¿Dónde está?
—¿Y bien? —Cuestionó Sam examinándome.
—¿Bien qué? —pregunté luego de comer un bocado de cereal.
Ella puso los ojos en blanco y tomó de jugo antes de hablar.
—Ya sabes a lo que me refiero. No te hagas la tonta.
Suspiré. Le conté muy poco y claro está obvié la parte de las confesiones.
—¿Y qué fue lo que te contó?
—Algunas cosas de su pasado, como murieron sus padres y eso...
—Y...
—Sam, me gustaría poder contarte más, pero por algo él ha mantenido esa parte de su vida en privado y no creo que deba andar divulgando su vida, no soy quien para hacerlo.
Sam dejó escapar un bufido.
—Claro, como sea, no insistiré más.
—Gracias.
—Bien, mejor terminemos de desayunar para así poder llevarte a tu casa.
Asentí de acuerdo.
Cuando llegamos a mi casa, Sam se estacionó frente a la entrada.
—Gracias por traerme... y por todo lo demás.
—Claro, no hay problema. Anna, sé que hemos tenido nuestros altibajos, pero me alegro de que podamos ser amigas de nuevo.
Sonreí de lado.
—También me alegro —dije con sinceridad, pero ambas sabíamos que no todo volvería a ser igual.
Estaba por abrir la puerta de su auto cuando ella me detuvo.
—Anna, espera —murmuró observando su teléfono —Bennett me acaba de avisar que tendremos ensayo de la banda esta tarde.
—Está bien —asentí —pero... —me quedé en silencio por unos segundos —¿por qué no me envió un mensaje también?
—Ah pues, él ya sabía que estabas conmigo.
Observé detenidamente a Sam.
—Sam. ¿Desde hace cuánto tiempo has estado hablando con Bennett? —Pregunté con curiosidad.
—Ah bueno. No hace mucho, además nos estábamos comunicando porque... tenemos un trabajo que terminar y bueno... surgiste en la conversación.
Un ligero sonrojo se asomó por las mejillas de Sam. Sonreí divertida.
—¿Soy yo o te has vuelto algo cercana a Bennett?
—¡No, como crees! Ya te dije por qué he estado hablando con él —refunfuñó.
Me reí de su actitud a la defensiva.
—Está bien, entonces nos vemos más tarde.
—Seguro, ¿Quieres que pase por ti?
—No. tranquila, veré si convenzo a Ethan, de todas formas Julieth me dijo que enviaría algunas cosas con él, así que supongo que aprovecharé la oportunidad.
—Genial, entonces nos vemos.
—Nos vemos.
Una vez que entre a la casa, caminé hasta el lavandero y deje mi ropa sucia en el cesto, luego subí hasta mi habitación, me acomodé en mi cama y saqué mis libros. Sólo estudié como por veinte minutos, ya que mi concentración estaba en algún otro lugar o mejor dicho, en alguien más. Suspiré frustrada, aparté mis libros y fui por mi laptop, mientras me volvía a sentar en mi cama, le envié un texto a Maggie y a Amber para que se conectaran a Skype.
"Dame 5 min." Fue la respuesta de Maggie.
Tal como había dicho, cinco minutos después Maggie estaba conectada.
—¡Hola Maggie! —saludé a mi amiga luego de que contestara la llamada.
—¡Hola!
Mi teléfono sonó, lo tomé para revisar quien era. Era Amber, me había mandado un mensaje.
—¿Qué sucede?
—Amber no se va a poder conectar, porque salió con su mamá.
—Bueno, conociéndola buscará la forma de ponerse al día.
Reí. —Tienes razón.
Me quedé unos segundos en silencio, luego suspiré.
—¿Que está mal? —Preguntó Maggie con un deje de preocupación en su voz.
—¿Recuerdas el artículo que encontramos hace tiempo sobre el asesinato de un agente del FBI y su esposa?
—Sí, lo recuerdo bien, ¿qué pasa con eso?
—Eran sus padres —murmuré, las cejas de Maggie se alzaron por la sorpresa —me contó que desde hace dos años están sueltos dos de los responsables y ellos lo han estado buscando, al igual que él a ellos. Están jugando al cazador y la presa y terminaran ese juego con la muerte de alguno. Y lo peor de todo es que yo vi a esos hombres Maggie y por todo los cielo, ¡eran los hombres que nos persiguieron el viernes!
