Dream a Little Dream

By BarbaraSanchez4

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Parece que los problemas de Stiles a la hora de diferenciar realidad con pesadillas ya han terminado. Ya no t... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23

Capítulo 21

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By BarbaraSanchez4

Dándole un último beso que más pareció un mordisco al trasero de Stiles, Derek se puso en pie y ayudó a Stiles a hacer lo mismo. Y cuando Stiles se movió con pasos temblorosos, nada firmes, soltó una carcajada antes de cargárselo al hombro cual saco de patatas.

- Hey. Qué leches estás haciendo – protestó Stiles, aunque tampoco hizo amago por librarse... Tal vez porque sabía que sería inútil.

- Tú que crees – preguntó con ese tono que no aceptaba discusiones, aunque esta vez tuvo que fingirlo – Pensé que querías follar.

Y con eso dicho, tiró a Stiles en la cama con bastante poca delicadeza.

**********

Por fortuna su cama era una bien cómoda y mullida (después de años sin tener una cama NO iba a escatimar en gastos, muchas gracias), con lo que no hubo que lamentar daños mayores.

Stiles se quedó espatarrado en la cama, todavía con la respiración entrecortada por las atenciones recibidas por parte de Derek. Y cuando Derek se quedó de pie frente a él y empezó a quitarse la ropa, con calma y sin apartar su vista de la del chico, tuvo que morderse el labio para no gemir como un adolescente excitado... Aunque ya hubiera perdido la cuenta de los que había soltado.

Sin embargo, cuando Derek estaba a punto de quitarse los calzoncillos, la mueca socarrona en los labios y la ceja elevada en pose de "ya sé que me deseas"; Stiles se obligó a reaccionar.

Se puso de rodillas en la cama y, sin bajarse del colchón, se acercó al hombre lobo para agarrarle de la muñeca e impedirle seguir.

- Espera.

Derek paró en el acto, más que extrañado. No tanto por su petición, pues podría ser que él quisiera terminar de desnudarle; sino por el hecho de que el corazón de Stiles se había acelerado un poco.

- Qué pasa – preguntó serio - ¿No quieres seguir?

- No – respondió en seguida, sin soltar la mano de su muñeca – Quiero decir. Si, claro que quiero seguir – Derek alzó una ceja, aún más perplejo – Pero antes quiero decirte una cosa.

El Beta enarcó las cejas como única respuesta. Nunca le había gustado hablar más de la cuenta, y menos aún cuando ni siquiera sabía qué decir. Por fortuna, Stiles ya se conocía de memoria el significado de los movimientos de sus cejas, así que siguió.

- Yo... - se mojó los labios al tiempo que llevaba la otra mano al cuello de Derek. Pese a que uno estaba de pie y el otro subido a la cama, sus ojos estaban casi al mismo nivel y sus cuerpos más pegados de lo que lo habían estado hasta ahora – No quiero que pienses que esto es lo único que quiero de ti – susurró – Que no he disfrutado de estas semanas junto a ti, o que el único motivo por el que quiero estar contigo es para tener sexo de una vez por todas.

Derek no supo qué decir. En un principio pensó en responder con alguna broma de su estilo, todo sarcasmo, pensando que en realidad Stiles estaba bromeando para disipar un poco los nervios del momento. Pero al fijarse en sus ojos marrones, brillantes y con una película acuosa cubriéndolos, comprendió que nada de aquello era una broma.

Así que le respondió con lo único con lo que podía: La pura verdad.

- Lo sé – dijo serio y llevando una mano hasta la mejilla de Stiles, que acarició con delicadeza – Ya lo sé.

- Lo que te he dicho antes... Eso de que eres sexy y el tío más atractivo del mundo... No voy a negar que es verdad porque sería una estupidez, y sobre todo porque no eres estúpido y tienes espejos donde mirarte y ojos y... - soltó aire despacio, recreándose por unos segundos en el tacto de la palma de Derek sobre su mejilla – Y en parte todo esto, el haber hablado con los demás y comportarme como si estuviera desesperado por follar, en realidad es culpa de ese cartel de virgen que tengo encima las 24 horas del día y del que parecía que jamás me iba a librar – inspiró profundamente para recuperar el aire, y suspiró aliviado cuando Derek siguió en su sitio, sin muchas intenciones de interrumpirle o pedirle que fuera al grano... Y si no fuera porque ya le adoraba... - Pero eso no es lo único que me importa. No cuando es contigo con quien estoy y... Con quien aún no puedo creer que tenga la suerte de estar porque... Porque yo también tengo ojos en la cara y... y veo las diferencias entre los dos... y no solo por la ropa sino por la forma de ser, y de comportarse, y... ¡Au!

