La Chica de los Cuatro Elemen...

By karimodelarosa

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Su salvación... según sus iguales. Un fenómeno... según las personas. Otra oportunidad... según los Científic... More

Nota
Booktrailer
Introducción.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capitulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Nota de la autora.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Epílogo.
Agradecimientos.
Segunda Parte. En Busca del Quinto Elemento.

Capítulo 25.

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By karimodelarosa

El cielo se estaba tiñendo de colores oscuros, primero naranja para pasar al violeta y finalmente al azul oscuro. Las estrellas no tardaron en hacer su aparición.

Era una suerte que hubieran evacuado a los científicos del laboratorio, lo que le parecía raro erabla velocidad con la que se habían movido. Apenas provocaron el apagón en el edificio y todos empezaron a salir, lo cual no tenía sentido, puesto que para ellos debía ser un simple fallo en la electricidad.

-Ojalá me hubiera acordado antes, hubiera recordado que él estaba de nuestro lado y sacado de su celda desde un principio -se lamentó la castaña.

-Pero entonces, quizás yo hubiera muerto porque no curaste mi herida -le miró y sonrió, claramente lo decía con dramatismo, porque no podría morir de esa manera.

Le dio un leve golpe en el hombro y luego sonrió. Volvió su vista al otro lado del cristal, esperaba que después de ese noche, hubieran más momentos en los que pudiera reír y que quizás, William estuviera ahí, con ella.

-Vamos, tenemos algo que hacer -Sara se alejó del cristal y comenzó a avanzar hacia adelante. William le siguió el paso -¿Cuántos pasillos más para dar vuelta a la izquierda?

-Son.. -avanzó un poco más y se detuvo en uno -Es aquí, cerca de aquí está el elevador, estaba encendido gracias a la poca energía de reserva.

Sara corrió hasta llegar a él y luego, ambos se fueron por el pasillo.

-Hiciste un buen trabajo cortando la electricidad -dijo Sara, intentado hacer conversación para que el camino no fuera largo.

-¿Qué? ¡Oh, la luz! -se rascó la nuca, nervioso -Se me pasó la mano, ahora es cuando necesitamos luz.

-Yo puedo ayudar con eso, creo.

Extendió su mano frente a ella, cerró sus ojos mientras caminaba y se concentró en formar una pequeña flama en su palma. Empezó siendo una pequeña llama que luego creció lo suficientemente para poder iluminar el camino frente suyo.

-¡Es genial! -exclamó William, asombrado Es realmente genial.

Sara se encogió de hombros, no le parecía la gran cosa en ese momento.

Caminaban a paso rápido, teniendo cuidado en cada esquina por si veían a algún agente que no se hubiera ido ya. Cada vez adentrándose más en el laboratorio, hasta que por fin encontraron el elevador.

-¡Ahí! -lo señaló William -Apresurémonos.

Ambos corrieron hasta el artefacto, no avanzaron mucho cuando la las luces de los pasillos se encendieron, la electricidad había vuelto.

-Oh, perfecto -la castaña sacudió su mano y el fuego se apagó.

-No es bueno, las cámaras no tardarán en activarse y sabrán dónde estamos, rápido hay que ir al elevador.

A penas tuvieron ahí, Sara presionó el botón para abrir. En ese instante, un grupo de gentes, doblaban en un par de pasillos lejanos, los vieron.

-¡Son ellos! -gritó uno.

-¡Maldición! -susurró William mientras presionaba varias veces el botón para que las puertas se abrieran -Abre, abre ¡Abre maldita cosa!

Los tres hombres de gris corrieron hacia dónde estaban ellos dos, uno de ellos sacó su arma y los apuntó. Las puertas se abrieron y no dudaron en entrar, William presionaba nuevamente el botón para cerrar, dos segundos más y comenzaron a cerrarse.

Ambos retrocedieron hasta que tocaron el fondo el elevador, vieron cómo se cerraban las puertas y justo en ese instante chocaban los agentes.

Dejaron escapar un suspiro de alivio y se recargaron en las paredes de metal.

-La buena noticia es que vamos para abajo y encontraremos a Damian -dijo William al tiempo que colocaba una mano sobre su pecho y sentía su acelerado corazón.

-¿Y la mala?

-Que saben que vamos para abajo -se retiró del fondo y se acercó al teclado del elevador, ingresó el número de piso a dónde se dirigían.

-Nos estarán esperando... ¿Qué vamos a hacer?

