Cortito, pero es que tenía que dejarlo aquí :p
Katia llegó muy puntual a la hora que la cité. Para mí fue sorprendente verla con un short de mezclilla, una remera y unas sandalias. Muy informal, esto es común en el país que crecí, ¿pero aquí?
-¿Qué es tan urgente? -Se incorpora sin soltar la taza donde Rita sirvió té.
-Vamos afuera. Quiero tratar algo privado.
Ella me sigue, bebe hasta la última gota del líquido para después dejarlo sobre el pasto donde nos detenemos.
-¿Y bien? Yo puedo ayudarte en lo que necesites. Ya sabes, para eso están las amigas.
-Quiero una cita con tu padre, cuanto antes mejor. Sé que el atiende por lo general a la familia real, pero en pocas ocasiones de consultas a personas que solicitan una cita con anticipación.
-¿Te pasa algo malo? O, ¿acaso tú estás embaraza? -Se lleva la mano a la boca ocultando la sorpresa.
-¡No! Necesito una opinión médica de un caso. Es un favor que me pidieron y lo haré ¿Podrías darme su número telefónico?
-Claro, es más, te conseguiré la cita cuanto antes. Pero..., no quiero que pienses que te pido algo a cambio. Es un favor -saca una tarjeta de presentación, extiende su mano para entregármela-. ¿Podrías entregársela a Lucas? Dile que pase a la cafetería. Le invitaré un desayuno.
Ya que tocó el tema, tengo que hacer que su amor por Lucas se quede en platónico. No quiero que se haga falsas ilusiones.
-Katia sé que estás ilusionada con Lucas pero él no te quiere. No sientas mal porqué eres una chica maravillosa y sé que podrás conseguir a otro chico que te ame como lo mereces.
-Pero yo lo quiero a él. Los sentimientos pueden cambiar. Él puede llegar a quererme.
Lo haría si su corazón y sus pensamientos no estuvieran con otra persona.
Suspiro designada. No le podré hacer cambiar de opinión por más que le busque excusas. Guardo la tarjeta. Proseguimos a charlar de temas sin sentido.
Por la noche me encierro en el baño. Busco el interruptor y enciendo el apagador. Marco el número de Lucas.
"¿Hola?
"Katia te invitó a su cafetería. Necesito seas claro con ella pero con gentileza, por favor. Ella está interesada en ti y está dispuesta a conquistarte"
"Esa pequeña terca" resopla "Ya me di cuenta de sus intenciones. Bien, haré un campo en mis actividades diarias para ir a verla. No te preocupes, ella entenderá"
No alargo más la conversación, cuelgo. Me doy un baño y me meto a la cama. Intento conciliar el sueño pero un ruido de la casa de al lado me lo impide. Es tan irritante que por más que tape mi oído con una almohada, sigue oyéndose. Me levanto furiosa, abro de golpe la ventana dispuesta a pedirles amablemente que eliminen ese ruido. Para mi sorpresa veo a un hombre subiendo por unas escaleras. Su destino es una la habitación de la casa de al lado. ¡Un ladrón! Se está aprovechando de que aquel sonido evita que los vecinos estén alertas.
Salgo al balcón, e intento gritarle aunque lo más probable es que no pueda oírme.
-¡Oye! baja de ahí.
Si se percata pues voltea hacia mi dirección. Hace ademanes de que guarde silencio. Un ladrón descarado. Pienso gritar hasta que los vecinos puedan oír y el ladrón se marche pero justo antes de hacerlo la puerta de mi habitación se abre. Me giro para ver a Rita buscándome.
-Aquí estoy.
-¿Qué haces? -llega hasta mí.
-Un ladrón quiere entrar a robar a la casa de al lado.
Tengo tan mala suerte que él ya no está. Puede estar dentro de la casa robando.
Rita cierra los ojos y los vuelve a abrir. Está frustrada.
-No es un ladrón. Es el hijo de los Morgan. Todas las noches entra de contrabando para que sus padres no lo vean. Ya te imaginas; un abogado, hijo de familia yendo a fiestas de personas con las hormonas alborotadas no es bien visto para sus padres. Es mejor que no te metas porque TU relación con él es peor que con la hija de los reyes.
Me muerdo el labio de vergüenza. En los asuntos ajenos lo mejor es no meterse, con mis problemas vasta.
El ruido prosigue por lo tanto, no me queda más que intentar dormir con el sonido hiriendo mis oídos.
Mi móvil suena indicado que un nuevo mensaje ha llegado.
De: Katia
"Mañana a las ocho de la mañana tienes cita médica con mi padre en su consultorio médico. :) Así de eficaz quiero que seas con mi pedido"
Ya tengo listas todas las preguntas que le haré. Ahora debo dormir para madrugar y estar presente a la hora que se me indicó.
