Maratón 4/7.
Xenia Finnigan —leyó Padma Patil.
Pasado, ¿qué tal? ¿Para qué pregunto si no puedo saber su respuesta?
—Cierto —dijeron todos.
¿Estoy divagando? Claro que sí.
El Gran Comedor rió, era como Helena Thomas.
Soy Xenia Finnigan, diecinueve años. Amiga de Billy, Blaine y Sophia. Llámenme Xen. La mediana de tres hermanos, y la consentida de papá.
— ¿Tres hijos? —preguntaron Lavender y Seamus, junto a Parvati y Dean que reían por la situación de sus mejores amigos.
Oh, y mi mejor amiga es Nique. Como no, ella me ama.
Bill y Fleur miraron a Seamus y a Lavender y se sonrieron.
No tengo novio pero Tyler es un buen candidato. Ese McMillan no está nada mal, a pesar de ser un poco idiota.
Ernie frunció el ceño. ¿Por qué decían eso de su hijo? La tercera generación decía y pensaba lo mismo de Tyler.
Fui una orgullosa águila en mis memorables tiempos de Hogwarts. No jugué al Quidditch pero siempre iba a animar a mi casa en los partidos. No fui prefecta pero si premio anual.
—Mi hija es inteligente —apuntó Seamus, sonriendo orgulloso de su niña.
Mis padrinos son Ron y Hermione Weasley, de soltera Granger.
—Gracias Lavender, Seamus —comentaron ambos al unísono.
Me llevo bien con toda la tercera generación, todos bien. Blaine es como mi hermano, hemos crecido juntos. ¡Y los Thomas son prácticamente de la familia!
¡Adiós, pasado!
## RECUERDO ##
Xenia, Sophia y Dominique se encontraban en el Callejón Diagón, comprando ropa en las mejores tiendas del callejón. Compraban y compraban ropa, ya que la moda era algo que las unía. Era una de las uniones entre las tres chicas. La moda, el diseño y los complementos eran sus pasiones y, aunque no se quieren dedicar a ello profesionalmente, les encantaba. Pero saliendo de una de las tiendas, se encontraron a los chicos. Se miraron entre ellas y sonrieron.
— ¡Chicos! —exclamaron las tres con una sonrisa.
—Chicas —murmuró Blaine.
— ¿Venís a tomar algo? —preguntó Dominique, con una sonrisa angelical.
—Blaine, Billy, vamos con ellas —dijo Theo sonriendo—. ¿Os ayudamos con las bolsas?
Los dos chicos fulminaron al azabache con la sonrisa. Pero bueno, todo por su mejor amigo. Pasarían un rato con las chicas, para que Theo estuviera con Nique un rato. Pero terminaron llevando todas las bolsas ellos. Se fueron a tomar unos helados, los seis juntos, en la heladería de Florean Fortescue.
—Es hora de irnos —habló Nique, sonriendo, tras un par de horas—. Tenemos que llevar esto a casa y luego ir a ver a Teddy.
Sophia y Xenia se encogieron de hombros, ya no recordaban esto. Se despidieron de los chicos y se fueron. Siempre que se encontraban, lo pasaban genial juntos.