Lo abracé y apoyé la mejilla contra su oreja.
Encajábamos como dos bailarines, como si hubiéramos practicado aquel abrazo un millar de veces.
Ni contigo ni sin ti, tienen mis penas remedio: contigo porque me matas, y sin ti porque me muero. 11/11/15... More
Lo abracé y apoyé la mejilla contra su oreja.
Encajábamos como dos bailarines, como si hubiéramos practicado aquel abrazo un millar de veces.