El discurso de Stiles se vio interrumpido cuando sintió un pinchazo en el trasero.

Miró por encima de su hombro justo a tiempo de ver la mano de Derek, y que hasta ahora había permanecido quieta e inocente, apartarse del trasero que acababa de pellizcar. Incrédulo, devolvió la atención al Beta que ahora le estaba sonriendo.

- Antes de que empezaras a pensar que esto era un sueño.

Stiles abrió la boca de par en par, presto a mostrar la mueca de desagrado más escandalosa de su repertorio. Pero al final no pudo hacerlo, porque no tenía ni un solo motivo para sentirse ofendido... Todo lo contrario.

Por ello cerró la boca y sus labios dibujaron una tímida sonrisa, antes de apoyar la frente en el pecho desnudo de Derek. La mano del Beta, que no se había apartado de su mejilla, avanzó entonces hasta su cuello y comenzó a juguetear con su pelo. Y aunque estaba más pringoso de lo que le gustaría por culpa de ese gel que le habían obligado a ponerse, seguía siendo el pelo de su chico, así que todo estaba bien.

Stiles se dejó llevar por el tacto de los dedos de Derek en su pelo y en su espalda, donde había ido a parar la otra mano, y por unos segundos dejó que eso fuera lo único importante del mundo.

Hasta que se recordó que aún no había dicho lo más importante

Lentamente se apartó del pecho de Derek, y respondió con timidez a la sonrisa que él le estaba ofreciendo. Una muy sutil, apenas visible, pero que sabía que estaba ahí. Sólo para él.

- Lo que quiero decir es que te quiero – dijo Stiles sin dudar, y sintió un calor en el pecho cuando los ojos de Derek se abrieron más, todavía sorprendido por aquellas palabras – Y que mientras que estés a mi lado, da igual lo que hagamos... O lo que no hagamos. Porque no hay nada más importante que eso.

- Stiles...

- Porque yo no soy como ellas – añadió con la voz rota por la emoción. Y aunque parte de él sabía que tocar ese tema era peligroso, necesitaba estar seguro. Necesitaba que Derek estuviera seguro de las diferencias – Yo no busco sólo follar con el tío sexy del pueblo, o con el hombre lobo sexy del pueblo - trató de sonreír para aligerar la tensión del momento, aunque no lo consiguió del todo - Eso me da igual.

- Lo sé – respondió Derek en seguida, su voz más grave incluso que antes, y acarició de nuevo la mejilla para limpiar la lágrima que se había escapado – Nunca he pensado lo contrario.

Stiles asintió, de pronto sobrecogido por el momento. Por lo que había dicho y por el millón de cosas que había implícitas en aquellas palabras. Y pese a que jamás habían hablado de ello, saber que Derek le entendía tan bien era perfecto.

- Bien... - tuvo que decir al final, pues sabía que Derek no diría nada más.

O eso es lo que pensó.

Derek se acercó lentamente al chico y le besó con una ternura infinita. Sin apenas apretar los labios, y sin siquiera cerrar los ojos.

- Yo también te quiero – susurró en cuanto rompió el beso, sólo para darle luego otro más, esta vez más profundo y más largo.

El temblor de Stiles hizo que tuviera que agarrarse con ambos brazos al cuerpo de Derek para no acabar cayendo, y eso que aún estaba de rodillas. Pasó los brazos por su cuello, y se pegó todo lo que pudo al cálido pecho del hombre lobo, sin romper un segundo el beso que le llenó de pies a cabeza.

Era la primera vez que Derek le decía esas palabras.

