-¡Hijo de puta! Me dolió- exclamé luego de que al hacerme entrar el detective generara que me golpeara fuertemente la cabeza contra el marco de la ventana
- Si me hubieras hecho caso, y no hubieras intentado huir, esto no hubiera pasado
- Me duele
-No exageres, es apenas un golpe
-¿Quién mierda te dejo ser detective?- susurre mientras buscaba en mi cabeza un invisible para quitarme las esposas sin que se diera cuenta. Con la otra mano me tocaba la herida para disimular
-Te he oído, a ver, déjame mirarte eso- dijo y se acercó lentamente a donde estaba- Siéntate ahí
-¿No vas a entregarme?- Pregunte extrañada.
-Claro que sí, solo quiero asegurarme que estés bien antes de avisar a comisaria que te he atrapado y que te llevo para allá.
Tenía que buscar la forma de salir de aquí. No pensaba dejar que me arrestase, así que se me tendría que ocurrir algo rápido.
- Es un poco de sangre pero no vas a necesitar puntos ni nada. Déjame buscar un botiquín para poder limpiarte
_ Está en el ultima cajón a la derecha
_ ¿Cómo sabes?
_ Wilson siempre fue el abogado de la familia y de la empresa. Me conoce desde que nací y pase gran parte de mi tiempo aquí jugando, estudiando o simplemente ayudándolo. Se podría decir que es una especie de tío para mí
_ Bien, aquí esta. Voy a aplicarte un poco de antiséptico y luego a cubrirte la herida con un poco de gasa- dijo mientras inspeccionaba lo que tenía dentro el botiquín- Aviso que esto va a dolerte
-Límpialo no voy a quejarme.
Despacio vertió un poco de líquido en un algodón y con cuidado empezó a limpiarme. Bajó la vista un poco para ver si estaba bien y al instante volvió a subirla para concentrase en la herida.
No le llevo mucho tiempo limpiarla para después vendarme. Como había dicho, apenas había sido un rasguño y no hacía falta suturar ni nada.
-Listo- dijo, pero dejo unos momentos más su mano en mi cabeza
-Gracias- le conteste con una sonrisa algo fingida.
-De nada- dijo mientras se paraba y se alejaba.
Ahora sería el momento perfecto para escapar, la ventana aún seguía abierta, y el detective estaba...
-¿Qué haces revisando mi cartera?
-Exactamente eso, revisar.
-Eso es ilegal.
-No si pertenece a alguien peligroso
¿Peligrosa? ¿Peligrosa yo? Bueno si me agarraba de muy mal humor durante mi periodo, quizás le clavaria una lapicera... pero de ahí al modo que él quería dejar entrever nunca.
-¿Piper Matthews?- pregunto sacándome de mis pensamientos- Si no supiera quien eres me lo creería. Esto es perfecto.
Sonreí, ilícito o no podía apreciar la belleza que tenía.
Como recordando quien era, sacudió su cabeza y agregó.
-¿Sabes que es ilegal comprar documentos falsos, no?
-No los he comprado.
Me miro como diciendo "más te vale decirme la verdad", y eso hice.
-Los hice yo- la mirada de asombro en su rostro no tenía precio- ¿Qué? ¿Creías que porque era una chica rica no haría cosas así?
-No, creía, por tu expediente, que no habías cometido ningún delito previo al asesinato de tu padre.
-Primero, yo no asesine a Grigory. Segundo, he roto varias veces la ley sin que me atrapen. Todo tipo de documentos falsos, carreras de coches, violación y destrucción a la propiedad privada...
-¿Y te parece prudente contarme todas esas cosas a mí?
-Si vas a detenerme que al menos sea por algo que si haya hecho.
-¿No pretendes que me crea que no asesinaste a tu padre, no?
-La verdad es que sí- respondí y me acerque a donde estaba. Llevaba varios minutos tranquilamente recostado sobre un archivero de madera bastante moderno. Podía fingir que no había bajado la guardia conmigo pero si lo había hecho, sino ya hubiera al menos llamado a su Capitán para avisar que me tenía.
-Un juez te encontró culpable- recalcó.
-Si leíste mi expediente eso es porque yo dije haberlo hecho, por recomendación del abogado, al no encontrar ninguna otra salida creyendo que reduciría mi sentencia.
-Pues no funcionó.
