¿El mejor sabor de helado? Tú...

By Zara_Black

2.8M 235K 137K

¿Novia? No, gracias. Lástima que el resto de sus amigos si pensasen que necesitaba una novia con urgencia. N... More

Sinopsis
1. El anuncio
2. El anuncio II
3. Señor, dame paciencia
4. Primera cita
5. ¿Admirador secreto?
6. Cinta aislante
8. Una futura promesa de ¿boda?
9. "Una importante investigación"
10. Matt vs Triz
11. Matt vs Triz (2º round)
12. El anillo perfecto
13. Hermanos
14. Helado
15. Estado: shock y profunda negación
16. Me niego a que me gustes
17. De luto
18. Admirador ya no tan secreto
19. ¿Chismosos? ¿Nosotros?
20. Yo no fui
21. Cita triple
22. ¡No me gusta!
23. Encuentros inesperados
24. Preocupado, estoy preocupado
25. Tiempo de espionaje
26. Aceptación
27. El esguince
28. ¿Qué le pasaba?
29. Plan de conquista
30. Góngora y sus sorpresas
31. Enfrentando miedos
32. Quiero conmigo
33.No me gustas. Ni un poco.
34. Friendzone
35. Cuando los planes salen bien
36. ¿El mejor sabor de helado? Tú
"EMSHT" en librerías a partir del 13 de DICIEMBRE de 2018

7. ¿Hay algo más divertido que molestar?

80.2K 6.3K 3.3K
By Zara_Black

—¿De verdad Dan dijo eso? ―le preguntó Nora asombrada dejando de mirar los libros de la estantería para mirarlo a él.

Asintió con solemnidad y Nora resopló antes de mirar de nuevo hacia la estantería.

—Pero eso no fue lo peor ―contó apoyando la espalda contra la estantería; Nora volvió a mirarlo y él levantó un dedo―. Volvieron a discutir sobre el yeso falso y Dan dijo que ella estuvo una vez un año entero rellenando sus sujetadores con calcetines y que eso sí que había sido un engaño.

—¿Dijo eso delante del compañero de clase de Sonia?

—No, él había huido quince minutos antes, afortunadamente―contestó entre risas―. Ahora Dan tiene la entrada totalmente prohibida a la pizzería.

—No me extraña―murmuró Nora mirando hacia los lados en busca de la escalera, una vez que la encontró fue hasta ella y la colocó al lado de la estantería―. Espera, ¿Marco y Matías de verdad no van a dejarlo entrar?

—Sí.

—¿En serio?

—No, probablemente ahora mismo está allí―contestó sacándole una sonrisa a Nora, ella subió las escaleras y comenzó a sacar libros y leer las sinopsis―. Marco y Matías siempre lo dejan entrar, al fin y al cabo es el único cuñado que van a tener.

—Se nota que Dan ha pasado unos días contigo ―se burló Nora mirándolo de reojo, él rio y se sentó en el suelo.

Cuando Nora se ponía a mirar libros podía quedarse ahí durante horas. Miró su tablet que estaba en el suelo dentro de su estuche, suerte que siempre estaba preparado. Mataría el tiempo jugando o trabajando en su videojuego.

—¿Ya se fue o esta noche va a volver a esconderse en tu casa?―indagó Nora sin mirarlo.

—Anoche regresó a su casa ―contestó mientras tomaba su tablet y la encendía, no obstante una idea malvada cruzó por su mente, así que miró a Nora―. ¿Por qué lo preguntas? ¿Es que acaso quieres pasar la noche conmigo?

—¡Matt! ―exclamó Nora con las mejillas sonrojadas.

—¿Qué?―preguntó inocentemente, Nora lo fulminó con la mirada antes de lanzarle un libro que esquivó por los pelos―. No dije nada, hay que ver lo mal pensada que eres.

—Claro, soy yo―murmuró Nora con sarcasmo―. Tú eres el que hace que todo suene pervertido.

—Entonces, ¿vas a pasar la noche conmigo o no?―preguntó de nuevo con voz sexy y guiñándole el ojo―. Prometo que no te dejaré dormir.

—¡Ag! No puedo contigo ―se quejó Nora que completamente roja dejó de mirarlo para centrarse en los libros.

—No vamos a dormir porque vamos a ver películas, ¿qué más iba a ser?―curioseó con malicia, Nora le lanzó una mirada asesina y él rio.

