Love Potion (Yaoi, Gay) [One...

Por MichixPalm

4.2K 317 119

El Magi quiere "pasarlo bien con Alibaba", por ello acepta una bebida extraña por parte de Yamuraiha, ¿qué oc... Más

One-Shot

4.2K 317 119
Por MichixPalm

Hola a todos! ^^
Vengo bastante contenta porque he logrado terminar mi primera historia de Magi, me gusta mucho este anime, así que me he animado a crearle un shot~
Personalmente ésta me parece una pareja muy tierna, así que intenté crear una historia bonita de estos dos ^^
¡espero que os guste!

-------------------------------------------------------------------------

Ya era la hora de la cena y Alibaba reía junto a Morgiana 《aunque ésta apenas esbozaba una sonrisa de cuando en cuando》, ambos escuchando las muchas historias que el Rey Sinbad les contaba sobre sus viajes, los primeros relatos fueron realmente emocionantes; pero parece que a mitad de su narración ya había bebido demasiado, y lo que contaba ahora MUCHO distaba de sus viajes a otros reinos vecinos.

- ¡... y entonces cuando le quité la ropa comencé a morder toooooda su piel! - sonreía el mayor de oreja a oreja- ¡Ja'far es TAN adorable cuando gime! ¡Sólo quiero hacerle llorar y que grite mi nombre una y otra vez! ¡¡Y por supuesto quiero llenarle hasta las entrañas con mi dulce de leche!!-

- E-eso no es necesario que nos lo cuente, Sinbad-san...- murmuró la chica ruborizada y escondiendo el rostro en sus manos- De verdad no es necesario...-

- Sinbad-san, ¿no crees que has bebido demasiado? - Alibaba intentaba que el pelimorado cambiara de tema- Sé que estamos en tu reino, pero... ¿tendrás tus responsabilidades y trabajos que atender, no?-

- ¡Para eso están mis generales! - alzó la copa antes de seguir bebiendo.

- Por supuesto que las tienes, Sin. - Ja'far había entrado al jardín justo a tiempo para arrebatarle la copa de vino- Ya es hora de que vayas a tus aposentos y te retires a descansar.-

- ¡Ja'faaaaar! - el Rey se puso en pie y le abrazó hasta estrujarle, Morgiana podía jurar haber oído más de un hueso partirse.

- Sin, ¡¿q-qué crees que estás haciendo?! - exclamó sonrojado e intentando liberarse.

- ¡Vamos ya a la cama, Ja'far, quiero oírte gemir el fantástico nombre de tu Rey! - lo cargó sobre su hombro como si el albino pesara lo mismo que una pluma y se perdió entre los pasillos.

Alibaba suspiró rascándose el cabello escuchando los gritos de auxilio de Ja'far, incluso detuvo a Morgiana, que iba a rescatarle al escuchar sus muchos '¡socorro, ayuda!'

- No creo que debas ir ahora...- murmuró el chico desviando la mirada- Sinbad-san se enfadará, sin duda.-

- Pero Ja'far-san está en apuros.-

- No, no lo creo. - se rascó la mejilla, los gritos del albino habían cesado, eso sólo podía significar una cosa: ya habían llegado a la habitación.

- Amh. - no necesitó más datos, se sentó de nuevo terminando su cena, tras un rato volvió a hablar- Alibaba-san, ¿dónde está Aladdin-san?-

- ¿Aladdin? - ladeó la cabeza- Ya es de noche, así que habrá terminado el entrenamiento de magia con Yamuraiha-san, quizá ya esté durmiendo.-

La chica asintió con la cabeza y terminó su cena en unos pocos mordiscos más; luego se puso en pie y se reverenció frente al otro.

- Me retiro a dormir: buenas noches, Alibaba-san.-

- Emh... ¿b-buenas noches? - una gota de sudor bajó por su cabeza ante la extrema formalidad de la pelirosa, se conocían desde hace un tiempo, pero sus modales no cambiaban.

