Teacher Lou ☆LS⭐

Door BrownieStylinson

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Harry, un abogado e investigador privado con una agenda que no le permite ver más allá de sus dos pequeñas hi... Meer

Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
NOTA DDDDDD:
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Pequeña nota
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Nota
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXVIX
NOTA
Capítulo Final
Epílogo
Agradecimientos
Personajes 💕

Capítulo XXX

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Door BrownieStylinson

Hello, it's me again, ahr re gringo el Brownie.

Como soy bien cool, borré 'Remember me' bc no sé la portada no me gustó y quiero hacerle unos cambios además que se me ocurrió otra idea.

Desde esta fic quería meter m-preg pero dije "No Brow ktpza" así que comencé otra donde SÍ hay m-preg. Se llama 'Vientre alquilado' Si les interesa pueden buscarla en mi tablero y la encuentran, saben que me ayudan mucho votando y dejando un pequeño comentario.

Los amo, si quieren dedicación comenten aquí c:

~*~


"Por favor mamá ¿De qué te preocupas?" Jay colocó sus manos en su cintura con tremenda cara de indignación.

"¿De qué me preocupo?" Louis la miró mientras salía de casa. "Santo cielo Tomlinson, te secuestraron hace unas semanas y me estás preguntando qué de que me preocupo. ¿Me estas queriendo tomar el pelo verdad?" Él sonrió.

"Estaré bien mama, deja de preocuparte." Jay movía su pierna con nerviosismo mientras observaba a Louis subir sus maletas al auto de Harry.

"Louis, estamos hablando de que te vas al otro lado del mundo. ¡Ni siquiera has salido del país!" Louis sonrió y caminó hacia ella para besar su frente.

"No va a pasar nada, además llevo a Harry conmigo." El mencionado apareció detrás de él y lo abrazó por la cintura.

"Le prometo que cuidaré a este pequeño ángel con mi vida." Ella soltó un pesado suspiró de resignación. Estaba bien, Louis era mayor y tenía que dejarlo hacer su vida.

"Bien, solo tengan mucho cuidado. No tomen mucho vino." Harry negó besando la mejilla del cobrizo e iniciando una sonrisa de emoción mientras lo alzaba un poco del suelo.

"¡Estoy tan emocionado!" Sonrieron y Louis caminó hasta su madre para abrazarla.

"Nos veremos en unas semanas mamá, te amo." Ella asintió y lo abrazó.

"¡No quiero sorpresas!" Rodó los ojos y caminó hasta subirse al auto seguido del rizado. Mía y Beth esperaban en el auto, estaban tan emocionadas como los dos adultos, la única diferencia es que ellas ya habían ido anteriormente. En cuanto el auto se puso en marcha las parlanchinas se hicieron notar.

"Hay unas enormes filas de arbolitos que se llaman vid, esos son nuestros viñedos y las uvas son muy dulces papi." Louis las miraba por el retrovisor sonriendo.

"¿Enserio? ¿Acaso ustedes han hecho vino señoritas?" Mía asintió con una enorme sonrisa.

"La última vez que fuimos papá nos enseñó a pisarlas, en una gran cesta de madera." Mía alzó los brazos para simular el tamaño de la cesta.

"Se llama Lagar Mía, además ni siquiera aprendiste a hacerlo bien." Argumentó Beth. "Yo le enseñaré a papi como hacerlo." Ellas comenzaron una pequeña discusión mientras Harry y Louis comenzaban una plática entre ellos.

"¿Estás emocionado?" Preguntó el rizado.

"Claro, pero debo admitir que también un poco nervioso." Harry le sonrió y negó ligeramente. "No te burles señor 'He viajado por todo el mundo'. Jamás he salido del país. Fue un cambio drástico cuando me mude de Doncaster a Londres." Cruzó sus brazos con el ceño fruncido.

