Todo estaba en paz, hasta que Sarah llegó. Caminó hacia nosotras con su amiga la arpía detrás de ella, con dos vasos de café en la mano. Era una tal Zoeh, la copia de Sarah, era alta, pelo con ondas, como el de Sarah, solo que castaño oscuro, y ojos marrones claros.
-Hola Alex- dijo Zoeh – Y Ella, ¿verdad?
Y la arpía sabía mi nombre. Mire a Sarah quien sonrió. Se notaba molesta y cabreada, su expresión la delataba.
-Si, soy Ella – dije mirando la cara de Sarah - ¿Cómo sabes mi nombre? – dije poniendo mi atención en ella. Esa falda etremadamente corta, con los dos primeros botones de la blusa desabotonados y ese peinado perfecto, las dos parecían clones queriendo llamar la atención.
-Bueno, además de que todo el mundo esta hablando de ti, porfavor, eso que pasó con Tyler y Brian callando a todos para que te invite personalmente – dijo Zoeh y se sentó a mi lado. Sarah la miró confundida y con el ceño fruncido. Formó una 'o' con su boca y Zoeh al ver esto, le dio su café como si ese fuera su único problema.
-¡Zoeh! ¿Por que te sientas? Parate – dijo incomoda tratando de no hacer una escena.
-Quiero conversar, duh – dijo Zoeh como si fuera lo mas normal del mundo.
-¡Levantate!- dijo Sarah con la única paciencia que le quedaba. Zoeh, sin volver a dudar se levantó y se paró al lado de Sarah, tomando su misma posición.
-No puedes robarte a todos mis amigos – dijo Sarah mirándome molesta.
-Si, lo se, pero recuerda, son amigos, no títeres – le dije mirándola directamente a los ojos. Me miró con odio, sentía como trataba de ahogarme con su mirada. Bueno, esa me la busque.
Sarah avanzó un paso y de un momento a otro botó su café encima de mí. Me paré rápidamente evitando que mi pelo mojado toque mi blusa. Caso fallido. ¿Qué le sucede a la loca?
Todos los chicos que estaban en medio de su partido de práctica voltearon a vernos. Se que estaban disfrutando de la pequeña pelea entre mujeres. Malditos hombres.
Mire hacia abajo para ver mi uniforme, el cual, estab todo manchado y mojado.
Tenía un vaso con mocha-ccino en mi mano, lo que la zorrita no se había dado cuenta. Rápidamente saqué la tapa y se lo derramé en la cabeza. Esa fue mi primera reacción.
-¿No te diste cuenta que yo también tenía uno? ¿Eres ciega o estupida? – le escupi en la cara, no literalmente. Miro su unifrome, que estaba el doble de manchado que el mio.
-Tu no sabes nada – me dijo exprimiéndose el pelo en mi cara. Suspiré cerrando los ojos. Vamos Ella, que no se acabe tu paciencia.
-Es gracioso como aun no te das cuenta de lo que soy capaz. Aunque por almenos se, porque le gustas a los jugadores de futbol – dije con una sonrisa extremadamente fingida. Esto iba a ser demasiado inmaduro pero tenía que soltarlo.
-Si claro, porque soy bonita idiota – dijo molesta arrojando su chompa al suelo con fuerza. Me rei sarcásticamente. ¿Por qué fingir? No hay que mentir, ya todos saben que me odia, y que yo la odio.
-No, les gustas porque tu cabeza es como una pelota, dura y solo con aire adentro – le dije inmediatamente. Alex se comenzó a reir fuertemente a carcajadas, al igual que los chicos, que estaban viendo. Zoeh también se estaba riendo pero mas discretamente.
Me lanzó una mirada que mataba.
-Estás muerta – dijo y con un movimiento exagerado de caderas se fue, con Zoeh detrás. Okay, me arrepiento de lo que hice. No quiero causar una escena y que toda la atención esté nuevamente sobre mi, eso no estaba en mis metas.
-Tengo que ir a cambiarme – le dije a Alex exprimiéndome el pelo.
