The Last Virgin Standing / Ti...

By Blakeisavampire

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Charlotte Summers es la última virgen en su escuela; una escuela donde tomar la virginidad es un deporte. El... More

Sobre la autora - The Last Virgin Standing by laughterandjynx
Capítulo 1. Mi manzana es verde, pero su envidia lo es más
Capítulo 2. Sé como Alice y acósame
Capítulo 3. ¡Boxers, Calzoncillos, y Oh-Mi-Biología!
Capítulo 4: Linguine y Luke el Desagradable
Capítulo 5: Un libro, Dos libros, Un chico, Tres chicos.
Capítulo 6: Bolas a la canaleta, Bolas de bolos y Bolas de Newton.
Capítulo 7: ¿Apunta a los desagradables clásicos y no a los pétalos de rosa?
Capítulo 8: Llévame al juego - Eso también funciona.
Capítulo 9: Cualquiera puede tener talento con las chicas
Capítulo 10: En Walmart puedes encontrar cosas exóticas
Capítulo 11: Humpty Dumpty
Capítulo 13: Club de Fans de Luke: Parte de Uno
Capítulo 14: Cuatro por cuatro: Cuatro al cubo
Capítulo 15: Los condones son las nuevas cincuenta sombras
Capítulo 16: La curiosidad mató al gato y el gato atrapó al ratón
Capítulo 17: Abrazos
Capítulo 18: Los ogros son como las cebollas
Capítulo 19: Juegos de palabras
Capítulo 20. No me dijeron que jugar a Cupido tenía sus consecuencias
Capítulo 21. Una olla de Jambalaya revuelta, por favor.
Capítulo 22. Balanceándose con el enemigo
Capítulo 23. De corazón a bragas con Sr. Chico Malo
Capítulo 24. Choux à La Crème, Escargort, y encantos de príncipe
Capítulo 25. Pavo para el pensamiento; tal vez Benjamín estaba en el camino
Capítulo 26. Más terca que un demócrata y más brillante que un flamingo
Aclaraciones y reclutamiento de staff
Capítulo 27. Fe, confianza y polvo de hadas.
Capítulo 28. A las doce en punto

Capítulo 12: Comida Post-Sexo

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By Blakeisavampire

¿Quieren escuchar una broma que acabo de inventar? Es bastante mala. ¿Qué clase de abrigo viste una fruta fría? ¡Burberry!(1)

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Capítulo 12: Comida Post-Sexo

–Iré a escoger un postre. La pizza debería estar aquí en diez minutos. Uno de cincuenta puede servir para pagar. Solo atiende la puerta y entrégale el dinero. Asegúrate de que te de bien el cambio. Eres una chica lista. Has la cuenta antes que él.

–Sé cómo funciona esto de la pizza, papá. Tengo casi dieciocho.

–Como en marzo.

–¡Eso está como a cinco meses!

–Lo cual es casi medio año. Aún eres mi pequeña niña –susurró, arrullándome en un abrazo de oso.

Lo empujé. –Ve por los dulces.

–No hagas fiestas locas mientras no estoy.

–Lo intentaré. Veinte minutos es muchísimo tiempo para irse –repliqué sarcásticamente.

–Adiós.

Rodé los ojos y subconscientemente suavicé las arrugas de un billete de $50. Geez, ¿qué hace?, ¿doblarlo mil veces? El timbre sonó y levanté mi trasero perezoso para atender. Recibiría la pizza así que lo valía.

–Oh, hola Alec –saludé–. ¿Es para mí?

–¿Eres Ted Summers?

Hice mi voz grave y profunda. –Síp, ese sería yo.

Él se rió y me entregó las pizzas. –$34.50. ¿Pagas con cincuenta? Tu cambio es de $15.50.

–Gracias.

–Antes de que me cierres la puerta en la cara, tengo que pedirte un favor.

–De acuerdo, dímelo.

–¿Te pondrías mi chaqueta? –preguntó, casi viéndose nervioso de que rechazara su proposición.

–¿T-tú... quieres que me ponga tu chaqueta? –pregunté en shock.

–Quiero decir, no tienes que hacerlo. Solo estaba pensando...

