Narra Elsa:
-¡Abran la puerta malditos! -exclamaba Anna.
-¡Los atraveceria con una flecha si pudiera! ¿Saben cómo sería? Su cabeza quedaría hecha trizas, muy...
-¡Chicas hay que calmarnos, Mérida, nada de esas cosas, ¿no te da asco? ¿alguien sabe que hacemos aquí?
Todos negaron con la cabeza. Punzie se acercó a la puerta, a escuchar la conversacion del otro lado de esta. Hizo un gesto para que hicieramos lo mismo, intentabamos escuchar que decían, mas era casi imposible.
De un momento a otro la puerta de abrió dejándonos caer una encima de la otra.
-¡Anna salte de encima mio! -chillaba Punzie.
-¡Lo siento! ¡pero tú nos dijiste que nos acercáramos!
Los chicos nos miraban desde arriba con cara de "¿Qué estan haciendo?"
Rápidamente nos paramos.
-¿Nos van a decir qué hacemos aquí? -me animé a preguntar.
-Eh... están aquí por su seguridad, Elsa, tú deberías saber porqué -dijo Norte mirándome, todos parecían confundidos, a excepción de Anna, Aster y el mismo Norte.
Simplemente decidí quedarme callada, ellos creen que pueden retenerme aquí, pero están muy equivocados, tengo asuntos pendientes como reina y como hija.
-Bueno... Sus cosas ya estan aquí -habló Aster.
-¡¿Qué dices que dijiste?! ¡Eso es allanamiento de morada! ¡los voy a denunciar a derechos humanos! -gritó Mérida.
Puse una mano en su hombro, como diciéndole que se calme un poco. Así siempre ha sido Mérida de impulsiva. Al parecer entendió mi mensaje.
-¿Entonces eso quiere decir que no hay accidente químico en la Uni y que todo se lo inventaron ustedes? -preguntó Punzie.
-Oh, sí lo hay, todo es culpa de Jack -Se burló Flynn dándole una palmada en la espalda.
-Solo quería hacer una fórmula para que le creciera el cabello a la profesora Maggie, ¡le estaba haciendo un favor a la humanidad! ¡¿Acaso no la ha visto?! ¡Da miedo!
-Ajá... -respondió Norte sin creerle-. Volviendo al tema, tendrán que acomodarse de dos en cada habitación, no planeabamos la visita de ciertas personas -dijo mirando hacia el grupo de los chicos.
Y así lo hicimos, las chicas tomamos las dos habitaciones de la segunda planta a la derecha y los chicos las de la izquierda.
Cuando entramos en una habitación empezamos a discutir entre nosotras como dormiríamos.
-¿Entonces yo con Anna y Mérida con Punzie? -Más que en tono de pregunta fue de afirmación.
-¡Eh! Vamos, Elsa, ¿por qué no cambiamos de pareja? -cuestionó Mérida-. ¡Tú conmigo y Punzie con Anna!
-Eh... no estoy segura.
Anna solo me miraba como diciendo "¿Qué hacemos?"
-¡Vamos Elsa! -suplicaba Merida.
-Okay... -dije vencida ante la mirada de cachorrito de Mérida.
-Yap, entonces nosotras esta habitación y ustedes la otra -habló Punzie.
Mérida y yo tomamos nuestras maletas, dispuestas a trasladarnos a la otra.
-¿Estarás bien? -Se acercó Anna tomandome del brazo antes de que saliera por la puerta.
-Creo que sí -Le respondí insegura saliendo de la habitación.
Con Mérida acomodamos nuestras cosas, y me explicó porqué no quería estar con Punzie.
-Es que ella es muy maquillaje, vestidos, flores...agh. ¡La última vez me maquillo cuando estaba dormida!
Me dice, "Mérida, ¿por qué no te pones un poco de maquillaje?" es muy... Cómo decirlo para que no suene mal.. Muy... Muy pinkie. ¿Sabes? Un juego para mi consola vale lo mismo que un delineador.
-Tranquila -es verdad que Mérida y Punzie eran completamente distintas, sin embargo se llevaban muy bien.