Nora siempre se sonrojaba. Siempre.

Era tan tímida que era adorable. Le gustaba que con el paso de los años esa timidez y ese sonrojo por cualquier cosa no desapareciese. Si lo hubiera hecho, ya no sería tan divertido hacer que todo sonase pervertido.

Se dio cuenta de que su tablet ya estaba encendida así que revisó el correo por si su profesor le había respondido, pero nada. Menudo hombre más lento.

Bueno, pues jugaría a algo para matar el tiempo mientras tanto.

—¿Y no deberías estar en una de tus citas? ―curioseó Nora sin levantar la mirada de un libro.

—¿Me estás echando?―preguntó sabiendo que la respuesta era no.

—Puede ser... ―murmuró ella con inocencia por lo que él se llevó la mano al pecho y fingió estar muy ofendido.

—¡No me lo puedo creer! ¡Quieres librarte de mí, de tu mejor amigo! Eso es culpa del paranoico de tu novio, intenta separarnos, ¡te lo dije!―Nora puso los ojos en blanco y él siguió serio―.Ayer estuviste toda la tarde en su casa, me tienes abandonado.

Pura mentira.

No lo tenía abandonado. No sabía cómo pero ella siempre conseguía repartir su tiempo libre entre él y José. Debía reconocer que en un primer momento, cuando ellos se hicieron novios, tuvo miedo de que ella lo hiciera a un lado pero por suerte eso no pasó. Seguían siendo tan inseparables como siempre.

—Estoy contigo ahora―indicó la morena―; y te traje un montón de galletas hechas por Gabriel.

—Si pero la mayoría se las comió Dan ―recordó con pesar, luego la miró―. Estoy deprimido, mi mejor amiga casi ni me hace caso; mi hermana se echó un novio horrible...

—Te recuerdo que hasta hace unos meses decías que la chica que saliese con Kyle sería muy afortunada―dijo Nora mientras hacía malabarismos para sacar un libro de la estantería. Él arqueó una ceja y observó divertido la escena, un día de estos iba a matarse.

—Eso era antes de saber que esa chica era MI HERMANA―dijo con indignación―. De todas las chicas del mundo tuvo que gustarle mi hermana, ¿es qué ya no hay respeto entre amigos?

—Deja de ser tan exagerado, Kyle es genial y quiere mucho a Ann; sino no estaría saliendo con ella―opinó Nora mientras conseguía sacar con éxito el libro que quería.

—No es genial, es un intento de científico loco que tiene un grave problema con las sudaderas.

—Sólo es muy tímido y no le gusta que lo miren; lo pasó muy mal el día que le tiraste la sudadera a la basura

—Mal lo pasaron las chicas que fueron amenazadas por Dafne y Ann―murmuró de mal humor.

Kyle no era apropiado para su hermana.

Era descuidado, excesivamente tímido y un día de estos mataría a alguien en uno de sus experimentos. ¿Y si ese alguien era Ann? ¿Qué pasaría entonces? No, no. Tenía que proteger a su hermana.

—¿Qué chicas fueron amenazadas por Dafne y Ann?―preguntó Nora ladeando la cabeza.

—Todas aquellas que vieron a Kyle sin sudadera y que pensaron que era guapo ―contó sorprendido de que Nora no conociese esa información―. ¿Cómo es que no lo sabías?

—A veces prefiero no saber todo lo que hace Dafne a lo largo del día ―contestó ella tomando otro libro de la estantería.

—Yo tampoco querría saberlo; pero creo que tomaron la idea de ti―dijo chasqueando los dedos, Nora se sonrojó levemente y él se carcajeó en voz alta―. Ya sabes, de cuándo amenazaste a las animadoras de José.

—No tienes pruebas de que hiciera eso―murmuró ella mientras sus mejillas de tornaban rojas.

—Bueno, técnicamente no pero es curioso que después de que las saludaras comenzaran a animar a otros jugadores con tanto entusiasmo―dijo mirando de reojo a Nora, ella escondió su sonrojado rostro tras un libro y fingió no escucharlo por lo que rio con más fuerza.

Era una lástima que en ese momento hubiera estado jugando, no todos los días veías a Nora amenazando a las escandalosas animadoras de su novio. De hecho, había sido tan sutil que ni Triz había conseguido grabar la escena.