-¡Eso fue increíble! ¿Viste su cara cuando Zoeh se sentó? – dijo Alex saltando hacia mi y comenzó a caminar a mi lado – Los chicos estaban viendo esa escena, vi como se reian
-Si si, fue muy gracioso- dije sarcásticamente – Ahora quede como loca
-No- Alex dijo frunciendo el ceño, luego pasó su brazo por mis hombros sin darle importancia al echo que se estaba manchando con café – Aunque no lo creas, le caes bien a los chicos y a las chicas del grupo, dice que alfin llego alguien nuevo que no se deja intimidar por Sarah, todos las demás personas le tienen miedo, tu la enfrentas, ya todos estamos cansados que se crea la reian del instituto y que las personas le hagan caso – dijo riendo.
Solo rodé los ojos cuando mi celular vibró en mi bolsillo. Mensaje de: Tyler. ¿Por qué me seguí mandando mensajes? Todos los hombres son iguales.
Tyler (idiota):
Fue gracioso lo que hiciste, se lo merecía. Además, si no lo hacias tu, lo iba a hacer yo nena. No te preocupes, no voy a decir nada acerca de lo del lunes, será nuestro secreto linda :*
-¿Quién es el que te hizo poner esa mueca? – me dijo Alex con una sonrisa burlona dándome un codazo. ¿Estaba haciendo una mueca? Puede ser que si, estaba frunciendo el ceño de manera asqueada porque me llamó nena. Aj. Además, ¿secreto? Nada pasó Y él ya creó el rumor... a menos que no haya sido el.
-¿Cómo sabes que es un él? – pregunté borrando alguna pista de mueca de mi rostro.
-Solo suponía – dijo con una sonrisa burlona – Probablemente haya sido un chico con un mensaje fuera de lugar.
Otro mensaje llegó, pero era de Brian.
Brian:
Sarah se lo merecia, bien hecho. Paso por ti a las 8:00 asi vamos juntos a la fiesta.
-Asi que... ¿Quién era? – preguntó con interés dándome golpecitos con su codo.
-El segundo mensaje era de Brian. Piensa que fue gracioso lo que le hice a Sarah, y que me iba a recoger a las 8 para ir a la fiesta – le dije restándole importancia – Solo me sorprendi que me haya escrito.
-Pensaba que íbamos a ir juntas – dijo haciendo un puchero. Eso nunca lo mencionó, ella iba a ir con Brandom, y no quiero ser la violinista.
Caminamos hacia mi dormitorio para que me pueda bañar, y quitar este olor a café de encima. Cuando entré Sarah no estaba, ni sus cosas del baño, por lo que supongo que se fue al cuarto de Zoeh a cambiar. Perfecto.
Son las 6:30, tengo tiempo, mucho tiempo.
Mientras que me bañaba Alex fue hacia su dormitorio a traer ropa y arreglarse, ya que dijo que su compañera estaba con su novio, metidos ahí todo el dia, y no quería ver algo que no debería.
Salí de la ducha, sintiéndome bien, no me había cortado, estaba bien, no sentía la necesidad.
Respire hondo y me mire al espejo. Podía ver mi ojeras de siempre, mi cara de canica dio y... la tristeza que había detrás. De un momento a otro me comenzaron a picar las manos, el pecho me comenzó a pesar y se me hacía más difícil respirar. Ese reflejo era yo, y lo peor que me podía pasar era eso, recordar que esa soy yo.
No pude más. Cogi la cuchilla de su escondite e hice un corte en seco en mi muñeca, en la zona de siempre, para que puedan ser escondidas. Mierda.
Vi como la sangre chorreaba de mi brazo y goteaba en el lavamanos, mesclandose con el agua, fromando un color medio rosado. Todo lo que ha pasado hoy día y lo que va a pasar me ha aplastado como si fuera un camión. Me iba a arrepentir de esto.
Me lave el antebrazo y lo cubri con papel, unos dos minutos para que pare de sangrar. Tire el papel en el basurero, y me puse un esparadrapo con algodón solo en la zona, para que no se dieran cuenta por la parte de atrás si escondo la parte interna de mi brazo.
Sali del baño con mi brazo presionado en mi toalla, y ahí estaba Alex, sentada en la cama de Tania.
-Mi turno – dijo parándose y caminando hacia el baño. ¿Se iba a bañar? ¿Aquí?¿En serio? Que más da. A mi tampoco me gustaría estar presente en un cuarto con dos enamorados, con la puerta cerrada y sin adultos. Aj.