—¡Oh, wuo! El chico está metido en serios problemas —Maggie se quedó en callada, luego de unos segundos continuó —Anna, sé que ya has oído esto un muchas veces, pero creo que a partir de ahora deberías mantenerte alejada de él, por lo menos hasta que su mundo se calme, porque es posible que te puedas ver implicada en algún momento y odiaría ver que algo te suceda. El ejemplo claro de esto es lo que pasó el viernes.
—Si lo sé, tienes mucha razón. Pero creo que me estoy volviendo loca, ya que en lo único que puedo pensar es ir hacia él y abrazarlo, consolarlo y asegurarle que todo estará bien, porque sé que no ha tenido apoyo emocional en su vida desde hace mucho tiempo y yo quiero hacer eso por él.
Maggie suspiró.
—Creo que yo también estoy enloqueciendo por lo que estoy a punto de decir, pero Anna, creo que si de verdad quieres hacerlo, hazlo —Miré a Maggie incrédula, por un momento pensé que hablaba con Amber. —Pero eso sí, dense un tiempo alejados para que él pueda enderezar su vida y después ver qué sucede a partir de allí. ¿Qué opinas?
Le sonreí.
—Creo que esa es una gran idea. Solo espero que él esté de acuerdo.
—Tengo el presentimiento de que lo estará —dijo Maggie guiñando un ojo.
Estuve un rato más hablando con Maggie por skype hasta que Amber encontró un tiempo para conectarse a través de su teléfono, por lo que le hicimos un resumen y ella estuvo de acuerdo con Maggie.
Así que tenía dos votos a favor para hablar con Demon. Mientras bajaba a la cocina para hacer el almuerzo, estuve pensando en alguna forma de conseguir hablar con Demon sin tener que depender de alguien para que me lleve.
Mi solución se presentó mientras almorzaba con papá.
—Pequeña, Julieth nos invitó a su casa en la tarde y así podremos aprovechar la oportunidad de traernos los dulces que nos hizo.
—Me gustaría poder ir, pero tengo ensayo con la banda esta tarde, así que tengo que aprovechar de repasar todo lo que pueda. —Bien, eso hasta ahora era verdad —papá, me preguntaba si me podrías prestar la camioneta, para poder movilizarme, es que ya me da un poco de pena con Ethan considerando que me lleva y trae casi todos los días. Además, así podría aprovechar de pasar por la biblioteca y devolver los libros que me prestaron.
Papá me estudió por unos silenciosos y eternos segundos.
—Bien, supongo que estaba bien. De camino a la biblioteca me dejas en la casa de Julieth.
Asentí tratando de no parecer demasiado entusiasmada.
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Una vez que estuve dentro de la biblioteca pública del pueblo, devolví los dos libros que había sacado. Caminé a la sección de ficción general y tomé un libro cualquiera de la estantería y me dirigí hacia una mesa. Cuando me senté abrí el libro y fingí estar leyéndolo, tenía que aparentar por si acaso alguien que conocía a mi padre me veía, entonces procedí a enviarle un mensaje a Demon, luego esperé por su respuesta.
Después de un tiempo mientras fingía leer el libro, recibí un mensaje.
"De acuerdo" fue la respuesta de Demon.
Suspiré de alivio. Me quedé unos minutos más en la biblioteca, antes de levantarme y devolver el libro de ficción que había tomado, luego salí de la biblioteca y llamé a Ethan.
—¿Qué hubo compadre? —Miré mi teléfono para asegurarme de que había marcado el número correcto.
—Umm, ¿Ethan? —Escuché su característica risa del otro lado de la línea.
—Si Anna soy yo, dime ¿qué sucede?
—Pues verás, no voy a poder ir al ensayo de la banda, porque de verdad tengo que estudiar para mi examen de geografía económica y no me siento muy preparada.
En silencio rogué porque Ethan, no me preguntara nada y me creyera.
—Umm, bueno está bien, supongo que después te podrás poner al día con Bennett.
—Claro, que tengan un buen ensayo.
—De acuerdo, nos vemos mañana entonces.
—Sí, hasta luego, nos vemos.
Cuando finalicé la llamada, ya me encontraba sentada detrás del volante, encendí el auto y partí a mi encuentro con Demon.
Manejé por unos minutos hasta llegar al lugar en el bosque, en el que una vez vine con Demon, al llegar allí lo divisé cerca de la cascada. Detuve la camioneta, salí y caminé hacia él.
—Hola.
—Hola.
Hubo un silencio incómodo luego de nuestro saludo, pero claro, no era para menos considerando que la noche anterior prácticamente hui de su casa luego de que me revelara una parte importante de su vida.