Por su parte Derek intuyó, y muy bien intuido, que no debía esperar a que Stiles dijera algo, pues las palabras ya habían pasado a segundo término... Y porque poco más se podía decir.

Sin romper el beso, rodeó con uno de sus brazos el cuerpo del chico para pegarle a él por completo. Y una vez le tuvo bien sujeto, se subió por fin a la cama sólo para enseguida tumbarse en ella, con Stiles bajo su cuerpo.

Un gemido ahogado salió de boca del chico al sentir el cuerpo de Derek sobre el suyo, y el Beta aprovechó la ocasión para profundizar más el beso, metiendo la lengua en su boca.

No era el primer beso que se daban de ese tipo, ni mucho menos. Y aunque al principio se notaba la falta de experiencia por parte de Stiles, en seguida perfeccionaron la técnica...

Pero esta vez la excitación de saber que aquel beso solo era el principio y que todavía quedaba mucho por hacer, hizo que fuera mucho más intenso.

Incapaz de dejar las manos quietas, Derek acarició la espalda y caderas del chico, mientras que notaba como los dedos de Stiles se enredaban en su pelo, jugando y tirando de los mechones con una mezcla de ansiedad y ternura. Dejó que fuera así durante un buen rato, disfrutando del momento de sentir por primera vez el cuerpo desnudo de Stiles bajo el suyo, hasta que notó perfectamente cómo el otro estaba más que dispuesto para dar el siguiente paso.

Soltando un gruñido más animal al sentir la carne dura contra la suya, Derek se apartó con un último beso para quitarse los calzoncillos. Y apenas estuvo del todo desnudo, una mano de Stiles agarró su pene y tuvo que cerrar los ojos para obligarse a mantener el control.

Cuando abrió los ojos, unos cuantos segundos después, Stiles no había apartado la mano y sus ojos estaban clavados en los suyos. Tenía las pupilas dilatadas y respiraba entrecortadamente, pero se le veía más que seguro de lo que estaba haciendo.

- ¿Te gusta? – preguntó al ver que Derek seguía quieto, de rodillas, y con las manos inertes.

Derek tuvo que tragar saliva para recuperar la voz.

- Sí – medio gruñó, sus ojos azules brillando por unos segundos – Llevo mucho tiempo deseando esto.

Stiles sonrió con timidez, un tanto azorado porque Derek pudiera pensar aquello, y el Beta se esforzó porque la idea le quedara clara. Para que no dudara un instante que él también le deseaba.

Llevó una mano hasta la parte baja de la espalda de Stiles, y en seguida colocó la palma sobre el trasero, muy cerca del lugar que antes había lamido y con el que había jugado. Stiles soltó un suspiro ahogado pero en seguida los movimientos de su mano recuperaron la confianza, e incluso empezaron a ganar en velocidad.

- Dime qué quieres que haga – preguntó con la respiración entrecortada.

Derek le besó con calma, llevando la mano libre hasta la nuca del chico para sujetarle tal y como él quería, y no paró hasta que un gemido profundo se escapó de la boca de Stiles.

- Quiero que disfrutes – susurró en su oído – Que me dejes tratarte como te mereces.

- Esto es más de lo que jamás habría soñado – murmuró Stiles, tragando con dificultad.

- Y aún no he hecho más que empezar – sonrió maliciosamente.

Antes de que Stiles pudiera responder, Derek le empujó con una mano en el pecho y cayó de espaldas en la cama. Y antes de que hubiera terminado de reponerse de la sorpresa, se inclinó para buscar algo de debajo de la cama. En seguida se incorporó con una caja de cartón en la mano, de la que sacó un bote de lubricante por estrenar y una caja de preservativos, también sin abrir.

Decir que Stiles estaba rojo cuando miró a Derek, era decir poco.

- Cómo... Desde cuándo... - el adolescente no fue capaz de terminar ninguna pregunta, aunque quedó perfectamente claro lo que pensaba.

- Quería estar preparado para cuando decidieras dar el paso – comentó mientras abría el bote de lubricante.

- Pero... Pero tú nunca... - una ceja de Derek, quien paró con la tarea que tenía entre manos para que continuara, le obligó a repensar la frase – Por qué no dijiste nada.

