Fui al salón, me senté y rodeé mis rodillas con mis brazos metiendo la cabeza dentro de ellas, haciendo un ovillo.
Escucho cómo la puerta se abre, supongo que es Mark, por lo que me llevo mis manos a los ojos e intento quitar todas las lágrimas que habían acumuladas.
Giro la cabeza, veo a un Mark sonriente, pero cuando me mira se le borra esa sonrisa.
- ¿Has llorado? - preguntó acercándose a mí.
- No - reí ocultando mi nerviosismo - sólo que he bostezado y se me han salido unas pocas lágrimas.
Él me miró poco convencido, pero le sonreí y éste asintió.
- ¿Quieres dormir un poco?
- No, no, ya no tengo tanto sueño.
- Está bien - dijo sonriendo - ah, por cierto, se me olvidaba decirte que mañana por la tarde tenemos que ir a comprar el regalo para BamBam, su cumpleaños es el 2 de mayo - dijo susurrando.
- Es verdad, ¿y qué le compraremos?
- He pensado en ir la tienda que está fuera de la ciudad, que tiene muchas variedades.
- Pero, ¿está muy lejos no? - dije vagamente.
- Para algo está el coche - dijo señalando las llaves del coche.
Reí y asentí.
Me levanté y fui a mi cuarto para coger el móvil.
Hace tiempo que no hablo con mi tía, por lo que decidí llamarla.
*LLAMADA*
- Hola - la saludé, hablando español obviamente.
- ¿_____?
- Sí, soy yo - dije riendo.
- ¡Hace tiempo que no me llamas, sólo me entero por las noticias!
- Bueno, no he tenido tiempo, y ya sabes tu deberías estar durmiendo.
- Sí, pero hoy tengo en el hospital turno por la noche.
- ¿Hospital? - pregunté extrañada.
- Sí, ahora trabajo de enfermera en el hospital de la ciudad - dijo alegremente.
- Me alegro, te lo mereces
- Cariño - dijo poniéndose ya en plan cursi - te extraño.
- Yo también - dije sonriendo débilmente.
- ¿Te cuidan bien?
- Sí, sí, los chicos se comportan genial conmigo, y las chicas, sabes cómo son.
- ¿Tuan era el chico?
- ¿Qué? - pregunté muy alto - ¿quién te dijo eso?
- Ahora se confirma todo.
- No me estoy enterando de nada.
- Ten a tus amigas un poco más calladas - dijo mi tía riendo.
- Oh dios, las voy a matar - dije riendo también.
- Debo dejarte, mi descanso a terminado.
- Adiós - dije haciendo el sonido de un beso a través del alta voz del móvil.
- Te quiero - dijo ella haciendo lo mismo.
- Igual - dije y colgué.
*FIN DE LA LLAMADA*
Me tumbé en la cama mirando hacia el techo.
¿Qué haré con este bebé? ¿Cómo se lo digo a Mark? ¿Y si él no se hace cargo? ¿Y si me echan del grupo por tenerlo? Pero, ¿cómo voy a matar a una vida?
Millones de preguntas rondaban en mi cabeza, y sin ninguna respuesta o explicación.
- ____ la cena está hecha ya - escuché la voz de Junior detrás de la puerta.
- Ya voy - dije, cogí el móvil, y bajé.
- Hola dormilona - dijo BamBam removiendo mi pelo - ¿estás mejor? - preguntó en susurro, mientras los demás se reían de lo que había dicho.
Yo asentí y sonreí.
Me senté en una silla, y empecé a comer cuando todos estábamos sentados.
Después de comer, los chicos dijeron de ver una película, pero estaba realmente cansada por lo que me fui a mi habitación, no sin antes decirle 'buenas noches' a todos.
Me puse el pijama, apagué el móvil, fui al baño y me acosté.
Mañana tengo que ser valiente.
*Siguiente día*
Otro día pasado en el calendario. Abrí mis ojos y vi a Mark tumbado en el sofá de la habitación.
¿Qué hace ahí?
Me levanté, intenté moverlo varias veces para despertarlo y se despertó gruñendo.
- Cinco minutos más, por favor.
- ¿Qué haces en el sillón? - pregunté ignorando el comentario anterior.
- ¿Por qué alguien estaba ocupando toda la cama? - dijo preguntando-afirmando.
- Ups, perdón - dije apenada - ya puedes ir para allá.
- No te preocupes, no es incómodo, pero no he podido dormir bien porque no he estado a tu lado - dijo abriendo sus lindos ojos para mirarme.
- Babo - dije sonrojándome, tapé mi cara con mis manos mientras sonreía.
- Hey no debes taparte, estás muy linda sonrojada - dijo sonriendo y besando mi frente.