–No, lo haría. ¡Pero tú no dejas que nadie la use! –Nunca, en la carrera escolar de Alec, una chica o chico se ha puesto su chaqueta. Que me lo pidiera era algo así como un milagro.

–No había nadie que lo valiera. –¿Alguien tiene la pancarta de "aww"? –. Quiero decir, es la chaqueta número uno.

–¿Estás diciendo que yo lo valgo?

–Sí, eres material número uno. –Y aquí es cuando la audiencia dice "aww" otra vez.

–¿Cómo podría decir que no a eso?

Su sonrisa ladeada era demasiado linda. –Supongo que no. Espera, déjame traértela. –Corrió hacia el auto y tomó una chaqueta nueva azul y blanco–. ¡Sin gérmenes!

Tomé la chaqueta y la coloqué cuidadosamente en el borde del sofá. –Me aseguraré de lucirla.

–No me cabe duda de que lo harás. ¿Puedo pedirte otro favor?

Asentí. –Okay.

–¿Me acompañarás al baile de bienvenida? Podríamos ser la pareja número uno –preguntó, como si lo último que dijo pudiera sobornarme.

El jugador estrella del equipo me estaba pidiendo ir al baile de bienvenida con él. No diría que no. Así que dije que sí. –Claro, me encantaría ser parte de la pareja número uno.

–Deberíamos sellar nuestro acuerdo con un beso.

–¿Oh?

–Síp –replicó presuntuoso. Era un poco emocionante, la forma en que lo sugirió.

–Ahora tienes que decidir, ¿no?

Alec sonrió, inclinó su cabeza y se acercó a mi cara. Segundo beso del año –esperemos que esto termine bien. Cerré la distancia e hice lo que había hecho la última vez con Ian. Se sintió bien entonces. No me pareció completamente horrible. El beso de Alec era también muy dulce. No creo que alguien supiera sobre mi beso con Ian, así que probablemente él pensaría que ese fue mi primer beso.

–Creo que el trato fue sellado bastante bien –susurró Alec, su frente en la mía.

–Entonces creo que estamos bien.

–Adiós, Summers.

***

Tyler nunca me escribió después de eso; probablemente era algo de una vez, sin duda para burlarse de mí. Sí, estaba un poco decepcionada, pero lo superaría. Era solo un chico. Tengo a muchos otros chicos detrás de mí. La única razón por la que me intrigaba era porque no estaba haciendo un esfuerzo, como si estuviera jugando de difícil. Era una estrategia inteligente, le daría eso.

–Hey, gatita –ronroneó, colgando su brazo en torno a mis hombros–. ¿Qué te pondrás el 12 de octubre?

–¿Por qué?

–Para que mi corbata calce con tu vestido, por supuesto. Podríamos ir de compras juntos. O podemos pagar a hacer tu vestido a la medida. Solo lo mejor para mi Charlotte. Te garantizaré la envidia de las otras chicas.

–¿Qué te hace pensar que iremos juntos?

Lucía aturdido. –¿Con quién más irías?

–Una cierta estrella del béisbol llamada Alec Jennings.

–Es ridículo. Irás conmigo.

–No soy de tu propiedad, Ian.

–¡Pero nos besamos!

–También besé a Alec.

–¿Me estás engañando? No creí que fueras así.

Me detuve y lo encaré. –No sé si sabes esto, pero no estamos saliendo –dije, recalcando las dos últimas palabras.

–Claro que sí lo estamos.

–¡No iremos al baile de bienvenida juntos!

–Bien, pero entonces conocerás a mis padres. Ese será tu castigo.

Mi boca se abrió para responder, pero la cerré. ¿Quería que conociera a sus padres? ¿Estaba bromeando? No creo que Ian haya llevado a alguna chica a conocer a sus padres. Eso era algo grande. –¿En serio?

–Por supuesto. Me han estado acosando por ti durante semanas.

–Sí –acepté suavemente–, me encantaría conocer a tus papás.

–Genial, prepararé algo. Espero que te guste la lasagna.

–Me encanta la lasagna.

–¿Sabes?, la lasagna es una buena comida post-sexo –mencionó casualmente.

–¡Qué mal que no tendremos sexo! ¡Y claramente, no lo haría antes de conocer a tus papás!