Morgiana entonces se echó a andar rumbo a su habitación, aunque aún algo preocupada por los anteriores gritos de socorro de Ja'far. Dudó entre ir o no a rescatarle, se decidió por ir a sus aposentos siguiendo sus gritos, así, abrió un poco la puerta... la escena que allí pudo ver logró que se sonrojara por completo. Tras cerrar se dirigió rápidamente a su propia habitación, queriendo olvidar lo que acaba de ver, "eso es demasiado vergonzoso..."

--------------------

El príncipe rubio soltó un largo suspiro mirando las estrellas allá en el cielo, se dejó caer sobre la alfombra dejando sus manos tras su cabeza; bostezó amenazando con dormirse... pero sabía que no iba a poder dormir mucho esa noche, llevaba varios días sin saber nada del Magi a pesar de estar no sólo en el mismo reino, sino también en el mismo palacio.

- Haaa, pero esto es malditamente grande. - refunfuñó frunciendo el ceño- Y ambos estamos ocupados con nuestros entrenamientos...- chasqueó la lengua comprobando que de verdad quería verle.

Bueno, consideraba normal el querer verle, cada vez que sus miradas se cruzaban el peliazul sonreía de esa manera tan risueña. Él mismo sonrió un poco recordando la alegría de Aladdin, esa sonrisa... sí, esa sonrisa tan sincera era capaz de detener el mundo, y por ende, de sacudir por completo su mente.

Debía admitir que el Magi era, cuanto menos, adorable... MUY adorable incluso.

- ¿Pero qué demo...?- suspiró frotándose el cabello- ¿En qué estoy pensando? - se incorporó sacudiendo su ropa, dejó las manos a sus costados volviendo a mirar el bonito cielo estrellado- Haaa, realmente quiero verte...-

Asintió convencido, podría ir a su habitación simplemente a verle, no importaba si dormía 《lo más probable-, le bastaba con ir y saber que estaba allí, que estaba bien. Apenas dio el primer paso comenzó a temblar: "¿no es muy raro eso?"
Salió abruptamente de sus pensamientos recordando por enésima vez la brillante sonrisa de Aladdin, eso bastó para terminar de convencerse y seguir andando hasta su habitación. Le costó más de lo esperado llegar, no porque se hubiera perdido, en absoluto, sino porque a cada paso que iba dando sentía más y más nervios en su tembloroso cuerpo.

"¡No es tan raro, simplemente me preocupo y voy a verle! ¡Somos amigos, esto es lo normal!", se había gritado a sí mismo muchas veces, intentando inútilmente calmarse... cosa que no parecía funcionar, porque cuando logró entrar a la habitación de Aladdin, su cuerpo seguía temblando.

Enfocó la vista hasta poder mirar directamente la cama donde dormía el otro, o suponía que dormía, pero tras acercarse lo suficiente comprobó que la cama estaba vacía... la preocupación se hizo dueña de él en ese mismo instante.

- ¿Aladdin? - le llamó una y otra vez rebuscando por toda su habitación, pero ni rastro del pequeño.

Su angustia sólo consiguió crecer al no verle, salió corriendo del cuarto y mantuvo su carrera yendo directamente a la habitación de Sinbad, lo 1º sería informar al Rey de Syndria de que el Magi había desaparecido.

- Aaah... S-siiin...-

El sudor frío le invadió la espalda escuchando la voz jadeante que se dejaba oír tras la puerta; como un rápido flashback vino a él la escena anterior entre el Rey y su General. Intentaba pensar en qué hacer, pero los gemidos seguían oyéndose y ahora habían logrado hacerle sonrojar, giró el rostro con la mano en su boca.

- Es que ni loco entro ahora a avisarles. - murmuró bastante avergonzado y pensando en alguna manera de...

- S-siin... n-no pued... aaaaah, n-no h-hagas esooo...-

- Pero te encanta que lo haga, Ja'far.-

- E-eso nooo... aaaah...-

- Yo aquí no puedo concentrarme. - con su rostro tan rojo como un tomate, Alibaba se alejó de la habitación, dándole intimidad a la pareja.

Sus pies le guiaron hacia su cuarto, seguía pensando en qué hacer, quizá Aladdin seguía entrenando con la hechicera, o puede que hubiera ido a dormir a otro sitio, quizá se había topado con alguien y estaba hablando, o...

