Como Sol y Luna[CSyL #1]

By bauthel

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-¡Cuéntame la historia del sol y la luna! -su sonrisa se ensancha mientras se pone cómoda y espera a que yo c... More

Capitulo 1
Capitulo 3
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Nota
Capítulo 10-POV Amber
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Epilogo-POV Olivia
Como Agua y Sal [CSYL 1.5 ]

Capitulo 2

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By bauthel

Un golpe en la puerta me despierta y mi cuerpo se sacude volviendo a la realidad. Parpadeo un poco confundida hasta que me doy cuenta donde estoy.

Cuando me siento el dolor se extiende por mi cuello, por haber dormido en una posición incómoda.

Y no estoy sorprendida, el duro piso de la ducha no es un lugar para dormir.

Después de haber descubierto que Olivia malditamente cambio toda la ropa de mi maldito armario, luego de la gran discusión con ella y con Amber, que había descubierto formaba parte del plan "recuperación" desde el principio, me encerré en el baño y ahora pago el precio de una noche lejos de mi cama.

—Aysel—escucho que Olivia grita desde el otro lado de la puerta y otra ronda de golpes empieza.

—¡ya te escuché!

¿Una de las ventajas de dormir aquí? no tengo que moverme para bañarme y voy a tener unos preciados minutos más antes de ver su cara.

Me ducho rápido y me pongo la ropa de ayer, que ya está arrugada, pero no importa, porque es la única ropa negra que me queda y ya tomé la decisión de no despegarme de este conjunto por el resto de mi vida.

Después de lavarme la cara, miro mi reflejo y veo que una chica me devuelve la mirada, arrugo la nariz y ella también lo hace.

Esto me pasa desde que tengo memoria y nunca se lo he dicho a nadie, no quiero que me tomen por loca, porque a pesar de que es mi cara la que está en el espejo, no puedo dejar de notar las diferencias que cada día son más.

Primero empezó con algo pequeño, como mis ojos, que se mostraban más brillantes y grises y mis pecas más oscuras, pero luego comenzaron a hacer cambios más notables, mi pelo se veía blanco cuando en realidad es negro y mi piel parecía brillar de una manera extraña. Mis ojos en el espejo parecen burlarse de mí.

Al principio me asustaba, creyendo que alguien más lo veía, pero cuando le pregunte a mis padres si notaron algo diferente en mí, ellos dijeron que no, después de eso acepte que yo estoy loca. Odio mirarme al espejo y ver a otra persona en mi lugar.

Aparto mi vista y abro la puerta del baño.

Cuando entro a la cocina, Olivia me mira disgustada y yo le lanzo una mirada de odio, nos miramos por unos segundos y luego suspira frustrada.

—Te preparé el desayuno, hoy me voy a quedar hasta tarde en el trabajo—dice mientras vuelve a repasar mi atuendo y yo no oculto la sonrisa de satisfacción mientras como mi tostada—quizá mañana podrías ponerte algo de la ropa que te compré.

Nunca

—sí, quizá—digo calmadamente y puedo ver la sorpresa en su rostro—o quizá podrías devolverme mi ropa y donar lo que me hayas comprado porque no voy a usar nada de eso.

¿Realmente creíste que te lo iba a hacer fácil? no me conoces en lo absoluto.

Ella me mira con fastidio antes de levantarse e irse. —nos vemos despues Aysel, solo piensa en lo que te dije ¿sí? —se para en el umbral de la puerta y me mira—mañana hablaremos con los vecinos y veremos si necesitan ayuda.

¡Lo sabía! Olivia siempre me empuja para que tenga más amigos, como si ser sociable es lo que yo quisiera.

Arrugo la nariz y asiento.

Ella me mira con el ceño fruncido y cierra la puerta detrás de ella. Cuando se va me deslizo fuera de mi asiento y pongo todo a lavar, tomo una manzana y salgo por la puerta con mi mochila colgando de mi hombro.

Me dirijo hacia la puerta de Amber cuando me acuerdo que en realidad yo estoy enojada con ella y sigo de largo. El camión de mudanza ya no está más así que supongo que la mudanza debe haber finalizado.

En los últimos tres meses he visto camiones de mudanza ir y venir constantemente, y yo aún sigo sin entender porque, según Amber este lugar es bastante seguro, pero yo no creo que sea eso.

Camino lentamente hasta que veo el autobús girar en la esquina y empiezo a correr, tirando de la resbaladiza mochila sobre mi hombro.

Demonios.

Llego a la parada justo a tiempo, un pedazo de manzana pasa por la vía equivocada y toso un poco. En estos momentos debo estar roja porque el conductor me observa extrañado hasta que le pago.

—¿estás bien? —me pregunta un poco preocupado.

Yo solo asiento mientras algunas lágrimas llenan mis ojos. —Si—mi voz sale algo ahogada, pero puedo respirar.

—no es nada—dice una voz de una chica detrás mío antes de golpearme la espalda—es algo normal en ella.

Cuando miro hacia atrás, me encuentro con la sonrisa de Amber y la fulmino con la mirada, para hacerle entender que aún sigo enojada por formar parte del "plan de recuperación".