–¿Te sientes mal al respecto? Bueno, no querría que te sintieras mal. De hecho, puedo hacerte sentir maravillosa.

–No dormiremos juntos, Ian.

–Oh, pero técnicamente ya dormimos juntos. El viaje en el globo aerostático, ¿recuerdas?

–¡Sabes a lo que me refiero!

–¿Lo sé? ¿De verdad lo sé?

–Vete, Ian.

–¿Te gustan los gatos?

–¿Qué?

–¿Te gustan los gatos?

–Amm... no lo sé, ¿sí?

–Oh, bien. ¿Cuándo es tu cumpleaños?

–No me darás un gato para mi cumpleaños.

–Nunca dije que lo haría. Deja de poner palabras en mi boca –regañó–. Ahora contesta mi pregunta. ¿Cuándo naciste?

–El 3 de marzo.

–¿Me lo recordarías el primero de marzo? Puede que lo olvide.

Él era muy extraño a veces. –De acuerdo, como sea, está bien.

Se quedó ahí sonriéndome. No sabía qué hacer aparte de sonreírle, lo cual solo hizo su sonrisa más amplia y brillante. –¿Qué harás en navidad?

–¿Navidad?

–¿Podrías dejar de hacerme repetir y explicar las cosas? Sí, navidad. El 25 de diciembre. El cumpleaños de Jesús. El día después de la noche de navidad.

–Probablemente quedarme con mi papá, ¿por qué?

–Oh, nada. Estaba pensando. Si ser sexy fuera un crimen, deberías ser ejecutada.

–¡Qué tranquilizador!

–¿Qué me dices de Halloween? ¿Qué harás entonces?

–No lo sé...

–¿Qué te parece ir a una fiesta de disfraces conmigo? ¿Te parece interesante?

–Ya veremos.

–Tomaré eso como un sí.

–No te adelantes tanto. Todavía no he aceptado.

–Todavía.

***

–Hey, Beckett, no te he visto en un tiempo. ¿Cómo estás?

Sus rizos castaños se veían más rizados que de costumbre y su rostro era esperanzado. –¿Estás familiarizada con Pokemon?

–¿Quién no?

–Ok, bien. Entonces no me veré como un completo idiota cuando te pida que seas la Nidoqueen de mi Nidoking? –De acuerdo, esa fue la broma gamer más dulce que he escuchado en mi vida, no es que haya escuchado otra... pero si lo hubiera hecho, esa sería la más linda.

No estaba segura de cómo decir esto, así que dije lo primero que se me ocurrió. Ser directo siempre era bueno. –Amm... ¿Beckett? ¿No eres gay?

Él suspiró y me miró con ojos tristes. –Pero no es como si pueda ir con Ethan. No lo he divulgado todavía, y necesito una cubierta. Será sospechoso si voy solo.

–¿Entonces ve con alguien más?

–Entonces ese alguien más esperará sexo después y se está volviendo muy cansado el pretender ser hetero. ¿Tienes idea de lo aburrido que es pretender y fijarte en las chicas?

–No me fijo en chicas, Beckett.

–Oh sí, lo siento. Olvidé que no eras un chico.

–Gee, gracias. –Porque eso mejoró la situación.

–Entonces, ¿lo harás?

–Iré con Alec, pero puedes ir y pedírselo a una lesbiana o algo.

–Eso es absurdo. Me hará desesperado.

–Ve con Emma.

–¿Quién?

–Emma, mi mejor amiga.

–Ah, ella –dijo, reconociéndola–, pero ella no sabe que soy gay.

Me encogí de hombros. –Entonces cuéntale. Confío en ella. Es buena guardando secretos.

Lucía derrotado. –¿Segura que no le dirá a nadie?

–Promesa de meñique.

–No tengo tiempo para promesas de meñique. Dime dónde puedo encontrarla.

–No sé dónde está ahora mismo, pero puedo darte su número.

–De acuerdo.

–Marqué el número en su teléfono y lo guardé como "Emma, la guarda secretos". Lo agradecerá. De verdad espero que no hablara de Beckett como su enamorado. Eso solo podría ser incómodo y terminar en desastre. –Le gustan las petunias.

