gone; camren

By laurensillage

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¿Cómo se sentiría ser libre? Secuela: https://www.wattpad.com/story/75704519-here-camren More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Girls Do It Better
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo Final

Capítulo 16

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By laurensillage

CAMILA
**

¿Cómo podría explicar los últimos dos meses? Maravillosos, increíbles, fantásticos, extraordinarios, magníficos, fascinantes, mágicos y perfectos.

Luego de la pijamada en la que Lauren y yo nos besamos, habíamos estado en nuestro mejor momento. Teníamos una relación sin etiqueta pero que funcionaba a la perfección: nos besábamos, nos tomábamos de la mano, dormíamos juntas, pero aún no estábamos saliendo ni éramos novias de manera oficial.

— Esto parece una broma— comentó Dinah, incrédula.

Decidimos no contarles nada a las chicas hasta que aclaráramos nuestras mentes y nos volviésemos oficiales, pues oficiales a nuestro modo, porque desde que nos conocimos ya éramos oficiales. Y la mayor sorpresa que se llevaron cuando les contamos que estábamos saliendo no fue que salíamos con una chica, sino que de todas las personas en el mundo, Lauren y yo estábamos saliendo.

— Ni yo sé cómo pasó— murmuré, pérdida en mis pensamientos, del mismo modo en que lo había estado haciendo últimamente.

Aun no tenía claro que sentía exactamente por Lauren, sabía que me atraía y que me parecía linda, besaba bien y era girlfriend material en todo el sentido de la palabra: me buscaba todos los días para ir al colegio y me dejaba de vuelta, hacíamos las tareas juntas y nos ayudábamos a estudiar para los exámenes, no había día en que no me llevara algún detalle como un caramelo, un chocolate o una flor que arrancaba del jardín de su mamá, ni pasaba un día sin hacerme un cumplido de lo que estaba usando o de cómo me veía ese día.

— ¿Sabes a dónde te va a llevar?

— No, solo me dijo que fuese cómoda.

— Es tu primera cita oficial, Mila— chilló emocionada—. Estoy segura de que va a llevarte a un lugar especial, ¿has visto lo detallista que es Lauren con todo? Tener una cita con ella debe ser perfecto.

— ¿Ah, ahora te gusta Lauren también? — La molesté, riendo.

— Está buena, y eso ni yo lo puedo negar— se encogió de hombros.

*

— ¿Ya vamos a llegar? — Pregunté por tercera vez en los últimos cinco minutos, que lo hacía solo porque me gustaba ver a Lauren desesperada

— Ya casi— murmuró, con los ojos pegados a la carretera. Desde que me había recogido en casa de Dinah, se comportaba distante y hasta nerviosa en algunas ocasiones, pero se lo atribuí a la presión por ser nuestra primera cita oficial.

Me dediqué a mirar su perfil, que parecía haber sido esculpido por los dioses, cuidando cada mínimo detalle. Recorría desde sus cejas hasta sus ojos, de los que apenas veía una pequeña parte, bajaba hasta sus pómulos y su nariz, llegando a sus labios que tenían un ligero brillo por haberlos mojado unos minutos atrás con su lengua, para terminar en su mandíbula marcada que me daban ganas de besar. Aunque, ¿qué es lo que no quería besar de Lauren?

— Llegamos.

Parpadeé varias veces, saliendo del planet green eyes y volviendo a la realidad. Me sonrojé al darme cuenta de que Lauren me había atrapado acosándola, mientras ella reía negando.

— Cualquiera diría que me estabas comiendo con la mirada— murmuró.

— ¿Cómo estas tan segura de que no lo estaba haciendo? — Abrió su boca en sorpresa y soltó una risa.

— Buena esa, Cabello.

Se bajó del auto, y caminó hasta el lado del pasajero para abrir mi puerta y tomar mi mano.

