Baekhyun sabía que era una estupidez. Lo sabía, más que nada porque ni siquiera estaba seguro de que fuera a volver a ver a Chanyeol. Hacía dos días que el alto se había ido sin decir esta boca es mía de su casa, y aún no sabía si la clase del martes siguiente se la iba a dar él o si la academia a través de la que lo había contratado mandaría a otra persona.
En cualquier caso, allí estaba Baekhyun, rodeado de mujeres parloteando sin parar, muerto de vergüenza, entre ruidos de secadores y un olor fuerte a tinte. Por qué no pidió cita en una peluquería de caballeros, se dijo.
- Hola, guapo, ya te toca, pásate por aquí -sonrió la chica, indicándole el lavacabezas más cercano y colocándole la toalla alrededor de los hombros. Vamos allá, pensó.
No estaba tan mal el cambio, pensó, mirándose al espejo ya en su casa aquella noche. Jongdae se había reído de él por haber sucumbido a los deseos de su pene, como los llamó él, aunque también reconoció que le quedaba bien y que le daba un aspecto de bastardo inocente, le dijo. Baekhyun no sabía cómo tomarse aquello, así que simplemente lo ignoró.
Se metió en la cama, acostándose de lado, y sus ojos cayeron inevitablemente sobre el libro de Hamlet que aún descansaba en su mesita de noche. Recordó lo que había pasado dos días atrás y se cabreó, cogiendo el libro y lanzándolo lejos, sin importarle que se doblaran las páginas.
Cerró los ojos, dispuesto a dormir, cuando sintió el móvil vibrar, maldiciéndose por haberse olvidado de quitar la vibración y maldiciendo a quien fuera que le enviaba un mensaje un lunes a las casi doce de la noche. Le gustaba dormir y acostarse pronto, que lo denunciaran por ello si querían.
Desbloqueó el aparato, poniéndolo en silencio, y se estaba planteando no contestar a la gilipollez que fuera que Jongdae le había mandado, cuando vio que el mensaje entrante no era del idiota de su mejor amigo.
La clase del martes la daremos en la cafetería frente a la estación de autobuses. Misma hora. No te retrases.
Chanyeol. El mensaje era de Chanyeol. No sabía si reír de felicidad porque no lo había dejado tirado a dos semanas del examen o si tirar el teléfono contra la pared porque el imbécil ni siquiera había tenido la decencia de disculparse. Contestó un simple Ok y bloqueó el teléfono, dejándolo boca abajo para ni siquiera ver si le contestaba aquel poste con gafas.
Sin embargo, Baekhyun mentiría si dijera que no puso esfuerzo en vestirse para ir a la cafetería, aunque fuera a dar clase y a volverse a casa. Apareció a la hora justa, mirando alrededor buscando a Chanyeol en alguna de las mesas del sitio. Lo encontró en una especie de semireservado, una mesa en una esquina del local, separada de las otras por paneles de madera que servían de respaldos para los sofás.
- Chanyeol -lo llamó, haciendo que el mayor levantara la vista de los papeles que ojeaba para mirarlo. El menor sonrió suavemente de medio lado al ver la expresión de asombro y la boca abierta de su profesor cuando se sentó.
- Baekhyun -parpadeó, como despertando de su trance y señalándole el asiento junto a él-. No esperaba... Bueno, no te esperaba moreno.
- Simplemente me apeteció el cambio de aspecto -dijo dignamente el más bajo, sentándose donde se le había indicado.
Podía notar el efecto que su pelo ahora negro estaba teniendo sobre Chanyeol. Eso junto con los vaqueros que le abrazaban las piernas como una segunda piel, una camisa simple cubierta por una chaqueta oscura y apenas un poco de delineador para que sus ojos resaltaran podían hacer que hasta los heteros se giraran para mirarlo, y a su profesor claramente le atraían los hombres por la manera en la que se lo estaba comiendo con los ojos. Punto para Baekhyun, pensó.
- Bueno -comenzó el alto, ajustándose las gafas e intentando recobrar la compostura-, ya que tienes el examen en dos semanas, he pensado que podríamos dar un repaso general, y luego insistir en las partes que más te cuesten.
Baekhyun asintió, sacando los materiales necesarios de la mochila y colocándolos sobre la mesa. La camarera se acercó en ese momento, una chica amable y simpática con gafas y hoyuelos que tomó nota de su pedido, sonriéndole y preguntando si quería que le trajera posavasos para evitar que los cercos del café le mancharan los apuntes.