- Te quiero oppa
- Y yo a ti pequeña - dijo sonriendo.
Bajé a la cocina y como costumbre me dispuse a hacer el desayuno.
Otra vez el dolor de cabeza apareció, me agarré a lo que tenía más cerca, la encimera, para que no me cayera.
Otra vez ese mareo insoportable, otra vez esas ganas de vomitar asquerosas, otra vez querría que esto fuese una pesadilla.
Intenté incorporarme y cuando estaba mejor, seguí preparando el desayuno.
Mark bajó y desayunamos juntos, siempre éramos los últimos en desayunar.
Cuando terminamos, lavé los platos y puse música, y me demoré bastante tiempo para lavarlos, ya que la mayor parte del tiempo la pasaba cantando y haciendo pasos de la coreografía.
Mi mañana transcurrió tranquila, no apareció ninguna molestia más, por lo que estuve agradecida.
Después de comer estuvimos jugando al Just Dance, yo decidí no jugar, ya que es mejor no realizar movimientos bruscos.
Se acercó la tarde, se acercó la hora de decirle a Mark.
- Debemos de ir a la tienda - dijo Mark detrás mía asustándo- ¿Tme.
- Sí, sí - voy a cambiarme mientras tu avisas a los chicos.
- Vale
Subí las escaleras, escogí un conjunto casual, me vestí y bajé.
- ¿Lo tienes todo?
- Mark no vamos a ir de viaje - dije riendo.
Él rió, cogió las llaves del coche y nos fuimos.
El trayecto fue silencioso, sólo la música se escuchaba.
- Esto...Mark - dije empezando a hablar.
- ¿Si?
Miré hacia la ventana y ya estábamos fuera de la ciudad.
- Pues necesito decirte algo.
- Claro, te escucho - dijo sin despegar su vista de la carretera.
- ¿Te acuerdas cuando lo hicimos? Bueno pues - dije tomando aire - hace poco me están dando mareos y vómitos, fui por un test de embarazo y bueno...dio positivo - dije expulsando todo el aire que anteriormente había tomado.
- ¿Qué? - alzando su voz demasiado - ¿no te tomaste nada luego?
- ¿Qué me iba a tomar? - dije empezando a estar cabreada, por qué debo tener yo la culpa.
- ¿Qué me iba a tomar? - dijo imitando mi voz - eres estúpida - dijo frenando en seco el coche.
- ¿Qué estás haciendo? - dije gritando - animal, ¡podrías haberme matado!
- Me quitaría un peso de encima, si hubiera sucedido.
Lo miré incrédula, ¿él acaba de decir eso? ¿soy un peso para él?
- Bájate del coche - dijo sin mirarme.
- ¿Qué? - dije mientras las lágrimas amenazaban por salir.
- ¡Qué te bajes del coche! - dijo demasiado alto, haciendo que me asustase.
Bajé del coche y en cuánto puse las dos pies pisando el suelo, el coche se fue rápidamente.
Fui hasta el extremo de la carretera, donde había un árbol, me senté allí con la esperanza de que él volviera a recogerme.
Estuve así por un par de horas, sin móvil para llamar a los chicos, sin nada, para morirme de sed y hambre.
De repente veo como una camioneta se para en frente mía, pienso que es mi salvación por lo que me levanto y voy hasta ella.
- Buenas - dije amablemente - ¿podría llevarme hasta la ciudad?
- Sí, claro, pero sígame un momento por aquí, necesito hacer algo antes.
- Sí, por supuesto.
Lo seguí, estuvimos adentrándonos en el bosque en línea recta por lo que era fácil salir de nuevo.
- Bueno y, ¿qué era lo que tenía que hacer? - pregunté girándome para verlo, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al verlo.
- Tranquila pequeña no te haré daño - dijo éste desnudo y acercándose a mí.
Mi cuerpo no reaccionaba, mi mente tampoco, lágrimas no salían de mis ojos, pero el dolor sí estaba presente.
Me desnudó y comenzó a tocarme, me violó varias veces y dejando cardenales y más marcas alrededor de mi cuerpo, para que me acordara de él el resto de mi vida.
Sacó de su bolsillo una navaja.
- Cómo digas a alguien lo que te acaba de pasar, juro que te busco y acabo con tu vida, ¿me oíste? - dijo proporcionándome un golpe en el estómago - dije que si me oíste - otro golpe más.
Asentí, ya que no podía hablar, la garganta me escocía, notaba como un líquido rojizo salía de mi nariz y cómo mis ojos estaban más hinchados y no me dejaban ver con claridad.
El hombre se fue, me quedé sola, y ahí fue cuando todas las ganas de llorar acumuladas, explotaron como una bomba de demolición.
Yo sólo quería que mi hijo estuviera bien.