"Eres un exagerado cielo, verás que cuando lleguemos se te pasará y te sentirás como en casa." El rostro de Louis se relajó un poco, pero luego pensó en el largo viaje en el avión y volvió a estresarse.

"Leí en internet que son 10 horas de vuelo Harry."

"En realidad son 11." Confesó con una mueca. Louis suspiró y miró hacia la ventana. "Lamento no ser millonario y no tener un jet privado." Louis rodó los ojos ante las palabras dichas.

"Si muero prométeme que te asegurarás de que en verdad esté muerto." Harry reprimió una gran carcajada ante la patética broma de su novio.

"Eres un estúpido." Louis sonrió. Rió de todo lo que había pasado, porque eso era lo único que quedaba.

Unos minutos después en el auto llegaron al aeropuerto, su vuelo salía a las 8:15 am. Un largo y agotador viaje los esperaba. Después de pasar por seguridad y que sus boletos fueran checados los cuatro individuos subieron al avión. Mía ya tenía que pagar boleto, era demasiado grande para viajar con el cinturón de bebé sobre las piernas de Harry, al menos no durante el despegue y el aterrizaje. Filas de tres asientos; Louis, Mía y Beth en una hilera y Harry en la hilera de adelante. Después de unos momentos una azafata se acercó a su fila.

"Buenos días señor, por favor apague su móvil" Harry la miró con el ceño fruncido.

"Pero si todavía no cierran las puertas." Argumentó y ella le sonrió amablemente.

"Estamos repostando combustible, por favor apáguelo." Harry pudo haber entendido esto, pero no lo hizo.

"Pero en los aviones siempre dicen 'Los dispositivos móviles pueden estar encendidos hasta el cierre de puertas' y las puertas aún están abiertas." Siguió discutiendo y a la empleada se le notaba en la cara que tenía ganas de golpearlo.

"Sí señor, pero los móviles no deben estar encendidos mientras repostamos." Harry seguía discutiendo con la azafata y a Louis lo estaba sacando de sus casillas

"Pero lo que yo..." Explotó.

"¡Apaga el maldito móvil Harry!" Gritó Louis desde la parte de atrás sorprendiéndolo y le brindó una pequeña risa de vergüenza a la azafata. Quien se retiró de un lado del castaño en cuanto este le mostró su celular apagado.

"Gracias." Susurró la chica en cuanto pasó por un lado de él.

Unos momentos después las puertas se cerraron y una voz volvió a resonar. "Buenos días pasajeros, pedimos amablemente que abrochen sus cinturones y apaguen sus dispositivos móviles. Despegaremos en 120 segundos." Louis comenzó a abrochar los cinturones de las dos pequeñas.

"¿Cuánto es 120 segundos papi?" Preguntó Mía mientras Louis terminaba de abrochar su arnés.

"Dos minutos cielo." Harry asomó su cabeza por el respaldo de los asientos.

"Hey Mía, ¿En un rato me cambias el asiento?" Preguntó y la niña negó con un enfatizado 'No' "Pues te voy a quitar a la fuerza entonces." Enseñó su lengua en dirección a la pequeña.

"Deja de estar peleando con tu hija de 5 años Harry y abrocha tu cinturón." Bufó y sacó tiras de goma de mascar para los tres pasajeros de atrás.

"Es para que no se les taponeen los oídos al subir." Louis asintió y dio los dulces a Mía y Beth. Ellas comenzaron a mascar al mismo tiempo que los padres. Pasado el tiempo exacto el avión comenzó a andar y despegó en un santiamén. Unos minutos después la curiosa voz se volvió a hacer presente.

"Tenemos un buen clima y ninguna turbulencia, pueden desabrochar sus cinturones. De parte de la aerolínea les deseamos un excelente viaje." En ese momento Harry se levantó de su asiento y quitó a Mía de su lugar para sentarla en sus piernas.

"Pareces un pequeño bebé Harry, son 11 horas de vuelo. Trata de dormir."