—Yo... umm, me quería disculpar por la forma en la que me fui ayer, no fue mi intensión parecer tan perturbada.
Él se encogió de hombros.
—No tienes por qué disculparte.
—No, si tengo, porque lo último que quería era irme, pero todo lo que me habías contado y lo que sucedió el viernes se mezcló en mi cabeza y me golpeó. —Miré sus ojos en busca de alguna reacción —se me hizo algo difícil de asimilar.
El asintió, sus labios formaron una línea apretada.
—Está bien, no hay problema. ¿Algo más? —Preguntó con un deje de tensión en su voz.
Suspiré. Lo miré con determinación.
—Sí. A lo que quiero llegar con todo esto es que, a pesar de todo esto aún me gustas y mucho, me importas, me preocupo por ti y quiero que sepas que estoy aquí para ti.
Por la sorpresa que cruzó en la mirada de Demon supe que nunca se imaginó que yo diría eso.
—No tienes que decir nada, solo quería que lo superas. Aun así, no puedo estar cerca de ti, no en estos momentos, porque estás pasando por algo que no comprendo del todo y sobre todo porque es algo peligroso y no me quiero ver involucrada. Bueno, más de lo que ya estoy.
Demon se quedó en silencio y el hecho de que no dijera absolutamente nada me dolió, por lo que decidí que era mejor irme.
—Espera —dijo él tomando mi brazo haciendo que me detuviera.
Me giré para verlo. Jugó con su mandíbula por un momento antes de hablar.
—Si encontrara una forma de arreglar el desastre que es mi vida, ¿tendríamos una oportunidad?
—Si —murmuré, de pronto se mi hizo un nudo en el estómago y mis nervios afloraron, no quería hacerme ilusiones, pero era inevitable tratar de ver a donde iba esto.
—Y mientras lo hago, ¿esperarías por mí? —Dejé salir el aire que no sabía que estaba conteniendo, por dentro grité de alegría y quise lazarme sobre él para abrazarlo.
Me las arreglé para encontrar mi voz a través de todas mis emociones.
—Lo haría.
En algún punto de nuestra conversación habíamos quedado cara a cara. Demon acercó su mano a mi rostro, lentamente trazó la línea de mi mandíbula con la punta de sus dedos, su roce hizo que me estremeciera. Subió sus dedos has el borde de mi boca y lentamente dibujó la línea de mis labios, por instinto entre abrí mis labios, la sensación de su toqué hizo que dejara escapar un grito ahogado. Observé sus ojos solo para encontrarme con su intensa mirada.
Poco a poco nos fuimos acercando uno al otro, hasta que respirábamos el mismo aire. Sentí su mano moverse hasta mi nuca, su tibio aliento chocó con mi boca y mis parpados se cerraron por inercia.
—Bien.
Fue lo único que lo escuché decir antes de que capturara mi boca en la suya. Su toque era demandante, deslizó su caliente lengua por mi labio inferior exigiendo que lo abriera, no me resistí, di paso a su lengua para que jugara con la mía. Nuestras respiraciones se volvieron pesadas, mi cara se sentía caliente por el sonrojo, mi corazón corría como loco.
Acerqué mi cuerpo más al suyo, tanto como era humanamente posible y percibí como su corazón latía tan rápido como el mío, quería tomar todo lo que pudiera de él, cada uno de sus sentimientos, había pasado tanto tiempo desde nuestro último beso que me sentía como una adicta recayendo de nuevo en su adicción. Me había vuelto adicta a sus besos.
Cuando nos separamos, tomó todo de mí para no lanzarme hacia él y exigirle que me besara de nuevo. Demon acarició lentamente mi mejilla antes de bajar su mano hasta la mía, en ningún momento despegó su vista de la mía, luego llevó mi mano hasta su boca y beso el dorso de mi palma, ese gesto hizo que me quedara sin aliento.
—Deberías aprovechar de irte ahora, cuando todavía tengo control sobre mí mismo. Esa imagen tuya de labios rojos e hinchados, con una mirada desorientada y a la vez llena de anhelo, me hacen desear más que besos.
No me hubiese podido mover incluso si quisiera, mis piernas no reaccionarían, me encontraba anclada al suelo. Al ver que no me moví Demon soltó una pequeña risa.
—Vamos, te acompaño —me dio un pequeño empujón para que reaccionara y empezara a caminar.
Después de que estuve sentada en el asiento del conductor lo miré, en sus ojos pude ver determinación.
