The Last Virgin Standing / Ti...

De Blakeisavampire

218K 11.6K 1.7K

Charlotte Summers es la última virgen en su escuela; una escuela donde tomar la virginidad es un deporte. El... Mai multe

Sobre la autora - The Last Virgin Standing by laughterandjynx
Capítulo 1. Mi manzana es verde, pero su envidia lo es más
Capítulo 2. Sé como Alice y acósame
Capítulo 3. ¡Boxers, Calzoncillos, y Oh-Mi-Biología!
Capítulo 4: Linguine y Luke el Desagradable
Capítulo 5: Un libro, Dos libros, Un chico, Tres chicos.
Capítulo 6: Bolas a la canaleta, Bolas de bolos y Bolas de Newton.
Capítulo 7: ¿Apunta a los desagradables clásicos y no a los pétalos de rosa?
Capítulo 8: Llévame al juego - Eso también funciona.
Capítulo 9: Cualquiera puede tener talento con las chicas
Capítulo 10: En Walmart puedes encontrar cosas exóticas
Capítulo 11: Humpty Dumpty
Capítulo 12: Comida Post-Sexo
Capítulo 13: Club de Fans de Luke: Parte de Uno
Capítulo 14: Cuatro por cuatro: Cuatro al cubo
Capítulo 15: Los condones son las nuevas cincuenta sombras
Capítulo 17: Abrazos
Capítulo 18: Los ogros son como las cebollas
Capítulo 19: Juegos de palabras
Capítulo 20. No me dijeron que jugar a Cupido tenía sus consecuencias
Capítulo 21. Una olla de Jambalaya revuelta, por favor.
Capítulo 22. Balanceándose con el enemigo
Capítulo 23. De corazón a bragas con Sr. Chico Malo
Capítulo 24. Choux à La Crème, Escargort, y encantos de príncipe
Capítulo 25. Pavo para el pensamiento; tal vez Benjamín estaba en el camino
Capítulo 26. Más terca que un demócrata y más brillante que un flamingo
Aclaraciones y reclutamiento de staff
Capítulo 27. Fe, confianza y polvo de hadas.
Capítulo 28. A las doce en punto

Capítulo 16: La curiosidad mató al gato y el gato atrapó al ratón

7.3K 416 60
De Blakeisavampire


Imagen del traje de Halloween de Ian para Charlotte.

---

Capítulo 16: La curiosidad mató al gato y el gato atrapó al ratón

–Ian, no voy a ponerme esto.

Mi boca se abrió levemente al ver el disfraz que había escogido para mí. Era un disfraz de Minnie Mouse, pero no uno inocente. Tenía un escote profundo y una falda de lunares que era demasiado corta para mi gusto. Junto al empaque había una diadema con orejas que era lo único que consideraba usar. Ian incluso compró zapatillas amarillas de mi tamaño.

–¿Por qué no? –ordenó, mirando lujuriosamente el traje que descansaba en su cama.

Sabía que no debía confiarle la tarea de encontrar un disfraz apropiado para Charlotte. Debí haber comprado un respaldo, solo en caso de que algo como esto sucediera.

–Es tan pequeño que podría ser el disfraz de un perro.

–Minnie es un ratón, no un perro. Ese sería Pluto o Goofy.

–Lo sé –dije con los dientes apretados–. Solo no quiero verme como todas las otras chicas que estarán ahí, mostrando sus dotes.

–Pero la diferencia entre ellas y tú es que no estás a la venta.

–Ay, gracias.

–Bueno, es cierto. A menos que esté equivocado, porque estoy dispuesto a comprar.

–Está fuera de los límites.

–No para Luke, apuesto –murmuró por lo bajo.

–¿Qué cosa?

–Apuesto a que tus piernas lucirán matadoras en eso.

Alcé mis manos. –Olvídalo. No iré a tu pequeña fiesta de disfraces.

