Resumen: Sherlock jamás llegará a ser lo que la sociedad define como un modelo de Alfa, si bien él es un alfa en todo su esplendor... Pero el apareamiento, el acoplamiento y unión con cualquier Omega, simplemente no estaba en sus planes.
Serie: Sherlock BBC.
Pareja: John-Sherlock.
Género: Amistad-Romance.
Rating: M
Advertencia: Lemon-Omegaverso.
Capítulos: Extra.
Palabras: 1185 (Extra).
Notas: No pensaba en hacer una continuación, o un extra de ese fic... pero la idea nació sola, así que aquí está. Si hubiera tenido algo que agregar la podría haber convertido en una serie de capítulos, pero creo que dejo en claro la idea del fic.
Fecha: 27/02/2014.
Beta Reader: Pleasy TheYoko Stay.
Disclaimer: Todo lo referente a Sherlock Holmes pertenece a Sir Arthur Conan Doyle.
Alfa
Extra.
Sabía que a su compañero se le daba muy bien la improvisación: podía pensar todo un plan de acción en menos de un segundo; pero para ese tipo de cosas... cosas sexuales, específicamente, John entendía que Sherlock necesitaba un buen y muy elaborado cronograma.
Siempre había sido igual, desde la primera vez que el detective llegara al departamento con lo que parecía ser una loca idea de su parte. Una buena idea si John lo pensaba bien, excitante y salvaje.
Sherlock podía reconocer que no era un ser normalmente sexual. Uno que busca a su pareja por un encuentro en determinados momentos... y aunque John y él habían tenido sexo algunas veces en ese año que compartían de novios, por llamarlo de alguna manera, el detective temía que a su compañero le fuera insuficiente.
John había tenía muchas relaciones satisfactorias en su juventud, y por más que Sherlock se hubiera encargado de arruinar sus últimos intentos de que eso se repitiera en el momento actual, la inteligencia del detective no podría borrar de la memoria del doctor lo que es un buen encuentro sexual...
Mucho menos cuando supo que John había conocido el calor de un Omega en Celo.
El aroma, la pérdida total de las funciones más básicas para reaccionar de otra manera que no sea con su instinto más bajo, más animal, John lo había vivido en su juventud. Y aunque no se había unido a esa Omega, aún recordaba lo que había sido.
Sherlock podía ver perfectamente que el solo recuerdo de ese momento estremecía por completo el cuerpo de su compañero.
No, podía... no estaba dispuesto a perder a John frente al estúpido recuerdo de un Omega.
Si tan sólo pudiera cambiar su biología... Eso no le importaría. ¡Por John lo haría!
Pero no tenía que ser tan drástico, debía de haber una manera. Algo más simple para que John no sintiera que su vida sexual era poco emocionante. Él debía ver la forma de ofrecerle a John algo más que una esporádica y aburrida cogida.
—Creo que te has golpeado la cabeza con algo, Sherlock. —fue lo primero que John dijo ante la idea comunicada.
Sherlock suspiró pesadamente. Si no conseguía que John aceptase, era cuestión de tiempo en que acabase aburriéndose de él, dejándolo solo nuevamente... Meses, quizás hasta un par de semanas, y simplemente 'adiós' Sherlock.
—Vamos, no hagas eso. Sabes que odio que hagas eso. —John gruñó, presionando el puente de su nariz mientras veía el piso fijamente. —No sé si lo haces a propósito o no... Pero cómo odio cuando utilizas esa mirada de cachorrito... Está bien, hablemos primero.
El rubio lo instó a sentarse en su sillón mientras él caminaba hacia el suyo, no sin antes tomar la pequeña botella que Sherlock había dejado en la mesa de la cocina en cuanto entró. Ciertamente no tenía mucha confianza de lo que Sherlock pudiera hacer con ella, después de todo ya lo había drogado en nombre de la ciencia.
—¿Comprendes que hay ciertos factores técnicos difíciles de sobrellevar si lo hacemos como piensas? —preguntó el rubio, cuestionándose que Sherlock en verdad podía no haber pensado en algo como eso.
—Creí que lo que le faltaba a nuestros encuentros era claramente la posibilidad de 'acoplarnos', John... Más allá del aroma Omega, que tan bien sirve para ese propósito.
—Bien. Creo que ambos sabemos lo suficiente de biología para conocer cómo actúa un nudo Alfa durante el celo Omega, Sherlock. Me refiero a la 'logística'... para ello.