Baekhyun le dio las gracias cuando le trajo el pedido, posavasos incluidos, y le dijo que había sido muy amable. Ella rió, diciendo que era lo menos que podía hacer por un chico guapo y estudioso como él. Ambos sabían que simplemente era un intercambio amable y distendido sin ningún significado oculto, pero cuando se giró hacia Chanyeol a preguntarle la duda que se le había quedado en la lengua cuando llegó la chica, lo vio con cara de pocos amigos.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Tú no eras gay? ¿Por qué ligas con una chica? -Baekhyun casi sucumbe a la tentación de reírse en su cara, pero se aguantó.
- Chanyeol, esa chica era amable simplemente, y yo sólo le he dicho la verdad, ninguno estaba ligando -sabía que tenía una sonrisa condescendiente en la cara pero, demonios, era la primera vez que sentía que Chanyeol estaba celoso por él o algo así-. Y ahora, ¿me puedes volver a explicar las imágenes religiosas en Caedmon's Hymn?
Chanyeol pareció tranquilizarse después de eso, comenzando a explicarle las imágenes del poema. La clase transcurrió sin ningún otro altercado y, de hecho, a Baekhyun se le hizo bastante corta, aunque echó de menos que Chanyeol lo tocara. Sabía que estaban en público, sin embargo, sabía que no se habría quejado si el mayor hubiera deslizado su mano sobre sus muslos.
No obstante, Baekhyun notó otros toques, quizá más sutiles, pero definitivamente a propósito. Al principio pensó que se lo había imaginado cuando Chanyeol rozó su mano con la suya al cogerle el boli para corregir algo que había escrito mal, o cuando sus hombros se tocaron unos segundos al inclinarse sobre él para mirar qué era lo que le estaba preguntando.
Cuando esos toques sutiles se siguieron repitiendo a lo largo de las dos horas de clase, Baekhyun estuvo seguro de que no eran accidentales, si no que Chanyeol estaba poniendo todo su cuidado en tocarlo "accidentalmente".
Su tren de pensamiento fue interrumpido por una alarma en el móvil del mayor, anunciando que las dos horas de clase habían acabado.
- Ha ido bien -le anunció Chanyeol, sonriendo y recogiendo los papeles para meterlos en su propia mochila. Baekhyun estaba de acuerdo, pero estaba decepcionado porque el otro no se había disculpado y, en realidad, le había gustado estar así con él.
- Sip -asintió simplemente, guardando sus cosas a su vez.
Cuando terminó, se giró hacia Chanyeol para despedirse, pero se dio cuenta de que el mayor seguía allí recostado, bebiendo su café con tranquilidad.
- Tómate el café, Baekhyun, ¿o acaso tienes prisa porque hayas quedado? -Baekhyun negó con la cabeza, tomando la taza de café entre sus manos para sorber un poco del caliente líquido. Era la segunda taza que se tomaba y agradecía haber pedido descafeinado.
Estuvieron así un rato, sorbiendo café tranquilamente uno al lado del otro. Incluso cuando Baekhyun se acabó el suyo, Chanyeol pareció no alterarse, tomándose su tiempo para terminar la taza.
- Si tienes tiempo, vayamos a dar una vuelta -le dijo el alto, posando la taza vacía en la mesa.
- Chanyeol, yo... tengo que estudiar y... -empezó, pero calló al sentir los labios del mayor rozar los suyos suavemente, los ojos de Chanyeol rogándole tras los cristales de las gafas que aún llevaba puestas.
- Por favor.
Baekhyun no pudo más que asentir, mirando aún en shock cómo el mayor sonreía, guardando las gafas en su estuche y tirando de su mano para salir al frío de Diciembre. Miró alrededor, evaluando cuál sería la mejor ruta y tirando suavemente de la mano de Baekhyun cuando se decidió por una.
El más bajo dejó que Chanyeol deslizara sus dedos entre los suyos, cada vez más sorprendido mientras el mayor lo llevaba por callejuelas decoradas con motivos navideños, anunciando la llegada de las fiestas, y parloteando animadamente sobre las vacaciones y sobre los regalos que tenía que comprar.
Estuvieron así un rato, hasta que Baekhyun pensó que necesitaba una maldita respuesta a todas las preguntas que le pasaban por la cabeza. Tiró suavemente de la mano de Chanyeol, sus dedos aún entrelazados, para obligarlo a que lo mirara.