–¡Pero tienes que! –se quejó–. Ya le dije a mucha gente que ibas a estar ahí.

–Estoy segura que nadie se dará cuenta, y si lo hacen, lo superarán.

–Pero yo no –gimió, mirándome con sus brillantes ojos de cachorro y un puchero–. Por favor, gatita, ¿por mí?

Suspiré, cediendo. –Bien, pero no me pondré eso. –Señalé el disfraz de Minnie Mouse–. Solo pondré una sábana blanca sobre mi cabeza y diré que soy Gasparín.

Sus cejas subieron sugestivamente. –¿Solo una sábana?

–Claro que no.

Él cruzó los brazos. –¡Un fantasma no es una idea muy creativa, pero Minnie Mouse sí!

Me encogí de hombros. –Dudo que alguien vaya vestido como un fantasma.

–Pero es una fiesta de preparatoria, no una del jardín de niños. ¡La gente irá luciendo sexy!

–No intento lucir sexy para nadie.

–¿Ni siquiera para mí?

–¡Especialmente no para ti!

–¿Cuál es el problema? No es como si fueran a estar sobrios para notar tus partes de señorita.

Ryan estaba borracho, y aun así se las arregló para notarme en mi muy modesto vestido de fiesta. No quería repetir la historia, porque si pasaba de nuevo, dudo que Tyler esté ahí para rescatarme.

–Me pondré leggins.

–¿Color piel?

–Negras.

Sonrió. –Sexy.

–Y me pondré short.

Su expresión cayó. –Eso es... menos sexy...

Sonreí malvadamente y recogí el paquete que le había conseguido. –Feliz Halloween, Ian.

–¿Soy Mickey?

–¡Nop, eres tocino! –Lo vi en la tienda y pensé que Ian lo odiaría. Era probablemente una de las últimas cosas que Ian se imaginaría para esta noche.

Lo miró como si se trata de basura y frunció el entrecejo. –Estás bromeando.

Negué con la cabeza, un destello de maldad en mis ojos. –En realidad no. Esto es lo que te vas a poner.

–Ese es el disfraz más estúpido en la historia de los disfraces. No voy a ponérmelo. ¿Sabes la cantidad de personas que se burlarán de mí si me lo pongo?

–Bien, no te lo pongas.

Ian dejó escapar el aliento, aliviado. –Gracias al Señor.

–Pero eso quiere decir que yo no tengo que usar el mío.

Ian tenía una sonrisa estúpida en su rostro. –Estoy bien con ello.

Le di un golpe a su hombro. –Me pondré otro disfraz.

–Bueno... eso no es divertido.

–¡Tengo una idea! Yo me pondré el disfraz de tocino, y tú puedes ser Minnie.

Sus ojos brillaron al mirar los disfraces, pensando, debatiéndose, meditándolo intensamente. Dio una profunda respiración. –Me odiaré por eso, pero valdrá la pena.

–¿Y tu decisión es...?

–No puedo simplemente perder la oportunidad de verte en eso.

Suspiré y le lancé la bolsa. –Diviértete.

Él sonrió, sus ojos recorriendo la longitud de mi cuerpo. –Oh, no te preocupes, lo haré.

–Pervertido.

–Al menos soy honesto al respecto –a diferencia de cierta virgen que conozco.

–Cállate.

***

–Iré por algo de tomar –le grité a Ian, apartando mis ojos de la pareja casi haciéndolo frente a mí.

–Iré contigo –articuló, tomando mi mano y deslizándonos en medio de parejas sonrientes.

La cocina estaba silenciosa, pero no mucho. Había un grupo de chicos jugando con cerveza en la esquina y un puñado de regazados conversando, pero la mayoría estaba en la pista de baile. Ian era muy bueno transformando este lugar –no se veía como el majestuoso lugar que era en la mañana.

Arrugué mi nariz ante los pedazos verdes en el piso. ¿No pudo llegar al baño o a un basurero antes de vomitar? Ian tendría mucho que limpiar en la mañana.