Saque la ropa que me iba a poner y la estiré en la cama. Eran las 7:00, perfecto, me demore en bañarme como 20 minutos, me distraje terriblemente.
Me puse un short de jean negro, con un top blanco off shoulders que me dejaba descubierto el ombligo, pero era de manga larga suelto.
Debería tratar de nutrirme más, aunque es casi imposible. La depresión hace que no te den ganas de comer. Tienes un nudo constante en la garganta y te dan nauseas de tan solo ver la comida. Solo hay pocos días en los que el nudo se deshace y me provoca comer, aunque lamentablemente esa sensación es limitada.
Me mire al espejo de cuerpo completo de Tania y me puse de perfil. Ningun rastro de grasa, abdomen plano. Cuerpo deseado de cualquier adolescente, pero un recordatorio de mis problemas cada vez que me miro.
Alex salió del baño con un short parecido al mio y con un top negro que dejaba descubiero su ombligo, pero era de manga corta.
-Dios mio, me encanta tu ropa – dijo mirándome de arriba abajo – Ademas, te queda tan bien.
-¿En verdad? – pregunte mirándome en el espejo.
-Si, eres tan delgada – me dijo poniéndose detrás mio y poniendo su manos en mis hombros. Si supiera la razon.
-Gracias – le dije, aunque algo haya hecho click en mi cabeza. Si, era delgada. Eso sucede cuando no comes y nadie sabe que no lo haces – Tambien me gusta tu ropa – le dije mirándola.
-Gracia, aunque me vas a prestar ese top algún dia.
Me puse mis vans guindas, algo simple para mis pies, no pienso andar en tacones.
Me sequé el pelo y luego me apliqué un poco de delineador negro para resaltar mis ojos, y labial. Alex se pintó toda la cara. Se veía bien, no como otras personas que a veces parecen payasos.
Vi una nota encima de la cama de Sarah, que estaba al extremo del cuarto. Caminé hacia ella y la abri, leyéndola.
No voy a venir hasta mañana, voy a estar con Tyler o con otra persona por ahí, eso espero. Lo voy a hacer enamorarse de mi, aunque se que ya lo hace, besos xoxo
Asi que Tyler va a estar con Sarah toda la noche. Pensaba que el pensaba que el era una loca y perra. Bueno, puede ser que lo último lo invente.
-¿Estas bien? – Alex preguntó.
-Si, solo un poco triste ya que Sarah no va a venir esta noche a dormir, asi que tendre el cuarto sin insectos – dije sarcásticamente.
-Si, ¿tu también la odias ¿no?
-Solo digamos que saca lo peor de mi, es eso lo que odio – le dije sinceramente. Digamos que ahora confio en Alex, estúpida idea, pero bueno, ¿qué me queda arriesgar?
Nos pintamos las uñas y conversamos hasta las 8 (ella hiso la mayor parte de conversar) nuestras uñas estaban negras, me encantaban como se veian.
Alguien tocó la puerta, por lo que Alex con un gruñido se levantó del suelo y la abrió. Era Brian y Brandom.
-Hola Ella, hola nena – dijo Brandom y luego besó a Alex. Me había dado cuenta que ella era una chica normal. Cualquiera pensaría que en el grupo de los populares las mujeres son "hombreriegas", pero la mayoría está en una relación y las demás solo viven su vida.
-Hola Ella – Brian dijo saludándome.
-Hola- dije cruzando mis brazos cubriéndome el ombligo. Se que estaba usando una casaca negra y me la podía cerrar, pero solo era el aire acondicionado que me daba escalorfrios.
-¿Lista para divertirte? – preguntó pasando su brazo por mis hombros.
-Si, algo – dije dejando mis brazos caer a mis costados. Alex y Brandom se separaron por aire y yo solo los mire con una sonrisita burlona. Alex escondió su cara en el pecho de Brandom y luego me miro y me sacó la lengua. Que madura.
-No te preocupes – dijo Brian mientras que caminábamos – No los vas a tener que ver otra vez uno tragándose al otro, yo te sacaré del momento incomodo- dijo y yo reí negando la cabeza. ¿Por que diablos me rio?
