—Sólo tengo una pregunta —respondí después de un rato.
—Pregunta. Yo responderé todas tus inquietudes, puedes sentirte tranquila —responde Ross, con aires de tranquilidad. Se cruza de brazos y me mira enarcando sus cejas.
—Diré que estoy tranquila —me enderecé en el asiento y después suspire para mirarlo fijamente, él hizo lo mismo y enarcó una de sus cejas —. ¿Qué pasaría si digo que lo haremos? —preguntó interesada.
—Ah, eso —él ríe a carcajadas —. Creí que sería algo importante.
—Capitán Risas —digo con sarcasmo, consigo que su ceño se frunza —. Para mí es muy importante, tengo qué saber que es lo que podríamos hacer.
—Podría decirse que sólo haremos tres cosas, que son importantes nada más —responde rodando los ojos —. Para que mi madre no te reconozca bien, te haremos un cambio de look. Algo en el cabello, y comprar algo de ropa. También alguien tendrá que enseñarte a comportarte cómo una dama.
—¿Dices que no soy una dama? —preguntó con la voz fuerte.
—Laura, mi madre es muy estricta. Ella se da cuenta de todo, y ella busca a una dama, a alguien que sea del nivel de la familia Lynch.
—¿Nivel de la familia Lynch? —preguntó enarcando una ceja —. ¿Maia tiene ese nivel?
—Sé que suena realmente tonto, pero así es mi vida —Ross levanta los hombros con despreocupación —. Ahora, ¿Podrías darme una respuesta concisa?
—Primero, quiero tener algo bien en claro.
—Dilo —pide Ross fastidiado.
—¿Qué me dirías si te llegó a decir que no? —preguntó. Porque realmente quiero saber qué es lo que me dirá.
—Bueno... —Ross rasca su nuca pensativo —, Maia tendrá más dinero del que ya tiene hasta ahora. Y... Yo sería infeliz, viviendo con una chica cómo ella.
—¡Ross Lynch sería infeliz! ¡Qué terrible! —respondo de modo dramático, fingiendo estar muy triste por él.
—Vaya, cuánta sinceridad —rueda los ojos.
—Lo siento. Lo que pasa es que realmente no entiendo tus puntos, porque... ¿En qué me afecta todo eso a mí?
—Claramente no te afecta en nada —responde de modo obvio —. Pero creo que no estaría nada mal recordarte que te pagaría por todo esto.
—Mm...
—¿Ahora me darás una respuesta clara? O, ¿Tienes aún más dudas? Porque con sinceridad te diré que esto de responder cada cosa, me está cansando.
—¿Cómo llevaríamos a cabo el plan? —preguntó y él rueda sus ojos —. No te enojes, pero quiero tener todo bien claro antes de dar una respuesta.
—Con tantas preguntas, espero que sea una respuesta afirmativa —me fulmina con la mirada y yo le sacó la lengua, enojada —. Lo único que tendríamos que hacer es actuar como novios en el colegio, pero cuando estemos en público. Me refiero a que no estaremos actuando cómo pareja durante todo el día.
—Entiendo. Déjame pensarlo por un rato, y te respondo.
—Bien. Mientras tanto terminaré mi vaso, porque con tanta palabrería me quedé seco.
Mm... ¿En serio aceptaría ser la novia de Ross por dinero? Porque si pienso bien las cosas, sólo lo haríamos estando en el colegio, y sería sólo en público. Creo que me conviene. Ross es lindo, es engreído, pero puede llegar a ser amoroso. Además... ¿Quién debería casarse con alguien a quien no ama? Nadie. Eso es algo muy feo, supongo que ayudarlo sería algo bastante positivo.
—Ya tengo una respuesta.
—Dila. En serio, no puedo esperar más —me mira fijamente, atento, esperando mi respuesta.
—Me dí cuenta de que fingir ser novios, no sería algo tan malo. Así que aceptó.
—¡Genial, gracias! —responde Ross, sin sonar tan animado, pero tampoco tan serio —. Dejemos en claro esto: "El que se enamora pierde".
—¿A qué te refieres con esa frase? —preguntó confundida.
—Con esa frase, estoy dejando en claro que no haremos esto por gusto, que simplemente lo estamos haciendo para ayudarnos, de algún modo.
—Sí, estoy de acuerdo.