Ian me dio un vaso que estaba medio lleno. El olor picante llenó mi nariz –inmediatamente lo reconocí como cerveza. Se lo devolví. –¿Qué pasa contigo? ¡Sabes que no bebo!

Ian me ignoró. –Te ves linda cuando estás enojada.

–Ian, lo digo en serio. ¿Qué si viene la policía y nos arrestan?

Rodó los ojos. –Eso no va a pasar.

–¿Pero qué pasa si sí? Soy menor de edad.

–Todos aquí lo somos. No es la gran cosa.

–¿No es la gran cosa? ¡Dame una respuesta, Ian!

–¿Quieres una respuesta? Bien, aquí tienes una. Corremos. –Si las miradas pudieran matar, yo estaría en la cárcel–. Relájate, ¿sí? ¡No seas tan estresada, diviértete! Se supone que Halloween es para andar sin cuidado y ser aventurero.

–No voy a beber.

–Entonces solo sostén el vaso. Nadie te está obligando a beber. Si no tienes una en tu mano, alguien te dará una con droga para violarte.

Hice una mueca. No quería que me pasara eso. –Si me arrestan, será mejor que me consigas un buen abogado.

–El mejor –lo prometo.

Dejé escapar el aire que estaba conteniendo y puse mi mejor cara. –Supongo que es hora de dejar de ser un palillo en el barro y divertirme.

–¡Ese es el espíritu! –dijo emocionado, tomando mi mano libre y llevándome de regreso a la fiesta. Entonces me dio un beso–. Lo siento, no pude evitarlo.

Negué con la cabeza, incapaz de hacer más que sonreír. No podía explicar lo que se sentía estar cerca de Ian, simplemente era genial y relajante. Siempre podía ser divertida con él, aunque él sacaba mi adulto interior. Era un buen balance.

Hicimos todo lo que se hace normalmente en una fiesta –bailar, besarnos, socializar, y besarnos más. Para cuando llegó la medianoche, Ian estaba completa y absolutamente borracho. Estaba bien con eso porque era un borracho divertido. Balbuceaba estupideces con su voz adormecida, que era más ronca y fuerte que la normal. Era, literalmente, lo mejor del mundo. Creo que hice abdominales temporales de tanto reír cuando hablaba.

–¿Escuchaste sobre estos tontos que comieron patitos en la cena? –preguntó, asegurándose de marcar bien la doble "n" –. ¡Todos murieron y terminaron en mi pancita!

Y luego empezó a acariciarse el estómago, escupiendo partes aleatorias de villancicos navideños. Justo cuando iba a empezar con "Rodolfo el reno de nariz roja", colapsó contra mi hombro. Había dejado el vaso que me había dado hace mucho, solo por si algo como esto pasaba. Intenté llevarlo hacia las escaleras. No estaba segura si tenías que dejar dormir a una persona intoxicada, pero Ian se veía agotado. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Después de convertirme en Hércules, llevarlo hasta su habitación y a su cama, me di a la tarea de desnudarlo. Ya lo había visto sin camisa, y estoy segura de que lleva boxers puestos, así que no había nada demasiado malo con ello. Si alguien hubiera entrado en ese momento, hubiera sido ridiculizada por el resto de mi vida. Hubiera sido conocida como la chica que violó al tocino. ¡Qué elegante!

Bajé el zipper, bajándolo lentamente porque no quería molestarlo; no es como si algo pudiera despertarlo. Pero si lo hacía, sería horrible si me viera haciendo esto. No escucharía el final de esto. Estaría haciendo bromas constantemente y recordándome esta noche.

El proceso de ponerle pantalones, lo que hice inmediatamente, fue extremadamente incómodo. Esperé un par de minutos antes de ponerle una camiseta. Bien, tengo que admitirlo. Estaba admirando su pecho como una acosadora, pero era demasiado lindo para resistirse. Encontré una camiseta en su vestidor y lo cubrí con ella.