- Porque tenías que ser tú – le dio un corto beso en los labios – Iba a ser tu primera vez, y tenías que ser tú el que decidiera cuándo y cómo – le dio otro beso en el hombro – Yo sólo podía esperar – y otro más en el cuello, dejando la cabeza apoyada en el hombro – Y morirme de frustración cada vez que te marchabas.

- ¿En serio? – rió.

- No soy de piedra – replicó Derek con disgusto, pero en seguida mostró una sonrisa picarona – Aunque lo parezca.

Stiles soltó una carcajada que terminó de disipar los nervios del momento, y besó con ganas al hombre lobo.

- Demuéstramelo.

Derek lo hizo.

Respondió al beso hasta quedarse los dos sin respiración. Y mientras Stiles trataba de llenarse los pulmones de oxígeno, Derek volvió a empujarle para quedar tumbado en la cama. Le separó las piernas, recorriendo las dos de arriba abajo con sus grandes manos, sin separar sus ojos de los del chico. El corazón de Stiles había empezado a latir más de prisa, pero no era nada serio. A fin de cuentas, le estaba pasando exactamente lo mismo a él.

Cogió el bote de lubricante que había dejado caer en la cama, y se echó una importante cantidad en los dedos. Esperó a que Stiles asintiera, indicándole que podía continuar, y llevó un dedo hasta el agujero que todavía tenía restos de saliva.

- Joder...

- ¿Te he hecho daño? – paró en seguida.

- No... Sólo... Está un poco frío.

Derek asintió, más tranquilo, y se inclinó hasta acabar prácticamente tumbado y al lado de Stiles, apoyándose en el codo. Aprovechó el movimiento para meter el dedo hasta la primera falange, acallando el gemido de Stiles con un beso más agresivo que el resto. El chico se dejó llevar enseguida, y agarró con fuerza el pelo de Derek, abriendo las piernas para darle más espacio para maniobrar. El hombre lobo en seguida tuvo el dedo completamente dentro, y gimió al sentir las paredes cálidas rodeándole.

- Más – gruñó Stiles, sin parar de besarle.

Derek no respondió. No podía hacerlo, porque no podía formar palabras ahora mismo. Sacó el dedo para volver a meterlo en seguida, esta vez acompañado por otro. Y los dos entraron hasta el fondo a la primera, arrancando un jadeo de placer en Stiles.

- Dios, Derek...

- Stiles – su voz era imposiblemente ronca, sonando como papel de lija contra su garganta.

De pronto no le pareció suficiente tocar su cuerpo de aquel modo tan íntimo. También tenía que verlo.

Incorporándose un poco, sin sacar del todo los dedos, echó un vistazo al cuerpo que estaba abriendo. El ano estaba mucho más dilatado, brillante por los restos de lubricante, y recibía sus dedos con facilidad. Derek se mordió el labio, excitado ante aquella visión, y comenzó a mover los dedos con pericia, separando las paredes y buscando ese punto que hiciera gritar a Stiles. Y todo el tiempo que lo hizo, Stiles no apartó un segundo sus ojos de los suyos, consiguiendo que el deseo de Derek llegara a proporciones épicas.

Cuando por fin alcanzó la próstata, Stiles gritó al tiempo que su espalda se levantaba, formando un arco perfecto en la cama. Derek no paró entonces, rozando con los dedos ese punto en concreto y disfrutando con la visión de Stiles bajo él, jadeando y agarrando las sábanas con fuerza, al estar el cuerpo de Derek demasiado lejos de él como para poder tocarlo. Y cuando fueron tres los dedos que metió, empezó a balbucear con desesperación.

- Derek... Por Dios, hazlo ya. Necesito que... Joder, no puedo más...

- Un poco más – gruñó Derek, intentando mantener el ritmo – No quiero hacerte daño.

- Y no lo harás – gritó cuando Derek volvió a rozar su próstata. Apenas se recuperó de la descarga, se incorporó en la cama y fue él mismo quien apartó la mano del Beta – Te lo juro por Dios, Derek – casi rugió – Como no me folles ahora mismo, te juro que me marcho y me busco a otro para que lo haga.