-¿Qué dices si vamos a explorar el lugar? -preguntó Mérida con una sonrisa traviesa.
-¡Vamos! -me animé.
Caminamos y caminamos, por un momento parecíamos perdidas por aquel taller tan inmenso. Hasta que en el camino encontramos a un ¿gnomo? ¿Duende? Cargando un montón de regalos, asi que discretamente decidimos seguirlo.
-¡Wow! -exclamé.
-Esto es... -dijo Mérida.
-Increíble... -Terminamos de decir las dos al mismo tiempo-. ¡Ya, basta!
Ambas nos reímos por coincidir tanto.
-Así que... aquí es donde Santa hace los regalos.
Duendes por aquí y por allá cargando montones y montones de regalos, todo era colores y alegría, habían Jetis que hacian los juguetes.
-No sabía que los Jetis hacian los juguetes -comentó Mérida.
-Yo tampoco.
Aquellos adorables duendes con trajes navideños nos ofrecieron unas tazas de chocolate caliente. Mérida y yo estabamos cada vez más asombradas con cada paso que dábamos.
Tomé un sorbo de mi chocolate caliente, estaba exquisito, y un recuerdo me vino a la mente. Anna y yo siempre tomábamos el delicioso chocolate caliente de nuestra madre por navidad. A pesar de que ella no era la cocinera, preparaba esa bebida mejor que otros.
-¿Ya está listo? -decía desesperada la pequeña Anna de cinco años.
-Sí, ya está -dijo aquella mujer de cabello marrón, tenía una sonrisa tierna y sus ojos una chispa de alegría.
-Tomen -Nos ofreció entregándonos dos tazas.
-Mmm...chocolate -exclamamos ambas de niñas riendo.
-Gracias Mamá -mi pequeña yo miraba con ojos radiantes y admirantes a su mamá, esperando ser una buena mujer y reina igual que ella.
-¡Elsa! ¡Elsa! -La voz de Mérida me hizo reaccionar.
-¿Ah? ¿Qué pasó?
-Nada... Solo te desconectaste del mundo por un momento.
-¡Hey mira esto! -dijo acercándose hacia un escritorio-. Así que ésta es la famosa lista de niños buenos ... -Mérida tenía una sonrisa traviesa en el rostro.
-¡eh! ¿Qué piensas hacer?
-Digamos que el año pasado no me trajeron el nuevo arco que quería -habló agarrando un lapiz y escribiendo su nombre en aquel pergamino-. Santa no me trajo nada desde que rompí el tejido de mi madre.
-Ay, Mérida -reí.
En las habitaciones de la segunda planta...
Narra Jack:
-¿Y que opinas Hiccup? -dije recostado en la cama.
-mmm... la verdad que no sé. Pero debe haber una razón por la que son tan importantes -dijo Hiccup desde el suelo-. Oye Jack, ¿enserio me vas a hacer dormir en el suelo?
Hiccup tenía una carita de cachorrito.
-Tienes razón, eres mi amigo, ¡ven aquí! -dije dando palmaditas en la cama.
-¡¿E-enserio?! -dijo en un tono sorprendido, echándose en la cama.
-No- y lo empuje de la cama-. Ni loco duerno contigo.
-¡Auch! -se quejó. Hiccup se paró y se asomó por la ventana-. Ja-Jack, ¿deberíamos preocuparnos por esto?
Rápidamente me asomé también.
-¡Sí! ¡apúrate, apúrate! -dije y salí volando por la ventana.
¡Mierda! Norte nos va ha matar si les pasa algo. Volé lo mas rápido que pude. Un caballo negro a tan solo unos metros de Merida y Elsa, que seguían en plena guerra de bolas de nieve, y no se daban cuenta, ¡estas chicas son tan despistadas!
Inmediatamente con mi cayado lanze hielo, uno tras otro y sin darme cuenta uno casi roza a Elsa. Ella estaba paralizada, no volteaba. Mejor para mi.
Finalmemte pude destruir a aquel caballo de arena negra hecho por Pitch.
-¡Jack! ¡Jack! -me llamaba mi amigo, Hiccup, estaba cansado, se apollaba sobre sus rodillas tomando aire-. Uff, eso fue cansado -Se puso en posición de ataque-. ¡¿Dónde esta?!
