Llegando al final del pasillo, donde costosamente pudimos encontrar el regreso; Carl al vernos abrió sus ojos a tope sin embargo no se movió.
—¡Carl, abre la puerta! —ordena el líder en un grito.
El castaño con nerviosismo abre la reja otorgándonos el regreso. Sin que Rick dejara pasar otro segundo, guió a Hershel a la parte de las celdas que entre llamados a Carol, esta salió auxiliando al anciano con ayuda de Lori.
Notando que no ayudó en mucho, le di un leve apretón de mano a Maggie para darle confianza, esta asiente agradecida, sin dejar pasar un minuto más me dediqué a esperar con Daryl.
—No es seguro que estés aquí, debes regresar. —comenta a la par que concentra su mirada en la mirilla de su ballesta
—Se cuidarme sola —me defiendo colocándome a lado de él. —He tratado con gente así toda mi vida
Daryl sacando una leve risita ronca me observa de reojo, desenfundado mi arma apunte a la par que él; —Si no supiera que eras militar, de verdad creería que antes eras una prisionera —confiesa con burla.
En el momento en que su burla fue declarada, los cinco hombres salieron entre jadeos y suspiros, pero al notar que les apuntábamos , volvieron a su estado serio.
—Aquí está mi celda —dice el hombre de bigote frondoso, latino a simple vista —, C-4
Este al notar que no estábamos dispuestos a contestarle, da un paso enfrente. —Das otro paso y te mato —advertí con seriedad.
Estos intercambiaron miradas notablemente confundidos, el hombre de estatura alta y piel morena da un paso enfrente provocando que ahora el cazador le apunte.
—¿Qué creen que hacen, están dementes, robaron un banco o mataron a alguien? —pregunta con desesperación.
Enarcando una ceja, baje un poco mi arma para observar a un Daryl claramente más confundido que yo.
—¿Desde cuándo están en ese lugar? —pregunta el cazador
—Entre nueve a diez meses, un oficial nos dejó ahí y atranco la puerta diciendo que volvería por nosotros, sin embargo, eso jamás sucedió. —responde el latino, que claramente a juzgar es el líder.
Daryl buscando una pequeña ayuda, se gira a verme, asentí para que prosiguiera a decir lo que ahora mismo nos rodeaba.
—El mundo se fue al carajo, los muertos viven y los vivos... mueren. Hablamos de los muertos vivientes.
Los cinco presos con pánico, giraron sus cabezas hacia las ventanas, todos abrazándose así mismo temblaron.
—¿Tienen un teléfono para llamarle a mi esposa? —pregunta el hombre de estatura alta
—No hay celulares, computadoras, radios, no hay nada.
La voz de nuestro líder hace que giremos a verlo, este se encontraba con el ceño fruncido y atrás de él venía un Glenn con su arma en alto.
—Ya no hay nadie que los detenga, pueden marcharse —añade el líder haciéndoles una señal con la cabeza —vengan.
Los prisioneros acatando la orden del líder comenzaron a caminar hacia la salida del pabellón, claro está que sin dejar de apuntarles hasta que estos estuvieran afuera.
—Están locos si nos iremos de aquí, por algo están ustedes en este lugar. —dice el líder de los prisioneros —No nos iremos.
—Nosotros derramamos sangre por esta prision —ataca Rick tensando la mandíbula.
—Hombre —llama el prisionero de cabellos claros, que hasta el momento se había mantenido callado —, La prision es demasiado grande, podemos despejar un pabellón y cada quien irse por su lado.
Rick no muy convencido asiente apretando sus labios; —Les ayudaremos a despejar el pabellón, si nos dan la mitad de provisiones.
Ambos líderes estrecharon las manos.
♢
—Atacan al cerebro. Solamente así mueren —indica Rick a la par que empuña su cuchillo.
Junto con: T-Dog, Daryl, Glenn, Rick y yo, comenzamos a ayudar a aquellos prisioneros.
Como era de esperarse el pabellón D estaba incluso más confuso que el C. Y por consecuente se encontraban más caminantes que antes, sin dejarnos opción, comenzamos a correr una vez más hasta encerrarnos en una puerta desteñida, dándonos paso a la lavandería.
Los gruñidos de los caminantes se escuchaban incluso más cercanos a nosotros, Rick limpiando su sudor se colocó enfrente de dos puertas que se encontraban en el mismo lugar.
—Solo abre una puerta —indica Rick, Andrew, el líder de los prisioneros asiente lentamente para después abrir las dls puertas de golpe dándole paso a los caminantes.
—Un accidente —se excita encogiéndose de hombros.
Rick tensando la mandíbula asintió costosamente para después girarse y enterrar su machete de mango rojo en el primer caminante que se le acercó, repitiendo la misma acción que nuestro líder, me mantuve enterrando y retirando mi cuchillo de sus cráneos. Antes de poder acercarme al último, mis oídos se agudizan a la par que mis pupilas se dilatan.
Todo ocurriendo en cámara lenta, impulse mi cabeza hacia atrás notando que Andrew pasó su machete cerca de mi.
—Perdona —se disculpa con una sonrisa, apretando la mandíbula asentí.
Sintiendo ahora como algo me toma de la cintura, tome sus muñecas para después tirarle al suelo, el hombre de estatura baja y tez morena se encontraba temblando abajo mío, sin dudarlo, retire mi arma y jale de gatillo.
—¿Qué has hecho? —grita Andrew acercándose a zancadas grandes hacia mi.
Estando cara a cara, un machete fue a parar al costado de su cabeza. Rick se encontraba enterrando aquella arma en la cabeza del prisionero, el hombre de estatura grande dispuesto a atacar fue retenido por uno de los mismos presos, matándolo.
—Ellos eran los malos —hable el hombre de tez morena para después entregarle el arma a Rick.
Un poco confundidos por su actuar, llegamos a las celdas del pabellón. —Listo a partir de ahora están por su cuenta —declara el líder.
Los hombres que nos estaban acompañando, de giraron con sus cejas enarcadas.
—Los hemos ayudado —se defiende entre tartamudeos, Axel.
—Este era el trato, lo pactamos y se tiene que cumplir.
Dicho lo anterior, Rick comenzó a retirarse junto con los demás, sin moverme, me quede sola con ellos, les di una sonrisa sin mostrar mis dientes.
—¿Crees que también somos como Andrew y los demás? Porque te juro que no es así. —se apresura en decir Axel.
Negué con la cabeza; —Ustedes si diferentes —comentó acercándome a Axel para después depositarle un beso en su mejilla derecha —, Si las personas que están aquí son importantes para ustedes, denles un entierro digno de un ser humano.
Dispuesta a irme, comencé a caminar a la salida de las celda;
—Eres mejor que él líder de tu grupo —comenta la voz gruesa de Óscar haciendo que detenga mis pasos.
—Es mi novio —informe sin verlos pero claramente escuche sus risas
—Algo amargado necesita de dulce en su vida —cita Óscar
Enarcando una ceja ante aquello, seguí mi camino sin mirar atrás, pero claramente me sentía conmovida por aquella frase.