La respuesta de Stiles, que fue dicha sin pensar y más fruto de la excitación que de las neuronas; consiguió una reacción más que directa por parte del hombre lobo. Derek sabía que no hablaba en serio. Sabía que sólo lo había dicho para provocarle y que probablemente ni siquiera había sido consciente de lo que estaba diciendo... Pero fue imaginarse a Stiles con otro, haciéndole lo que ahora le estaba haciendo e incluso más, y salió a la luz su vena más posesiva.

Le besó con fuerza, casi con rabia, dándole pequeños mordiscos a la altura del cuello y de la garganta. Queriendo marcarle, aunque fuera con dientes humanos, para que no hubiera duda de que ese humano era suyo y nadie más podría tocarle.

Cuando estuvo satisfecho con el resultado, pese a que apenas le dio tiempo a Stiles para reaccionar ante su ataque, cogió la caja de preservativos.

Sin embargo, cuando ya tenía uno fuera, se quedó parado. Stiles seguía tumbado, respirando entrecortadamente y agarrando las sábanas con fuerza en un vano intento por mantener el control y esperar a que Derek diera el siguiente paso. Su miembro, duro contra el estómago, dejaba escapar unas gotas de semen, y el olor a sexo le llegó claro y fuerte.

Y las ganas de que ese olor fuera correspondido con el suyo, pudiendo marcarle por dentro tanto como ya había hecho por fuera, eran demasiadas.

- No te lo pongas – dijo entonces Stiles. Su voz seguía siendo grave, pero al menos se le oía seguro – Sé que no quieres.

Derek no supo qué responder.

Una parte de él no quería ponerse el preservativo... Pero no dejaba de ser la primera vez de Stiles, y era él quien debería decidir.

- No importa – replicó Derek, llevándose el envoltorio a la boca para abrirlo con los dientes. Sus manos habían empezado a acariciar las piernas de Stiles, y no quería soltarlas hasta que no fuera estrictamente necesario.

Pero antes de que pudiera abrir el paquete, Stiles se incorporó en la cama y fue él mismo quien se lo apartó de la boca. Y cuando Derek le miró con las cejas bien levantadas, sonrió antes de besarle.

- No pongas esa cara. No es que vayas a contagiarme con nada, teniendo inmunidad de hombre lobo – se encogió de hombros – Y yo tampoco puedo con eso de que nunca he estado con nadie.

- Puede ser incómodo, siendo tu primera vez – musitó el Beta, un tanto avergonzado.

- Siento decirte que algo incómodo va a ser, tanto si usas el preservativo como si no – rió pese a que se percibía algo de nerviosismo por parte del adolescente – Pero si no lo usas, al menos podrás marcarme como intuyo que quieres hacer – el sonrojo de Derek, que llegó en seguida, consiguió que Stiles sonriera al tiempo que le entraban ganas de llorar. Seguía resultándole sobrecogedor cuando Derek, con diferencia la persona más fuerte que conocía; también fuera una de las más tiernas y dulces – Y si te soy sincero, yo también quiero que lo hagas.

Derek aguantó la respiración durante unos segundos. Sus labios temblaron y los ojos se le cubrieron de una película acuosa, luchando por no echarse a llorar.

- Stiles...

Pero las dudas desaparecieron en ese mismo instante.

Tiró el preservativo a la cama, sin importarle dónde cayera, ansioso por abrazar a la única persona que le había hecho sentir tanto.

Stiles se encontró con él a medio camino y, fundiéndose en un abrazo, se besaron con ansias e incapaz de dejar las manos quietas. Tan pronto Derek abrazaba su espalda como Stiles agarraba los hombros musculosos del Beta, deseando dejar grabadas sus huellas en la piel. Mientras Derek llevaba una mano hasta el trasero de Stiles y le tumbaba él mismo en la cama; Stiles se dejaba hacer y enredaba una mano en el pelo azabache, gimiendo al notar todo el cuerpo de Derek sobre el suyo.

Y cuando supo que ya no podrían aguantar más, Derek se incorporó lo justo para prepararse. Cogió el bote de lubricante y preparó su miembro más que hinchado, distribuyéndolo por toda la superficie y sin parar de besar cualquier rincón de piel de Stiles a la que pudiera llegar: su hombro, su cuello, su pecho, sus labios y su frente. Incluso le dio un último beso en la nariz que consiguió arrancar una carcajada al adolescente.