Lástima.

A la que si grabó fue a Sonia que rompió un cartel de ánimo a Dan sobre una de las chicas. Dan había estado tan contento con eso que durante el resto del partido no hacía sino mandarle besos y saludarla.

—¿Qué les dijiste exactamente? ―preguntó interesado.

—Nada.

—Conociéndote les dijiste que eras antigua jefa de Góngora y que si seguían así iban a descubrir por qué Góngora es tan famoso y luego Dafne las saludó, ¿me equivoco? ―inquirió levantando las cejas con entusiasmo.

—¿Estabas mirando a la grada, verdad?―preguntó Nora mirándolo con desconfianza, él rio con fuerza.

—¿Acerté? ¡Joder, que bien te conozco!

—Casi en todo, fueron Dafne y Ann las que las saludaron―contó Nora con timidez.

—Deja de incitar a mi hermana a que amenace gente, ya lo hace ella solita por su cuenta―regañó a Nora, ella se encogió de hombros y siguió mirando libros.

Se quedaron en silencio y él se estiró hacia atrás.

Pasar las tardes en la Biblioteca con Nora se había convertido en una de sus cosas favoritas. Era un magnífico lugar donde esconderse de la locura del Parque Lorca al menos por una tarde; además como el edificio era de piedra estaban siempre a una temperatura agradable dando igual el tiempo que hiciese fuera.

Hizo crujir su cuello y se centró en la pantalla de la tablet, ¿a qué debería jugar?

Sin embargo, el sonido de algo vibrando llamó su atención. Miró hacia Nora y se dio cuenta de que ella había movido la escalera hacia el final del pasillo dónde volvía a hacer malabarismos para sacar un libro.

Negó con la cabeza y cogió su bolso, rebuscó hasta que por fin dio con el móvil. Al leer el nombre que salía en pantalla sonrió con maldad.

—Hello.

—¿Quieres dejar de contestar el móvil de mi novia? ―respondió un molesto José al otro lado.

—Era mi mejor amiga antes que tu novia, así que no.

Escuchó a José resoplar y él sonrió con malicia. Lo molestaría durante un rato.

—¿No deberías estar en una cita?

Si es que se las ponía a huevo.

—Y lo estoy.

—Pásame a Nora―contestó José entre diente fingiendo no haber escuchado lo anterior.

—Está ocupada, no puede ponerse.

—¿Ocupada? ¡Y una mierda! Pásame a mi novia rubito entrometido.

—Mejor dicho, no quiere ponerse; ¿qué le hiciste ayer? Estaba muy enfadada, de hecho ni me dejó ir a mi cita de hoy, dijo que tenía que pasar el día con ella porque quería olvidar la cosa esa tan horrible que le hiciste.

—Este truco lo usaste hace un año, no voy a picar... otra vez―contestó José cada vez más molesto.

—¿Quién es? ―preguntó Nora desde el final del pasillo encima de la escalera.

—Sonia diciendo que Dan es malo―mintió sin tapar el teléfono para que así José lo escuchase, Nora arqueó una ceja y colocó la mano en la cadera.

—Es José, ¿verdad? ―inquirió su amiga por lo que él negó con la cabeza.

—Es Sonia, eres una desconfiada―dijo fingiendo estar molesto, ella le lanzó una larga mirada―. ¿Por qué no me crees?

—Porque la última vez dijiste que era Dafne y resultó ser José y le habías dicho que estaba en tu casa desnuda, y la anterior le dijiste que estaba enojada; y la anterior a esta le dijiste que me había fugado con Will; y la vez anterior le dijiste que mi padre me había castigado porque no quería que me volviera a relacionar con él y la vez anterior a esa....

—¡Vale, vale, lo capto! Tengo una gran imaginación―dijo divertido, ella se bajó de la escalera y caminó hacia él.

—Dame ese teléfono―ordenó Nora extendiendo la mano pero él se lo guardó en uno de los bolsillos sin cortar la llamada; Nora resopló e intentó hacerse con el móvil pero fracasó.

—¡Nora deja de meterme mano que estamos en un lugar público!―exclamó fingiendo estar escandalizado haciendo que su amiga se sonrojase y le lanzase una mirada furiosa―. ¿Me has tocado el culo?

—¡No puedo contigo!―exclamó Nora dándole un puñetazo en el brazo antes de darse la vuelta completamente roja y alejarse de él.