~*~

"Queridos pasajeros abrochen sus cinturones que estamos a punto de aterrizar, de parte de la aerolínea les agradecemos su preferencia" El rizado se levantó del lugar poniendo a Mía ahí, abrochó su cinturón y luego el de Beth. Regresó a su asiento e hizo lo mismo. Louis llegó en unos momentos, estaba en el baño. Tomó asiento y aseguró su arnés, en unos momentos sintieron el avión caer. Seguía bajar de él y buscar sus maletas, habían dormido pero en realidad estaban cansados. San Francisco, California.

"¿El viñedo está cerca de aquí?" Preguntó Louis con Mía en Brazos y Beth de la mano. Harry acomodaba las maletas en la cajuela del auto que habían rentado. Lo miró detenidamente y besó su nariz.

"Debo conducir una hora y media mi vida." Louis echó su cabeza hacia atrás en rendición. Eran las 11:30 am pero en Londres serían las 7:30 pm. Estarían llegando a la casa casi a la 1:00 pm. Subieron al auto y las niñas pronto se quedaron dormidas. "No es una casa muy grande, ahí viven mi abuelo y mi tía. Los llevaré a un día de campo, más tarde tal vez cabalguemos o no lo sé, en la tarde iremos tu yo solos a caminar. Hay tantas cosas por hacer y tenemos solo dos semanas pequeño." Entrelazó una de sus manos con la de él. "Estoy tan emocionado de compartir esto contigo." Louis lo miró tiernamente y besó sus nudillos.

"Estoy feliz de estar aquí contigo porque te amo mucho." Dijo con un tono infantil que hizo que a Harry le revolotearan las mariposas en el estómago. Amaba tanto a ese chico.

~*~

"Bien mis pequeños encantos, hemos llegado." Después de más de una hora de camino las puertas de la ¿Hacienda? de Harry se abrían para darle entrada. Miró a sus tres acompañantes y estaban dormidos. Condujo unos metros más hasta la entrada de la casa. Se quitó el cinturón y se estiró un poco para mover a Louis. "Despierta pequeño ángel." Acomodó su flequillo tras su oreja y acarició su mejilla haciéndolo removerse. "Vamos cielo, te cargaría pero tengo dos pequeños sacos de papas atrás, despierta." Él comenzó a abrir los ojos y estiró su cuerpo.

"¿Hemos llegado?" Harry asintió. "Demonios, es de día y tengo un sueño aterrador." Harry sonrió.

"Te acostumbrarás al cambio de horario cielo." Ambos bajaron del auto y sacaron a las niñas para ingresar a la casa. Era un lugar hermoso, la casa si era grande, rustica y preciosa. Desde ahí se podían observar viñedos por montones. Louis estaba encantado. Entraron a la casa y ahí estaba su abuelo en la sala. "Buenos días viejo." Saludó el rizado y el hombre se puso de pie.

"Hey, ya están aquí. Los estábamos esperando." Louis y ellos ya se conocían, habían asistido a la fiesta de Mía y Beth. Se saludaron entre ellos mientras las niñas despertaban y después pasaron a almorzar al comedor. "¿Cómo estuvo el viaje Louis?" El negó con una sonrisa.

"Agotador. El cambio de horario me tiene loco." Picaba sus bocadillos con el tenedor sin ingerir nada. Harry destapó una botella de vino y lo sirvió en una copa.

"Nada que una copa de vino no arregle." La invitó hacia él y este aceptó. Dio un sorbo y el sabor era realmente exquisito. Levantó la vista y vio como servía un líquido del mismo color a los vasos de las pequeñas.

"¡¿Les estás dando vino?!" Exclamó alterado. Harry lo miró con el ceño fruncido.

"Solo es jugo de uva..." Se tranquilizó. "Espera un momento. ¿Crees que les daría vino?" Louis no respondió. "¿Qué clase de padre crees que soy?" El cobrizo sacudió su cabeza junto con sus pensamientos.