- Chanyeol, ¿por qué haces esto? -y sabía que su profesor entendía lo que esa pregunta implicaba, no era sólo hoy y su paseo improvisado, era todo.
- Vamos por aquí -le dijo, señalando una calle cercana.
- Chanyeol.
- Contestaré a todo lo que quieras, Baekhyun, pero en medio de una calle concurrida no es como planeaba decirte las cosas.
Baekhyun calló, siguiendo al alto por aquella calle, saliendo a una especie de plaza con jardín, algunos bancos colocados estratégicamente alrededor de una fuente congelada en el centro de la plaza. Apenas había gente allí, una pareja en uno de los bancos del otro lado. El mayor tiró suavemente de su brazo, instándolo a que se sentara con él en uno de los bancos libres.
El menor lo siguió, sentándose a su lado con el cuerpo girado hacia él, soltando al fin su mano del agarre de Chanyeol suavemente. Lo vio sentarse de frente, los codos apoyados en las rodillas y bufando, exasperado, revolviéndose los mechones negros de una manera que Baekhyun se obligó a pensar que no era sexy.
- Baekhyun -empezó el mayor, su voz ronca-. Quería pedirte perdón por lo que te dije el otro día -giró la cabeza para mirarlo a los ojos con expresión sincera-. Aún así, creo que te debo una explicación para que entiendas por qué reaccioné así.
Chanyeol se recostó en el asiento, mirando al frente de nuevo, tras el asentimiento silencioso de Baekhyun. Para Baekhyun una disculpa solamente no era suficiente y, al parecer, Chanyeol pensaba igual.
- Me gustas, Baekhyun -lo miró por el rabillo del ojo, sonriendo ante la boca ligeramente abierta de Baekhyun-. Me gustas mucho, y ese ha sido el principio del problema. Al principio creía que simplemente me parecías guapo, pero nunca he tenido problemas con mis alumnos, me parecieran guapos o no -Baekhyun trató de no darle mucha importancia a la punzada de celos que sintió al escuchar hablar de los otros alumnos guapos de Chanyeol, y se concentró en tratar de procesar que le había dicho que le gustaba-. Pero eras tan poco sutil, intentando acercarte a mí preguntándome cosas o tocándome como si hubiera sido un accidente... -soltó una risita, haciendo que Baekhyun se pusiera rojo.
- Tampoco hace falta que te rías de mí -le reprochó, golpeádole el brazo.
- Era adorable -le sonrió el alto, frotándose la zona golpeada-. Puede que ese fuera el problema, al fin y al cabo acabé enamorándome de ti -volvió a mirar al frente y el menor creyó ver sonrojo en sus mejillas- Nunca antes me había pasado, era muy poco ético que te quisiera para mí cuando lo que debía hacer era enseñarte literatura. El día que dormiste en mi casa... -tragó saliva, y Baekhyun se sonrojó acordándose de su comportamiento-. Fue bastante duro contenerme. Traté de apartarte de mí, cuando suspendiste y te propuse aquel trato indecente... pero aceptaste. Aceptaste que te tocara, aunque no querías que te besara y a mi en aquel momento me pareció bien, aunque con el paso de los días cada vez me frustraba más, porque pensaba que sólo me estabas usando. Y el día que te quedaste dormido simplemente exploté... No esperaba que te cambiaras el color del pelo -sonrió al escuchar a Baekhyun repetir 'lo cambié porque me apeteció, no porque me dijeras nada, no te creas tan importante'-. No creí que te haría tanto daño, pero me di cuenta al momento siguiente de decirlo que había hecho mal -se giró hacia el menor completamente, mirándolo de frente, y Baekhyun se estremeció por la intensidad de su mirada-. Esa es la verdad. Eres libre de no creerme y de contratar otro profesor si quieres. Sólo... quería aclararlo.
Baekhyun no podía creerse lo que estaba oyendo. Soltó una risa sarcástica, mirando hacia un lado antes de volver a mirar al mayor a la cara.
- ¿En serio me trataste mal porque te gustaba? ¿Qué edad tienes, ocho?
- Tengo veintiocho, en realidad -Baekhyun calculó mentalmente y la diferencia de cinco años le pareció sexy.
- Tú eres imbécil.
Cualquier réplica por parte de Chanyeol quedó en el olvido cuando Baekhyun lo agarró por las solapas del abrigo y tiró de él hacia adelante, haciendo que sus labios chocaran en un beso demandante.