Rio divertido y sacó el móvil del pantalón. Al parecer José aún no había colgado.

—¿De verdad crees que Nora le tocó el culo?

Reconoció la voz de Evan y tuvo que taparse la boca para no estallar en carcajadas. Seguramente José puso el móvil en altavoz para escuchar mejor lo que pasaba.

Ese chico era tan paranoico en todo lo relacionado con él y Nora, por eso le encantaba molestarlo, era demasiado fácil hacerlo saltar.

—Sí es así la pobre debe estar tan sonrojada...

¿Ese era Gabriel?

Esto se ponía cada vez más interesante.

—Sí, y Matt te lo recordará durante los próximos diez años, eso si dentro de diez años aún seguís juntos.

—Yo voto porque no seguirán juntos ―opinó interviniendo en la conversación.

—Tú te callas rubito―indicó José de muy mal humor.

—Desde que descubriste que tenías un club de fans no hay quién te soporte ―indicó mientras de reojo veía como Nora tomaba algunos libros al azar de las estanterías; eso no pintaba nada bien para él.

—Di que Nora va a dejarme y juro que te golpearé―anunció José mientras él se agachaba justo para esquivar uno de los libros que Nora le lanzaba.

—¡Eso casi me da!―exclamó a Nora que se encogió de hombros y le hizo burlas, él señaló el teléfono y ella le aventó otro libro que de nuevo esquivó―. Estoy al teléfono, deja de lanzarme libros.

—¿Te está lanzando libros? ―preguntó José.

—Como a ti cuando te conoció―indicó Evan por lo que le dio una idea.

—Creo que esa es su forma de mostrar sus sentimientos, te dije que al verme tener citas con tantas chicas iba a darse cuenta de que estaba enamorada de mí... ¡bye! ―dijo a toda prisa para colgar sin corazón.

—¡Matt como te pasas!―exclamó Nora indignada caminando hacia él por lo que volvió a esconder el móvil en uno de sus bolsillos.

—Te lo devolveré después de que me invites a un helado―habló rápidamente; ella entrecerró los ojos con fastidio y él le mostró su mejor sonrisa.

—Está bien, pero luego me das el móvil y le dirás a José que todo era mentira.

—Sí, sí ―contestó con desgana.

Lo importante era irse rápido para que cuando Evan y José llegasen ellos no estuviesen.

—¡Te encontré!―exclamó Triz apareciendo de la nada, luego lo señaló con un bolígrafo y caminó hacia él―. ¿Por qué no estás en tu cita? Tuve que rastrear tu móvil para saber dónde estabas.

—¿Qué hiciste qué?―preguntó asustado, Triz sacudió la mano quitándole importancia antes de volver a señalarlo con el bolígrafo.

—No estabas en la cafetería dónde se suponía que tenías que estar, así que tuve que ingeniármelas―declaró Triz, él puso los ojos en blanco y examinó la vestimenta de la peliblanca.

—Eso es ilegal, ¿y por qué vas vestida de militar? ―preguntó señalando su ropa.

—Para infiltrarme mejor y espiar tu cita, así que ¿por qué no estás en tu cita? ―volvió a preguntar Triz señalándolo de nuevo con el bolígrafo, de hecho lo acercó tanto a su rostro que casi le rozó la nariz.

—Pensaba que Dafne y Ann eran las encargadas de espiar sus citas―interrumpió Nora por lo que Triz alejó el bolígrafo de su rostro y él respiró con alivio.

—Y lo son, pero hasta ahora no han conseguido ni una mísera foto ni un audio; como reporteras son un poco malas así que hoy decidí encargarme yo―contó Triz con entusiasmo―. Además, Ann quería aprovechar y tener una cita con Kyle.

¿Qué?

Pensaba que mientras le estaba buscando citas estaría ocupada y no saldría con Kyle. Además, ¿qué estaban haciendo Mario y Miguel? Se suponía que tenían que mantenerlos separados.

Estaba claro que si quería que algo saliese bien tenía que hacerlo uno mismo.

—¿La rastreo?―curioseó Triz con voz inocente.

—Ya estás tardando―dijo con seguridad, Triz sacó su móvil y comenzó a apretar un montón de teclas.

—¡Triz! ―protestó Nora lanzándole una mirada reprobatoria a la peliblanca.

