Narra Justine
En un campus tan inmenso como Peyton College es imposible coincidir con alguien, pero a veces tengo golpes de suerte. Me encontraba en la biblioteca en busca de unos libros de ciencias naturales. Como se me era imposible encontrarlos por mi cuenta, acudí con la secretaria del mostrador.
—Ehmm... —murmuré. La secretaria estaba escribiendo a toda velocidad en el ordenador.
—¿Sí? —dijo al subir la mirada.
—Busco unos libros de ciencias naturales y-
Por el rabillo de mi ojo vi una figura un poco familiar. Era Scott. Al fin a menos de un metro de mí.
—Señorita... —interrumpió la secretaria.
—Ah, perdone, ya lo arreglé —mentí. Seguí a Scott, el cual se encaminaba a la salida de la biblioteca.
Caminé a su ritmo hasta quedar a la par de él. Me volteó a ver, esbozó una sonrisa de mala gana al ver que lo examinaba. Me paré en seco, pero el continuó su camino.
P.D: Edité un poco el capítulo 8, pero el concepto es el mismo.