Nos encontrábamos en medio de un estacionamiento de un centro comercial, por lo que supuse que iríamos al cine, y por mucho que hubiese querido una cita única y especial, del tipo que se ve en las películas, decidí conformarme con una tradicional en la que sabía que la pasaría bien si Lauren estaba conmigo.

Caminamos hasta llegar al patio de comidas, donde había diferentes opciones para elegir. Entonces vamos a comer y después al cine, pensé mientras la seguía por entre las mesas. Se detuvo en McDonald's y abrió la puerta del local para mí.

— ¿Quieres que pida por ti? — Lauren se volvió a mirarme, con una mirada dulce que me dejó con las piernas temblando.

— Me das algo de miedo... Pero confío en que vas a tener piedad de mí. — Besé su mejilla rápidamente, haciéndola sonreír del modo en que me gustaba—. ¿Estás bien?

— ¿Por qué lo preguntas?

— Desde que me buscaste estas... rara. — Frunció el ceño y negó varias veces, con una mirada algo perdida.

— Son cosas mías, pero no importan ahora, ¿sí? Lamento haber arruinado lo que llevamos de cita— se disculpó.

— ¿Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea? — Ella asintió—. Sé que naturalmente vivimos del bullying a la otra, pero si se trata de algo importante no voy a juzgarte ni a dejarte sola. Ahora estamos juntas y me gustaría estar para ti siempre que me necesitaras y cuando no también.

Lauren sonrió, del tipo de sonrisa que parece ser de oreja a oreja y se inclinó suavemente para atrapar mis labios en un beso suave y rápido.

— Gracias— susurró en mi oído.

Comimos entre risas y unos que otros besos. Lauren se veía aun algo tensa y nerviosa, pero en vez de presionarla para que me dijese que le pasaba, preferí tratar de distraerla. Compartíamos las papas y nos dábamos de comer la una a la otra, importándonos poco lo que las personas a nuestro alrededor pudieran llegar a pensar. Al terminar de comer recogimos la basura y la dejamos en su sitio, para luego caminar hasta el estacionamiento y montarnos en el auto.

— Se que te esperabas algo más romántico y con clase que unas hamburguesas en McDonald's, sé que lo esperabas porque te mereces ese tipo de cosas y más— me dijo, cuando se estacionó frente a mi casa.

— Está bien, no importa...

— No, escúchame— me interrumpió—. Sé que la cita de hoy fue terrible, al menos en el sentido de planificación y esfuerzo me llevaría una F, reprobaría y sería expulsada de lo malo que fue. Pero yo la pasé bien porque estaba contigo, porque tu sola presencia hace que McDonald's parezca un restaurante caro y lujoso, porque a tu lado no siento que estoy sentada en una silla dura de cuero sintético, sino que estoy sentada en almohadas de algodón hecho por los dioses exclusivamente para poner mi culo en ellas, porque a tu lado siento que lo tengo todo aunque no tenga nada.

— Lauren...

— Me haces sentir invencible, Camila. Y la cita de hoy fue para demostrarte que no me importan los lujos, el qué dirán o cuánto dinero tienes en tu cuenta bancaria. Me importa que estemos juntas y tener tu compañía... Prometo que en las próximas citas, si aun quieres volver a salir con una idiota como yo, voy a hacer algo que esté completamente a tu nivel. Porque lo de hoy fue para demostrarte que te quiero a ti: a la Camila sencilla y que bromea conmigo y me da besos por toda la cara para que no me enoje... No quiero a la Camila que es hija de Alejandro Cabello, uno de los hombres más ricos del país, no quiero a Camila Cabello, la millonaria con la que firmé un contrato para casarme. No quiero un Lauren Jauregui y Camila Cabello en vestidos elegantes y estiradas hasta no poder más, quiero a Lauren y Camila en jeans y zapatillas que están juntas porque quieren y no porque sus padres se lo impusieron. Yo no quiero estar contigo porque un contrato así lo dice, yo quiero que estemos juntas porque nosotras así lo decidimos.