-Amm...llegaste tarde, ya lo derroté.
-Que no se te olvide que yo no vuelo.
-¡Hey! ¡Qué te pasa imbécil! Casi matas a mi amiga -gritaba la pelirroja furiosa-. Les juro que los reviento a todos, pedazo de miserables, ¡los voy a mandar a todos a la...!
-Wow, wow, tranquila... -habló Hiccup tratando de calmarla.
Narra Elsa:
Después de que ese rayo casi me rozara, Mérida estalló e intente calmarla.
-Tranquila Mérida, e-estoy bien.
-¡Ya la escuchaste! -dijo Jack cretinamente -Ademas le acabo de salvar la vida.
-¡Ajá!
En eso una bola de nieve impactó contra la cara de Mérida, estaba sorprendida, ella me miró, mas yo levante las manos en señal de que no lo hice.
-¡Pendejos de mierda! ¡Ya no saben cómo tratar a una dama!
Miró a Jack pero otra bola impactó contra su cara, Mérida intento devolvérsela, mas falló y le calló a Hiccup.
Y así se inició una guerra, Jack con Hiccup y Mérida y yo, ambos equipos detrás de sus fuertes en direcciones opuestas.
-¡Vamos Elsa! ¡Necesitamos municiones! Estos cabrones no se saldrán con la suya...
-E-esta bien -Y así es como con mis poderes, obviamente sin que nadie me vea, cree un montón de bolas de nieve.
-¡Jódete Hiccup! -chilló lanzándole una bola de nieve que para mala suerte de Mérida, Hiccup esquivó -. ¡No por nada soy la reina de la puntería en mi ciudad, te voy a hacer desear no haber nacido!
Decidí asomar la cabeza por el fuerte, y una bola impacto en mi cara.
-Maldito Jack -dije en el piso aún con nieve en la cara.
Mérida se paró riendo por lo que me acababa de pasar.
Aprovechando la oportunidad Hiccup y Jack llegaron corriendo y le lanzaron a Mérida un balde repleto de nieve. Mérida terminó enterrada en nieve.
Ambas escuchábamos las risas de los chicos.
-Ven te ayudo -dijo Jack acercandose a mí y extendiendo su mano, la cual acepte.
-Gracias -dije un poco sonrojada.
-¡Y! ¿Que tú no vas a ayudarme también? -exclamó Mérida refiriéndose a Hiccup.
Jack y yo reímos. Mientras que Hiccup solo bufó.
-Está bien, está bien.
Hiccup le extendió su mano a Mérida y esta la tomó y tiró de ella, haciendo que Hiccup quede cubierto de nieve. Se quitó toda la nieve de encima y ayudó a Mérida con su cabello, parecía teñido de blanco ahora. Cuando terminaron, se quedaron mudos y muy cerca diría yo.
Mérida se alejo rápidamente un poco sonrojada. Se cruzó de brazos y desvío la mirada.
-Tsk, debilucho.
Se les veía adorables y me recordó a aquella vez en casa de los chicos, cuando Jack me tiro a la piscina. ¿Nos habrán visto adorables también?
¡BASTA ELSA! ¿Por qué pienso en eso?
Jack movió su mano al frente de mi cara.
-¿Qué haces? -dije extrañada.
-Ah, nada -dijo nervioso llevando su mano a la nuca.
-Estoy aburrida -Se quejó Mérida -. Hay que hacer algo. Quiero un campo de tiro... ¡Dios, ¿cómo se divierten aquí?!
-¿Y si hacemos algo después de almorzar? -dijo Hiccup resaltando la palabra "después".
-¡¿Comida?! ¡Genial!
-A que te gano en una carrera hasta el comedor -dicho eso salio corriendo antes de que Mérida contestara.
-¡Hey, no vale! -y fue lo último que escuchamos de esos dos.
Primero unos minutos de silencio incómodo.
-¿No tienes frío? -preguntó Jack.
-El frio es parte de mi -Jack parecía confundido por mi respuesta, se me olvido que él no sabe de mis poderes-. M-me refiero a que me gusta mucho el invierno, es mi estación favorita desde que era niña... Eh... Jack, tengo una pregunta para ti.