Se veía tan tranquilo mientras dormía. Suavemente moví un rizo oscuro que cubría su párpado y lo coloqué detrás de su oreja. Ahogué una risilla cuando dejó escapar un ronquido. Después de terminar con eso, besé su frente, murmurando–: Más vale que mañana me des un enorme agradecimiento por esto.

Tomé una gran bocanada de aire, cerrando la puerta detrás de mí. Vi a un Beckett sin camisa, que parecía estar borracho porque tenía problemas para mantenerse de pie. Emborracharse era tan poco él, debía tener un mal día. La expresión de su rostro, además de sus ojos rojos, era de terror, aun así de valentía. ¿Qué le pasaba?

–¿Pueden poner "Born this way" de Lady Gaga –preguntó. La canción que estaba sonando –algo de Rihanna– se detuvo y comenzó a sonar la petición de Beckett–. Tengo que hacer un anuncio. ¿Pueden reunirse aquí?

Oh, no. Por favor, dime que lo que creo que va a decir... no, Beckett, no.

–¿Soy el mejor actor del mundo! –pronunció–. He engañado a todos y cada uno de ustedes haciéndolos pensar que soy hetero.

Escuché un coro de murmullos circulando en el gentío. Debí haberlo detenido, como una buena amiga. Iba a arrepentirse tanto de esto en la mañana. Pero entonces, volví a dejarlo hablar, como una mejor amiga. Le estaba diciendo al mundo, no, gritándole al mundo, lo que realmente era. Sí, estaba bajo la influencia del alcohol, pero estaba siendo honesto consigo mismo, aceptándolo.

–Pero no lo soy. Soy gay, homosexual, como quiera que deseen llamarlo. –Hubo jadeos colectivos–. Síp, es correcto. Soy una persona de penes(1). Equipo Brad, que se joda Angelina(2).

–¡Sí! –gritó alguien.

Y ahora era cuando yo aparecía y lo salvaba antes de que se humillara demasiado. Corrí hacia él y puse mi mano en su boca. Lo ayudé a bajar por las escaleras y lo llevé a mi auto. Hubo miradas y palabras de ánimo en cuanto salíamos. Estaba orgullosa de él.

Nunca me había dicho dónde vivía, y ahora no podía ayudarme en nada. Así que terminé llevándolo a mi casa. Papá no solía estar despierto a esta hora, y si lo estaba, le explicaría que Beckett no se sentía atraído por mi género.

Afortunadamente, no me enredé con él. Eso me ahorró tiempo y esfuerzo. Cambié mi ropa por pijamas, metiendo el disfraz en el fondo de mi cesta de ropa. Lancé una almohada al piso y saqué una sábana blanca del closet, preparando una cama para él en el suelo. Era lo suficiente confortable, no quería que vomitara en mi cama. –Buenas noches, Beckett. –Bostecé, relamiendo mis labios.

–Buenas noches, Angel.

Me reí, hundiéndome en la cama. –¿Acabas de llamarme "Angel"?

–Fuiste enviada del Cielo para mí –dijo seriamente.

–No eres tú mismo ahora. Cierra los ojos y duerme, ¿ok?

–Mhmm.

No tuve problemas para dormir. Encargarme de los jugadores era mucho trabajo.

***

Toqué la puerta de Alec, desesperada por entrar para escapar del frío. La puerta blanca se abrió y Alec apareció, una sonrisa brillante creciendo en su rostro. –Pasa.

No tenía que decírmelo dos veces. Entré e inmediatamente fui envuelta por el calor y la esencia de la casa. Me quité los zapatos y seguí a Alec hasta el sofá. Dejé mis llaves en la mesa para café de madera y vidrio. La casa de Alec era realmente acogedora. Había dos sillones suecos, formando una "L". Una lámpara de pie estaba en la esquina, emitiendo una luz débil amarilla. Las paredes estaban pintadas de un color marrón oscuro, haciendo el espacio más pequeño. Era completamente lo contrario que la casa de Ian, que era abierta.