-¿Enserio? No lo había notado- pronuncié con sarcasmo
-A lo que me refería es que en lugar de bajarte años por confesar, como suele pasar, te pusieron la pena máxima, y te condenaron a cumplirla sin la posibilidad de salir antes de estar terminada.
-Justamente por eso me escape, cree lo que quieras pero yo soy inocente, al menos por este crimen, y alguien se tomó demasiadas molestias para inculparme.
-Y por eso estas aquí, intentas averiguar quién fue...
-Suponiendo que esta historieta tuya sea cierta- agregó
-Y lo es, y si por eso estoy aquí.
-¿Pudiste averiguas algo?- preguntó curioso.
-Nada, llegaste justo- mentí. La verdad es que si había recopilado un par de datos interesantes, pero él no necesitaba saberlo.
Era cierto que este detective era de algún modo agradable a la vez que un grano en el culo, pero no pensaba confiar en él por el momento. Era pronto, no importaba que tan atractivo era. Que a decir verdad era mucho. Quizá demasiado.
Cuando nos habíamos cruzado en el cementerio había podido apreciar que era joven y guapo, pero ahora de cerca, a tan solo dos pasos de distancia era deslumbrante.
Era relativamente alto- al menos para mí que media un poco más de metro cincuenta- debía medir 1.78 aproximadamente. Tenía el pelo negro y largo, aunque lo llevaba atado e un rodete que pedía a gritos que lo desataran y unos ojos marrones totalmente cautivadores. Y vestía de un modo elegante y rebelde que era totalmente irresistible.
-¿Qué haces?- pregunto con la voz un poco cortada.
-Te observo.
-Ya, lo he notado. Pregunto porque.
-Solo quería recordar algo bonito cuando estuviera de vuelta en esa celda inmunda- conteste, y él se inclinó levemente hacia delante.
Apostaba a que no se había dado cuenta que lo había hecho, pero esa era la señal que necesitaba para saber cómo salir que aquí. Hacía rato tenía las esposas listas para soltarse esperando la oportunidad precisa.
Acorte toda distancia que hubiera entre nosotros y lo bese. Primero despacio y tímidamente esperando que respondiera, y luego cuando lo hizo, con pasión e intensidad. Paso su lengua por mi labio inferior pidiendo permiso y cuando la abrí no dudo en besarme profundamente y con deseo. Ya estábamos pegados el uno contra el otro pero cuando quiso acercarnos más no pudo y cortó el beso de golpe.
-¿Pero qué demonios?- dijo y observo que estaba esposado a una de las manillas del archivero.
-Lo siento, pero no pienso dejar que vuelvan a encerrarme.
-Suéltame o juro que lo lamentaras.- me amenazó.
-No hay nada peor que la cárcel, puedo asegurártelo- le conteste mientras iba recogiendo mis cosas para irme.
Estaba por salir cuando su chaqueta, que estaba sobre una de las sillas, llamó mi atención. Rebusque en sus bolsillos y encontré su billetera.
-Shane Tudor- leí- ¿Shane? Seguro que si lo estudió bien es falso. Apostaría a que en realidad es Shannon.
-Suelta eso y libérame de aquí- gruño a la vez que se movía intentando alcanzarme.
-Voy a dejarlo, pero me llevo esto- le indique mientras sacaba unos cuantos billetes de su cartera- Y tu abrigo, tiene que hacer frío ya y culpa tuya se me ha manchado un poco el vestido blanco. Prometo devolverlo.
Ahora sí ya podía irme. Mire a Shane, de cierto modo se veía amenazador y tierno ahí esposado y no pude evitar acercarme para besarlo una vez más. Estaba siendo idiota, lo sabía pero, ¡qué bien besaba este hombre!
Apenas me tuvo a su alcance me pego contra su pecho con aire furioso pero cuando nos miramos a los ojos ambos nos olvidamos de todo y volvimos a besarnos.
Me separe antes de perder completamente la razón.
-Aquí está la llave de las esposas- le mostré mientras las levantaba de la repisa de la ventana donde él antes las había dejado tras esposarme- Las dejare en esta esquina de la mesa, no están lejos así que como mucho en diez minutos estarás libre. Menos si las mueves con tu mente.
_ Ahh y también me llevo tu celular. No quiero que llames a la policía por refuerzos para que me atrapen. Y no te esfuerces en rastrearlo tampoco, antes de que lo hagas yo ya me habré desecho de él.
- Eres una cría y puedes apostar lo que quieras que una vez me quite...
-Nos vemos Shannon- lo interrumpí despidiéndome.