-Primero -cortó un pedazo de su manga y cubrió el lente de la cámara que se encontraba en la esquina del elevador -Que no nos vean. Evitaremos las cámaras.

Sara lo miró impresionada, él había pensando en situaciones en las que ella no había pensado. Definitivamente William era demasiado inteligente.

El artefacto dejó de descender en el piso en que saldrían. Antes de hacerlo, verificaron en dónde se encontraban ubicadas las cámaras. Una vez que las vieron, avanzaron evitando mirar hacia ellas.

-¿Recuerdas en que área nos encontrábamos? -le preguntó William en voz baja.

-Área... área de experimentos -dijo al cabo de un rato -Recuerdo ver su nombre al salir de ella.

Para su suerte, la sala no estaba tan lejos, en realidad era demasiado visible. Empujaron las puertas, que no tenían ningún tipo de seguro, pudieron ver una serie de celdas, separadas por una pared de cemento pero la parte frontal era de vidrio.

Y dentro de cada una de ellas habían personas. Inclusive se encontraban niños ahí dentro.

-William, no podemos dejarlos a todos aquí dentro -dijo Sara en voz baja, al tiempo que observaba el lugar.

-¿Quieres liberarlos? -le preguntó.

-Es parte del plan, de la última parte en realidad -respondió.

William siguió a Sara. Ella estaba frente a una celda donde únicamente había una mujer dentro, mirando expectante la escena y sorprendida por verla a ella. Sara miró la cerradura, tenía que ingresar un código, claramente no lo sabía.

-William, ayúdame aquí -el susodicho llegó hasta ella -Aquí -señaló la cerradura -Haz corto circuito aquí.

-¿Estás segura? Podría quitar toda la electricidad del edifico de nuevo -le dijo, queriendo confirmar que Sara estaba segura de lo que le pedía.

-¡Oye! -replicó -Confío en ti para que hagas esto.

William la miró unos segundos, pensando en las palabras que ella acaba de decir. Y con eso en mente, colocó su mano sobre el aparato y realizó una descarga eléctrica, que terminó por quebrar el teclado.

-¡Perfecto! -exclamó la joven gustosa -Eres el mejor.

Abrió la puerta y la joven salió e inmediatamente la tomó de la mano y repetía "Gracias, gracias"

-Espera, espera -le dijo Sara, ahora tomando las manos de la joven entre las suyas -Necesito tu ayuda.

La joven la miró sin creer lo que le pedía, para ella era un honor que los Cuatro Elementos le pidiera ayuda. La persona que habían estado esperando, la había sacado de la celda.

-Puede contar conmigo -dijo, aún mirando a la castaña -... Mi señora -e hizo una pequeña reverencia ante ella.

-No es... -rascó su frente, nerviosa por la actitud de la mujer -No es necesario -intentó decirle, la mujer se enderezó al escucharla -Ah, bien yo... -miró a William un momento antes de dirigir su mirada a la joven frente a ella -Primero, dime tu nombre.

-Alejandra, me llamo Alejandra -respondió.

-Ahora, escucha, Alejandra, mi amigo abrirá todas las puertas de las celdas, tú te encargarás de dejarlos a todos libres, pero será cuando yo te diga ¿De acuerdo? -la joven asintió y Sara le entregó un auricular - Te hablaré por este medio, para decirte que los dejes salir a todos - miró alrededor, la gran cantidad de jóvenes que estaban ahí, esperando poder salir de las celdas -Cuando así sea, todos saldrán. Si llego a necesitar ayuda de todos ellos ¿Crees que me ayuden?

-¡Lo harán, lo harán! ¡Definitivamente la ayudarán! -dijo con seguridad.

-Espero que así sea. Segundo, no me llames por usted, dime Sara ¿De acuerdo? -la joven, de nuevo, asintió -De casualidad ¿Conoces a un joven de nombre, Damian? -preguntó.

El rostro de Alejandra mostró que si lo conocía.

-¡Si, claro que si! -miró hacia el fondo del pasillo -Él se encuentra por allá, al fondo, su celda está apartada de las demás, es la única a la vista -respondió.

Alejandra sabía en dónde estaba porque una vez intentó escapar, pero ella había corrido hacia el fondo del lugar, encontrándose con el joven. Aunque no entendía la razón del porqué estaba apartado, creía que él era especial para la directora y por eso lo mantenía lejos de los demás.

-Muchas gracias -respondió Sara, se dirigió a William -Por favor, haz lo mismo con todas las celdas, que por el momento, no salga nadie, yo iré tras Damian ¿Okey?