- De acuerdo, de acuerdo. Ya lo he captado – rió Stiles, dándole un beso más profundo en los labios – Me adoras.

- Más que eso – susurró Derek, agarrando su propio miembro para guiarlo hasta el cuerpo de Stiles – Mucho más que eso.

Terminó de hablar y, aguantando la respiración, empezó a entrar en él. Muy lentamente, pero sin pausa, deseando que el momento más doloroso terminara pronto. Y cuando notó el quejido de dolor de Stiles, le besó con ternura, odiando ser él quien le estuviera causando dolor... Por mucho que supiera que pronto todo cambiaría.

No tuvo muy claro cuánto tiempo estuvo así, enterrado en aquel cuerpo cálido y luchando por no empezar a embestir. Sólo fue consciente de que de pronto Stiles respondió con más fuerza a sus besos, al tiempo que el agarre de sus manos en el pelo se hizo más férreo... Señal de que el dolor ya había desaparecido.

Por si acaso, Derek se incorporó para poder mirarle a los ojos. Y cuando Stiles le miró con sus ojos marrones muy abiertos y llenos de deseo, no dio marcha atrás.

Salió un poco de él y le llenó de nuevo, apenas sin fuerza, pero lo justo para volver a experimentar la sensación de enterrarse en él. De llenarle y ser uno solo. Por fin.

Bajo él, Stiles gimió llevando una pierna hasta la cintura de Derek, buscando que le llenara todo lo posible.

- Stiles... - jadeó sin parar de mover sus caderas, dejando que todos los poros de su cuerpo se inundaran con ese olor a pasión, deseo y posesión. Y cuando Stiles respondió con otro jadeo a su llamada, llevando una mano hasta su trasero para apretarlo con fuerza, empezó a dar más fuerza a sus embestidas.

Los jadeos de Stiles, cada vez más agudos, se acompasaron en seguida con las penetraciones de Derek. Pero antes de que el hombre lobo hubiera podido dar más rapidez a sus movimientos, y muchísimo antes de lo que ninguno de los dos hubiera esperado, Stiles llegó al orgasmo.

No pudo evitarlo.

La sensación de tener a Derek dentro de él, que no era precisamente pequeño, llenándole y calentándole de aquel modo tan intenso, y que además alcanzaba de lleno su próstata con cada embestida; fue demasiado para su cuerpo recién desvirgado.

Soltó un gemido de placer en cuanto empezó a eyacular, pero al segundo le siguió un sonido de frustración.

- Dios, lo siento – susurró Stiles cuando consiguió recuperar el habla – Lo siento muchísimo. Lo siento.

Su boca era lo único que se movía, pues la descarga del orgasmo le había dejado atontado. Tumbado en la cama, intentó no mirar a Derek, quien seguía encima y dentro de él. Sobre todo cuando él también se paró al comprender lo que había pasado.

- Lo siento muchísimo – murmuró una última vez, avergonzado y a punto de echarse a llorar.

- Eh. No pasa nada – susurró Derek en voz queda, sorprendido por lo disgustado que parecía estar Stiles – Esa era la idea de todo esto ¿no?

- Pero no así – luchó por alejar las lágrimas, parpadeando rápidamente – No tan pronto y... No te he dado tiempo a nada.

- Shhh – le besó quedamente en los labios, obligándole a mirarle cuando Stiles giró el cuello para que no le viera – No te preocupes.

El chico por fin sacó el valor para mirarle a los ojos, y le sorprendió encontrar a Derek sonriendo.

- Lo siento muchísimo, Derek. No tenía que haber sido así...

- ¿Por qué no? – preguntó en un susurro antes de besarle de nuevo - ¿No te ha gustado?

- ¿Qué? Claro que sí pero... Tú no... - se sonrojó de pronto – No has podido hacer nada.