—Comencemos con esto.
Ross me toma de la mano, y lo primero que hacemos es ir a la peluquería. Al entrar, Ross habla con la peluquera, es alta y de cabello castaño oscuro. Le está diciendo que quiere que me haga algo más moderno, algo que haga que "brille más", yo sólo los observó.
Después de un rato la peluquera que se llama Taylor, me sienta en la silla giratoria. En ese momento comienza un proceso, en el que lava mi cabello y luego pone algo de tintura rubia por algunas zonas, es algo relajante. Veo cómo corta un poco, y después me empieza a peinar. Corta mi cabello en capas, se siente bien.
Pasa una media hora, o tal vez más. Y después me deja verme en el espejo, al sacar la toalla de mi cabeza.
—Te ves hermosa, ahora tú cara brilla más —me dice Ross.
—Lo importante aquí, es la opinión de ella —opina Taylor —. ¿Qué dices, te gusta? —pregunta mirándome fijamente.
Me veo en el espejo y no puedo dejar de verme, en serio, estoy sorprendida. Mi cabello que antes era bastante largo, ahora es un poco más corto. Ya no es sólo negro, ahora es castaño claro y tiene algunos reflejos de color rubio, se ve grandioso, mi cara se ve más viva, es algo... ¡Asombroso!
—Me fascina —respondo animada.
—¡Lo sabía! —exclama Ross con una sonrisa llena de satisfacción.
Después de pagar la peluquería, Ross y yo vamos a Ripley. Comienza a ver vestidos. Saca uno negro largo con mangas de puntos, uno rojo largo, que tiene una cinta en medio. Y uno rosado, color piel, que también tiene mangas de puntos. Después va al lugar de los jeans, saca cuatro. Dos de ellos son azules, y dos negros. Luego saca unas cuatro faldas, de distintos materiales. Después de todo eso, dejé de contar, porque él estaba viendo ropa fina, ropa que había visto en otras chicas. Yo sólo tuve que darle mi talla, nada más.
—Estamos listos —responde después de un largo rato.
—¿Y no compraremos nada a mi gusto? —preguntó.
—¿No te basta con toda esa ropa? —pregunta ofendido.
—En realidad, me gustaría tener botas, odio los zapatos planos —respondo con sinceridad —. Pero tienes razón, gastaste demasiado, lo agradezco mucho.
—Ahora compraremos algo a tú gusto. Después de todo, tienes razón.
—No, ya no quiero. Gracias.
—Pero dijiste que...
—Ahora digo que no quiero.
—Laura... —dice en tono retador.
—Ross, gastaste mucho. Puedo ver que tienes más de tres bolsas, diría que son nueve o más.
—Pero tengo dinero cómo para comprarte incluso la Luna, si fuese necesario —responde irritado —. ¡Así que saca un par de botas!
—¡No quiero ser oportunista!
—¡Si tienes la oportunidad de gastar, deberías aprovecharla!
Los dos seguimos gritando hasta que una vendedora de edad se acerca a retarnos, diciendo que estamos llamando la atención, luego nos dice que si no compraremos nada más, nos retiremos. Ella se va, y Ross y yo nos fulminamos con la mirada.
¡Hola! Primero que nada, quiero pedirle perdón a las que les molestó eso que publiqué con datos sobre mí y algunas preguntas con respuestas. En realidad no sé si a alguien le molestó, pero cómo me etiquetaron dos veces, quise cumplir. Y gracias a las que se rieron con el pequeño pedazo de novela que puse con esas respuestas, jaja, yo me reí escribiéndolo, ¡Ross celoso de Olaf! Soy genial, lo sé, jaja. Bueno... Volviendo con la historia, Laura finalmente decidió aceptar la propuesta de Ross.
Las fotos que pueden ver de Laura, serían cómo el "Antes y después", quise ponerlas porque me pareció buena idea. El vestido negro y el rosa color piel, son de verdad, los tengo en mi armario, jaja. En fin... ¡Ya tuvieron otra discusión! ¿Será que Ross le compra las botas o ya no? Jaja, nuestros peleadores...
Les dije que subiría un capítulo, y cumplí. Nos leemos pronto. Creo que la próxima novela que actualizaré será: "Confusiones y peligros", porque la tengo bastante abandonada, jeje...