Me despierto por el sonido de la alarma. Soñolienta me voy directo al baño a despertarme por completo.
Cuando ya estoy lista bajo a tomar el desayuno lo más rápido que pueda, no quiero llegar tarde. Tal parece que llegué justo a la hora indicada pues Demián ya está desayunando con el periódico aun lado.
-Buenos días -saludo demostrando mis modales.
-Toma asiento. ¿Saldrás?
-Sí, Katia me invitó a su cafetería. No se preocupe por darme información de ella, con solo tratar un día con ella supe qué tipo de chica es.
Él asiente y se vuelve a concentrar en su desayuno.
-Lo volviste a hacer. Muy bien jugada -lleva el vaso de leche a su boca.
Ve mi rostro confundido por ello señala el periódico. Lo tomo y en primera plana estamos Argus y yo con las palomitas en la mano. El titular dice: "La pareja real disfrutando de una tarde en el cine"
Las personas no pierden el tiempo. Pensé que una simple salida al cine no sería relevante pero veo que para la prensa nuestra vida privada lo es.
Dejo el periódico sobre el comer sin mostrar importancia a la nota.
-Me retiro, Katia debe estar esperándome.
Tomo la hoja en donde Rita anotó la dirección del consultorio y me marcho.
Para cubrir mi rostro lo más posible, pongo alrededor de mi cuello una bufanda, lentes de sol, un abrigo con capucha.
Siempre hay que estar prevenida, ya comprendí que la prensa aparece cuando menos lo espero.
Toco el timbre, segundos después la recepcionista me recibe. ¿Por qué sé que es la recepcionista? Fácil, hay una pequeña placa de metal que dice "recepción" sobre el escritorio.
-¿Usted es la señorita Julie Paez? -La mujer intenta ver más allá de las gafas que cubren mis ojos.
¿A caso Katia me consiguió una cita con un nombre falso? Pues que inteligente de su parte.
Asiento mirando hacia otro lado.
-Pase, por favor. El doctor ya puede atenderla -Me señala la puerta. Después del toque se abre mostrando a un señor de quizás unos cuarenta o cincuenta años. Su cabello negro se mezcla con el blanquecino de algunas canas. Sus ojos son del mismo color que el de Katia, a diferencia de ella él es alto.
La puerta se cierra detrás de mí, es entonces cuando me quito todos los accesorios parte de mi disfraz.
-Señorita Eva -me invita a tomar asiento-. Mi hija me dijo que era una cita secreta. Acepto que me tomó por sorpresa -se deja caer en su silla giratoria, cruza la manos sobre su escritorio-, ¿Qué le aflige? ¿Algo anda mal? No se preocupe que los problemas de mis pacientes se quedan aquí. Es confidencial.
-Gracias por atenderme. Lo que cabe recalcar es que no es sobre mí, yo estoy bien de salud. El problema es de una amiga. ¿Sabe? Ella está en coma, o es lo que creo. ¿Puede una persona ser obligada a permanecer en coma?, con algún tipo de medicamento.
-Claro que se puede. Hablas del coma inducido. Es un estado de inconsciencia provocado por el equipo médico a través de drogas sedativas. Se da para controlar la ansiedad de las personas o dolores físicos. O lo más común es cuando el pulmón está gravemente enfermo, tiene dificultad para oxigenar la sangre y el paciente puede entrar en insuficiencia respiratoria. Por estos motivos puede mantenerse a una persona sedada.
-Y si una persona entró en coma por algún golpe ¿cuánto tiempo puede estar en coma?
-Depende de la gravedad del asunto. Despertar depende del tratamiento que se le proporcione. Pero claro, si hablamos de la muerte encefálica nada puede hacerse para despertarla.
-¿Muerte encefálica? -trago saliva.
-Se refiere al cese completo e irreversible de la actividad cerebral o encefálica. En pocas palabras, la persona jamás despertará. Pero para hacer un diagnóstico necesito ver a tu amiga.
Mis piernas están temblorosas, agradezco estar sentada porque si no ahora estaría en el suelo. ¿Cómo podré hacer que la revisé? Él verá que somos similares y se lo dirá al rey.
-Yo me comunicaré con usted -respiro y con toda mi fuerza me levanto-. Agradezco su información. Por ahora me voy.
Quiero salir corriendo, pero recuerdo que necesito cubrirme. Tomo mis cosas y estando lista salgo a paso apresurado.
¡Dios! ¿Por qué todo es tan complicado?
No puedo conseguir un doctor sin temer a que revele lo que está pasando.
Como un rayo cae el recuerdo del doctor que fue a ver a Demián. Si son muy amigos él pudo atender a Eva. Quizás ya tiene un diagnóstico. Pronto, no sé como pero tengo que saber que le hizo a Eva.