"Lo lamento." Susurró y el chico solo siguió llenando los vasos de las niñas.

La comida transcurrió normal, después de descansar y preparar algo se dispusieron a su día de campo. Caminaron hasta un lugar despejado y extendieron sus mantas. Las niñas rápidamente hicieron que se sentaran en ella. "Papis ¿Cuándo nos van a dar un hermanito?" Ellos se miraron mutuamente y les sonrieron.

"Tía Gemma pronto tendrá un bebé y será como su hermanito." Dijo Harry pero Beth negó.

"No, un hermanito. Que sea hijo de ustedes como nosotras." Louis la abrazó y besó sus regordetas mejillas.

"Pronto pequeña, pero por lo pronto hay que disfrutar que somos solo cuatro." El resto del picnic fue una maravilla, ellos corriendo tras las pequeñas o jugando a las escondidillas. El tiempo se fue volando y cuando acordaron ya no había tiempo para ir a cabalgar. Tendrían que hacerlo después, regresaron a casa y Louis realmente estaba cansado. Harry había rogado para que salieran a caminar y este entre refunfuños aceptó.

"Vamos pequeño." Louis se quedaba parado entre las plantas lamentándose del dolor de piernas.

"¿Cuánto más tenemos que caminar?" Harry aló a Louis de la mano entre los viñedos repletos de uvas. El sol era potente pero Louis estaba exagerando la situación. Tenían ropa cómoda y fresca, o tal vez Harry estaba acostumbrado y le gustaba esto.

"Ya no falta mucho, sigue caminando ¿O pretendes que te cargue?" Louis se detuvo y estiró los brazos hacia el castaño. Este lo miró con una tierna sonrisa y se acercó a él abrazándolo por la cintura. "Eres un maldito flojo Louis Tomlinson." Asintió dándole la razón y alcanzó sus labios en un pequeño beso. Al separarse Harry se encuclilló un poco y levanto al chico atravesándolo en su hombro como si de un muñeco de trapo se tratase. La mitad del cuerpo de Louis colgaba sobre la espalda del mayor e iban intercambiando pequeños golpes en sus muslos y traseros. Reían como dos pequeños adolescentes en una tarde de fuga.

"¿A dónde vamos amor?" Preguntó Louis en cuanto sintió que Harry había caminado demasiado. Pero él no contestó. "¿Te cansaste? Puedo bajarme si quieres." El rizado seguía sin contestar. "Harry..." Los pies de Louis volvieron a tocar el suelo. Esperaba encontrarse con algo diferente, pero en realidad solo se encontró con una larga fila de plantas de uva iguales a las de 1 kilómetro atrás. Frunció los labios y miró a su novio, el cual tenía una gran sonrisa de satisfacción.

"Toma." Extendió una de las cestas que tenía en la otra mano y este la tomó. "Vamos a cortar uvas." Louis frunció el ceño y por un momento estuvo a punto de tirar la canasta y largarse de ahí.

"¿Vinimos hasta aquí para cortar las uvas que pudimos cortar un kilómetro atrás?" Asintió mientras Louis reía por la estupidez.

"Bien." Harry besó su mejilla en repetidas ocasiones para luego sus labios. "No Harry, esto no arreglará nada." Ambos rieron.

"Trataré de arreglarlo en la noche." Louis rodó los ojos y caminó entre las plantas. "Mira cielo, tu corta en esos de allá, yo cortaré en estos." Louis asintió y caminó entre la tierra con la pequeña cesta en su brazo.

"Parezco caperucita roja con esta canasta cielo." Harry rió mientras buscaba las uvas buenas.

"Estoy seguro que luces mejor que caperucita roja." La distancia era un poco alejada, así que platicaban a gritos. "Asegúrate de revisar los racimos de la parte de abajo del arbusto, la mayoría del tiempo son los mejores." Louis asintió obedeciendo lo que decía.