- ¿Cómo que no? – alzó una ceja, curioso – Sigo dentro de ti – y para recalcar esa idea, movió las caderas lo justo para que Stiles sintiera su miembro más que duro. Y cuando Stiles jadeó ante la sensación, su sonrisa se hizo más amplia - ¿Piensas que no me gusta estar dentro de ti? – no le dio tiempo a responder, y tampoco dejó de moverse - ¿Que no me vuelve loco sentir tu cuerpo, rodeándome de esta manera? ¿Notar tu calor? ¿Tu olor? – Sin aumentar la velocidad o la fuerza de sus penetraciones, pues aún era demasiado pronto para el chico, siguió moviéndose al tiempo que le besaba en labios y cuello - ¿O tal vez pensabas que ya iba a salir de ti?

- No... - Stiles respondió entre jadeos - Pero...

- Antes has dicho que querías que te marcara – gimió en su oído, siendo cada vez más difícil mantener el control y el ritmo de sus penetraciones. Por fortuna Stiles ya se había recuperado del todo del orgasmo, y comenzaba a ser más receptivo ante las embestidas de Derek. O eso parecían indicar sus propios gemidos y el hecho de que empezara a removerse bajo él, pidiendo más – Y no pienso salir de ti hasta haberlo hecho... Al menos una vez.

- Derek...

El jadeo de Stiles fue más agudo y vino acompañado por una sacudida del miembro de chico, que volvía a llenarse.

Más que satisfecho, Derek comenzó a dar más fuerza a sus penetraciones, separando un poco más las piernas de su amante para hundirse del todo en el cálido cuerpo que había bajo él. Un par de roces a su próstata arrancaron un grito de placer a Stiles, y ya no pudo parar.

Cada vez más rápido, sus caderas no dejaron de moverse al tiempo que sus ojos se llenaban de la imagen de Stiles, con la boca abierta y su cuerpo empapado en sudor; al tiempo que su nariz se llenaba del aroma de aquel chico que era suyo. Sólo suyo.

De pronto sintió que llegaba al punto de no retorno.

- Stiles... - gimió sin pensar, desesperado por darle un último aviso en caso de que no quisiera que se corriera dentro de él.

- Hazlo – llevó una mano hasta el hombro de Derek, y clavó sus uñas en él cuando Derek embistió aun con más fuerza – Lléname. Márcame.

Y Derek lo hizo.

Gimiendo de placer, casi con un punto de dolor, alcanzó la cresta del orgasmo y empezó a eyacular. Y al hacerlo, sintió que el ano de Stiles se contraía al haber alcanzado él su segundo orgasmo. Y con cada gota que se escapaba de su cuerpo para llenar el de Stiles, se sintió más completo de lo que jamás había llegado a estar.

Aun estaba en medio del clímax cuando le resultó imposible no besar a Stiles. Con las pocas fuerzas que le quedaban, agarró la espalda de Stiles y le pegó a su cuerpo para tenerle lo más cerca posible. Buscó su boca y devoró sus labios mientras seguía eyaculando, notando cómo cada jadeo de Stiles, cada vez que expulsaba un nuevo chorro de semen y le llenaba, iba directamente a su propia boca.

No tuvo muy claro cuanto tiempo duró el orgasmo. Sólo supo que duró lo mismo que el de Stiles, pues ambos se relajaron casi a la vez; y que fue con diferencia el más intenso de toda su vida. Cuando abrió los ojos, dándose cuenta en ese momento que los había cerrado, se sintió un tanto mareado hasta el punto de tener que tumbarse. Pero apenas fue consciente de que estaba aplastando a Stiles, todavía bajo él, hizo un esfuerzo por apartarse.

- Tranquilo – murmuró Stiles en cuanto notó que se movía – Estoy bien.

- No debes estar cómodo – dijo con voz pastosa, todavía agotado por el esfuerzo, y más que relajado tras el orgasmo.

- Pfff – protestó al tiempo que llevaba una mano al pelo de Derek y la otra a su espalda – Todavía estás dentro de mí. Ahora mismo estoy en la gloria.

Derek no supo qué responder a aquello.

Aunque no había mucho que pudiera decir.

Por ello apoyó la cabeza en el hombro de Stiles, increíblemente cómodo, y dejó que el tacto de sus dedos le llevara directo al mundo de los sueños.

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