El alto se dejó llevar, poniendo sus manos en la cadera y la nuca del menor haciéndolo gemir débilmente en su boca, separándose apenas un segundo para recuperar aire y volver a unir sus labios en un beso húmedo y necesitado, uno que Baekhyun llevaba mucho tiempo queriendo y que no se había atrevido a pedir.
Se separaron lentamente, Baekhyun aún agarrando su abrigo, y se miraron a los ojos.
- Es la primera vez que tengo un novio tan idiota -le sonrió el menor, haciendo que Chanyeol sonriera a su vez.
- Pero apuesto a que nunca tuviste un novio tan guapo -Baekhyun rió y lo golpeó suavemente en el pecho.
- Idiota.
- Pero me quieres -el alto se inclinó, volviendo a unir sus labios-. Esto no significa que vaya a ser más blando contigo en clases.
- No se me había ocurrido -admitió el otro-. ¿Vas a seguir tocándome de manera indecente mientras me enseñas literatura? -la sonrisa que le dedicó el alto lo hizo mojarse los labios de anticipación.
- Creo que tengo un método mejor.
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Una respiración agitada y sonidos de succión era cuanto se oía en la habitación. Poco después, dedos finos y delicados se enredaban en mechones oscuros, avisando de lo inevitable.
- ¡Chanyeol!
El mencionado no se movió, agarrando los muslos de Baekhyun mientras el chico explotaba en su boca, separándose tan solo cuando hubo acabado, relamiéndose y sonriendo.
- No hacía falta que estuvieras tan callado, Baek, vivo solo desde que Sehun decidió mudarse con Luhan.
Baekhyun le lanzó una mirada que pretendía ser de enfado pero que supuso que no tuvo el efecto deseado cuando el mayor se acercó a besarlo, restos de semen aún en su boca y le pareció sexy y caliente.
- No quiero que tus vecinos nos oigan.
- Ah, pero yo sí que quiero, Baekhyunnie -sonrió, inclinándose para besar el sensible cuello del menor-. Quiero que me oigan darte tu premio.
Baekhyun gimió por el ataque a su punto débil. La idea que había tenido Chanyeol después de su disculpa para motivarlo a estudiar, era prometerle sexo después de las clases, aunque sólo llegarían hasta la penetración si aprobaba el examen final. Cuando Baekhyun se rió, diciendo que el alto no sería capaz de aguantar, y vio la mirada decidida de Chanyeol sobre él, tragó con dificultad. El imbécil de su ahora novio bien era capaz de hacer algo así.
Así que Baekhyun había estado estudiando mucho, incluso pidiéndole que le explicara cosas de otras asignaturas que no entendía. En esos momentos era cuando Chanyeol le sonreía con suficiencia y le decía que sólo le pagaban por enseñarle literatura, y Baekhyun le replicaba que ahora era su novio, y que si él quería que se pusiera de rodillas, debía hacerlo. Nunca pensó que lo haría realmente, de cualquier manera.
Pero allí estaba él, dos semanas después de su examen de Literatura y con el resto de sus exámenes finales terminados. Había ido a casa de Chanyeol a restregarle por la cara el seis y medio que había sacado en la asignatura (no es que fuera una nota muy alta, pero él estaba orgulloso igual), cuando el mayor lo arrastró dentro del piso y lo atrapó entre su cuerpo y la puerta, besándolo hasta dejarlo sin aire para tras eso, llevarlo a su cuarto y ponerse de rodillas para complacerlo, sonriendo como un bastardo cuando vio que su joven novio pretendía no hacer ruido.
- ¿Estás cansado ya o quieres que te dé lo que te prometí? -Baekhyun prácticamente lo asesinó con la mirada.
- Imbécil -murmuró, obligándolo a que lo besara mientras una de sus manos bajaba a acariciar el creciente bulto en los pantalones del alto.
- Te contradices a ti mismo, Baek -susurró sonriendo contra sus labios, pero no dejó que el bajo le replicara, uniendo sus labios de nuevo.
Chanyeol lo llevó hasta el borde de la cama, dejando atrás los pantalones que Baekhyun había conseguido desabrochar y deshaciéndose de la molesta camiseta del más bajo, sonriendo cuando se separó para observar la figura desnuda de su novio.
- Deja de mirar, Park, pensé que ibas a darme mi premio.