No aguanté más, y me lancé hacia Lauren para besarla y expresar todo lo que no podía decirle con palabras, haciéndole saber que esa era la mejor cita en la que había estado, que si estaba con ella me sentía dueña del mundo y como si pudiese hacer cualquier cosa, especialmente traté de que entendiera que yo también quería estar con ella.

— Me dejaste sin palabras— le dije, luego de que nos separáramos unos centímetros.

— Espero que hayas entendido lo que quería decir, porque estoy muy nerviosa como para preguntarte. — Colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja y acarició mi mejilla con su pulgar.

— ¿Te lo pregunto yo? — Consulté, perdida en sus ojos que estaban de color verde oscuro casi azules.

— Si quiero.

— Pero aún no te pregunté...

— No es necesario.

— Pero yo quiero hacerlo— dije, haciendo un puchero.

— Así no es justo.

— Shh—coloqué mi dedo índice en sus labios para evitar que hablara—. ¿Quieres ser mi novia?

— Si quiero.

**

LAUREN

A raíz del anuncio que mi padre había hecho unos días antes, habíamos conseguido un espacio para hablar sobre la desaparición de Camila en un evento para llamar más la atención de los medios.

Estaba nerviosa, ya que papá me había dicho que algunos de sus contrincantes habían tachado la desaparición de Camila como una estrategia de campaña, sucia y cruel. Ojalá fuese así, ojalá.

— Ella es mi hija Lauren— escuché que le dijo mi papá a un hombre con el que conversaba—. Cariño, ven un momento. — Extendió su brazo hacia mí y caminé hasta donde él estaba.

— Mucho gusto, Lauren Jauregui— dije, al estrechar la mano del hombre, que colocó la suya encima de la mía y luego colocó también la otra. Como odiaba que hicieran eso.

— Thomas Rit— sonrió—. Le estaba contando a tu padre que tengo una hija de tu edad, debe estar por ahí...

— Sería un placer conocerla en algún momento— lo interrumpí—. Si me disculpan, tengo que preparar algunas cosas antes de que empiece el evento.

Sin más, salí rápido del lugar y caminé hasta el sitio más alejado que encontré. Estaba detrás de un árbol, tratando de componerme un poco, porque de repente me había sentido mal.

Mis manos temblaban, sudaba frío y apretaba mi mandíbula hasta que dolía. No podía hacer esto, no podía pararme frente a todas esas personas y hablar sobre Camila, no iba a ser capaz de hacerlo sin romperme.

— ¿Estás bien? — Me limpié con la manga de mi chaqueta las lágrimas que habían salido por impotencia, y traté de componerme un poco antes de encarar a la dueña de aquella voz.

— Sophie...

— ¿Estás bien, Lauren? — Repitió, buscando mi mirada que se mantenía fija en el suelo.

— Si, no te preocupes.

— No te creo.

— Déjame sola— espeté, descargando mi mal humor con ella.

— ¿Estás segura?

— Vete— le pedí, mirándola por primera vez a los ojos.

— Como quieras... Pero quería decirte que no voy a presentar cargos. Parece que tienes mucho sobre la mesa en este momento— comentó, al azar, haciendo que frunciera el ceño.

— ¿De qué hablas?

— ¿Tan ebria estabas que ni te acuerdas? — levanté la ceja izquierda, confundida—. Aquella fiesta a la que fuimos, ¿recuerdas?

— Si, si.

— Bailamos, tomamos, y luego fuimos al baño— hizo una pausa dramática, negando con la cabeza lentamente—. Yo no quería hacerlo, Lauren. Yo no quería, pero tú me obligaste a estar contigo.

— No entiendo de que estás hablando, Sophie. Solo nos besamos y tu estabas de acuerdo. No hice nada que no quisieras.

— ¿Y piensas que alguien te creería?

Me dio una mirada de autosuficiencia antes de irse, y dejarme confundida y enojada. 

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