***

–Emma, sé quién es Ryan Boyer.

Me miró confundida. –Sí, es el chico con quien durmió Hannah. Pensé que ya habíamos hablado sobre esto.

–Sí, pero también es el tipo de la fiesta.

Ella se inclinó hacia adelante y siseó–: El tipo que...

–Sí, ese.

–¡Tenemos que hacer algo! ¡Dile a la policía!

Tan tentador como sonaba, no podía hacerlo. En realidad no tenía ninguna prueba. Era la palabra mía y la de Tyler contra la suya. Ni siquiera estaba segura si Tyler pudo ver cómo lucía. Y si lo hizo, probablemente no tenía idea de quién era Ryan Boyer. Ryan Boyer. El hecho de que había escuchado ese nombre antes me molestaba. Y no creo que sea del intercomunicador... Ryan Boyer...

–No puedo.

Saltó y colocó sus manos en las caderas. Mirándome, demandó–: ¿Y por qué no? Estuvo a punto de violarte. ¡Tiene que ir a la cárcel! No se puede librar de esta.

–Demasiado tarde. Ya lo hizo. Y además, Tyler lo golpeó bastante.

Me guiñó y me codeó sugestivamente. –Ooh, Tyler.

–Oh, cállate. Solo somos amigos. De hecho, ni siquiera somos amigos.

–Te dio u aventón en su motocicleta. Yo digo que eso clasifica como amistad.

–¡Ni siquiera me habló al día siguiente!

–Él no quería parecer tan desesperado.

Nunca le conté sobre su mensaje de buenas noches. Eso se quedaría entre nosotros dos. Era algo lindo. Me pregunto si él sabía que me dio su número; tal vez lo había planeado.

–Tengo que irme a cuidar a Polly. ¿Te mensajeo?

Asentí. –Bien.

Me levanté para acompañarla. Justo cuando estaba a punto de hacerlo, alguien habló. –¿Charlie, podemos hablar?

Luke; cómo escuchaba esa voz. Supongo que tengo que dejarlo hablar, pero todavía no sé si puedo perdonarlo. –¿Qué quieres, Luke? –pregunté, intentando hacer que mi voz sonara aburrida.

–Quiero que me hables de nuevo. Quiero que estemos bien.

–No creo que estemos bien alguna vez.

–¿Qué puedo hacer para que volvamos a como estábamos antes?

–No puedes.

–Solo olvida todo sobre la confesión.

–¡Ese es el punto, no puedo olvidarlo! ¡Ha estado flotando en mi mente y no puedo dejar de pensar en ello!

–No mentía, lo sabes.

–¿Cómo puedo estar tan segura? Intentaste meterte en los pantalones de Hannah. Es como si yo fuera invisible cuando ella llegó. No intentaste hablarme hasta que ella se acostó con alguien.

–Solo quería que todo terminara. Pensé que si pasaba, finalmente me creerías.

–¿En qué universo eso tiene sentido?

Él se movió de lado a lado, jugando con el zipper de su chaqueta. –Supongo que ahora que lo pienso, no lo tiene.

–Simplemente no es nada convincente. Es todo.

–Lo siento, Charlie, pero tienes que creerme. Eres la única chica para mí.

Suspiré. Esa línea me hizo derretirme. Desearía poder creerle, pero mi cerebro no me lo permitía. Mi corazón apostaba por ello; de hecho, gritaba "¡Déjalo amarte! Creo que solo necesitaba más tiempo. Era uno de esos casos donde solo el tiempo puede sanar, o como sea que vaya ese dicho.

–Creo que tienes que irte, Luke.

–Ven conmigo al baile de bienvenida.

–Iré con Alec.

Sus labios formaron una tensa y delgada línea. –Oh, ya veo. Espero que te diviertas con él –añadió amargamente.

–Adiós, Lucas.

Aún te amo.

~~~~~~~~~~~~~~

(1) Es un tipo de abrigo utilizado por los estudiantes. La primera parte de la palabra burberry (bur) emula el sonido que hace la gente cuando tiene frío, y la terminación "berry" significa baya o frutilla... Sí, un chiste malo. Allá la autora con su imaginación, yo solo traduzco.

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