Capitulo 30.-
Lauren apretó los labios cuando Camila le bajó las bragas y froto su coño con las manos con fuerza. Fue un movimiento rápido y inesperado. Bajó la mirada para ver a Camila. Sus ojos estaban oscuros, con un brillo especial por el deseo. La mayor gimió cuando Camile paso la lengua por su clítoris, que exigía que le prestaran atención
- Hazlo ya.- gruñó Lauren, impaciente. Camila se río.
En un ágil movimiento, Camila ya tenía metido 2 de sus dedos en el coño de Lauren. La sensación de sus dedos en su coño mientras con su lengua frotaba su clítoris, estaba haciéndola gruñir de placer. Lauren se oía gemir en el silencio de la habitación, mientras que la boca de Camila se deslizaba por todos lados. Podía sentir sus dientes rozar su clítoris, haciéndola temblar. Apretó los dientes cuando Camila succionó con fuerza sus labios vaginales.
- Si, justo así pequeña.- gimió.- oh, me encanta como lo haces. Más, bonita, más… mmh…
Lauren sintió como su cuerpo temblaba con cada penetración de Camila. Curvó los dedos de los pies. La cabeza de Camila se movía de arriba a abajo gracias a los movimiento que hacia, excitándola aun mas. Pero que buena vista tenia desde ahí arriba…
Y ya no aguantó. Tomó a Camila del cabello y trató de alejarla.
- Nena… apártate.- gruñó.- joder, me corro…
Pero no le obedeció, todo lo contrario. Succionó con más fuerza el sexo de esta y movió mas rápido sus dedos. Lauren cerró los ojos, y explotó llenando la boca de Camila con sus jugos.
- Si, si.- gimió Lauren.- Es...excelente
Enterrando los dedos en el cabello de la ojimarron, Lauren sintió como la boca de Camila succionaba con fuerzas dejándola sin ningún rastro del orgasmo anterior y satisfecha. Abrió los ojos y observó el movimiento que hacia su garganta al tragar. Cuando ya la dejó del todo saciada a su tía, Camila se levantó y se acercó hacia Lauren. Una delgada capa de sudor cubría su frente y cuerpo, enmarcando aun más sus músculos. Sus pechos se movían rapido por la urgencia de llenar sus pulmones con oxigeno.
- Eres….-jadeó Lauren, en busca de aire.- extraordinaria.
Ella sonrió.
- Te amo.
- Y yo a ti.
Lauren posó su mano sobre el pecho derecho de Camila, la menor gimió cuando sintió los dedos de su tía enroscar su pezón, sintiéndose endurecer aun más.
- Mmh… puedo sentir lo mojada que estas para mi, gatita.- dijo Lauren con su voz ronca.
Lauren la levantó y la llevó hacia la cama y se acomodó al medio de ella. Camila enroscó las piernas alrededor de la cintura de Lauren, presionando sus sexos
-Muevete.- gruñó ella.
- ¿Ahora quien es la impaciente?- se río.
Camila abrió la boca para discutir, pero en vez de eso, un fuerte gemido salio de sus labios al sentir a Lauren empezar a moverse rápido.
- Mi nena está caliente.- sonrió Lauren, mientras se movía cada vez más rápido.
Los movimientos fueron aumentando mientras Lauren se deslizaba arriba y abajo, frotando sus clítoris. Acunó los pechos de Camila con las manos y se fue deslizando cada vez más rápido. Lauren jamás se había sentido así. La mayor la deseaba de una manera inhumana. Primitiva. La amaba demasiado que hasta se empezaba a preguntar si eso era normal. Y mientras seguía en movimiento, escuchó a Camila gritar su nombre al mismo tiempo que colapsaba en su orgasmo. No basto mucho tiempo para que le siguiese ella, y luego caer encima de ella. Camila la abrazó por la cintura y Lauren la besó. Mezclando nuevos sabores, sensaciones y sentimientos. Camila le acarició la mejilla y le sonrió.
- Eso fue…
- ¡Laur!
Ambas se sobresaltaron al escuchar la voz de Clara fuera de su habitación, buscándola.
- Mierda.- masculló Lauren mientras se levantaba a la velocidad de la luz y tomaba toda la ropa desparramada en el piso.- no pensé que llegarían tan temprano.
- Date prisa.- la apresuró Camila , nerviosa.
- Niña, ¿Dónde estas?- bufó Clara.
Camila y Lauren se quedaron en silencio mientras sentían los pasos de Clara alejarse. Ambas suspiraron aliviadas. Lauren terminó de vestirse lo más rápido que pudo y besó a Camila.
- Te amo.- le susurró sobre los labios y antes que ella pudiera hablar, Lauren ya había desaparecido de la habitación dejándola sonriendo como estúpida.