- Haa, ¡¿dónde estás, maldición?! - se tiró del cabello y respiró intentando calmarse.

El plan se creó en su cabeza: coger su espada y salir a registrar toda Syndria de arriba abajo, conocía la ingenuidad del Magi, con un simple '¿quieres sandías? Ven, que te daré unas pocas' bastaba para engañarle; ahora su rostro palideció imaginando algún viejo pervertido riendo mientras engatusaba al pequeño para hacerle cosas no muy inocentes.

- Es que ni de broma. - notablemente enfadado entró en su habitación, dispuesto a incendiar la casa de ese viejo con las llamas de su djinn (si es que de verdad existía tal persona).

Sus ojos se abrieron como platos viendo a Aladdin sentado en su cama con las piernas cruzadas sobre la misma.
- ¿A-Aladdin? - hasta su voz sonaba asombrada.

- Alibaba-kun, buenas noches. - sonrió ladeando su cabeza y con sus mejillas un tanto sonrojadas.

- ¡Aladdin! - corrió hacia él y le abrazó envuelto en lágrimas tras subirse a la cama.

- ¿Estás bien, Alibaba-kun?

El rubio asintió separándose, miró preocupado al menor, sonreía mientras se tambaleaba un poco; además que no paraba de reír de manera un tanto sospechosa.

- ¿Estás tú bien, Aladdin? - preguntó desconfiado.

Asintió con la cabeza bastante animado.

- One-san me dio una poción y mi cuerpo está calentito como el fuego...- decía- ¡Pero ahora que he visto a Alibaba-kun me siento incluso más caliente!-

- ¿Ha? - ladeó su cabeza sin entender apenas una palabra.

El peliazul se inclinó y tomó la mano del príncipe, la llevó sin vacilación a su entrepierna y la dejó allí.

- Esto está más grande y caliente ahora que de costumbre.-

El rostro del mayor ardió, incluso el vapor salió por sus orejas.

- ¿Qué cosa dices que te dio...?- preguntó apartando su mano de esa zona tan íntima.

- Alibaba-kun, se sentía bien ahí tu mano, por favor no la quites...- gateó hacia él dispuesto a sujetarle de nuevo.

- ¡E-espera! - le sujetó por los hombros impidiendo que se acercara- ¿Alguna pócima extraña? Mujer pervertida, ¿por qué razón querría darte una cosa como ésa?-

- Le dije a one-san que hoy vendría a hablar con Alibaba-kun, porque hace mucho tiempo que no le veía. - comenzó a explicar mirando al otro en todo momento- Entonces one-san me dio una bebida y me dijo 'con esto lo pasaréis muy bien'; y yo quiero pasarlo bien con Alibaba-kun, por eso la bebí. - sonrió de esa manera que le caracterizaba, provocando que el corazón del rubio se detuviera por unos segundos.

Alibaba se separó del otro quedando sentado al borde de la cama, se cruzó de brazos mientras ladeaba de un lado a otro la cabeza, buscando alguna solución a esto.

- Alibaba-kun, ¿no quieres divertirte? - le preguntó gateando hacia el mayor, el rostro de éste ardió con la expresión que le mostraba- Pensé que querrías pasarlo bien conmigo, ¿me equivoqué? - quedó arrodillado frente a él.

- N-no es eso...- Alibaba desvió rápidamente la mirada- P-pero aaagh, ¿qué hago ahora? - volvió a tirarse del cabello desesperado, debía admitir que la situación no le desagradaba en absoluto, y llegados a este punto...

- Alibaba-kun. - la dulce voz del Magi le sacó abruptamente de sus desbordados pensamientos, ¿en serio barajaba ESA posibilidad?- ¿Puedes tocarme de nuevo aquí, por favor? - sujetó nuevamente su muñeca con una sonrisa- D-de verdad se sintió bien...-

- P-p-p-pero...- balbuceó ya con su mano de nuevo sobre la entrepierna del peliazul.