—No voy a quedarme sin una cita que espiar, me puse mi ropa de camuflaje y si no puedo espiar a Matt espiaré a Ann; además, mis lectores hace tiempo que no tienen nada de romance para leer―explicó Triz sin dejar de pulsar teclas en su móvil a toda velocidad.

—Podrías publicar lo de tu admirador secreto―indicó Nora.

—¿Estás loca? Es mi primer admirador secreto, no quiero asustarlo y que deje de mandarme regalos―protestó Triz levantando la mirada del móvil durante un segundo.

—Espera, ¿todavía no sabes quién es? ―preguntó con sorpresa.

Eso no era para nada normal en Triz.

— No, se llama admirador secreto por algo.

—¿Tú quién eres y qué hiciste con nuestra Triz?―preguntó tomándola de los hombros para mirarla fijamente a los ojos.

—Es mi primer admirador secreto, me hace ilusión así que no, aún no sé quién es y no voy a investigarlo―indicó Triz sin apartar la mirada.

—¿Quién eres?―repitió lentamente, Triz rodó los ojos y él la soltó, no sin antes señalarla―. Te estaré vigilando persona que dice ser Triz.

Estaba claro que esa chica no era Triz. Se parecía misteriosamente a ella pero no era Triz. La Triz que conocía ya sabría quién era su admirador secreto y hubiera publicado su foto junto con una descripción en su periódico; esto era sospechoso.

—Joder, sí que necesitas una novia ―se burló Triz, él la fulminó con la mirada y ella le sonrió―. Ella seguro que me da una entrevista, a no ser que...

—¿Dónde está Ann? ―preguntó para que Triz no intentase entrevistarlo otra vez.

—Tuve que rastrear a Kyle, Ann le pidió a Ren que bloquease su móvil con no sé aplicación... odio a Ren pero por suerte para ti yo soy más lista y habilidosa y el móvil de Kyle no tiene tanta seguridad―contó Triz con emoción mientras le enseñaba un puntito rojo en mitad de la pantalla―. Están en la calle Espronceda.

—Vamos―indicó a las dos chicas.

Triz le hizo un saludo militar antes de caminar con decisión hacia la salida; por su parte Nora suspiró y tomó su bolso y un par de libros del suelo.

—Vale, pero me llevo estos libros―indicó la morena, él asintió y se dirigieron a la entrada.

—Hola.

Poppy, la mujer de edad indeterminada que trabajaba en la Biblioteca, los saludó con una gran sonrisa antes de colocarse sus gafas y tomar los libros que Nora había colocado sobre la mesa.

—¿Y Triz? ―preguntó Nora, él se encogió de hombros suponiendo que debía estar fuera esperándolos.

—¿Qué tal os va en la universidad? ―preguntó Poppy.

—Bastante bien ―respondió.

—No era para menos, los estudiantes de Góngora siempre suelen ser los mejores. ―Poppy les guiñó el ojo y luego se centró en Nora―. ¿Y tu novio? Me encanta ver a ese chico, es tan impulsivo y se ve tan enamorado de ti. Ya me gustaría pillar uno así.

—Sí... él está bien ―murmuró Nora con timidez.

—No creo que quiera uno así, es demasiado impulsivo―dijo con simpatía, la bibliotecaria rio y devolvió los libros a Nora.

—Esos son los mejores ―respondió la bibliotecaria con media sonrisa.

—¡Acabo de pillar a Aaron dándose el lote con Eli en la sección de Historia Griega! ―exclamó Triz apareciendo por uno de los pasillos con una sonrisa de felicidad―. Les hice un par de fotos que van directas a la zona de romance, ¡amo esa sección! Si tan sólo alguien llamado Matt me diera...

—No voy a darte una entrevista―sentenció borrando la sonrisa de Triz, pero ella lo señaló con el bolígrafo.

—¡Por ahora! ―afirmó la peliblanca.

—Ese terrorista, usando mi amada biblioteca para besuquearse con su novia. ―Poppy se puso en pie y sacó una escoba de debajo de la mesa, a continuación los miró y se despidió de ellos con una cálida sonrisa antes de caminar con paso firme hacia la sección de Historia Griega.

—A veces Poppy me da miedo―dijo a Nora que asintió con fuerza, de reojo vio como Triz se daba la vuelta para ir tras Poppy por lo que la agarró del brazo y tiró de ella en dirección contraria.

