Sherlock va de vuelta a casa. Exhausto por sus actividades de ese día descansa su cabeza en el cristal maldiciendose a si mismo sobre el echo de ir en el metro y no en el carro de su hermano.
El transporte hace su primer parada desde que el se subió y algo llama su atención.
Algo pequeño, pero brillante y desastrozo. Algo con tipo de sangre, huella digital y ojos de un color que no alcanza a descifrar.
El chico sube al metro haciendo bastante ruido. Es bajito, cabello rubio despeinado y visiblemente esta sudado, la ropa que lleva así como su mochila a medio abrir que deja mostrar la pelota grita que viene de jugar rugby. Tiene raspones en las rodillas y su cara esta muy roja. Va sólo y se sienta unos asientos más adelante de donde esta Sherlock, se pone los audiculares y mira por la ventana aunque ahí no haya nada que mirar más que la lisa pared oscura.
Un pensamiento se queda pegado en el cerebro de Sherlock.
Ese chico tiene una sonrisa radiante.
No se que hago publicando otra historia cuando no e acabado la a anteriores... ni una que en verdad TENGO que hacer. Pero aquí estoyヽ(*'∀')ﾉ
Esta será de capítulos pequeños y ni idea de cuando actualice (justo como las otras xD)