Destino

By A_Ojou_Sama

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Erick trata de llevar una vida tranquila, aunque los fantasmas de su pasado aún tienen mucho peso sobre él; l... More

Capítulo I: Reencuentro
Capítulo II: Añoranza
Capítulo III: Pecado
Capítulo IV: Emociones
Capítulo V: Presión
Capítulo VI: Cambios
Capítulo VII: Apariencias
Capítulo VIII: Diversión
Capítulo IX: Decepción
Capítulo X: Castigo
Capítulo XI: Confrontación
Capítulo XII: Sorpresas
Capítulo XIII: Amistades
Capítulo XIV: Cansancio
Capítulo XV: Promesa
Capítulo XVI: Regalos
Capítulo XVII: Venganza
Capítulo XVIII: Revelaciones
Capítulo XIX: Dudas
Capítulo XX: Rechazo
Capítulo XXI: Navidad
Epílogo
Extra: Navidad (segunda parte)

Prologo: Soledad

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By A_Ojou_Sama

Jueves, diciembre 4

- - - - -



Otro día más... mi vida se había convertido en una patética rutina.

Tenía casi dos años que estaba solo. Mi esposa había muerto en un accidente automovilístico; ciertamente, ella no tuvo la culpa, era muy cuidadosa, meticulosa, dulce, amable y siempre manejaba con precaución, pero en aquella ocasión, la suerte no estaba de su lado.

Aquel día llovía y yo estaba preocupado; ella tuvo que quedarse más tiempo en su trabajo y salió mucho más tarde de lo normal. Me llamó a las nueve de la noche con trece minutos, lo recuerdo como si hubiese sido el día anterior; se disculpó y pude escuchar su risa al otro lado cuando fingí estar molesto. Era su trabajo, ciertamente estaba consciente de ello, por eso, muchas ocasiones teníamos poco tiempo para compartir, pero cuando dijo "...te compensaré por arruinar los planes de ir al cine hoy... Erick, te amo..." esperando mi respuesta, esa respuesta que durante casi cuatro años esperaba y nunca logró que saliera de mis labios, me sentí aliviado de que nuestro juntos tiempo fuese reducido; un simple "...yo también..." fue mi respuesta, ella sonrió, colgó y algo en mi corazón me dijo que no iba a volver a escuchar su voz.

«Mañana se cumplen dos años exactamente...», mi mente divagaba mientras caminaba hacia mi vehículo, en el estacionamiento del edificio donde trabajaba. Tenía un buen trabajo, dinero, una gran casa, buenos amigos y también tuve varias aventuras después de la muerte de mi esposa, pero nada serio, sólo era la necesidad de no pasar algunas noches solo.

El siguiente sábado tenía la típica reunión con mis amigos; no para beber, solo para pasar el rato jugando videojuegos, comiendo pizza y tal vez olvidar que estaba solo. Desde la muerte de Vicky, mis amigos trataban de animarme, mucho más, después de mi intento de suicidio a menos de un mes de su partida; pero ellos no sabían que, más que el dolor por la muerte de mi esposa, yo tenía miedo de la soledad.

Oscurecía cuando yo salía de mi empleo, a pesar de ser temprano; era invierno y el frío arreciaba aún más conforme diciembre iniciaba. Antes de llegar a mi automóvil, mi celular sonó.

—¿Sí? — respondí sin mucho ánimo — Melissa, hoy no puedo... no, tampoco mañana, ni el fin de semana, ya te lo había dicho, estaré ocupado — suspiré ante la voz chillona de la mujer que era mi amante en turno — no, por supuesto que no te estoy evitando... — claro que la evitaba, ya no quería nada con ella, era demasiado posesiva y celosa a pesar de que habíamos aclarado que era una relación casual y sin compromiso — escucha, no tienes que ponerte así, desde el inicio sabías que esto no era nada serio...

La voz aumento de volumen y empezaron a sonar maldiciones hacia mi persona; alejé el auricular de mi oreja y colgué el teléfono sin decir nada más. Con rapidez bloquee el número y guardé el celular en el bolsillo de mi saco; pasé la mano por mi cabello y suspiré. Tenía que ser sincero conmigo mismo, desde Vicky, nunca había sentido nada extraordinario con ninguna otra mujer, todas las mujeres que tenían que ver conmigo, para mi eran solo un pasatiempo, nada serio; especialmente cuando mostraban su verdadero rostro y de las princesas que aparentaban ser, se convertían en brujas desesperadas tratando de obligarme a cumplir con ellas, como un adolescente forzado a casarse por compromiso.

Yo ya no era un chiquillo, aunque me casé joven y enviudé a los veintinueve años, casi treinta; pero jamás tuve intenciones de tener hijos y ahora, menos quería echarme la soga al cuello con cualquier mujer. Aunque Vicky sí quería que tuviéramos hijos y era su más grande anhelo, por eso estuve tentado a ceder en su momento, pero ella tenía veintiocho cuando murió.

—Vicky... — susurré cansado, sumiéndome un poco en la sensación de tristeza y soledad.

No; tenía que hacer algo o esta noche me consumiría nuevamente en esos sentimientos que me deprimían constantemente. Entré con rapidez al automóvil, lancé el maletín a la parte de atrás, me afloje el nudo de la corbata y mire mi rostro por el retrovisor; ese día no había planeado ir al gimnasio, pero en ese momento me di cuenta que si no lo hacía, perdería la cordura en poco tiempo, así que puse en marcha el auto y me enfile hacia mi nuevo destino.

El gimnasio estaba lleno de gente, jóvenes mujeres en su mayoría, muchas de ellas solo cascarones vacíos; muchas de esas chicas solo iban a ver que atrapaban en el lugar, para una noche de diversión o una aventura que podía durar semanas, incluso meses o años, pero nunca me habían llamado la atención. La primera vez que intente iniciar una plática con una chica de allí, después de la muerte de mi esposa, la joven que se me acercó, no parecía tener más que un par de neuronas funcionando; su plática, sosa y aburrida, simplemente me obligó a decirle que ya tenía un compromiso y la dejé hablando sola. En la actualidad, soy al único que las mujeres de ahí observan con interés, pero ninguna se acerca a dar el primer paso y ciertamente, yo no lo daría.

Nunca me sentí un hombre atractivo, aunque durante toda mi vida, las mujeres se habían interesado en mí, debido a mis ojos azules que contrastaban con mi cabello negro, pero eso no me importaba en realidad, pues para mí, no era nada extraordinario e incluso, en ocasiones lo miraba como algo molesto; si me mantenía en forma y trataba de tener una buena presentación, era más que nada por mi empleo, no por vanidad. Aunado a eso, mi estatura era decente, pues era más alto que la media, pero aun así, no sentía que fuese algo de lo que presumir, pues alguna vez conocí a alguien mucho más alto que yo.

Pasé un par de horas en el gimnasio, aunque mi mentetenía muchas cosas en qué pensar, pero al menos no estaba solo, aunque no hablaracon nadie. Salí a casa, cansado y sudado, pues no me apetecía bañarme en lasinstalaciones, solo quería llegar a casa y tomar una ducha, para después relajarme en el jacuzzi y dormir, tratando de olvidar todo aquello que seguía atormentándome. 


* * *


Este es mi fic más largo, está publicado e Amor Yaoi, Mundo Yaoi y Slasheaven, pero hay una edición nueva que hice y, está publicada ya, completa, en mi pagina. Agradecería que se dieran una vuelta por allá, pues este es mi fic más preciado. http://ojousama.weebly.com/destino.html



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