—¡Pero yo quiero grabarlo! Una ancianita va a sacar a escobazos a una pareja de la biblioteca, ¡no puedo perdérmelo!―protestó Triz mientras señalaba hacia el interior de la biblioteca, él la ignoró y siguió caminando hacia la salida―. Me voy a quedar sin exclusiva por tu culpa.

—Y luego te quejas de que Gutiérrez diga que eres muy sensacionalista.―Triz abrió la boca con indignación e inmediatamente se arrepintió de decirle eso, ahora empezaría a quejarse y a quejarse sobre que ella no era para nada sensacionalista.

—¡Yo no soy sensacionalista! Tuve la exclusiva de un accidente y un atraco a un banco―recordó ella con orgullo mientras él seguía arrastrándola fuera de la biblioteca―. Hago reportajes de gran calidad y para tú información ahora mismo estoy en medio de una importante investigación.

—Genial, entonces te he hecho un favor al no dejarte perder el tiempo grabando a Poppy sacando a escobazos a Aaron ―indicó mientras bajaban las escaleras.

—Tranquilo soy una chica con recursos, tengo tiempo para todo; incluso para tu entrevista―contestó Triz con una brillante sonrisa, él puso los ojos en blanco antes de mirarla.

—Por enésima vez, no voy a darte una entrevista ―repitió cansado, Triz miró a Nora y luego ladeó la cabeza.

—Pobre, todavía piensa que va a conseguir librarse de darme una entrevista, ¿no te parece adorable?―preguntó Triz a Nora que no había parado de sonreír escuchándolos―. ¡Por cierto, mi coche está por allí!

Triz señaló unos contenedores de basura y él dejó su brazo libre momento en el que ella sonrió antes de salir corriendo hacia la biblioteca.

—Mierda ―masculló con irritación.

—No debiste soltarla hasta que estuviéramos dentro del coche―dijo Nora mientras caminaba hacia el lugar que Triz había señalado.

Caminaron hasta los contenedores y encontraron el coche de Triz aparcado justo detrás. Lo observó y se dio cuenta de que había cinta aislante nueva pegada en la parte delantera.

Quisiera o no iba a tener que escucharlo.

No podía seguir envolviendo su coche en cinta aislante. ¡No era ni seguro ni solucionaba el problema con eso!

—Me da miedo subir en este coche ―indicó con un escalofrío mientras golpeaba la rueda delantera con su pie.

—¿Por el coche o por la manera de conducir de Triz? ―curioseó Nora.

—Por ambas―contestó haciendo sonreír a Nora.

—Primero te metes con mi periódico y ahora con mi coche y mi manera de conducir; estoy tan molesta que la única forma de ganarte mi perdón es dándome una entrevista de al menos dos páginas―indicó Triz levantando dos dedos delante de su cara.

—¿Dos helados dices? Vale, te invitaré a dos helados si es lo que quieres―dijo con alegría, Triz entrecerró los ojos y lo miró fijamente durante unos segundos en los que él le sonrió―. ¿Vamos a espiar a Ann o no?

—No vas a escaparte, tarde o temprano conseguiré mi entrevista―indicó Triz antes de darle un golpe en el pecho, luego abrió el coche y se deslizó en el asiento del conductor―. ¡Venga! ¡Venga! La cita de Ann y Kyle no va a espiarse ella sola.

**********************************************************

—¿Otra vez aquí? ―preguntó Marian con media sonrisa.

La madre de José se acercó a Nora que estaba tumbada en una camilla al igual que el resto y comenzó a examinarla.

—Dígame que el enfermero gay que acosa a Matt está cerca, por favor―pidió su hermana casi suplicante por lo que la miró mal.

—Te digo que fue culpa de Triz―dijo mirando con seriedad a la aludida que estaba tumbada en la camilla de al lado retorciéndose para rascarse la espalda.

—Tú lanzaste el avispero―acusó Ann mientras lo señalaba.

—Porque ella se subió a un árbol, sacudió la maldita rama donde estaba el avispero y lo tiró sobre mí, le pegué una patada a causa de los reflejos―contó mientras se rascaba el cuello con fuerza.

—Si, y casualmente el avispero golpeó la cabeza de Kyle―dijo Ann con escepticismo.