Sherlock frunció sus cejas, claramente sin entender a dónde quería ir el rubio con todo eso.
—No somos Omegas...
—Gran deducción, John.
—Sí, cállate imbécil. —el doctor bufó y trató de serenarse antes de seguir. —Me refiero a que ninguno de los dos está adecuadamente adaptado... Uno de los dos puede terminar lastimado, Sherlock.
Gran cosa... Sólo se necesitaba un poco de lubricante de más. John estaba haciendo un gran drama por nada.
—Has tenido sexo con mujeres beta. Ellas tampoco tienen las cualidades de un Omega, y no he sabido que tuvieras problemas.
—No quiero saber cómo te enteraste de ello. No quiero que me lo expliques... Pero tú no eres una mujer, creo que está de más el hecho de que te lo haga saber, Sherlock.
—Irrelevante...
—Bien. ¿Qué harás cuando en medio del clímax el nudo extienda tu esfínter más de cinco pulgadas? Para un Omega eso no es nada, están adaptados para ello, para eso y para el posterior alumbramiento de un bebé luego, Sherlock. Tú y yo, no.
Tal vez si Sherlock no hubiera puesto esa cara otra vez... ¡Cómo odiaba cuando ponía esa cara! ¡Por Dios santo! Quizás ellos no hubieran empezado con eso, y John se hubiera arrepentido toda la vida.
—Sherlock, no...
Pero el rubio se negó a dejar salir a su compañero de esa sala hasta que las cosas estuvieran bien entre ellos. Y eso significaba aceptar 'experimentar' con Sherlock sólo una vez.
Afortunadamente habían conseguido pasar por sobre los muchos temores del doctor. No había sido sencillo, y necesitaron de varias 'pruebas piloto' para saber cómo hacerlo de manera correcta sin que ninguno de los dos saliera lastimado.
John no sabría cómo alguno de los dos podría llevar al otro a urgencias y explicarle al médico de guardia cómo habían llegado a 'lastimarse'. Muy vergonzoso. Afortunadamente, esa situación jamás se llegó a cumplir.
Luego de esas exitosas 'pruebas piloto' vinieron los días previamente marcados, un intento más de hacer parecer que estaban esperando por el celo de un Omega, y que mantenía a ambos pendientes del calendario, independientemente de que le tocara la parte Alfa o no.
Ahora el rubio esperaba en la sala, con el murmullo de la tele de fondo, como era su costumbre. Había estado retorciendo sus manos por un incontable tiempo ya, pues los minutos jamás parecían pasar de manera adecuada para él. Además, debía mantenerlas ocupadas, pues siempre acababan yendo hacia su regazo.
Dios, estaba tan excitado, y tan sólo de imaginarse a Sherlock sobre la cama, preparándose para él. Ni si quiera había una pizca de olor Omega en el aire, así que aun debía esperar, y seguir visualizando a su compañero completamente sudado, deslizándose lentamente sobre uno de sus consoladores.
—¡Maldición! —John gruñó, necesitando ponerse de pie. Podía sentir la incomodidad de su miembro dentro del ajustado pantalón de jean. Y pensar en Sherlock en esos momentos no lo ayudaba para nada a calmar esa incomodidad.
Pensó en prepararse un té, pero creyó que lo más acertado en esos momentos era un buen vaso de whisky o brandy. Lamentablemente, ellos no tenían nada de eso en la casa, por lo que el té era su única opción viable.
—¿Sherlock? —se detuvo a un paso de la estufa, lamiendo sus labios. Recién allí había llegado hacia él el aroma débil pero dulce de un Omega. —Está listo. —se dijo a sí mismo, mientras comenzaba a quitarse el suéter por sobre la cabeza.
Dejó que la camisa se deslizara de sus manos apenas estuvo en el interior del cuarto, inhalando la esencia que en unos segundo siquiera lo haría perder el control de sí mismo.
Sherlock le sonrió desde la cama. Ni siquiera estando penetrándose a sí mismo con un gran consolador de látex dejaba de tener esa sonrisa petulante. Incluso parecía más sexy que nunca, deslizando una mano lacónicamente por la cabeza de su miembro, ayudándose a esparcir el líquido pre seminal por todo el largo del mismo.
—Tardaste mucho. Pensé que no vendrías... —bromeó el detective moviéndose sobre las sábanas de manera molesta.