–Siéntete como en casa, pero mantén los pies lejos de la mesa.

Me reí. –Ok.

–¡Espero que te gusten los macarrones con queso!

–¡No he comido desde hace mucho!

–Es uno de mis favoritos –puntualizó Alec, entrando a la cocina–. ¿Quieres ayudarme a cocinar?

Lo seguí, saltando levemente por el frío del piso de linóleo. –Claro, pero tengo que advertirte, soy una terrible cocinera.

–No puedes ser tan mala –replicó, sacando de la alacena dos cajas de macarrones y queso.

Rápidamente se arrepintió de lo que había dicho cuando intenté hervir el agua.

–¡Charlotte! –soltó Alec asustado, corriendo hacia la cocina con un paño–. Se supone que debes vigilar que el agua no hierva.

Oops, mi error. Estaba demasiado ocupada mirándote. –¿Las burbujas son bonitas? –ofrecí, retrocediendo lentamente. Esto es exactamente por lo que nadie me deja cocinar. Tenía muy poca atención como para hacer esta clase de cosas. Cuando llegara el momento, sería una horrible esposa y mamá. Tal vez pueda casarme con Samuel Homemaker(3) o algo, ya sabes, como Suzy Homemaker.

Él rodó los ojos y se rió por lo bajo. –Solo quédate ahí luciendo bonita.

–Puedo hacer eso. Así que, ¿cocinas para tus víctimas con frecuencia o...?

Él frunció el ceño. –Duele que te llames víctima.

Sonreí cohibidamente. –¿No lo soy?

–Bueno, tal vez, ¿pero no víctima no suena un poco rudo?

Me encogí de hombros. ¿No era rudo tomar la inocencia de víctimas descaradamente y asustarlas mientras lo hacías? Quizás él pensaba que este juego estaba bien, y si lo hacía, entonces necesitaba una lección de vida; todos en el Top Four (y Luke) la merecían. Estaba más allá de lo incorrecto. Tal vez yo podía ser una intervención o algo para ellos.

Alec depositó la comida en dos tazas, tomó dos cucharas y llevó todo a la sala. Le hubiera ofrecido mi ayuda, pero lo hizo tan rápido que no tuve tiempo. –¡Bon appetit! –chilló con un acento francés horrible.

Me reí y tragué los humeantes macarrones. –¿Qué pasa contigo y los malos acentos?

–Son divertidos, inténtalo.

Eso se salía un poco de mi zona de confort. –Ah... ¿No sé ninguno?

–Ya sabes cómo suena el acento británico. Vamos, imítame. El gato salta la cuerda.

–¿El gato salta la cuerda? –repetí insegura. ¿De dónde había sacado esa oración?

–¡Solo hazlo!

Suspiré y tragué mi comida. No llegaría a ninguna parte. –El gato saltalacuerda(4) –intenté. Eso sonó horriblemente mal.

Alec se encogió y forzó una sonrisa. –Buen intento.

Exhalé. –Y esto es por lo que no soy una buena actriz.

Hubo una serie de golpes en la puerta. Alec dejó su taza en la mesa y se levantó. –Ya vengo. Será solo un momento. Terminé mi comida, dándole a Alec y a su visita algo de privacidad... tan privado como podía ser estando a menos de un metro de la puerta. Traté de no escucharlos, pero no pude. Me rendí y empecé a espiar. Era un mal hábito y tenía que cambiarlo.

–Ahora no, Liz. –¿Liz? ¿No era ese el nombre de una de sus ex? Recordé a Barker mencionando algo sobre ella... ¿Era una acosadora? ¿Lo acosaba a menudo?

