25 de Junio del 2015
Ya había pasado casi una semana desde que no veía ni le contestaba el teléfono a Alexis, me había llamado repetidas veces, pero no había querido contestarle. Es que me daba rabia o sea él me decía una cosa, pero de igual manera la mina psicópata esa estaba en Chile, entonces no sabía qué pensar... Mi teléfono sonó haciéndome saltar, miré la pantalla pensando que era Alexis pero no, era el Huaso. Suspiré y le contesté. Yo ya sabía para qué me llamaba, para que me reconciliara con Alexis...
―¿Alo?―contesté.
―Hola enana, pensé que no me ibas a contestar...―no debería haberle contestado, porque este hombre se cree cupido, entonces era obvio lo que quería
―Sí bueno, estaba pensando en no contestarte porque sé lo que me vas a decir―rodé los ojos.
―Ya, está bien, te llamo por el Alexis...―bufé. Igual era bastante obvio―Pero Fran péscame esta vez, porfa deja de hacerlo sufrir hueona, el culiao está mal, jugó como el pico en el partido contra Uruguay por tu culpa...―chucha ahora yo tenía la culpa de que las piernas no le funcionaran. Bonita la hueá―yo tuve que hablar con él en el entretiempo para que reaccionara, o sino hubiera jugado horrible todo el partido. Esta hueá ya no da para más... Mi compadre te ama demasiado...―rodé los ojos. Eso ya lo sabía, pero la cosa es que no lo demostraba, la mina estaba aquí por él...
―Buta Huaso, es que yo...
―Mira sí sé toda esa mierda de la Laia, pero esa mina está loca, psicótica, yo estaba presente cuando el Alexis terminó con ella, además ahora la mandó cagando de vuelta a España, te lo juro... Él solo quiere que se arreglen... ¿Por qué no vení hoy en la tarde? Tenemos tarde libre y le haría bien verte...―suspiré. Quería creerle al Huaso...
―Ay ya está bien, iré, pero solo lo haré por Porotito, y no le digas nada, que sea una sorpresa.
―Okay.
Luego de almorzar partí a Juan Pinto Durán, una lata ir, pero tenía que arreglar esta mierda de una vez por todas. Cuando entré al recinto estaba lleno de cámaras, no abrí mi ventana, no iba a hablar con la prensa, eso fue lo que Caitlin me sugirió desde Inglaterra, mientras ella hacía todo lo posible por disminuir el show mediático, si estuviese en otro momento de mi vida, esto sería genial, pero ahora mismo no necesito las cámaras.
Me bajé de mi auto y estaban todos los jugadores con sus familias, niños corriendo y todo era felicidad, me sentía un pez fuera del agua ahí...
―Enana viniste de verdad―dijo Mauricio sorprendido, luego me abrazó el Huaso. Le sonreí.
―Sí, te dije que iba a venir... A todo esto ¿dónde está el Alexis?
―Por ahí anda, mira ahí está―lo apuntó estaba conversando con otro jugador, mierda al verlo la parte cobarde de mi apareció, tenía que arrancar de aquí. Soy una estúpida
―Emm, Huaso, yo... voy a buscar un baño―salí prácticamente corriendo de ahí. Iba como una loca, me metí a la primera cuestión que encontré, creo que era como una cocina. Como iba como loca, no me di cuenta que venía una chica con una bandeja, chocamos, y la bandeja cayó al piso, la chica puso cara de derrotada. Ay Dios, pobre, todo era mi culpa.
―Lo siento―le dije de manera dulce, se veía como estresada. Pobrecita, más encima le boté todo lo que llevaba...―Oye en serio perdona―mis mejillas se sonrojaron por el bochorno, la chica asintió. La observé detenidamente, era bonita, pero no bonita plástica como la Laia y la brasileña sino bonita real. Aparte como que tenía un aura especial, como que me dio buena espina
―No te preocupes―suspiró―ahora tendré que hacerlo todo de nuevo. ¡Maldición!―la chica, estaba muy estresada y se le notaba. Se agachó a recoger todo lo que se le había caído
―Pero si quieres yo te ayudo―Le sonreí, y me agaché para ayudarla. Porotito me dificultaba un poco el agacharme, pero aún podía hacerlo.