"¿No tienes gente que se encarga de esto?" Harry gritó un 'Sí' casi inaudible, lo que hizo que Louis levantara más la voz. "¿Entonces porque estamos haciendo esto?" El castaño se asomó desde atrás de una vid y ladeó la cabeza.

"Porque me gusta hacerlo. Además el sol ya está bajando, no te quejes." Louis hizo un pequeño mohín pero siguió recolectando las frutas. Caminó un poco más revisando nuevas plantas. Harry estaba más alejado y no hacia ningún ruido.

"¿Qué es esto?" Louis rebuscó entre las hojas y encontró una nota atada a un cordel. Era uno largo así que antes de seguir halándolo leyó lo que estaba ahí escrito.

"19 de Julio.
Hoy es un día especial. Tal vez tú no lo sepas, pero hoy cumplimos 285 días juntos.
285 días en los cuales me has hecho la persona más feliz del mundo, te puedo dar 10 razones por cada día de porqué te amo tanto. Te podría dar todas las razones, pero nunca acabaría porque son demasiadas. Feliz 285 día-aniversario mi amor.

Te ama, Harry xx!"

Louis volteó a mirar al alejado Harry con una sonrisa en su rostro, una sonrisa aguantando su llanto. Siguió halando el cordel que tenía atado la nota y en la punta de este había un sobre. Lo abrió y había otra nota.

"¿Quieres casarte conmigo?"

Cuando levantó la vista se encontró con un sonriente Harry, ahora más cerca, frente a él con las manos detrás de su cuerpo. Louis lo miró y levantó las notas mostrándoselas.

"¿Harry?" Sonrió aun confundido. "¿Qué-qué es esto?" El rizado le sonrió de regreso. Sacó sus manos de la espalda y mostró una pequeña caja aterciopelada. Se puso sobre una de sus rodillas y la abrió. Una argolla estaba ahí, las manos de Louis cubrieron su rostro.

"No sé qué decir exactamente, nunca he sido bueno con las palabras. Pero te amo con todo mí ser Louis. ¿Te casarías conmigo?" Louis sonrió enculillándose frente a él.

"¿Realmente me estas preguntando esto?" Las sonrisas de felicidad en sus rostros decías más que mil palabras. La dicha, era lo que siempre habían soñado. "Claro que me quiero casar contigo." Harry puso el anillo en el dedo anular izquierdo de Louis. Para que luego sus labios se encontraran haciendo que perdieran el equilibrio y cayeran a la tierra de las viñas.

~*~

Unas semanas después de regresar, Gemma estaba a punto de dar a luz. Estaba tan emocionada con la boda de su hermano. En cuanto se había enterado se había llenado de felicidad y sus madres más. Liam había perdido la apuesta, ellos se casaron antes que Harry y Louis. La boda estaba programada para Octubre, un año después de que se conocieron. "Bien Louis, ¿Dónde quieres que sea la boda?" Gemma bajaba las escaleras junto con él. Muy apenas podía caminar.

"¿Sabes? Me encantaron los viñedos de California." Gemma sonrió pero luego hizo una mueca.

"Yo también había pensado en esa opción, pero son 11 horas de viaje cariño y toda nuestra familia está aquí o al menos la mayor parte." Louis presionó sus labios en una fina línea y asintió.

"Pues sí, ¿Qué tal una playa? Hay unas que están a máximo dos horas de aquí." Gemma asimiló la opción y caminó por la sala.

"Me gusta la idea... mierda creo que me oriné." Louis abrió los ojos como platos.

"¡No Gemma! Has roto fuente." Su respiración se agitó demasiado.

"¡Llama a Liam!" Louis tomó su teléfono y presionó el botón de llamada hacia Harry. Ambos estaban en la oficina.

"¿Qué pasa bebé?" Contestó.

"Gemma acaba de romper fuente."