El viaje en colectivo es incómodo, porque aunque hayamos conseguido asientos, su mirada de reproche me esta perforando el cuerpo.

Creo que está molesta por el hecho de que me puse ropa negra, a la cual me voy a aferrar hasta el fin de los tiempos.

..

—borra ya tu sonrisa de satisfacción o juro que lo hare yo—me susurra furiosa Amber.

Llevo mi mano al pecho y me muestro lo más ofendida que puedo.

—¿y yo que te he hecho para que me trates así?

Estamos caminando por el pasillo de la escuela y puedo distinguir tres grupos de personas: las que parecen zombies y arrastran los pies como si el simple hecho de estar en la escuela les hubiera drenado toda la energía, los que tienen demasiada energía para estar en la escuela porque, vamos, ¿Quién es feliz el primer día? Y los que tienen caminan a paso normal y usan su energía para odiar al universo.

Nosotras entramos en el último, aunque Amber parece dirigir su energía de odio hacia una persona particular. Yo.

Que afortunada soy.

Después de unos minutos, las dos tenemos nuestros horarios en la mano.

—ahora tengo historia ¿tú? —me pregunta mientras colocamos nuestros horarios juntos para ver qué tenemos juntas.

—geografía—digo con una sonrisa, esa profesora me ama.

—suertuda—murmura ella a mi lado. —mira—dice señalando mi horario—tenemos matemática juntas en la segunda hora y luego nos vemos en el almuerzo.

Yo arrugo mi nariz volviendo a ver su horario y el mío—no es justo, solo nos veremos tres veces a la semana.

Ella ríe—oh vamos, quizá tengas que ser un poco sociable, además, nos seguiremos viendo a la entrada, salida y en los almuerzos.

—puaj, sociabilidad, la mención de la palabra ya me causa asco.

Ella solo niega con la cabeza y se va a su clase.

Soy de las primeras en llegar al salón así que puedo escoger donde sentarme. Excelente.

Tomo asiento en una de las filas del medio y saco un cuaderno y una lapicera para ponerme a dibujar y pasar el tiempo hasta que la clase termine, porque sé que no voy a prestar atención a nada de lo que diga la profesora.

Siento que alguien me toca el hombro y levanto la vista—hola, ¿está ocupado?

Un chico de aproximadamente mi estatura, de pelo castaño y ojos marrones se encuentra a mi lado con una sonrisa pegada al rostro.

Genial, es uno del grupo que tiene demasiada energía para ser verdad.

—seh—respondo y vuelvo mi vista hacia al dibujo que ha empezado a tener forma, aunque solo estaba haciendo círculos hace un momento.

—oye que bonito, me parece familiar.

Salto en mi asiento y veo al chico de al lado mirarme fijamente, sus ojos marrones brillando de diversión.

Suficiente, siéntate Fido.

—¿Qué demonios? Aléjate—digo empujándolo hacia atrás y haciéndolo caer en su silla. Mientras ríe.

Veo el aula y aún quedan unos asientos libres, me levanto pero una mano se cierra en mi muñeca. Lo miro furiosa y en seguida me suelta.

—lo siento—dice levantando sus manos en señal de rendición—no sabía que te molestaría tanto, no te vayas, no lo vuelvo a hacer.

Pongo los ojos en blanco pero me dejo caer en la silla de nuevo.

—¿que estabas dibujando? —pregunta curioso.

—¿no dijiste que no volverías a molestarme?

—lo siento, lo siento. —dice girándose para hablar con las chicas de la fila de al lado que en seguida comienzan a reír, seguro que es todo un payaso.

Cuando la profesora entra cierro mi cuaderno y me inclino hacia adelante como si tuviera toda mi atención.

—hola querida clase—saluda con una sonrisa.

Cuando se da la vuelta y comienza a hablar, abro el cuaderno y sigo donde había dejado el dibujo que me parece cada vez más familiar, pero no sé de dónde.

Siento unos ojos fijos en mí y una respiración en mi cuello, cuando levanto la vista, el chico esta sobre mi hombro viendo lo que hago, con mi mano izquierda sigo dibujando, mientras que con la derecha lo empujo a su asiento, de nuevo.

—entiendo, entiendo, lo siento.

Lo fulmino con la mirada y él me mira con una sonrisa boba.

Cuando la hora termina huyo hacia el pasillo.

..

—solo digo que no es justo que nos veamos tres veces—vuelvo a decir.

Amber pone los ojos en blanco.

—creo que ya habíamos discutido esto Aysel.

—no, no lo hicimos—digo señalándola con el tenedor.

Estamos en el comedor, hay mucho ruido mientras todos conversan, nosotras estamos en una esquina, en nuestra mesa hay algunos grupos de dos o tres personas separados por un par de sillas, ningún grupo habla entre sí, así que estoy bien.

Mí mañana pasa volando y excepto por mi compañero de geografía, todo fue muy tranquilo.

Un plan de venganza comienza a formarse en mi mente mientras observo a Amber comer, no puedo evitar que una sonrisa aparezca en mi cara mientras planeo todo, lo que hace que ella me mire extrañada.

—oye ¿estás bien?

—ohhh si—digo sin quitar mi sonrisa.

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