―Gracias, pero no tienes por qué hacerlo―me dijo con una sonrisa sincera
―Yo fui la culpable de que se te cayera todo, obvio que tengo que ayudarte...―me encogí de hombros. Por ser una cobarde y escapar de Alexis había chocado a la pobre chica.
―Ahora se me olvidó todo lo que me pidió el Ángelo, me va a retar―rodó los ojos. No sé quién sería el Ángelo, pero no tenía ningún derecho a retarla y pedirle hueás.
― ¿Y por qué te va a retar? ¿Acaso eres su sirvienta?―O sea ¿Qué onda el mino?
―Algo como eso, es que digamos que perdí una apuesta y tengo que ser su sirvienta―me reí, o sea si era una apuesta, era entendible, pero que no se fuera para la punta tampoco. La chica castaña se dirigió a la cocina y comenzó a servir las bebidas que llevaba de nuevo, yo la ayudé.
―Si te aburres mándalo a la mierda no más, no hay ninguna apuesta ni nada que valga el ser tratada como la sirvienta de alguien―le dije, o sea estábamos en el siglo veintiuno la opresión a la mujeres ya pasó. Ya estoy hablando como feminista...
―Si tenís razón, pero tengo que cumplir con lo que prometí, intentaré sobrevivir―le sonreí.
―Bueno, si es que necesitas ayuda para hacerlo sufrir me dices no más, tengo experiencia en hacer sufrir a los hombres―en eso tenía bastante experiencia, he estado haciendo sufrir al Alexis de hace rato. Pero es que él igual es huéon y las caga, merece sufrir.
―Preciosa...―maldita sea, ya apareció este hueón y yo que estaba haciendo un buen trabajo escondiéndome―El Huaso me dijo que habías venido y no lo creía, estoy muy feliz de que hayai venido―rodé los ojos.
―Sí tenemos cosas que hablar, pero ahora si me disculpas Alexis, estoy ocupada aquí con mi amiga...―no sabía ni cómo se llamaba la chica.
―Javiera―completó la frase la chica, Javiera
―¿Javi me la prestaí un poco? Porfa―le preguntó el Alexis así súper desesperado. Javiera asintió, uy maldita. Rodé los ojos y suspiré ruidosamente, luego caminé hacia donde estaba Alexis
―Por cierto soy Francisca―le dije mientras me iba, aunque quizás eso ya lo sabía, pero no importa me gusta presentarme aunque me conozcan... Ella me sonrió y se despidió de mi con la mano, luego tomó su bandeja...―Bien Alexis, aquí estoy, así que dime todo lo que me tengas que decir―él tomó mi mano y me guió lejos de donde estaba toda la gente.
―Bien, aquí podemos hablar tranquilos, entra―le hice caso y entré, me había llevado a su pieza, me senté en una cama. Pude ver en el velador que Alexis tenía la foto de Porotito ahí, la tenía en un marco, ay el hueón lindo, tenía ganas de llorar. Es que ay...―Preciosa...
― ¿Ah?
―Oye ¿por qué tení los ojos como llorosos?―me preguntó. Mierda, era una llorona, odio esto de las hormonas del embarazo y toda esa mierda que me hace ponerme sensible.
―Nada Alexis, es que estoy aburrida de esta mierda ¿por qué no podemos estar tranquilos de una vez por todas?―le pregunté. Él se sentó a mi lado y pasó su brazo por mi espalda. Apoyé mi cabeza en su hombro.
―No sé preciosa, yo en verdad quiero que volvamos a ser como antes, cuando éramos pendejos, ahí no había toda esta mierda, se supone que cuando uno crece madura y se pone menos hueón pero parece que a nosotros nos pasó al revés―me reí, él tenía razón.
―Negro―lo miré, él también me miró. Nuestras miradas conectaron. Amaba tanto esa mirada color chocolate siempre me miraba con tanto amor, lo amaba demasiado―Dejemos toda la mierda atrás, pero esta vez de verdad. Te juro que no me voy a poner hueona por culpa de la española y tú júrame que no te vai a poner hueón por lo que pasó con el Edu, eso fue una hueá sin importancia, o sea lo quiero es mi amigo, pero nunca podría tener algo con él―arrugué la nariz―Aparte que esa vez ni siquiera pasó nada...
― ¿No pasó nada?―preguntó el Alexis enarcando una ceja.
―¿Eso es lo único que escuchaste de todo lo que te dije?