—Pues si―respondió con sinceridad, Ann le enseñó el dedo corazón y se sentó en la camilla donde Kyle estaba con hielo en la cabeza―. ¡Es la verdad!

—¡Me importa un comino que sea o no la verdad! Tuvimos que huir y lanzarnos al estanque más cercano, huelo a peces muertos por tu culpa―se quejó Ann mientras se olía la ropa, hizo una mueca de asco y le lanzó la bolsa de hielo que hasta ese momento Kyle tenía sobre la cabeza.

—Si te sientes mejor la rama dónde estaba apoyada se rompió y junto a mí cayó otro avispero; en serio, ¿cuántos avisperos puede tener un solo árbol? Debería investigarlo, creo que algún jardinero no está haciendo su trabajo como debería ―indicó Triz por lo que él se frotó el rostro con cansancio antes de empezar a rascarse el costado con fuerza mientras miraba a Triz con enojo.

—¡El avispero es lo de menos! ¡Te dije que era peligroso porque el árbol se veía enfermo! ¿Pero tú me escuchas? ¡No! Tenías que subir más alto porque dónde estabas te deslumbraba el sol y no podías tomar una buena foto ―regañó a la peliblanca.

—Por cierto, gracias por atraparme; al final va a resultar que sí que eres un buen portero―le agradeció Triz mientras él la miraba mal.

—La próxima vez dejaré que te la pegues, a ver si así aprendes―dijo con seriedad.

—¿Acabas de decir que vas a darme una entrevista? ―indagó Triz.

—Marian debería examinar a Triz cuanto antes, creo que las ortigas no sólo le causaron urticaria sino también alucinaciones―comentó en voz alta mirando de reojo a Triz que lo miraba con indignación.

—¿De verdad caísteis sobre un campo de ortigas?―curioseó Marian.

—Sí―murmuró Nora con pesar.

—Te lo tienes bien merecido―habló su hermana por lo que le lanzó una mirada malhumorada.

—¿Exactamente cómo acabasteis ahí? ―preguntó Kyle al que devolvió la bolsa de hielo.

—Pues... después de que Matt me atrapase emprendimos la huida hacia el estanque pero había un pequeño desnivel, Nora se tropezó y ¡pum! Los tres rodamos por el campo de ortigas hasta el estanque―contó Triz mientras sacaba el móvil del bolsillo para admirarlo―; suerte que mi móvil es de los que puedes meter en el agua. ¡Oh! Tengo un mensaje de Dan, a ver si ya se reconcilió con Sonia.

Puso los ojos en blanco y comenzó a rascarse el codo.

Joder. Le picaba todo el maldito cuerpo.

Se acomodó en la camilla y se colocó una de las toallas frías que habían traído las enfermeras alrededor del cuello.

Miró de reojo a Ann y Kyle y se fijó en que ella ayudaba a Kyle a quitarse la sudadera con la excusa de que estaba húmeda y no quería que se resfriase.

Gruñó molesto pero no dijo nada, si Kyle se enfermaba seguro que Ann le echaba la culpa, así que se tapó la cabeza con la toalla e intentó relajarse y pensar en otra cosa que no fuera en lo mucho que le picaba el cuerpo y en que su hermana estaba ayudando a Kyle a desvestirse.

Sin embargo, un grito procedente de la camilla de al lado lo asustó.

—Léelo y dime que no estoy alucinando ¡léelo en voz alta!―exigió Triz con emoción quitándole la toalla de la cabeza y entregándole el móvil para luego saltar de su camilla a la suya y mirarlo con ojos brillantes―. ¡Lee!

—¿Qué pasa ahora? ―preguntó Ann, él se encogió de hombros y Triz amplió su sonrisa antes de señalarle el móvil como una loca.

Miró el móvil de Triz y habló en voz alta.

—Es un mensaje de Dan que pone: "¿Me acompañarías a una joyería a comprar un anillo de compromiso?"

Holy shit.

--------------------------------------------------------------------------------

Amo el final.

Nos leemos en el siguiente (^-^)/

pd. Si veis fallitos lo siento intento corregirlo para que no haya ninguno peeeero siempre puede escaparse algo.







Continue Reading

You'll Also Like

64.7K 6.1K 23
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...
135K 6.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
20.8K 429 98
Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres. Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cu...
15K 3.2K 27
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...