- Hehe, se siente muy bien...- sonrió apoyando su cabeza en el brazo de Alibaba, se abrazó a él moviendo un poco su cuerpo, descubriendo que si se movía, se sentía incluso mejor- Alibaba-kun, ¿puedes mover un poco tu mano? Se siente mejor así...-

- ¿T-tú tienes idea de lo que quieres hacer, Aladdin?-

- ¿Eh? - le miró- Yo quiero pasarlo bien con Alibaba-kun. - sonrió ruborizado, y no sólo por el brebaje.

El rubio giró rápidamente el rostro, sin duda las llamas de Amon brillaban en sus mejillas, ¿qué tipo de situación era ésta? Todo el disciplinado entrenamiento que había recibido en su vida y las experiencias que había reunido con el paso de los años no le servían en absoluto en este momento.

Miró de reojo al otro... y se volvió a sonrojar al ver su rostro tan agitado mientras suspiraba en voz baja 《no dejaba de frotarse contra su mano》.

- Aladdin. - le llamó apartando las dudas de su cabeza.

- ¿Si? - aún apoyado en su brazo alzó la mirada- ¿Ocurre algo, Alibaba-kun?-

- Con sólo hacer eso no te aliviarás. - murmuró tapando su rostro con su otra mano.

- ¿Ah no?-

- No... así sólo te dolerá más y más con el tiempo.-

- Ya veo, entonces Alibaba-kun, ¿sabes cómo aliviarlo?-

- Sí...- asintió tragando saliva- N-no es muy difícil...-

- ¿Podrías entonces ayudarme? Debes tener razón porque empieza a dolerme un poco.-

El rubio soltó un muy largo suspiro, se armó de valor 《cosa que le hacía falta》 y sin vacilar se inclinó lo suficiente hacia el otro, lo suficiente como para poder besarle.

Movió poco sus labios dejando a su mano derecha colarse por entre el holgado pantalón del pequeño, sonrió sintiendo cómo se sobresaltaba; esa pequeña sorpresa hizo que el peliazul abriera un poco su boca, movimiento que bastó para que la inquieta lengua del príncipe se aventurara a explorarle.

Por inercia, suponía, su cuerpo acabó cayendo sobre el del Magi; se entretenía jugando con su lengua tan tímida y acariciando su entrepierna, ya directamente sobre su piel, sin telas de por medio tras apartar lo suficiente el molesto pantalón.

- Haaa... A-Alibaba-kun...- jadeó cuando el otro se separó de sus labios, aunque rápidamente se colgó de su cuello para volverle a besar, le había gustado ese contacto con el mayor.

Ese gesto sorprendió al rubio, aunque correspondió encantado el beso aun acariciando la erección que todavía tenía entre sus dedos 《muy posiblemente fuera la 1ª de Aladdin, por ello optó por hacerlo lo mejor que podía para garantizarle un buen recuerdo》; por supuesto que sus mejillas seguían ardiendo como farolillos de algún festival, pero eso no le hizo detenerse.

Tampoco es que fuera un experto en el tema, pero con 17 años 《a punto de cumplir los 18》 al menos sabía cómo solucionar el problema que personificaba una erección... debía agradecer los extraños discursos que daba el Rey de Syndria, gracias a ellos podía defenderse en este tema.

- E-espe- A-alibabaa-kun... a-algo v-va aa...-

- No te preocupes por eso y déjalo salir, así es como funciona, Aladdin. - murmuraba enterrando el rostro en su cuello.

Con curiosidad separó sus labios y mordisqueó un poco la piel del peliazul, luego deslizó su lengua por la misma, descubriendo lo suave que era; parpadeó confundido sintiendo el fuerte estremecimiento que tuvo el Magi segundos antes de acabar entre sus dedos.

Se separó un poco mirando su mano, ahora impregnada por esa sustancia blanca más que delatadora; se incorporó hasta terminar arrodillado entre las piernas del pequeño, la curiosidad le guió y lamió uno de sus dedos, degustando su curioso sabor.

- A-Alibaba-kun, ¿p-por qué lo estás lamiendo...?- su voz aun sonaba agitada e intentaba recuperar como fuera el aliento.

- Supongo que por curiosidad, simplemente quiero hacerlo. - respondió lamiendo el resto de su mano.