―Solo respóndeme preciosa, para mí es importante―no creo que quiera saber lo que realmente pasó.
―Bueno... nada, nada, no, tuvimos algo pero no lo que tú crees...―me sonrojé, ay Dios no sé cómo tenía la capacidad para sonrojarme aún, bajé la mirada, no podía seguir mirándolo a los ojos me daba vergüenza decirle que casi tuve sexo con otro hombre―o sea, ay Dios, no tuvimos sexo...
―¿No? ¿En serio?―preguntó sorprendido.
―Uy sí Alexis, solo... ay mierda, no sabes que no puedo hablar esto contigo, solo no...―él se rió. Yo no pretendía decirle que con el Edu tuvimos sexo oral, se iba a enojar, así que mejor omitirlo.
―No puedo creer que aún te de vergüenza hablar de estos temas preciosa, o sea ya no eres la chica inocente que conocí... Porque mírate esta pancita lo demuestra―acarició mi vientre.
―Ay es que hay cosas que nunca cambian, aunque ahora tenga más experiencia, bueno no se me da el hablarlo...y menos cuando no fue contigo que lo hice... probablemente te vas a enojar cuando te lo cuente
―Oye mírame...―tomó mi mentón y me hizo mirarlo―Te amo y gracias por aclararme en algo eso del Edu, te prometo que nunca más me pondré celoso de él, bueno es que igual el culiao es terrible de feo, es obvio que yo soy mejor ¿o no?
―Para mí siempre serás el mejor... y yo también te amo negro―Levantó su mano y comenzó a acariciar mi labio con cariño. Luego me agarró del mentón y me besó. Cuando sus labios hicieron contacto con los míos, todo en mi estómago se revolucionó aparecían esas putas mariposas, elefantes, la mierda que sean. Hasta porotito se empezó a remover en mi estómago. Alexis que tenía una mano sobre mi vientre rió contra mis labios. Pero aún así no se separó de mí. El beso era tierno, amable, lento...
―Preciosa de mi corazón―apoyó su frente con la mía y me miró a los ojos―Nunca pensé que me iba a enamorar así de ti y siendo tan cabro chico, sabes yo quería disfrutar la vida de futbolista y no establecerme con nadie hasta que hubiera terminado mi carrera, pero tu llegaste para entorpecer esos planes y estoy demasiado feliz de que lo hayas hecho, porque eres lo mejor que me ha pasado―sonreí― ¿Quieres ser mi mujer para el resto de la vida?
―¿Acaso me estay proponiendo matrimonio?―me reí.
―Bueno, por ahora no, porque es obvio que nos vamos a mandar más cagadas y nos vamos a ahueonar otra vez... pero no te preocupes que pienso hacerlo muy pronto... Pero por ahora ¿Quieres ser mi polola?
―Mm no sé ah... como que tus argumentos no me convencen―él me hizo carita de perrito mojado, me reí―mentira, estaba bromeando, no puedo decirte que no, te amo, así que acepto. Sí quiero ser tu polola y eventualmente tú esposa―él se rió.
―Preciosa, mi bella polola, te informo que ahora te haré el amor―me sonrojé.
-¿Qué? ¿Estay loco? Aquí no se puede... Sampaoli...
―No pienses en ese viejo en este momento, aparte desde cuando te volviste tan responsable ¿Dónde está esa joven que ama romper las reglas?
―Bueno quedó embarazada de un imbécil y maduró por su bebé.
―Te amo tonta―acortó la distancia entre nosotros y me comenzó a besar, pero ésta vez el beso no era gentil, sino que salvaje y apasionado... Solo me dejé llevar por mis sentimientos, amaba demasiado a este hombre y no valía la pena seguir luchando contra la corriente―Oye a este Porotito le va a gustar el sexo duro―dijo interrumpiendo todo, cuando me quitó la polera todo porque Porotito estaba como loco. Le pegué un golpe en el brazo.
―Cállate hueón y sigue lo que comenzaste―se rió de mí.
―Siempre tan impaciente mujer. Te amo―volvió a juntar nuestros labios y continuó con lo que hacía. Solo esperaba que esta vez todo durara para siempre, porque esta vez juro por Dios que por nada del mundo iba a terminar con él, ya no más sufrimiento por estar separados, solo quedaba el ser felices juntos y con nuestro porotito. Al fin arreglamos las cosas...