- Necesito inspirarme, Byun -replicó, riendo por lo bajo y empujando suavemente al más bajo en la cama, subiendo a esta tras él. No se esperaba que el menor le diera la vuelta al asunto, literalmente, subiéndose encima de él y obligándolo a tumbarse boca arriba.
- Déjame inspirarte, entonces -le dedicó su mejor sonrisa de bastardo antes de inclinarse para morder el lóbulo de su oreja.
Chanyeol se dejó hacer, gruñendo roncamente cuando los dientes de Baekhyun dejaron una marca en su cuello, cosa que el menor notó que le pareció sexy, sonriéndole de medio lado.
Siguió bajando, besando y marcando su torso hasta que llegó a la cinturilla de los boxers del alto, la única prenda que restaba por quitar de sus cuerpos, tirando de ella y lanzándola no sabía bien dónde, y tampoco le importó.
Si el mayor pensaba que Baekhyun iba a darle el mismo placer que acababa de darle él, estaba muy equivocado. El más bajo apenas besó y lamió su miembro erecto, si no que se sentó sobre él, sus miembros rozándose, y comenzó a imitar los movimientos de una penetración, moviendo sus caderas lentamente mientras miraba con intensidad a los ojos del hombre bajo él.
En cuestión de segundos, el dominio de Baekhyun se fue al carajo cuando el mayor intercambió sus posiciones de nuevo, quedando él encima, besándolo mientras rebuscaba a ciegas en el cajón de la mesita de noche el lubricante.
Lo preparó con cuidado y con esmero, dedicándole todo el tiempo necesario a cada dedo lubricado para abrirse paso y acomodarse dentro del menor, besándolo para hacerle olvidar el dolor y repartiendo caricias por su cuerpo, hasta que Baekhyun gimió que estaba listo y un por favor que hizo sonreír a Chanyeol.
Baekhyun gimió alto cuando el alto lo penetró lentamente, haciendo gala de un autocontrol que no pensó que tendría. Esperó a que se acostumbrara a su miembro dentro de él, repartiendo besos por su cuello y cara, antes de que el más bajo rotara las caderas, mandando a ambos al séptimo cielo e indicándole a Chanyeol que ya podía moverse.
Se lo hizo lento, mandando la cordura de Baekhyun al infierno y haciéndolo gemir como no lo había hecho cuando era su boca la que buscaba que llegara al orgasmo. Fue el menor quien le rodeó las caderas con las piernas, instándole a que fuera más rápido, más profundo, más.
Chanyeol obedeció de buena gana, aumentando el ritmo y la profundidad de sus embestidas, y encontrando aquel punto dentro del menor que lo hizo olvidarse de los vecinos y de todo en general. El miembro olvidado de Baekhyun fue rodeado por la basta mano de Chanyeol, a la vez que sus labios encontraban el hueco entre su cuello y el hombro para succionar y dejar allí una marca.
Tanta estimulación fue demasiada para Baekhyun, quien se corrió por segunda vez entre los dedos de Chanyeol, apretando inconscientemente los músculos alrededor de la erección contraria y haciendo que el mayor de los dos no aguantara tampoco mucho más antes de descargarse dentro de él.
Jadeantes pero satisfechos, se miraron el uno al otro sonriendo antes de que Chanyeol rodara a un lado, saliendo de él e intentando controlar su respiración.
- ¿Ha merecido la pena esperar o no? -le preguntó con una sonrisa autosuficiente en los labios.
- No ha estado mal -replicó Baekhyun, sabiendo que no convenía hinchar más el ego de su novio.
- Eres la dignidad personificada -rió Chanyeol, acercándose a dejar otro beso en sus labios-. Hablando de personificaciones, tienes Literatura Inglesa II este cuatrimestre, ¿no?
- Ugh, no me lo recuerdes -se tapó la cara con las manos-. Odio la poesía del Renacimiento, y mi madre quiere que vuelva a tener profesor particular.
- Aham -asintió, comprensivo-. Sobre eso... Me ha vuelto a contratar.
- ¿Qué?
- Empezamos la semana que viene -le sonrió malicioso-. Empieza leyendo el resumen sobre Wyatt y Whoso List to Hunt.
Baekhyun gruñó, tapándose la cara con la almohada en un vano y absurdo intento de asfixiarse. Pero cuando Chanyeol le quitó la almohada de entre las manos riendo y lo besó, pensó que si él era su profesor, no podía ser tan malo.
FIN