El joven asintió y comenzó a abrir las celdas.

Sara se dirigió hacia el fondo del lugar, notando que no había nada más, salvo un largo pasillo y sus blancas paredes. Cuando vio que había un fin se apresuró y observó el área circular, en el centro estaba la celda, demasiado pequeña para una persona, se encontraba Damian.

-¡Damian! -exclamó Sara cuando llegó hasta él.

El joven levantó el rostro y observó con asombro a la chica enfrente suyo. Se acercó corriendo al vidrio.

-¿Que haces aquí? -escuchó preguntar en tono bajo.

-Vengo a sacarte, necesitamos tu ayuda.

-¿Mi ayuda? ¿En que cosa?

-Te lo diré en el camino, ahora ten cuidado, retrocede para que pueda abrir la puerta.

Damian obedeció, Sara se concentró en formar una llama en su mano, cuando la vio en su palma, la acercó al pequeño teclado que servía de candado y lo quemó. El aparató chilló y sacó chispas, Sara entrecerró los ojos, temiendo que algunas de ellas la lastimaran, pero no sería así, los elementos jamás lastimarían al portador.

-Ya está -Sara cerró su puño y la llama se apagó.

Observó el aparato quemado y luego, deslizó el vidrio hacia la izquierda, con la ayuda de Damian, el joven salió. Apenas puso un pie fuera, la abrazó.

-Gracias... -susurró él en voz baja.

-Está bien, te necesitamos, tenemos cosas por hacer -le dijo Sara cuando se separaron.

Ambos caminaron de regreso con William, quien estaba en la entrada, tapando el paso. Los demás alterados, voltearon cuando vieron a la joven llegar, no pudieron ocultar sus miradas de asombro al verla.

-Bien, es hora de irnos -le dijo Sara -Damian está con nosotros.

El rostro de las personas ahí mostraba cuan agradecidos estaban con ella, la mayoría no dejaba de repetirle "Gracias"

-Muchas gracias, mi señora -dijo un joven que se acercó a ella.

Ella los miró a todos por unos segundos. Sus vistas fijas en ella, y la manera en que la miraban le hizo imposible sólo irse sin más. Así que reunió valor para hablar con ellos, tomó una silla que se encontraba dentro de una celda y se subió a ella.

-¡Escuchen! -alzó la voz para que pudieran oírla bien -Yo... Quizás no soy... No soy la persona que esperaban -empezó -Pero incluso si no lo soy, tengo la misma meta, el mismo objetivo y ése es sacarlos de aquí -dijo señalando el suelo con su dedo índice.

-¡Mi señora! -exclamó un joven, se acercó a ella -¿Cómo podremos pagarle todo lo que hace por nosotros?... Algunos de los nuestros llevan aquí más de una década es... Sería un sueño poder ayudarle.

Sara lo miró, y pensó en sus palabras, sus ciertas palabras. Tragó saliva, nerviosa.

-Agradezcan saliendo de aquí y viviendo la vida que deseaban ¿De acuerdo? Yo... espero verlos en las calles, trabajando o con sus familias -les había dicho -Por favor, vivan después de hoy.

Todos asintieron mientras la miraban y algunos, hasta lloraban de felicidad, se escucharon gritos de júbilo entre ellos.

-Pero primero, necesitamos hacer caer este lugar -les dijo fuerte y claro, todos guardaron silencio -Para ello, necesito de su cooperación, necesitaré que sean fuertes, que usen su habilidad tanto como puedan, que los agentes vean que no son sólo Alterados -hablaba con determinación, quería que sus palabras llegaran hasta ellos, que los motivaran a moverse, ni una sola de esas palabras estaban vacías -¡Que tengan respeto hacia ustedes! Que ellos vean de lo que somos capaces de hacer... ¡Por libertad! ¡Que tiemble el suelo y el mundo grite su presencia! -alzó el puño y todos hicieron los mismo entre gritos de emoción -¡Tomaremos su miedo y lo usaremos como combustible para salir de aquí!

Todos estallaron entre gritos y exclamaciones de emoción, sintiéndose repentinamente motivados.

-¡Le ayudaremos! -gritó uno de ellos.

-¡La seguiremos! -exclamó otro y pronto todos gritaban lo mismo.

Pero las dos palabras que se escucharon fuerte y claro fueron "Nuestra líder"

-Esperaremos su sueñal, mi señora -dijo Alejandra, que se acercó a ella.

Todos miraban con atención los movimientos de Sara, incluso si ella no debía ser los Cuatro Elementos, daría todo de sí misma para convertirse en ella.