–Solo quédate con ella por una hora más o menos. Tengo que llevar a mi mamá al doctor. –Una voz, de quien asumí era Liz, exasperada.

–¿No puedes dejarla con tu papá?

–Alec, ya está aquí. Solo quédatela, ¿por favor? –¿Ella? ¿Quién era ella?

–No es mi noche, Liz.

Me ganó la curiosidad y fui hacia la puerta, deteniéndome a su lado. Una chica alta con largo cabello castaño y ondulado, mordía su labio, atravesando a Alec con la mirada. Aquello no era una sorpresa –la mayoría de sus ex le daban esa mirada. Lo realmente impactante fue la pequeña niña que dormía en sus brazos. La bebé compartía el mismo cabello castaño de Liz, parecía una maraña descansando sobre su hombro.

La boca de Liz formó una "o" y después sonrió acusatoriamente hacia Alec. –Ya lo entiendo. Tienes una de tus muñecas en casa.

Antes de poder defenderme, Alec lo hizo. –No la llames muñeca. Es solo una amiga. Y recuerda, tú fuiste una de esas muñecas.

–¿No es dulce? La estás protegiendo. –Ella se volteó hacia mí y sonrió con dulzura, pero el coraje en sus ojos verdes decía todo lo contrario–. Hola, soy Elizabeth, la chica que tu amante preñó. Y esta es nuestra hija, Maddy. –Movió el bulto en sus brazos y la miró con adoración.

Jadeé, mirando a Alec por una confirmación. Él evito el contacto visual, mirando con culpa hacia el piso. Se veía como si hubiera sido atrapado con la mano en el jarro de galletas, solo esta vez, las estacas eran mayores que un tiempo fuera.

Así que era cierto. Alec tenía un hijo, una bebé. Era un papá, con un pequeño real que ayudó a hacer, una mitad de él. Y aquí estaba frente a mí. Maddy se veía como de un año de edad, lo cual solo creó más confusión. ¿Cómo la mantuvo en secreto durante todo este tiempo en Addison? Y una pregunta mejor, ¿por qué querrías mantenerla como un secreto? ¡Era tan linda! ¿No se supone que una vez que te conviertes en padre, tomas la responsabilidad y, ya sabes, dejas de dormir con todo el mundo?

–Está bien, Alec –le dije. Lo extraño era que no estaba enojada–. De todas formas ya me iba. Cuida a tu hija. Parece una dulzura.

–Lo es –murmuró–. Lo siento.

Recogí mis llaves de la mesa de café. Alec se hizo a un lado para que yo pudiera salir con mayor facilidad–. Fue un placer conocerte, Elizabeth.

–El placer es todo mío –dijo con un aire de suficiencia.

Corrí hacia mi auto y cerré la puerta. Hundí mi pie en el acelerador y me fui. Dos chicos menos, tres más por irse.


~~~~~~~~~~~~~~

(1) Se refiere a que prefiere a los hombres.

(2) Prefiere a Brad Pitt que a su esposa Angelina.

(3) Intenté buscar qué es pero no encontré nada, supongo que es alguien famoso que se encarga de los quehaceres del hogar.

(4) No es un error, así viene en el original. Charlotte junta las palabras intentando sonar británica. La oración en inglés es "The cat jumps rope".

Continuă lectura

O să-ți placă și

19K 2.7K 7
Había una vez un adorable conejo que nació en el nido de una serpiente venenosa. Pero no murió. Aunque quizás eso hubiera sido lo mejor.
Eres Mia (Completa) De STEFI.LM

Ficțiune adolescenți

452K 22.2K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
5.6K 218 21
La inmortalidad no lo es todo hasta que consigues a tu verdadero amor. [Saga Olympia] ______________.... TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS©
72.1K 4K 33
Tu alma gemela es alguien que no vendrá a tu vida silenciosamente. Es alguien que vendrá a cuestionar tus convicciones, a cambiar tu cotidianidad, al...