"¡¿Por qué razón me gusta tanto precisamente tomar ESTO?!", se preguntaba alarmado, pero sin poder parar de recoger todo resto de semen que quedase por su mano derecha.

Aladdin le observaba sin apartar su mirada un solo segundo, era bastante estimulante tener al que fuera príncipe de Balbadd en esa posición, se preguntaba si de verdad su dulce de leche 《o así lo llamaba Sinbad》 estaría tan bueno.

- N-ne, Alibaba-kun...-

- ¿Umh? - le miró relamiendo ahora la punta de su dedo índice.

"Yo también quiero", asintió convencido con la cabeza y se removió de donde estaba, se acercó al otro quitándole la ropa algo nervioso, aunque reía escuchando los monosílabos sorprendidos del rubio.

Su rostro se iluminó cuando consiguió colarse por las holgadas telas que solía llevar Alibaba, se acercó sintiendo sus manos en su cabello intentando apartarle.

- O-oye Aladdin, q-que eso no hace falta...-

Sin embargo decidió ignorarle y comenzó a lamer el músculo que se erguía entre sus piernas, sonrió escuchando el suspiro que el rubio soltó en consecuencia; se acomodó mejor acostándose boca abajo, sujetó su miembro con ambas manos y siguió lamiéndolo, lo asemejaba a algún dulce, así que lamía con calma la punta, lo mordía un poco y luego lo tragaba para después sacarlo y volverlo a lamer, aprovechando que su saliva lo mantenía bastante húmedo, deslizándose sin problema por sus labios.

- A-aalaaddin... p-paaraa...- su voz ya era jadeante, supo que era capaz de incluso echarse a llorar de puro placer ante la inesperada habilidad que tenía el pequeño para esto.

- ¿Por qué? - le miró besando su erección, sosteniéndola junto a su rostro- ¿Alibaba-kun, te molesta lo que hago? - preguntaba haciendo un leve puchero.

- P-por supuesto que no es eso...- suspiró- E-es que si sigues... n-no voy a poder aguantar...-

- Tú mismo dijiste que debes dejarlo salir, Alibaba-kun. - sonrió retomando sus lamidas por todo su miembro- Además... yo quiero probar el dulce de leche que tiene Alibaba-kun.-

- ¿H-haaa? - su voz sonó al principio sorprendida y luego se tornó en un gemido, Aladdin había engullido el músculo más sensible de toda su anatomía.

Se arqueó volviendo a gemir e inevitablemente estallando entre los labios del Magi, éste pareció no inmutarse y comenzó a tragar la sustancia que empezaba a inundar su boca.

Se separó tras unos segundos tosiendo un poco, se relamió los labios rescatando las gotas que no había podido tragar, confirmando que su sabor le agradaba.

- No tenías por qué llegar tan lejos, maldición...- Alibaba se desplomó en la cama llevando el dorso de su mano a la frente, sintiendo que todo su rostro ardía.

- Pero me gustó mucho hacerlo, Alibaba-kun. - gateó por su cuerpo y se acostó sobre él.

El rubio suspiró con una sonrisa, movió su mano y acarició con cariño su cabello, jugando luego con la larga trenza que tenía hecha. Aladdin sonrió acurrucándose en su pecho, escuchando el relajado latir de su corazón.

- No esperaba que fuese a pasar esto...- murmuraba el rubio aun jugando con el cabello del Magi- es decir, de todas las cosas: ¿esto? Parece una broma.-

- Alibaba-kun, ¿te ha molestado hacerlo? - le preguntaba Aladdin sin moverse de donde estaba, el mayor pudo sentir un leve temblor en su cuerpo.

- Me ha encantado hacerlo, Aladdin; y precisamente porque eres tú. - confesó desviando la mirada, de nuevo volvía a ruborizarse.

El peliazul se sonrojó escuchando las palabras de Alibaba y acabó por abrazarle, enterrando el rostro en su pecho; por lo general le encantaban los grandes pechos de las mujeres mejores dotadas... pero la calidez que sentía simplemente apoyado en el pecho del rubio no la había encontrado en ningún otro.

- Alibaba-kun... me gusta tu pecho...- murmuró ya medio dormido enterrando el rostro en las telas de su ropa.