-Serás su guía esta vez -le dijo -Yo te diré cuando sea el momento adecuado.

🔥💧🌪️🌱

Los tres caminaban de nuevo por los pasillos, de regreso al sexto piso para encontrarse con su padre, Renata y una inconsciente Alba.

-Ahora ¿Me estás diciendo que necesitan mi ayuda, para escapar de aquí? - preguntó Damian.

-Si así es —asintió Sara —De las veces que hablamos mencionaste que la directora solía llamarte para hackear algunos programas ¿no es así? —le preguntó.

-¿Hackeos? Claro que sí —asintió convencido —Tú dime lo que necesitas y yo estoy dispuesto a hacerlo.

-Necesitaremos que nos ayudes... Tu trabajo será destruir sus sistema de seguridad —le respondió William —Incluso si ya saben que escapamos, debemos tener las salidas abiertas para poder escapar.

-¿Puedo preguntar, quién más escapará con nosotros? -preguntó despacio —Sólo quiero saber cuántos tratarán de huir, para estar consciente.

-Claro, es una científica -enumeró con los dedos al tiempo que decía quienes eran -Mi padre... William, aquí presente -el susodicho a su derecha sonrió -Y nosotros dos -la sonrisa del joven de ojos moteados desapareció -¡Ah! La olvidaba, Alba, mi... mi hermana.

-¿Tu hermana? -Damian preguntó sin dar crédito a lo que escuchaba -¡Oh, es verdad! -asintió varias veces -Si, a ella ya la había visto. Pero desde mi punto de vista, eso estuvo mal, muy mal.

-¿La conoces? ¿Cómo? ¿Y a que te refieres con que está mal? -Sara invadió de preguntas al joven a su izquierda.

-¿Qué? ¿No lo sabes?

-Es que no se que quieres decir... ¿Te refieres a que ella está viva o el hecho de que pueda controlar los Elementos?

-En ambos, yo he leído sobre ello, en el pasado antes de estar atrapado aquí, leí que nunca antes han existido dos personas, que, al mismo tiempo pudieran controlar los Cuatro Elementos.

-Entonces... ¿Que tan malo es?

-Ustedes dos pueden controlar los Cuatro Elementos, pero eso jamás había sucedido antes, lo que lo convierte en las primeras dos personas que son capaces de hacerlo desde que nació el primero. No habría problema si tú o tu hermana controlaran uno solo, pero si ambas controlan los cuatro, el problema es mayor -explicó él.

-¿Que... clase de problemas? -preguntó con duda.

-Como alteración del ambiente, puede haber tormentas, ciclones, terremotos y hasta tsunamis -la miró, Sara tenía que entender porque era tan peligroso que su hermana fuera como ella -Es por eso que... -se calló, pues él también tenía miedo de las consecuencias.

-Como dijo Renata, una de las dos debe morir. Lo sé bien.

-Pero no dejaremos que eso ocurra -dijo William -Encontraremos la manera para que ambas puedan vivir, con o sin los Elementos.

-Y he ahí otro problema -los dos voltearon a verlo -Que tiene que haber una persona que los controle, desde que nació la primera, el ambiente en el mundo, ha sido mejor. No han habido tantas catástrofes naturales como antes.

-Supongo, que de nuevo, todo se reduce a las palabras de Renata -dijo Sara en voz baja, comprendiendo que era la única solución a los problema.

¿Sería egoísta de mi parte, pensar que, Alba se quedara dormida?

-Hey.. -William la tomó del hombro al ver a la chica cabizbaja -Encontraremos otra solución ¿De acuerdo? Buscaremos más alternativas.

-¿Estás seguro? ¿Crees que hay más?

-Debe de haberlas, confías en mi ¿No?

Sara recordó lo que le había dicho hace momentos atrás.

"¡Oye! Confío en ti para hacer esto" "Eres el mejor"

Su rostro se volvió colorado debido al rubor y ladeó la mirada ¿De verdad había dicho eso? ¿Cómo pudo olvidarlo?

-C-claro -respondió nerviosa.

-Y por ello, te pido que no te preocupes.

Damian miró la escena con curiosidad, él sabía esos dos tenían algo, pero prefirió no decir nada, quizás arruinaría el momento entre ambos y prefería que mientras hablaran, hicieran caso omiso a su presencia. Se encogió del hombros, luego cruzó los brazos detrás de su nuca. Era divertido verlos a ambos confundidos y sonrojados.

-karimodelarosa.

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