—Tardé en sentir el aroma, lo siento. —John contestó con una semi sonrisa. Sus ojos buscando la visión de los dedos pálidos y largos empujar el falso falo dentro de sí mismo.
Sherlock se tomó el trabajo de elevar sus caderas para mostrarle a John lo que estaba haciendo su mano, sintiéndose orgulloso de sí mismo, cuando el rubio no pudo reprimir el gruñido de su garganta.
—¿Piensas quedarte allí?
John negó con desespero, pero aún así no se movió de donde estaba, como si el suelo le impidiera todo movimiento de su cuerpo, aunque lo que le impedía moverse era la imagen que tenía frente a él.
—John. —Sherlock gimió, casi en una súplica, y fue más que suficiente para que John saltara sobre la cama, y sobre su compañero.
Y sólo en esos momentos, John se dio cuenta de que entendía lo que el detective le había dicho semanas antes. A pesar de estar llevando las riendas en esos momentos, no veía la hora de que fuera él quien sintiera a Sherlock nuevamente en su interior.
Sherlock jadeó, abriendo sus piernas y brazos hacia su compañero, su pecho blanco mostrando las viejas mordidas de encuentros pasados, mientras John lo despojaba del consolador para situarse en entre sus piernas.
—¿Listo?
—Desde hace semanas, John. Apresúrate.
El rubio sonrió. Él siempre se había sabido como un amante sumamente dulce y cuidadoso con su compañero, independientemente que este fuera un Beta o un Omega. Con Sherlock también tendía a ser de esa forma, sólo que al detective le gustaban los encuentros más fogosos, por lo que con él no servían las cursilerías de besos y tiempos de espera mientras se acostumbraba a llevarlo dentro.
Así que era él quien necesitaba un poco más de ayuda para darle a Sherlock lo que en verdad quería.
Tomó el frasco de arriba de la mesa de noche sabiendo que después de ese encuentro no quedaría casi nada para uno siguiente, pero en otro momento lo pensaría. Giró la pequeña botella entre sus manos, dejando que el líquido se deslizara entre los pectorales pálidos, antes de dejarse perder por el aroma y el calor propio de su placer.
—Creo que voy a tener que buscar más de esto antes de tiempo. —murmuró Sherlock al paso de sus dedos por su propio pecho, recogiendo tanto el liquido Omega como su propia sangre.
—Lo siento... Pero me encanta hacer eso.
—Sólo porque sabes que es a mí a quien le gusta. —sentenció el detective, sosteniendo los brazos de John, mientras un nuevo orgasmo sacudía el cuerpo más pequeño sobre el suyo.
—¿Alguna queja?
—Quiero que lo vuelvas a hacer. —Sherlock bufó cuando su compañero enarcó una de sus cejas, sin entenderle. —Quiero seguir estando abajo... por un tiempo, al menos.
John lo observó, sonriéndole. Era raro, y casi increíble, que lo que más le gustaba a ambos era sentir al otro llevar las riendas... Podía entenderlo de sí mismo, ya que siempre estuvo acostumbrado a seguir ordenes. Pero de Sherlock...
—Si tú quieres, por mí está bien...
—Buscaré algo más de esto. —sostuvo la botella casi vacía entre sus dedos largos, sonriéndole a John de vuelta. —Una ración doble esta vez. Y quiero pasar una semana entera contigo...
—¿Toda una semana? —John se dejo oír, pero a pesar de lo que hubiera esperado de sí mismo, no se oyó para nada escandalizado.
—Completa. —Sherlock sonrió.
La sola idea de mantenerse encerrados con Sherlock toda una semana en su habitación fue lo suficientemente prometedora para ayudarlo con el siguiente orgasmo. Sintió que el cuerpo de su compañero se estremecía bajo el suyo, y no podía esperar a que Sherlock consiguiera más de su 'aroma' Omega para comenzar esa semana.
Fin del Extra.
Notas Finales: Bien... esto fue solo una pequeña idea que surgió luego de que acabase con el fic principal. En verdad, como dije más arriba, no tenía intención de seguirlo, pero la idea me gustó como para hacer un Extra, a lo sumo.
Aunque este Extra es casi tan largo como el fic en sí... por unas 400 palabras más o menos. (No, no las conté... pero estoy resistiendo la tentación de hacerlo cuanto puedo)
Bien, si les gustó o no... háganmelo saber. Acepto de todo menos tomatazos, que las verduras no me gustan.
Besos.