Caminamos hasta el estacionamiento al carro de Brian. Me abrió la puerta como todo un caballero, y cuando entré me la cerró. Felizmente manejaba como una persona decente, hasta que comenzó una carrera con Brandom y otro auto. El que lo manejaba era un tipo que había visto que mi clase de matemáticas, Alex me contó que vendía droga , solo que no me acuerdo de su nombre, algo como Santiago o algo asi.
Casaca de cuero, algún que otro tatuaje en el brazo y pelo marrón oscuro ojos azules. Se parece al típico chico malo. Me pregunto si lo será.
Cuando el carro paro de moverse fue fácil identificar la casa de la fiesta. Era una enorme casa moderna, con paredes blancas y negras con detalles de madera oscura. De esta salían luces de colores y una música a todo volumen. Además, podías ver a los estudiantes besándose en la entrada, hasta los típicos vasos rojos de plastico botados en el amplio césped antes de la entrada.
Cuando nos adentramos a la casa, lo primero que vi fue la gigante sala de donde provenían las luces de colores y la gente bailaba. A la derecha había otra sala en donde se encontraba la gente sentada en los sillones conversando. A la derecha se podía ver la cocina. Era un estilo abierto y déjenme decirles que wow, que cocina para más moderna y nunca pensé ver refrigeradores tan tecnológicos.
-¿Quieres algo de beber? – Brian me preguntó en el momento en el que Alex y Brandom salieron corriendo.
-¿Por que no? – dije después de dudar unos segudnos. No quería quedarme sola, parada en medio de la gente, pero me moría de sed. Vi a la gente bailar y algunos haciendo algo que se suponía que debería ser bailar, pero no lo era.
Vi a Sarah bailando con un tipo que nunca había visto, bueno, soy la nueva, era obvio que no sabia quien era. Alguien tocó mi hombro descubierto con su mano fria, ya que la casaca se me había resbalado hasta los codos. Giré para ver a Brian, pero era Tyler.
-Hola hermosa – dijo sonriendo.
-Hola- dije secamente.
-¿Quieres bailar? – me preguntó con una ceja levantada.
-Em...no gracias, es que no se me da muy bien bailar, perdón
-Nos podemos sentar a hablar si quieres – me dijo extendiéndome la mano.
Estaba siendo amable conmigo, tierno. No entiendo sus cambios de humor. Primero ,e trata bien en clase y fuera, luego me dice que invento el rumor, luego me escribe y me dice que no va a hacer el rumor, entonces ya no se quien fue y ahora es amable nuevamente. ¿No podía decidirse si ser un puto o una buena persona?
No tuve tiempo de responder cuando alguien me pasó la mano por la cintura por detrás. Voltee y fruncí el ceño al ver a Tania, que olia a alcohol, apoyándose en mi. Sip, estaba borracha.
-Oye tú, ¿se están divirtiendo mis pequeños saltamontes? – dijo con una inmensa sonrisa. Estaba completamente ebria. Tyler rio.
-Acabo de llegar – dije rodando los ojos- Bruno, mas vale que la cuides – dije amenazándolo.
-Si se, no dejaría que le pase algo – dijo mirándola atontado, que lindos... espera, ¿eso lo pensé yo? Que mierda me pasa – Vamos a bailar Tania – le dijo y la jalo de la cintura.
-Algo me dice que no iré hoy a nuestro dormitorio – me susurro en el oído con una sonrisa burlona y coqueta.
-Okay, em... diviértete – fue lo único que dije confundida.
-Aquí tienes – me dijo Brian dándome un vaso con un liquido rosado adentro, que era alcohol definitivamente, mirando a Tyler – ¿Vamos a bailar? – me pregunto.
-Bueno, ire a buscar a alguna chica, los dejo, los veo... después- dijo Tyler de manera directa y se alejó. Brian lo miró y luego a mi.
-¿Me perdí de algo?
-No, pero no me gusta... bailar tanto – le dije encogiéndome de hombros- Mejor en un rato
-No te preocupes – dijo con una sonrisa.
Nos sentamos en un sillón a hablar. Estábamos hablando y quejándonos de lo feo que eran los profesores, y sobre las cosas que nos gustaban.
-¿Asi que eras la reina de las bromas? – decía con una sonrisa burlona.
