzie. —Miré hacia arriba en cuanto escuché mi nombre, un policía estaba parado frente a nosotras. Era él, el que tenía la voz autoritaria que nunca lograba estremecerme.

—¿Sí?

—Nos gustaría hablar contigo sobre tu secuestrador. —¿Secuestrador? ¿Alguien vio a Harry? ¿Vieron a Harry tomándome y llevándome hacia las afueras de la cuidad? Si es así, ¿cómo? —. Por favor, sígueme —ordenó, y le di una última mirada a mi madre antes de comenzar a seguirlo. Me guió por el bosque el cual ahora estaba repleto de policías, y llegamos a un tipo de carretera.

Un montón de autos de policías estaban aparcados al costado en lo que luces rojas y azules iluminaban mis ojos, incluso una ambulancia, y pude ver la figura de mi padre quien estaba ocupado hablando, tal vez en su teléfono. —¡¿Papá?! —vociferé con felicidad.

Él inmediatamente se dio la vuelta y me miró, una sonrisa creció en su rostro. Corrió hacia mí con sus brazos abiertos.

—¡Lucy! —clamó, abrazándome con sus brazos y coloqué mi cabeza en su pecho.

—Papá... —suspiré con una lágrima corriendo por mi mejilla.

Oh, cómo extrañaba a mi padre. Dudé de él, lo cual fue equívoco. Me sentía mal por pensar en la sola idea de él engañándonos, mi padre no se rebajaría a aquel nivel. Él es muy bueno para nosotras.

—Te extrañé, mi princesa —dijo, y nos separé del abrazo para mirarlo con claridad. Llevé mi mano a su rostro.

Él había crecido, podía sentir las arrugas en su rostro, incluso aunque estuviese un poco ciega de manera limitada, pero estaba segura de haber visto unos pocos cabellos blancos.

—¡Papá, has envejecido! —exclamé con tono de broma, lo cual pareció iluminar el ambiente y él rió.

—Tu madre y yo hemos envejecido los últimos cuatro días mientras estuviste perdida, pensamos que... —Se detuvo gradualmente, rompiendo su voz hacia el final y pude apreciar lágrimas salir de sus ojos.

Lo miré con pesar, él pensó que estaba muerta. Cuando en realidad estuve con Harry. El bastardo que creí que se preocupaba por mí. Los demonios son desatentos, ellos no saben nada sobre la preocupación, bondad, o incluso, amor.

Antes de siquiera poder seguir hablando con él, fui llamada. Me di la vuelta para enfrentar al policía.

—Sr. Mackenzie, ¿podría interrogar a Lucinda uno momento? —preguntó el hombre, y mi padre asintió sin rechistar, pero era claro en sus ojos que él quería seguir hablando conmigo.

—Volveré, papá, no te preocupes —susurré y él asintió.

—Ya ve, Lucy. —Él sonrió y yo sonreí antes de comenzar a seguir al policía.

[...]

Bufé enojada una vez que me dejó ir, tan sólo preguntó unas estupideces sobre mí y mi "raptor". Le dije sobre Harry, pero él sólo se rió de mí, diciéndome que era muy madura para contarles historias de fantasmas. Cuando en realidad, yo estaba diciendo la verdad.

«He vivido aquí toda mi vida, y nada malo ocurrió. Cosas que conciernan a los fantasmas u otras cosas paranormales no son mi tipo, dulzura», recuerdo que dijo, riéndose de mi historia. Tan sólo quería gritarle, decirle que la historia sí era verdad, pero sabía que no podía arriesgarme. Luego de interrogarme, unas enfermeras me llevaron a la ambulancia por un rápido chequeo, y con mi padre, ellas nos informaron sobre mi condición.

—Tu hija está bien, lo que es sorprendente, pero en cuanto nos fijamos en su ojo, este parecía indicar que su vista está borrosa —oí que la enfermera decía— ¿Tengo razón, Srta. Lucinda?

Asentí, y mi padre gimoteó.

—¿Es cierto eso, Lucy? ¿Tu vista está borrosa? —cuestionó con la voz alarmada.

—Sí, papá, es verdad —respondí, y escuché que él suspiraba.

—Deberíamos hacerte revisar por un especialista una vez que volvamos al municipio, ¿bien?

Asentí, pues era cierto de que ya estaba irritada por no poder ver con claridad como solía, pero es el precio que debo pagar por haber quemado la casa, o posiblemente, todo el vecindario. Hablando de casas, y ahora que la mía está quemada, ¿dónde viviremos?, ¿nos mudaremos a una nueva ciudad? Unas cuantas preguntas se formularon en mi cabeza y quería que obtengan respuesta, ¿pero serán respondidas?

Bien, aquí estábamos ahora, conduciendo de nuevo hacia Silent Mound. Yo, mi padre y mi silenciosa madre quien estaba mirando por la ventana. Mi padre estaba manejando y tenía los ojos enfocados en la carretera, mientras que yo los miraba a los dos. No le hablaban al otro, y sabía la razón.

—Lucy —llamó mi padre, y mi atención se dirigió a él.

—¿Sí, papá? —inquirí.

—La escuela comienza la otra semana —empezó—, tal vez podamos inscribirte aquí. Hemos visto unas escuelas aquí y se veían lo bastante bien como para ti.

¿Qué clase de mierda era esto?

—Papá, ¿hablas en serio? —pregunté, pues debí haber escuchado mal. ¿Aquí? ¿En esta horrible y retorcida ciudad? ¿Hay una escuela aquí? Y, ¿qué tal si los estudiantes son igual de raros que las personas que he conocido?

—La educación es importante, especialmente para ti. Este es tu último año antes de ir a la universidad —habló mi madre y mentalmente la fulminé, ¿quién le dijo que podía hablar?, ¿en serio cree que la escucharé luego de las mentiras que me dijo?

Pero antes de poder preguntarles a qué se referían, mi padre me dio una mirada que hizo que mi corazón se comprimiera. Una mirada que me causaba obedecer cualquier cosa que me dijeran.

Crucé mis brazos en mi pecho y suspiré. —Bien.

Ya que era mi último año, era conveniente que fuera al colegio, incluso si es en esta trastornada ciudad, en este trastornado mundo, y en mi trastornada vida.

Pero una pregunta, ¿sobreviviré aquí en Silent Mound? Ahora que Harry se fue, y no viviremos más en la casa, ¿qué haré? Y, ¿aparecerá él de nuevo?

© waysidestyles | borntoharry

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