- G-gracias... supongo...- sonrió volviendo a suspirar, intentando asimilar lo que había pasado entre ambos.

- Dormiré con Alibaba-kun... ¿puedo?-

- Claro que puedes, Aladdin.-

El pequeño sonrió y se acomodó mejor donde estaba, le bastaron un par de minutos para caer dormido; sería un Magi, pero su cuerpo era el de un niño, no pudo soportar tanto estímulo por parte no sólo de la bebida extraña, sino también por los habilidosos dedos del príncipe.

Éste le siguió en cuanto al sueño, no le costó mucho dormirse mientras abrazaba cálidamente al peliazul.

-------------------------------------

La mañana no tardó en llegar, y fue Morgiana la primera en despertar; pensó en dar una vuelta por el reino, algo curiosa por ver sus encantos.

Así que tras vestirse dejó su habitación y caminó por el palacio hasta los aposentos que tenía Alibaba, primero lo despertaría a él y luego irían juntos a por el Magi.

Grande fue su sorpresa cuando pudo olisquear los aromas de ambos chicos entremezclados a medida que se acercaba a la habitación, ¿habría ocurrido algo?

Esta vez más preocupada apuró un poco el paso hasta que abrió la puerta, se confundió al ver a Aladdin durmiendo acostado entre las piernas del rubio. Alibaba estaba sentado en la cama, con una mano acariciaba la cabecilla del menor y en la otra tenía un pergamino que leía sin mucho interés.

- Alibaba-san...-

- Oh, - apartó la vista del papel para ver a la chica- buenos días, Morgiana. - sonrió.

- ¿Está Aladdin-san bien?-

- Sólo un poco cansado, ha recibido mucho entrenamiento de Yamuraiha-san.-

- Ya veo...- la confusión no se iba, a pesar de que el peliazul estuviera ahora aferrado a la cintura del otro, eso no explicaba la mezcla de sus aromas.

- ¿Ocurre algo?-

- No, no es nada. - negó con la cabeza mirando la cama, sobre sus mantas podría ver alguna que otra mancha blanca, "¿leche? No huele a leche..."

- ¿Morgiana?-

Se sobresaltó con la voz de Alibaba, volvió a negar con la cabeza empezando a funcionar su mente; relacionó rápidamente los conceptos: dos chicos y manchas de supuesta leche. Su rostro ardió y se llevó las manos al mismo, "aquí también, igual que Sinbad-san y Ja'far-san"

- ¡Lo siento, de verdad lamento interrumpir! - se disculpaba una y otra vez mientras se reverenciaba.

- ¿Eh?- claro que el rubio no la entendía.

La chica se volvió a disculpar una vez más y dejó la habitación cerrando la puerta tras ella; logró calmarse tras caminar por varios pasillos, "tengo la sensación de que realmente interrumpo estos momentos"

--------------------------------------------------

Y hasta aquí llega el shot~
De verdad que Aladdin me parece TAN tierno, me encanta escribir su inocencia junto a Alibaba~ >w<

Morgiana a este paso se nos hará fujoshi, tiene suerte y ve a las parejitas por el palacio(?) y bueno, Sinbad es un rey pervertido, el cual estando borracho no se avergüenza de su habilidad en la cama(?? xD
como sea, espero que os haya gustado la historia,

chaao~ :3

Extra una foto de sinbad y ja'far

Tipico de mi :P
Palabras: 3576
Conenido historia: 3469 palabras
Hora: 2:30 am
Fecha: 01 marzo 2016
Bueno aqui me despido nos leemos pronto ba-bay ;)

Seguir leyendo

También te gustarán

15K 743 63
Ash y Gou: Un dúo inseparable que, sin darse cuenta, se enamoran el uno del otro. Tal vez haya una que otra pelea, pero podrán superar todo lo que in...
1.2K 90 13
•Bueno serán mini series del team 7 en escenarios distintos, espero que puedan pasar un rato agradable leyendo •Si no te gusta uno de los personajes...
3.4K 406 11
En un universo lleno de delirios y mal dormir, una joven escritora se dedica a escribir historias fantásticas y surrealistas de sus personajes favori...
444K 62.3K 42
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!