—Solo espérame Anna, te prometo que lo solucionaré.
Asentí sonriendo, me despedí y salí del bosque, conduje en dirección a mi casa envuelta en una nube de esperanza.
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Demon.
Algo andaba jodidamente mal, no se encontraba por ningún lado del maldito estacionamiento y la campana para el inicio de clases estaba por sonar, cuando por fin divisé el carro de su primo, sentí algo de alivio, solo habían llegado tarde, me dije a mi mismo para calmarme, pero mi alivio fue efímero cuando observé salir de la camioneta solamente a Ethan con un rostro sombrío y por lo que pude ver destellos de preocupación.
Eso me alertó por completo, lo observé caminar hasta su grupo de amigos y de un momento a otro, la chica del cabello lila se giró a verme, en sus ojos pude notar enojo, ella le dijo algo a su grupo antes de dirigirse hacia mí hecha una furia.
—Escucha muy bien lo que te voy a decir. No creas que no sé qué tienes algo que ver en todo esto, porque por Dios no soy idiota, este pueblo es pequeño y sé que te han visto hacer cosas extraña. No sé qué mierda le has estado diciendo a Anna durante todo este tiempo como para que ella crea que eres una buena persona y de alguna forma hiciste que se enamorara de ti, pero como cualquier jodido chico egoísta pensaste solo en ti y tus necesidades y ahora por tu maldita culpa Anna ha desaparecido, anoche no llegó a su casa. Dime, ¿Dónde está ella?
El pánico se asentó en mi estómago al escuchar la última parte.
—¿Anna desapareció? —Quería estar seguro de que no fuese una jodida broma.
—Sí, no te hagas el idiota conmigo, sé perfectamente que la última persona que Anna vio fue a ti, así que bien podría ir hasta la policía y decirles para que te arresten de una maldita vez.
Estuvo a punto de irse, pero tomé su brazo deteniéndola.
—No, no harás tal cosa, no a menos que desees que tu vida sea un infierno —mi voz salió fría, de pronto hizo una mueca y noté que había endurecido mi agarre en su brazo, por lo que la solté.
—No te tengo miedo —sus palabras no sonaron tan convincentes.
—Entonces haré que me tengas miedo si llegas a hacer un solo movimiento en mi contra —miré sobre su hombro, noté que habíamos llamado la atención de su grupo y comenzaban a acercarse.
Bajé mi mirada de regreso a ella, que ahora me veía con cierto recelo.
—Solo te voy a asegurar una cosa, sea como sea traeré de vuelta a Anna —dije antes de subirme a mi moto y salir del estacionamiento.
Mierda, mierda y más mierda. Todo se había jodido completamente, sabía muy bien quienes eran los causantes de la desaparición de Anna. Nunca debí dejarla acercarse, su amiga tenía razón había sido egoísta, la había dejado acercarse demasiado y ahora la vida de Anna estaba en peligro, todo por mi jodida estupidez.
Maldición, tengo que encontrarla antes de que sea demasiado tarde.
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PRIMERO QUE TODO: QUIERO DAR MIL GRACIAS A TODAS POR SUS VOTOS Y COMENTARIOS, LEO CADA UNO DE SUS COMENTARIOS Y ME HACE MUY FELIZ SABER QUE A TANTAS PERSONAS LES GUSTA MI NOVELA.
DE NUEVO GRACIAS POR TODO EL APOYO.
¡Tarán! Apuesto a que por lo menos la mayoría no vio venir esto.
Estoy tan emocionada porque pude subir capítulo pocos días después y no meses después jajajaja
He aquí el nuevo capitulo, ¿Que les pareció?
Debo anunciarles un par de cosillas:
1) La novela ya está en su etapa final, como mucho le quedan 4 capítulos y el epílogo :(
2) Para alegría y disfrute de todas a partir de ahora, Demon narrará gran parte de la historia.
3) Hace tiempo atrás les había dicho que tenia un anuncio que haría mas adelante, bueno es hora del anuncio. *Redoble de tambores* Sweet Peril, es una trilogía, eso sí, en los siguientes libros los protagonista no serán ni Anna, ni Demon, pero si harán respectivas apariciones. Luego les daré más detalles de quienes serán los protagonistas y esas cosas.
Esos fueron todos mis anuncios hasta ahora.
Pasen por la pagina de la novela en facebook, para que conozcan un poco más a sus personajes favoritos, el link está en mi perfil.
Espero que hayan disfrutado de este capítulo.
Nos leemos en el próximo, besos.