-Si, en mi anterior colegio era muy sarcástica y le bajaba el ánimo a las personas- dije mirando el contenido de mi vaso, el cual había tomado pocos sorbos pequeños. El rio.
-Me alegro que aun no haya sido el blanco de una de tus bromas. ¿Seré una de tus victimas? – preguntó fingiendo estar preocupado. Me quede callada, reprimiendo una risa, no podía responder, las posibilidades pueden cambiar.
Voltee el rostro hacia el otro sillón escondiendo una risa. Tyler estaba sentado ahí, ¿hace cuanto tiempo estaba sentado ahí?
-¿Quieres ir a bailar ahora? – Brian volvió a preguntar. No quería antes, no querré ahora. Pero no pude contestar cuando entró una Sarah, sentándose alado de Tyler.
-Hola chicos – dijo sonriendo – Tyler, adonde te habias ido, no pudimos terminar – dijo con un puchero.
Sarah estaba coqueteando con él. ¿No acabaron que? Iba a vomitar si me imaginaba eso.
Me sentía molesta, no sabía porqué. Fácil era porque Sarah siempre obtenía lo que mierda quería. Siempre. Y noté que tenía un chupón en el cuello. Me asquee.
-¿Sabes? Si tengo ganas de bailar – le dije Brian y lo jale hacia la pista de baile. Comencé a bailar con él, moviendo mi cuerpo de una manera que no lo hacia hace tiempo. Moviendo mis caderas al ritmo de la música. Atraves de la coronilla del ojo pude ver a Tyler mirándome. Me agrada que se de cuenta que no soy la chica timida que piensa que soy.
¿Desde cuando me importa lo que piense él? Dios.
Después de cinco canciones a máximo volumen, me comenzaron a doler los tímpanos.
-Voy a ir afuera por un rato – le dije señalando la puerta.
-Voy contigo – me dijo sonriendo.
-No te preocupes – le dije. No quería que venga. Tenía un terrible dolor en mis oídos, y no quería hablar con nadie.
-Quiero ir – dijo con una pequeña sonrisa, era tierno, pero no puedo caer en sus trampas.
-Okay, que tal si vas por algo de tomar, y te espero afuera – dije y asintió. Quería estar sola un momento, y no me lo permitia. El asintió y se fue por las bebidas.
Camine hacia el patio trasero viendo como la gente bailaba y se besuqueaba. Lo peor de todo fue ver salir a una chica de una esquina con una marca inmensa en su cuello, un chupon. Lo peor fue a quien vi salir después. A un Tyler tambaleándose levemente, guiñándole el ojo, haciendo una seña con la mano para que lo llamara.
He comprobado en primera fila que era el mujeriego popular del internado. He estado menos de dos horas aquí y ya a marcado a dos chicas. Me repugna.
Fui hacia el patio trasero, que era muy grande, con una piscina de tamaño exagerado. Camine hacia unas bancas lejos de la piscina y de la casa donde no había gente, o aun no llegaba la mancha para destruir ese lugar.
Me senté en la banca y vi la luna llena. Extrañaba esto, estar con amigos, en fiestas, verdaderos amigos. Sintiéndome bien, sintiéndome normal, algo que no había sentido en mucho tiempo. Aunque estaba tratando de olvidarme lo que acababa de ver, un cerdo.
No se si sere tonta, pero considero a Tania y Alex como verdaderas amigas, ojala que no la caguen. Tengo muchos problemas en confiar en las personas.
Después de 5 minutos Brian apareció con dos vasos en la mano y se sentó mi lado.
-Gracias – le dije tomando el vaso en mi mano.
-De nada. Asi que, Ella, he notado que no hablas mucho – dijo mirándome. Y aquí vamos con otra persona que opina lo mismo.
-Si, perdón
-¿Por qué te perdonas? Es tu personalidad- dijo sonriendo – Se que dijiste que eres sarcástica y arruinas el humor de la gente, pero eres buena y amable de alguna manera – dijo y me rei sarcásticamente.
-¿En serio piensas eso?- dije como si fuera lo mas estúpido del mundo con una sonrisa burlona.
-Si Ella – dijo acercándose a mi – Eres increíble
Nuestras narices estaban apunto de tocarse. Podía sentír su aliento fresco sobre mi boca, estaba demasiado cerca.