-Adelante.
-Por qué actuas diferente en la universidad, podría asegurar que aquí eres tu mismo, ¿porqué actuar diferente allá? -Jack sólo bufó. Se tardo un momento en responder.
-Tienes razón -eso me sorprendió, Jack Frost dandome la razón-. Aquí soy yo, antes de ser Jack Frost, bu-bueno siempre lo he sido pero me refiero a antes de ser guardián, digamos que... No tenía muchos amigos, ser yo no era fácil. Pero bueno... Cuando la luna me escogió convirtiendome en guardián pues... Conocí a estos idiotas -dijo riendo y señalando a sus amigos que estaban esperando adentro de taller-. Y a varios niños que creen en mi.
No sabía que decir.
-¡Eh! Pero no te iluciones! Cuando volvamos seré el mismo.
-Tampoco es que quiera estar contigo.
-¿Así...? -se acercó peligrosamente a mi.
-¿Tengo novio, se te olvida? -Y como si hubiera dicho algo malo, su actitud cambio, parecía más serio. ¿Está bipolar o qué cosa?
-¡Jack! -Lo llamaba Kristoff, me sorprendió lo rapido que habíamos caminado y ahora estábamos en el taller.
Narra Jack:
Bueno fue divertido estar un rato con Mérida y Elsa, y ahora todos estábamos adentro del salón, sentados alrededor de la mesa.
Pude notar que, bueno, Elsa se ve mas ¿educada? Con modales más sofisticados, a veces golpeaba despacio con el codo a Merida y le decía que se calmara con la comida que esta no se iba a correr del plato.
También que habían miradas entre Kristoff y Anna, es mi amigo desde hace mucho, sé que le gusta Anna.
En fin... Terminamos de almorzar, el tiempo paso, y todos se fueron a dormir menos nosotros los guardianes.
-Bien, ¿Y que tal les fue? -preguntó Norte.
-Te-tengo algo que decir, bueno, hoy se apareció un caballo de Pitch.
Norte estaba sorprendido.
-¿Y tras quien iba?-dijo Aster.
-Elsa -al decir su nombre Norte y Aster susurraban entre ellos. "¿Acaso sabe que está aquí?" es lo que escuché decir.
Una risa macabra.
-Claro que sé que mi querida Elsa esta aquí -Picth con su sonrisa malévola aparecio entre un montón de arena negra.
Todos estábamos en posición de ataque.
-Hey tranquilos, no he hecho nada -decía burlandose con tono inocente.
-Todavía -mencionó Aster sin quitarle la mirada de odio.
Sandman también estaba allí y solo mostraba con signos su molestia.
La cara de Picth cambió.
-Exacto. "Todavía" -repitió y chasqueó los dedos.
Gritos provenientes de la segunda planta se escucharon, Picth mostraba una sonrisa satisfactoria.
-¡ELSA! -esa era Anna gritando-. ¡Elsa, despierta!
Narra Anna:
Al escuchar los gritos de mi hermana corrí hacía su habitación, Punzie iba detras mío, Mérida intentaba despertarla de aquella pesadilla.
-Elsa, vamos, despierta.
Lo curioso era que había arena negra alrededor de su cama y esta envolvió a mi hermana quien desapareció.
De pronto llegaron los chicos también en pijama al igual que nostras.
-¿Qué fue lo que pasó? -asustado pregunto Flinn.
Los gritos ahora provenían de la primer planta, bajamos todos corriendo dirigiéndonos a donde provenían los gritos.
Lo que vi me horrorizó, Mi hermana en manos de Picth aún dentro de su pesadilla gritando de dolor.
Quiero matar a ese bastardo.
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Nota de Ana:
Ojala les guste el cap, se que nos tardamos mas de lo esperado xd
Is it too late to say sorry?
Voten si les gusto plz
Y queriamos avisar que la historia va ha estar en edicion, no vamos a cambiar nada de la trama simplemente los errores ortográficos asi que Don't worry. Se me pega el inglish :v
Eso es todo xd...chau chau