~*~

Liam y Harry corrían por los pasillos del hospital, Louis había trasladado a Gemma. Gracias al cielo las niñas estaban con Anne. Se encontraron con Louis quien señaló a Liam cuál era la habitación de la chica. Él entró y Gemma trataba de respirar calmadamente, en cuanto lo vio ella comenzó a llorar. "Hey cielo no llores." Se colocó a su lado y tomó su mano. Ella tenía trabajo de parto desde hacía media hora, los médicos esperaban solo la dilatación adecuada para comenzar.

"Liam, me duele todo." Gemma no era apta para el dolor. "Si no sobrevivo no olvides que te amo." Liam sonrió.

"Vas a estar bien princesa."

Las contracciones eran cada vez más fuertes, habían pasado horas desde que había comenzado pero ella seguía sin dilatar. Había puesto la epidural en ella para acelerar el proceso pero ni eso había funcionado. Liam la ayudaba con las respiraciones y dándole pequeños masajes pero el dolor era demasiado.

Después de unos momentos más por fin Gemma había comenzado a pujar. Los doctores la ayudaban a contar y Liam sostenía fuertemente su mano ayudándola con las respiraciones.

"Bien Gemma, necesito que des todo tu esfuerzo. Casi lo tenemos." Ella asintió. "Vamos de nuevo. 10..." Ella tomó aire para poder hacer fuerza, fuerza suficiente para traer a ese pequeño bebé al mundo. "9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1. Bien respira." Ella estaba sudada, llorando, cansada y no había señas de que el bebé quisiera salir.

"Vamos mi amor, tú puedes." Siguieron las cuentas desde el 10 hasta el 1 pero no pasaba nada, se había cansado de pujar. Su presión había bajado y el ritmo cardíaco comenzaba a decaer.

"Vamos de nuevo. 10..." Ella tomó fuerzas de donde ya no podía sacar. El ginecólogo comenzaba a darse por vencido y pensaba en la posibilidad de llevarla al quirófano. "9, 8, 7..." En ese momento las esperanzas comenzaron a ser más fuertes. "Puedo ver su pequeña cabeza, vamos Gemma." Liam sintió marearse en cuanto el doctor tomó la cabecita del bebé. Sintió que caería al piso en un desmayo pero se contuvo. "Bien Gemma, vamos" En unos minutos estuvo fuera, el doctor lo levanto y un chillido hizo que ella sonriera aliviada y Liam comenzara a producir lágrimas.

"¿Está bien?" Soltó tratando de controlar su respiración.

"Él está bien, es un niño." Liam fue invitado a cortar el cordón umbilical. Después de que Gemma fuera limpiada y el bebé también lo entregaron en una suave manta azul con una pulsera. Gemma lo tomó en sus brazos y Liam acarició sus pequeñas y rosadas mejillas.

"Él es hermoso." Las lágrimas recorrían las mejillas de los orgullosos padres. Liam besó la frente de su esposa y miró de nuevo a su hijo.

"Daniel Sean Payne." Susurró Liam.

"No olvides el Styles." Agregó Gemma en un susurró. Ambos rieron.

"Los amo tanto." La felicidad de Liam era inédita. Su bebé, su hijo. De él y de la mujer que iba a amar toda la vida. El nuevo pequeño miembro de la familia. Louis y Harry entraron unos momentos después. Ambos sonrieron en cuanto vieron al pequeño en los brazos de su feliz madre. "Les presento a Daniel Sean Payne Styles." Louis dijo 'Hola' con su mano hacia el bebé.

"Lo acaban de cagar con ese nombre." Gemma rodó los ojos y beso sus pequeñas manitas.

"Es hermoso, se parece a Gemma."

"Es un bebé Louis, no se parece a nadie." Louis sonrió al verlo.

"Quiero un bebé Harry." El rizado lo miró.

"Pronto mi amor, pronto."

Todo el lof, brownie xx:)!

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